Al acabar la década de los 70 Thanos ya era solo un recuerdo, un personaje que había muerto en un universo Marvel que todavía no era tan proclive a las resurrecciones. Estamos hablando de un enemigo del Capitán Marvel que había emulado a Cráneo Rojo con el Cubo Cósmico -lo que en las películas se conocería como el Teseracto- y que había llegado a su final en un annual perdido de Marvel Two in One gracias al sacrificio de Adam Warlock, un personaje profundamente basado en el Elric de Michael Moorcock muy cansino con el fatalismo y eso de la lucha contra el destino. Al margen de lo que se diría en un futuro hasta por el propio Jim Starlin, Thanos había sido un actor secundario en muchas de estas historias, el villano que existía sólo para engrandecer al héroe. Si, allá donde iba Starlin iba -e iría- Thanos, pero su papel en aquel momento servía de catalizador para que el héroe realizara ciertas acciones, para aumentar la implicación del lector con el protagonista. Pero todo esto iba a cambar durante la década siguiente, una década en la que el Titán Loco seguiría muerto pero que haría crecer su «leyenda» exponencialmente.
Y es que, como decía, Thanos había sido simplemente «el malo» al que se enfrentaban Adam Warlock y el Capitán Marvel en las series que Jim Starlin había estado realizando durante toda su carrera profesional -exceptuando su primer trabajo publicado, una historia de terror para DC de la que igual hablamos otro día-. Con una mezcla de influencias entre el ya citado Moorcock y Druillet -autores que estaban muy de moda entre los fans del fantástico de la época- Starlin se ganó un status de autor de culto que, aunque no le permitía llegar a ser una superestrella, si que le granjeó la admiración y el interés de muchos de sus colegas de profesión, que comenzaron a interesarse por sus personajes e incorporar referencias a ellos en sus historias. Y así fue como, a pesar de que su serie regular de Warlock había sido cancelada, el final de la misma pudo ser publicado entre los annuals de Marvel Team Up y Marvel Two in One, siendo referenciada a posteriori por peces gordos de la editorial como Len Wein en su Hulk o dando lugar a que Gerry Conway creara un spin off del Capitán Marvel en la figura de Ms Marvel, a pesar de que para entonces la serie regular de Mar-Vell, ya sin Starlin, se encontraba al borde de la cancelación. El «mito Starlin» venía de etapas relativamente cortas pero intensas en creatividad, con lo que siempre llamaba la atención de la crítica y recibía un prestigio que a otros creadores les interesaba compartir o bastardizar.
Pero como decía, los cómics de segunda mano que coleccionaban unos fans que parecían descubrir a Starlin siempre después de que sus series fueran canceladas iban más sobre héroes torturados como Adam Warlock o el Capitán Marvel que sobre el propio Thanos, que en aquel momento no dejaba de ser un remedo del Darkseid de Jack Kirby a pesar de que Starlin niegue toda relación; y es que aunque no te encontraras todos los días con un supervillano enamorado de la mismísima muerte, Thanos no dejaba de ser un malo plano que buscaba muerte y destrucción, una criatura amoral sin mayores motivaciones, un personaje más grande en la cabeza de su creador que en lo que se mostraba en papel, con lo que a los lectores de aquellos tiempos lo que más les fastidió de la cancelación de la serie de Warlock era el quedarse sin saber como acababa el pobre Adam y tener que andar cazando el final de la historia en los annuals de otras series. Y es que aunque la mayor parte de sus etapas en estos cómics habían finalizado de forma un tanto accidentada, Starlin podía considerarse un tipo tremendamente privilegiado, porque había conseguido terminar todas sus etapas más o menos en sus propios términos y finalizar las historias según su voluntad. Eso sí, el Capitán Marvel había seguido publicándose tras su espantada a pesar de unas ventas paupérrimas, y todo esto debido a que Marvel en aquel momento se encontraba en el rastrero empeño de okupar la marca «Capitán Marvel» sólo para que DC no pudiera usarla. Que alguno diría que fue justicia poética por lo que le hizo DC en su día a la Fawcett -los demandó hasta conseguir que renunciaran a publicar cómics del Capitán Marvel «por considerarlo un plagio de Superman»- pero supongo que esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Tras la cancelación de su serie a finales de los 70, nada se vuelve a saber de Mar-Vell o Thanos hasta 1982, cuando la Marvel de Jim Shooter empieza su proyecto de una colección de novelas gráficas al estilo de los álbumes europeos con una adaptación del Elric de Michael Moorcock -sí, todo encaja como un puzzle sideral- y Shooter decide que sería mejor idea empezar la colección con una historia sobre un personaje de Marvel, algo significativo. Jim Starlin presenta su proyecto: La Muerte del Capitán Marvel, muriendo Mar-vell no en una batalla contra Juicio Final o sacrificándose heróicamente en la Luna, no, muriendo de lo mismo que habían muerto los padres del propio Starlin y Shooter: Cáncer. El cómic, con una carga emotiva tremenda, tiene un gran impacto entre unos lectores que se encuentran por primera vez con lo que Mark Waid llamaría «el Santo Patrón de los superhéroes»: un personaje que con su muerte simboliza el paso de una era a otra, que sirve para propulsar a otros autores a crear otro tipo de historias. Los héroes de Marvel se habían caracterizado por ser imperfectos, humanos, ¿cómo no iba a morir el Capitán Marvel como un ser humano, presa de una enfermedad que se ha llevado a tantos de nosotros?
La primera novela gráfica sería tremendamente influyente entre los autores de los 80, tanto en lo bueno como en lo malo, y mientras algunos autores metían el tema del cáncer en sus historias sin el tacto ni la cabeza necesarios, otros se fijaban en que al final de la novela gráfica de Mar-Vell el que le daba la bienvenida a la otra vida era Thanos. El Titán Loco había pasado de megalómano con ínfulas a villano honorable, con lo que otros guionistas como Roger Stern empezaron a homenajear la obra de Starlin a base de introducir a personajes como Nébula -la autoproclamada nieta de Thanos- o recuperar personajes secundarios suyos como Starfox. Todos esos personajes conllevaban referencias a Thanos, engordando su leyenda a niveles que nunca tuvo en vida y llegando a superar en popularidad al propio Mar-vell o Adam Warlock, con lo que para cuando Jim Starlin volvió a Marvel a finales de los 80 se encontro con un terreno perfectamente abonado para poner en marcha sus planes de resucitar a Thanos y convertirlo en uno de los villanos más emblemáticos de la editorial.
Starlin era un autor de culto en aquella Marvel setentera. No vendía mucho ni manejaba los personajes emblema de la compañia, pero tenía un prestigio ganado a base de ser diferente, al final el reconocimiento le llegaba por las implicaciones en otras series.
Es simpático reconocer, que el culto a la muerte de Thanos se realizó en el mundo real. Thanos ganó más fuerza muerto que vivo.
Habría que valorar hasta que punto fue positivo el desembarco del cómic europeo es Estados Unidos. Por una parte, la Marvel respondió sacando cómics con valores de producción y mentalidad europea (maravillas como Elric, Marada, El estandarte del cuervo y otras) por otra parte, me da que dejó muy poco legado.
No sé. Tendria que analizar si hoy en día en Estados Unidos alguien hace cómics teniendo como referencia los albumes europeos.
El hecho de que la grapa cada vez sea más irrelevante y se escriba para el TPB creo que tiene mucho que ver con la mentalidad «a la europea». Al final la novela gráfica tenía como objetivo plantar al comicbook en las librerías igual que en Europa podías encontrar álbumes, y cuando se les ocurrió plantar los TPB en las librerías la idea de la novela gráfica se volvió redundante.
-Creo que cuando empiezas a trabajar en Marvel tienes que firmar por contrato » NO RESUCITARAS A MAR-VELL EN TUS HISTORIAS»… debe ser junto el tío Ben y Gwen Stacy el personaje al que han respetado su muerte…
Han hecho amagos, de hecho recuerdo que durante Civil War lo resucitaron… Pero luego resultó que era el Mar-Vell del pasado que luego se volvió para su época.
Hoy en día ya sería imposible, porque tienen a Carol llevando su título y con una película a punto de salir en la que sale Mar-Vell, pero en plan Abin Sur.
Para mí Thanos empieza a ser un villano diferente a partir del 31 del Capitán Marvel, cuando empieza a explicar sus motivaciones y le sale la vena sensiblera del desencanto guerra vietnamita. Hasta entonces que Starlin no me toque las narices, era el puto Darkseid, con discursitos entre las sombras, infiltrados terrestres y todo. Solo le faltaban los rayos omega. Luego me gusta bastante cuando aparece en la serie de Warlock con todo el tema de Magus, porque creo que en Marvel el tópico ese no estaba tan manido, y si lo seguías por la época con Starlin aun empezando debió de ser una gran sorpresa.
Mentiría si dijera que no hay una evolución en Thanos, pero es lo que decía, el foco no está colocado sobre el y su estatus como archivillano todavía no lo ha alcanzado. A ratos casi parece un macarra, un pirata espacial, un señor de la guerra… Vamos, que me gusta más en Warlock porque tiene un papel más «sutil» y empieza a tener más profundidad por su relación con Gamora, su posición ambigua durante la pelea contra Magus y su «traición» final.
Que de traición nada, que al final el hombre se llama Thanos por algo.
Bueno, yo estoy leyendo un poco estas historias, y diría que cuando empiezan a centrarse en él es en el anual de los Vengadores. Yo entiendo que los lectores lo flipasen viendo a tooodos los vengatas teniendo que unirse para enfrentarse al menda.
Puede ser, pero en Capitán Marvel cuando lo del cubo cósmico ya liaron una bien gorda. No sé, son historias con demasiados actores como para que Thanos brille, y el mayor miedo que tiene el personal para Infinity War es precisamente ese, que Thanos en el cine quede un tanto desdibujado porque no hay hueco entre tanto superhéroe y tanto corvusglaive.
De momento se sabe la historia de origen, y parece que a Thanos nos lo han cambiao. Diría que hasta han quitado lo del a Muerte pero AAAAAGH QUE QUIERO VERLA YA
Mejor no especulemos, que estamos demasiado cerca del estreno y lo mismo nos spoileamos con la tontería!
Mmm, quedaron demasiadas historias pendientes para contar en otro dia en este post.
¿Verdad? Igual habría que hacer una semana temática sobre historias pendientes.
¿No os había quedado pendiente un artículo sobre los Nuevos Mutantes? Creo recordar.
También está pendiente una etapa de los 4F que escribió uno que fue editor en Marvel.
Eso pregúntaselo a la Fox, que era una serie para coincidir con el estreno de Nuevos Mutantes y los muy mamones nos hicieron el feo de retrasar el estreno hasta el año que viene.
Lo europeo sí ha influido en EE.UU., lo que pasa es que no en los autores de Marvel y DC. Esa gente es endogámica. Como el Johns ese reconociendo que el 95% de los cómics que tiene son de superhéroes porque pensaba que con esa declaración quedaba como el campeón de las esencias y no como un paleto yanki. Al margen de Miller , Clowes y Burns el más conocido es Graham, el de Prophet. Pero también está algún inglés desos que trabaja para las majors. El tema es que leer más BD que cómic es raro en EE.UU. para empezar porque es más caro, por eso no hay mucha influencia ya que hay que ser niño o adolescente para ser influenciado y esos antes no teníamos pasta. En fin, que leer europeo en EE.UU. es de auténtico marginado. Casi cosa de canadienses.
Yo creo que a veces esas influencias son mas comunes de lo que creemos pero demasiado sutiles, que ahí tenemos a gente como Matt Fraction rendido admirador de Hugo Pratt y de su Corto Maltes y que convirtió a Ojo de Halcón a un tipo que casi se convertía en espectador de las cosas que pasaban a su alrededor. Que igual es que yo quiero ver cosas que no estan ahi, pero que al admiracion por el comic del otro lado del charco es mucho mas amplia de lo que parece.
Que tambien recuerdo cuando le lei, creo que a Chaykin, que cuando compartia estudio con Simonson y otros babeaban ante el trabajo de Carlos Gimenez.
Es que Chaykin tenía más fácil conseguir tebeos europeos que Kirby o Eisner, y a su vez Fraction lo ha tenido más fácil todavía. Creo que los dibujantes que vienen ahora van a ser más globalizados todavía, y aunque alguno dirá que con eso se pierde la variedad y llegaremos a un «monoestilo», yo creo que va a ser todo lo contrario.
No estoy de acuerdo, de hecho creo que al final ha habido una globalización tremenda entre europa, el manga y EEUU. No tienes más que ver a Oliver Coipel o Alberto Varanda y compararlos con Jim Cheung -que es británico, pero que yo sepa sólo ha currado para EEUU- para ver que se está empezando a crear un «estilo globalizado».
Y que cuernos, en este mismo post digo que a Starlin le influencia un huevo Druillet y en los 70 estaban como locos por copiar las cosas de Humanoides.
Contra la globalización está la cultura aborígen y el modo de producción. Los occidentales criados en el naturalismo no tragarán con la caricatura del manga, ahí está lo denostado que está el amerimanga, y viceversa, del mismo modo Occidente no va a renunciar al color y los japos al B&N. Lo que hay y aumentará es una síntesis de recursos estilísticos y la emigración hacia mercados afines en lo personal. La globalización es más, por ahora al menos, que un trabajador trabaje fuera de su país que la creación de una cultura global única y homogénea (esto sólo lo puede imponer una autoridad central y todavía China o WD no son capaces deso). Yo pillo una grapa cualquiera y lo que veo es el típico estilo yanki con algo de manga y un poco de BD. Lo que se han globalizado han sido las plantillas no los estilos. El Cheung ese es prácticamente un tipo solo, no ha creado escuela precisamente por su aloctonía.
Carlos Gimenez es uno de los tipos menos «globalizados» y sigue trabajando en blanco y negro. Y también lo hacían Maroto o José González aunque trabajaran para EEUU, porque al final por esos lares (y aquí) había una mayoría que consideraba que el color era para niños y el b/n para adultos. Que luego había tipos raros que leían álbumes francobelgas que eran en color y aun así salían tetas, culos y desmembraciones, pero esos eran cuatro pirados que no entendían que el b/n era para Conan.
Lo que quiero decir con esto es que esas generalizaciones no eran ni son correctas, y que lo que parecía «ley» hace 30 años hoy en día ya no lo es. Y que los estilos como el amerimanga que tenían cuatro pirados como Adam Warren con los años se han metido tanto que sus rasgos apenas llaman ya la atención entre los dibujantes yanquis de hoy en día. Siguiendo con EEUU, hay un contraste enorme entre los dibujantes de los 80 -estandar John Buscema- el de los 90 -Jim Lee- y los 2000/10, dónde nos encontramos un todo más heterogéneo en el que las influencias vienen de muchos más sitios a la vez y no responden tanto a un patrón determinado; tienes dibujantes británicos, españoles, franceses, indonesios, filipinos o series como Gwenpool que directamente estaban dibujadas por un estudio japonés con un estilo completamente manga. Todos ellos son hijos de su padre y de su madre, pero sus referentes culturales son muchísimo más diversos y entre ellos por supuesto que está el cómic europeo.
Y hablar de que dibujantes como Cheung o Coipel creen escuela cuando llevan trece años «como estrellas» me parece ser un poco cagaprisas, porque dudo mucho que vaya a haber editores que obliguen a otros dibujantes a copiar su estilo como si los hubo con Jim Lee, John Buscema o Jack Kirby. Ya no son los mismos tiempos, su influencia no es tan grande y los «clones» aparecen de forma natural.
No estoy de acuerdo.
El B&N no volverá porque existió porque había generaciones educadas en él a través de las ilustraciones, los cómics, el Cine y la tv en ese formato debido al retraso tecnológico. Sigue habiendo B&N en el cómic occidental pero es por conservadurismo. El nuevo gran público jamás va dejar el color pase lo que pase y esto es así porque el color ya es barato, sobre todo en lo digital. El color es algo intrínseco al comic-book y al albúm francobelga del mismo modo que para el manga es el B&N. Lo otro son otros formatos que son otra cosa distinta y estábamos hablando sobre todo de la influencia de la BD en los superhéroes. En ese marco mis generalizaciones son correctísimas.
No hablamos de que la BD no haya influenciado a los superhéroes sino de que está es pequeña, menor que la del manga porque la BD es cara por ser en álbum y en color y no viene asociado a dibujos animados.
Pues lo que digo. Coipel no tiene que crear escuela porque es un dibujante típico mainstream. El más diferente es Cheung, que no tiene que crear escuela, pero sigue siendo una rara avis, que es a lo que me refería, por lo que tanto el estilo manga o el amerimanga sigue siendo algo que no le gusta al aficionado a los superhéroes. Sí gusta a los jóvenes y a los nuevos, perol a gran mayoría de aficionados con una década o más odian ese estilo a juzgar por Internet. Me reafirmo en que la evolución gráfica del medio (fijándonos sólo en lo que más vende) es hacía un estilo realista y una narración muy convencional. La ensalada de estilos que fue los 90 se acabó con la burbuja y desde entonces el empobrecimiento. La gente quiere a Coipel no a Cheung.
Y aun así Walking Dead ha sido de forma consistente uno de los cómics mas vendidos de los últimos años sin que los lectores que lo compraban antes de su éxito televisivo o los que se han sumado después gracias a dicha serie hayan salido espantados por la falta de color. Usagi Yojimbo y Scott Pilgrim no puede decirse que sean dos fracasos precisamente, sin remontarnos demasiado tenemos el I Kill Giants de Joe Kelly y si miramos como son esos cómics que hasta la gente ajena al cómic respeta y que incluso décadas después de su publicación original siguen funcionando entre critica y publico como Maus, Persepolis, Blankets, Habibi, toda la obra de Eisner, etc el color no lo vemos mas que en las portadas. Y si queremos cosas mas recientes ahí tenemos en el mercado títulos como el Black Magic de Rucka y Nicola Scott (que vale, es mas escala de grises que puro blanco y negro, pero a color no es)
Es cierto que el blanco y negro nunca sera una opción mayoritaria en occidente, y que entre cierto tipo de lectores (la misma clase de gente que se negara a ver cine anterior a los 90 o a leer libros escritos antes del siglo 21) nunca va a calar, pero es un opcion artistica que con las historias y autores adecuadas sigue funcionando mas que bien.
En la novela gráfica no queda muy claro si el que asiste a Mar-vell en el momento de su traspaso es Thanos o una ilusión ante mortem del moribundo héroe. De ser Thanos, quizá su mayor victoria haya sido conseguir que su archienemigo se quede muerto…