Hay artículos que de desearía no haber tenido que escribir jamás, pero una vez más la realidad nos ha asestado otra puñalada con el triste fallecimiento de Steve Dillon. Y aunque siempre es triste perder a un gran autor de comics, en esta ocasión es doblemente triste ya que Dillon con 53 años aún era demasiado joven para irse y desde un punto de vista algo egoísta, porque me he quedado sin otro de mis dibujantes favoritos. Así que desde aquí quiero aprovechar para rendir un pequeño homenaje en recuerdo de alguien que me hizo pasar tantísimos buenos ratos en las dos últimas décadas y al que voy a echar mucho de menos.
Te vamos a echar mucho de menos
Steve Dillon era uno de esos autores que tuvo claro desde muy joven que quería dedicarse a dibujar comics, habiendo autopublicado su primer comic, la historia de «The Space Vampire» en el fanzine “Ultimate Sci Fi Adventures” en colaboración con dos amigos del colegio. Una determinación para convertirse en profesional de ese medio que tanto le gustaba que quedo más que patente con la anécdota que conto este sábado Dave Gibbons al conocer la trágica noticia. Cuando Dillon contaba con tan solo dieciséis años de edad mantuvo una larguísima conversación telefónica de más de cuatro horas con Gibbons para pedirle consejo sobre si debería estudiar en la escuela de arte o intentar meterse de cabeza en el mundo del comic. Y teniendo en cuenta que aquel mismo año, 1978, Dillon publicó su primer trabajo profesional en las páginas del “Hulk Weekly” de Marvel UK realizando historias de clasicos personajes de la editorial estadounidense como el propio Hulk o Nick Furia, queda claro cuál fue el resultado de aquella charla.
Unos humildes comienzos para alguien que se convirtió en uno de los grandes
Y aunque aquel primero trabajo era muy verde, se notaba el potencial que tenía Dillon, por lo que su carga de trabajo no paro de crecer. De Marvel Uk paso a las revistas “Warrior” y “Doctor Who Magazine”, donde tuvo el honor de ser el co-creador junto con Steve Moore de crear al personaje más enajenado que jamás ha existido en el universo del famoso Timelord, Abslom Daak, the Dalek Killer. Este asesino sádico que conmuto su sentencia de muerte por luchar contra los Daleks en el frente y que acabo jurando acabar con estos armado con su espada-sierra mecánica ya reunía muchas de las características que se convertirían en la marca de fábrica del dibujante, La violencia extrema, el humor negro y ese toque de enajenación casi surrealista que podemos encontrar en toda su obra.
Necesitamos que este personaje de el salto a la televisión
Aunque Dillon era demasiado inquieto y no le bastaba trabajar para otros, en los primeros 80 fundo la publicación “Strange Days” junto con Brett Ewins, Brendan McCarthy y Peter Milligan. Una publicación que tuvo una suerte de continuación en la revista Deadline, fundada en 1988 de nuevo junto con Brett Ewins, una publicación que se mantuvo en el mercado durante siete años y que a través de comics y artículos se dedicó a apoyar a numerosos autores y músicos alternativos/indies. En sus páginas debutaron clásicos como la Tank Girl de Jamie Hewlett y Alan Martin y conto con el talento de autores de la talla de Philip Bond y Peter Milligan. Pero el fracaso comercial de la película de Tank Girl y el éxito de masas de los músicos indies a los que habían apoyado provoco el declive de la revista cerrando esta en 1995.
Steve Dillon no era alguien que se quedase quieto esperando a que le surgiese el trabajo, se lo creaba el mismo
Pero entremedias Dillon se había pasado más de década y media trabajando en la publicación de comics británica por excelencia, 200AD. En esa inmensa fábrica de talento que ha exportado tantísimos grandes autores al mundo y en la que Dillon se forjo como artista trabajando entre otros con personajes como Roge Trooper o co-creando a Tyranny Rex, tuvo lugar un encuentro que cambiaría su carrera y en el que nació una de las mejores (y de mis favoritas) parejas artísticas en el mundo del comic. Fue en 1991, el número 727 de 2000AD donde Steve Dillon colaboro por primera vez con un por aquel entonces jovencísimo escritor llamado Garth Ennis. Juntos crearon la que debe ser una de las historias más delirantes en toda la trayectoria del Juez Dredd, “The Emerald Isle”. Juntos Dillon y Ennis nos permitieron echar un vistazo a la Irlanda post-apocalíptica en una brutal y despiadada critica a la tierra natal de Ennis en la que nos presentó a sus futuros paisanos como a una panda de vagos borrachos. Esta no fue más que la primera de muchas colaboraciones fue como se suele decir, el comienzo de una hermosa amistad en la que lo mejor aún estaba por llegar.
Y se podría decir que el mundo del cómic ya no fue el mismo después de esto
Aquel mismo año Garth Ennis comenzó a trabajar en Hellblazer, donde realizo (junto con el dibujante Will Simpson) la que se convirtió en uno de los momentos cumbres del personaje de John Constantine, Hábitos Peligrosos. Serie en la que un año después se le unió un Steve Dillon que ya llevaba unos años colaborando con la editorial estadounidense en títulos como Skreemer junto con sus amigos Brett Ewins y Peter Milligan (una de esas lecturas obligadas) y varios números del Animal Man de Tom Veitch. Durante dos años Dillon y Ennis nos contaron las miserias de Constantine en una etapa que lanzo a la pareja a la fama entre el público estadounidense y que con permiso de Alan Moore y Jamie Delano se convirtió en una de las mejores versiones del personaje. Pero por aquellos años la línea Vertigo se encontraba en un momento de cierta incertidumbre, Sandman estaba llegando a su fin y Hellblazer no podía mantener sola el peso de la línea, por lo que fue en el momento perfecto cuando Dillon y Ennis decidieron volver a colaborar juntos pero en esta ocasión con un comic de su propia creación con el que iban a convertirse en auténticas estrellas, había nacido Preacher/Predicador.
Su Hellblazer no era alguien dado a sutilezas
Aquella road-movie/western/historia de amor, amistad y violencia lanzo a la pareja artística al estrellato y me convirtió a mí y a muchos otros en rendidos admiradores de ambos autores. Dillon fue perfecto para una historia como esta que podía pasar de una página a otra de narrar una tranquila conversación a mostrarnos alguna horrible, sangrienta y violenta escena que parecía surgida de una mente muy perturbada. Pero es que ahí residía la grandeza de Dillon, un dibujante que si bien no poseía un estilo visualmente atractivo (aunque estas cosas son subjetivas) y que a veces pecaba de repetir caras en diferentes personajes (aunque al parecer esto era algo que hacia conscientemente por provocar a sus críticos) era alguien que narraba como nadie, capaz de darle a sus personajes una gran expresividad y con un gran talento para crear unos paisajes tan detallados o minimalistas como requiriese la historia.
Y esto es uno de los pocos temas en los que Diógenes y yo estamos de acuerdo, este comic es jodidamente perfecto
Pero aunque Predicador fue el titulo definitivo tanto de su carrera como de la de Ennis, aun les quedaba una última y fructífera colaboración juntos que les llevo a relanzar en Marvel a un personaje que había vivido tiempos mejores, el Castigador/Punisher. Su etapa al frente del famoso justiciero en la línea Marvel Knights que comenzó en el 2000 se podría definir como una enorme gamberrada hiperviolenta en la que llevaron al personaje al extremo, con un tono que rozaba la parodia y en la que nos presentaron a un Frank Castle más brutal, violento y despiadado que nunca en una etapa en la que cualquier cosa era posible y en la que superaron todos los limites sobre lo que se había hecho con el personaje en el pasado. Un personaje al que Dillon debió tomarle cariño, ya que volvió a él en numerosas ocasiones. Un par de miniseries de nuevo junto con Garth Ennis en 2005 y 2009, una larga etapa junto a Jason Aaron entre 2010 y 2012 y tristemente por última vez este mismo año junto con la actual guionista del personaje, Becky Cloonan.
Nada era demasiado loco para que Dillon no fuese capaz de dibujarlo
Lamentablemente ese será el último trabajo suyo que veremos jamás. Steve Dillon se nos ha ido y no hemos perdido solo a un gran artista, sino que a juzgar por las reacciones entre profesionales y aficionados del medio era además una persona encantadora de quien todo el mundo no tiene más que palabras amables y grandes recuerdos. Pero por tiste que haya sido perder a alguien de su talla cuando aún le quedaba tanto por hacer, y aunque suene a tópico gastado, su obra y su legado vivirán para siempre. Así que lo mejor que podemos hacer para celebrar su vida es releer alguno de sus comics y tomarnos una limonada a su salud.
Felicidades por el articulo, muy completo y revelando cosas que yo desde luego no sabía del fallecido artista.
10 de 10.
Lo del Dalek killer me parece tan genial como vergonzoso que no le hayan hecho una serie de TV para él solo.
Descanse en paz, ahora me toca buscar cosas de las mencionadas aquí.
La verdad con tantos fallecimientos en el comic, nos estamos quedando sin nada.
La muerte de este hombre me ha pillado tan de sorpresa como el suicidio de Martin Edmond, dibujante entre otros de LOBOCOP o LOBO vs Deadman.
🙁
Un amigo me recomendó este fin de semana la lectura de esto http://comicvine.gamespot.com/car-warriors/4050-23857/ Uno de esos muchos trabajos pasados poco conocidos de Dillon que ahora valdría la pena descubrir.
Muchas gracias por la recomendación, habrá que echarle un vistazo y más ahora.
Su viejo amigo y compañero de fatigas en tantos cómics, Garth Ennis, también ha tenido unas palabras de despedida: http://downthetubes.net/?p=34657
Y aqui podemos ver algunas pequeñas muestras de sus primeros trabajos mencionados en el articulo.
¿Una limonada? ¿Una limonada? ¡Una buena cerveza hay que tomarse en su nombre! Con los amigos y reír ruidosamente. Y para el recuerdo mas fiel una viñeta suya que tan bien retrata estos tiempos:
Yo lo decía porque la limonada se había convertido en la bebida favorita de Dillon tras haber dejado el alcohol. Pero toda forma de acordarse de el es buena.
Emotivo articulo, de alguien que se nota que de verdad apreciaba el trabajo del bueno de Steve. Enhorabuena, M´Rabo. Para relajar un poco el ambiente tan plomizo que se nos ha quedado, pongo una viñeta del Hellblazer 120, donde Ennis conversa con Will Simpson http://www.qusoor.com/hellblazer/images/hb120-1.jpg
Y otra bonita anecdota sobre teve Dillon http://www.2000adonline.com/post/925