Resulta curioso, o quizás no tanto, que los mejores comics bélicos suelen ser aquellos profundamente anti-belicistas. Si, es fácil glorificar la guerra, presentar alguna emocionante aventura ambientada en cualquiera de ellas, pero utilizar ese mismo género para denunciar las atrocidades cometidas en estas y conseguir al mismo tiempo crear una gran historia, es algo que no está al alcance de todos. Manfred Sommer fue uno de esos autores capaces de lograr algo así en las páginas protagonizadas por su más famosa creación, Frank Cappa.
Este es uno de esos comics que hay que leer
En la década de los sesenta Manfred Sommer había abandonado el mundo del comic casi por completo, cansado de las historias repetitivas que se veía obligado a hacer, dedicándose a partir de entonces a la ilustración publicitaria, sus novelas y su principal pasión, la pintura. Aunque curiosamente tuvo tiempo de publicar en Estados Unidos una historia de terror escrita por el mismísimo Stan Lee. Pero el boom del comic de autor en España a comienzos de la década de los ochenta le impulsó a regresar al mundo del comic, viendo que ahora podría contar las historias que realmente le interesaban. Primero lo intentó con el western “El Lobo Solitario” en 1980 y un año más tarde nacería el que seria para siempre su personaje más famoso, Frank Cappa.
Ya en su tercera aparición en la revista se gano el protagonizar la portada de la misma
Frank Cappa, que toma prestado su apellido del reportero Robert Capa, su personalidad del propio Sommer (y me atrevería a asegurar que su rostro de James Coburn) es un reportero grafico que siempre se encuentra metido de lleno en los conflictos bélicos más duros del planeta. Cuenta el hijo de Sommer en la introducción del recopilatorio de esta obra, que lo que motivo a su padre a crear a este personaje fue su necesidad de reflexionar sobre lo contradictorio del ser humano, sus miserias y sus virtudes, esa capacidad de sentir una gran bondad o generosidad y en otras circunstancias convertirnos en animales sedientos de sangre. Y no hay un escenario mejor capaz de sacar lo peor del ser humano que la guerra.
Si no hay mas que verlo, es el gemelo perdido de Coburn
Las junglas de Vietnam, el Congo o Nicaragua, los desiertos de Afganistán o las favelas de Brasil, Frank Cappa ha recorrido todo el mundo y en todas partes ha encontrado lo mismo, incontables muertos y muy poco heroísmo. Y es que Sommer nos deja bien claro que las guerras no son ninguna gesta heroica, son algo horrible y entre cuyos protagonistas podemos encontrar a gente matándose unos a otros por unas líneas imaginarias trazadas sobre un mapa, autoproclamados luchadores por la libertad, o simple mercenarios a quienes les daba igual una guerra que otra siempre que pudiesen cobrar por matar. Y si, también hay algunos “inocentes” que consideran la guerra una aventura y a quienes les espera un destino aun más trágico que a los anteriores, ya que aquellos al menos saben donde se han metido.
Frank Cappa ya ha visto demasiado como para dejarse engañar por la propaganda
Curiosamente Frank Cappa originalmente iba a ser un mercenario torturado por sus acciones, pero Sommer se dio cuenta enseguida que sería mas cómodo para él, y más útil para la historia, convertirle en un reportero encargado de narrar las atrocidades cometidas en el mundo en nombre de una causa u otra. Y así, al igual que el Corto Maltes de ese Hugo Pratt que fue una de las influencias en su obra, Frank a veces es más un testigo de estas historias que un protagonista de las mismas. Ante sus ojos y su cámara desfilan ese lado oscuro del ser humano que tiene la necesidad de mostrar al mundo, pero ante el que no siempre es capaz de mantenerse al margen. Porque Frank es fundamentalmente un testigo sí, pero también un ser humano que más de una vez olvida la objetividad periodistica y tiene la necesidad de intervenir ante los horrores que esta presenciando.
Pero su conciencia le impide quedarse quieto mirando sin hacer nada
Guionista y dibujante de comics, novelista y pintor, Manfred Sommer fue un autor increíblemente completo que siempre tuvo la guerra muy presente en su vida. Su infancia estuvo marcada por la Guerra Civil Española y por la Segunda Guerra Mundial y su juventud por la dictadura que le toco vivir. Todo esto le llevo a vivir fascinado por esa dualidad del ser humano mencionada arriba, y le llevo a explorar en toda su obra que era lo que nos impulsaba a ser así. Pero pese a todo esto la postura de Sommer no es simplemente negativa o pesimista. Si, en esta obra nos recuerda constantemente lo horribles que pueden llegar a ser nuestra acciones, pero también que igualmente tenemos la misma capacidad para hacer el bien.
Quedaba claro que Cappa no era mas que un alter-ego del propio Sommer, ambos atormentados por las mismas preguntas sobre la humanidad
Desafortunadamente Manfred Sommer nos dejo hace ya siete años, pero como se suele decir en estos casos al menos nos queda su obra. La totalidad de las historias de Frank Cappa se editaron en un integral hace cuatro años a cargo de la editorial EDT, quienes sacaron una segunda edición dos años más tarde y que ahora puede conseguirse saldada prácticamente por todas partes, aunque al igual que sucedía con la reedición del Capitán Pantera de Carrillo, no en el mejor formato posible. Pero a la espera de una hipotética futura reedición, en un formato más adecuado que permita disfrutar en condiciones del increíble trabajo de Manfred Sommer, esta es una oportunidad bastante buena para hacerse con una de las mejores obras del comic español.
Al final ni el mayor profesional puede permanecer impasible ante lo que contempla
Excelente, Muchas gracias por compartir.