Afterlife with Archie – Apocalipsis Zombi en Riverdale

Creo que ya he comentado alguna que otra vez por aquí que el género zombi me aburre y mucho, y casi puedo contar con los dedos las historias de este género o similares con las que he disfrutado. Los primeros años del Walking Dead de Kirkman, las primeras miniseries de Marvel Zombis, la serie de la BBC In The Flesh e historias que no son exactamente de zombis pero como si lo fueran como 28 Días Después. Básicamente todo lo que se aleje un poco de los cuatro tópicos de siempre y que copian a George A Romero una y otra vez. Por eso cuando vi que se había publicado la serie “Afterlife with Archie” pase de ella, ya que estaba convencido de que sería más de lo mismo y ni siquiera el que estuviese dibujada por Francesco Francavilla me hizo replantearme su lectura. Pero tras leer varias elogiosas reseñas sobre la misma y que me recomendasen que le diese una oportunidad, leí lo publicado hasta ahora, y debo decir que me he encontrado con una agradable sorpresa.

Lo que ha cambiado Archie y lo bueno que es Francavilla

Quizás el único problema que uno pueda encontrarse a la hora de leer este cómic sea la falta de familiaridad con los personajes de Archie. Yo tengo que reconocer que pese a que en Estados Unidos estos deben ser toda una institución dentro del comic, no en vano se han estado ininterrumpidamente desde los años cuarenta, yo no he leído nada de ellos. Mis conocimientos acerca de los personajes se limitan a haber visto alguna de sus series de animación cuando era niño y a leer aquel enajenado crossover que emparejaba a Archie con el Castigador/Punisher. Seguramente si conociera mejor a los personajes y sus relaciones entre ellos podría habérmelo pasado mejor con la serie, pero aun así he conseguido disfrutar de su lectura.

No es este precisamente el tono que vamos a encontrar en esta serie…

Toda esta apocalíptica historia comienza de una forma muy simple e inocente. Hot-Dog, el perro de Jughead, ha sido atropellado y este desesperado acude a buscar la ayuda de la única persona que cree que puede ayudarle,  su amiga Sabrina (la bruja adolescente). Pero ni la poderosa magia de Sabrina y sus tías pueden hacer nada por el pobre Hot-Dog, este ha muerto y a Jughead solo le queda enterrarle y aceptar su perdida. Sabrina no soporta ver a su amigo tan destrozado y decide recurrir a los conocimientos prohibidos de su familia para devolver a la vida a Hot-Dog, conocimientos que se encuentran en un antiguo libro que sus tías guardan bajo llave porque es demasiado peligroso… el mismísimo Necronomicon.

El comienzo de la historia ya deja claro que este no es el Archie de nuestros abuelos…

Armada con esta magia prohibida, Sabrina lleva a Jughead y al cadáver de Hot-Dog a los pantanos donde el perro es enterrado y el diabólico hechizo es lanzado. Ya solo queda esperar a la mañana siguiente y si todo ha salido bien Hot-Dog volverá sano y salvo con su dueño. Jughead prácticamente no puede descansar y se pasa el día en pie ante su casa esperando el regreso de su querido amigo. Este finalmente regresa a casa y todo parece haber salido bien, pero la diabólica magia prohibida del Necronomicon se ha cobrado su precio, y si, Hot-Dog ha vuelto, pero convertido en un monstruo infernal que tras morder a su dueño desencadenara con ello un infierno en la tierra…

¿No nos ha enseñado Bruce Campbell que no se debe trastear con el Necronomicon?

Pese a que Afterlife With Archie es un poco lo mismo de siempre, el meter a estos personajes de los que la mayoría tenemos una imagen muy inocente en una situación tan desagradable funciona bastante mejor de lo que cabria esperar. A eso ayuda a que los personajes no sean exactamente tan inocentones y blanditos como yo los recordaba, son ellos mismos pero mas “reales”, a falta de una palabra mejor, algo que no se si achacar al trabajo de Aguire-Sacasa o si es que sencillamente estos personajes con los años han ido cambiando, madurando, en el cómic y me lo he perdido por no ser lector habitual de los mismos, pero sea como sea, el resultado funciona muy bien. Y a esto contribuye el gran trabajo que realiza Francesco Francavilla, quien con su estilo oscuro y desasosegante crea la atmósfera perfecta para que podamos ver a los personajes de Archie con otros ojos y que parezca natural.

¿Que les dará el Archie para que lleven así setenta años?

Así que vale, no estamos ante un cómic que revolucionara el género (dudo que nada pueda revitalizar un género tan monótono y sobreexplotado como este) pero es una lectura muy entretenida con la que pasar un buen rato, y que a diferencia de muchas otras que tratan de aprovecharse del tirón de los zombis, no insulta la inteligencia del lector, y eso ya es mucho.