The Immortal Iron Fist/El Inmortal Puño de Hierro – Brubaker, Fraction y Aja resucitan al dragón

Gracias a un autoregalo navideño he tenido la oportunidad de leer por segunda vez uno de los cómics con los que más he disfrutado en los últimos años y en el que empecé a darme cuenta de que Matt Fraction podía acabar convirtiéndose en un gran guionista, The Immortal Iron Fist/El Inmortal Puño de Hierro. Es cierto que no escribía solo, que co-escribió la serie junto con Ed Brubaker, pero fuese cual fuese el porcentaje de trabajo que aporto cada uno, lo que está claro es que les salió un cómic redondo que, ahora que el personaje va a volver a la primera plana con otra nueva serie, vale la pena recordar.

Encima es de los pocos rediseños modernos que casi superan al original

Antes de seguir quiero confesar que en este caso soy poco o nada imparcial, las historias de artes marciales siempre me han encantado, y desde que de crío me leí y releí un retapado de Surco de Powerman & Puño de Hierro, he leído con pasión cada aparición de ambos personajes. Teniendo todo esto en cuenta no es de extrañar que cuando se anuncio esta nueva serie la leyese con ganas, y por primera vez en bastantes años (Puño de Hierro ha tenido una historia editorial algo penosa) mis expectativas fueron correspondidas y a lo grande. Danny Rand estaba envuelto en plena Civil Dar y acababa de dejar de lado su tarea de proteger la Cocina del Infierno disfrazado de Daredevil como favor a Matt Murdock (Civil War fue una época confusa). Y pese al caos que se había apoderado de su vida y de la de sus amigos (En aquella época Luke Cage dirigía al equipo de Vengadores anti-registro y Misty Knight dirigía un equipo de caza recompensas a las ordenes de Tony Stark), Danny al menos estaba seguro de saber quién era y de donde venia, pero un fantasma de un pasado que no sabía que existía iba a salir de su retiro y poner patas arriba todo lo que creía saber de sí mismo y de su papel como Puño de Hierro, el arma viviente de K’un-Lun.

Aunque no lo parezca, esto era una vida sencilla para Puño de Hierro

A medio mundo de distancia un adicto al opio pasaba sus días en un fumadero ahogando sus recuerdos en la droga, al menos fue así hasta que un atentado contra su vida le obligo a revelar sus habilidades y un familiar tatuaje en el pecho, ese hombre no era otro que Orson Randall ¿El Inmortal Puño de Hierro? ¿Cómo podía haber otro hombre con los mismos poderes? ¿Cómo es que Danny jamás oyó hablar de un anterior Puño de Hierro durante su larga estancia en K’un-Lun? ¿En qué otras cosas le habían mentido sus maestros? Danny no tendría mucho tiempo para hacerse estas preguntas ya que junto a todas estas sorprendentes revelaciones sobre su legado y una amenaza que se cernía sobre las vidas de sus amigos, tendría además que dejarlo todo de lado para participar en un místico torneo de artes marciales que le dejaría con aun más preguntas sin respuestas.

¿El Puño de Hierro de la Golden Age?

El trabajo de Ed Brubaker y Matt Fraction en esta serie fue modélico, ya que introdujeron un montón de nuevos elementos que enriquecieron la historia del personaje, pero lo hicieron siendo extremadamente respetuosos con lo que se había contado anteriormente sobre el mismo, creando una historia apasionante de las que te dejan enganchado desde el primer momento. Eso si, estando tan mal acostumbrado al lento ritmo de narración que esta tan de moda entre muchos guionistas en la actualidad (el propio Brubaker es culpable de ello muy a menudo) el ritmo casi frenético al que avanza esta historia deja al lector sin respiración. Vamos, que si digo que esta combinación de artes marciales, pulp y superhéroes que fue Immortal Iron Fist se convirtió en el mejor cómic que se había hecho con el personaje desde los años setenta creo que no exagero lo mas mínimo. 

Acción y emoción a raudales al estilo Kung-Fu

Pero para contar una historia como esta se necesitaba un dibujante a la altura, y el encargado de la parte visual de la parte principal de la historia, nuestro camaleónico compatriota David Aja, supero todas las expectativas. Desde el acertado rediseño del uniforme de Puño de Hierro, (actualizado a los tiempos modernos pero respetando el diseño original de Gil Kane) o el aspecto visual de los anteriores Iron Fist y demás armas vivientes, Aja demostró que en esto del comic tiene pocos rivales. Pero por si esto fuese poco, la serie conto también con el talento de clásicos como Russ Heath o Sal Buscema, y de otro grandes talentos como Mike Allred, Dan Brereton, Kano, Javier Pulido, Howard Chaykin y un largo etc. Está claro que no podemos quejarnos por la cantidad de talento que derrochó este comic.

Y así es como se intimida a los matones a sueldo

Tras la marcha de su equipo creativo la serie quedo en manos de Duane Swierczynski, quien siguió los pasos de Fraction y Brubaker pero que pese a todos sus esfuerzos no consiguió convencer a los lectores y la serie fue cancelada diez números después. Tras esto, Puño de Hierro paso por los Vengadores de Bendis donde sufrió un nuevo rediseño (que no me acaba de convencer) y volvió a manos de Fraction en sus Defensores, algo que los lectores y el propio Fraction preferimos olvidar. Pero el personaje no ha caído en el olvido ni muchísimo menos, este mismo año se publicara su nuevo comic con guion y dibujo de Kaare Andrews y Netflix prepara una serie de televisión del personaje. Así que, con perdón por el chiste malo, puede que según el calendario chino estemos en el año del caballo, pero uno casi diría que vuelve a ser el año del dragón.