1986 sería el año en el que Dragon Ball empezaría su andadura por la pequeña pantalla y en el que Son Goku hiciera su primera aparición en el Gran Torneo de Artes Marciales, y supondría también el año del gran despegue comercial de la serie. El proyecto Akira Toriyama todavía resolvía los conflictos entre los personajes a base de cachondeo y mucha mala leche, pero el origen de Dragon Ball como Battle Manga está aquí.
Y que conste en acta, la media de audiencia de Dragon Ball a secas en Japón siempre fue superior a la de Dragon Ball Z.
Y es que algo está cambiando en el mundo del cómic japonés, y el Weekly Shonen Jump empieza a notarlo con la publicación de los primeros capítulos de series como Saint Seiya, Los Caballeros del Zodiaco, una serie ultraviolenta en la que el personal se arrea de lo lindo, sangra y muere durante una lucha interminablemente cíclica por rescatar a la diosa Atenea. Lo importante es que, dejando de lado que la calidad del manga es muy inferior a la de la serie de televisión, mangas como Fist of the North Star o los debutantes Burning Blood o Saint Seiya le dejan claro a Kazuhiko Torishima, el editor de Dragon Ball, que la violencia vende y que Toriyama debería tomar nota de esto. Sin embargo, el bueno de Akira seguira teniendo como referente comedias como Kochikame o el buque insignia de la competencia Urusei Yatsura, y Son Goku seguirá siendo un crío inocente hasta en la peor de las batallas a muerte.
Urusei Yatsura, la reina del manga y el anime de principios de los 80.
El primer capítulo de la nueva serie es el 24, durante el cual Son Goku descubre que la promesa del Maestro Roshi de entrenarlo en esto de las artes marciales viene con un precio a pagar: debe conseguirle una moza de buen ver. Teniendo en cuenta que Goku practicamente acaba de descubrir la existencia de las chicas y que sigue sin saber diferenciar sexos sin hacer un palpamiento genital, el que le pidan un juicio estético al chaval es algo cercano a pedirle a Belén Esteban que resuelva una ecuación de segundo grado. Son Goku fracasa de la peor manera en su tarea, y no será hasta el siguiente tomo y la llegada de Krilin, que la prueba pueda ser superada. Pero llegados a este punto me vais a permitir que me detenga un poco y hable de Krilin, ese personaje tan maltratado por algunos «fans» de Dragon Ball…
Calvo, pervertido, envidioso… Krilin es seguramente el personaje que mas evoluciona en toda la serie.
Krilin es el mejor amigo de Son Goku, y por eso permanece a su lado casi hasta el final de la serie. En un principio parecen estar más o menos igualados como luchadores, pero según van pasando los capítulos Goku va mejorando poco a poco y al pobre Krilin le acaba pasando como a Yamcha, que de ser el primer rival de la serie pasó a ser un objeto de burla por «no estar al nivel». Esto, unido a que Toriyama usa a Krilin en un par de ocasiones como «mujer en la nevera» -personaje al que matar para provocar una fuerte reacción emocional en Son Goku-, provoca que el pobre calvo desnarizado sea usado en el anime como «secundario acojonado» o, directamente, como el cobarde de la serie. Y no es así, porque mientras secundarios como Yamcha o Ten Shin Han pasan de todo en ciertos momentos, Krilin va a seguir al pie del cañón hasta casi el final de la serie.
Lunch es, para que negarlo, la chacha de Muten Roshi.
Pero bueno, que estábamos en Dragon Ball sin Z, y Krilin es un criajo salidorro que encaja al dedillo en la personalidad pervertida del viejo Roshi. Con la ayuda de Krilin, Son Goku por fín encuentra una chica para el maestro, y esa no es otra que Lunch. Lunch es… El machismo de Toriyama desbocado. Porque aquí no podemos mirar para otro lado, Bulma se llamaba «bragas», pero Lunch se llama «almuerzo», y se convertirá en la chacha oficial de la serie. Da igual que Lunch sea esquizofrénica y tenga una personalidad hiperviolenta que roba bancos, para Akira Toriyama los dos personajes femeninos más importantes de la serie son «Bragas» y «Almuerzo», una curiosa forma de reducir a la mujer. Y luego está Chichi, pero eso mejor dejarlo para otro día…
¡Por escenas como esta no se puede hacer una película de Dragon Ball!
El caso es que el entrenamiento de Goku y Krilin por fín puede comenzar, y la cosa viene a ser el trasunto de Drunken Master que Toriyama tenía pensado para la serie desde un principio. Tras varios capítulos de explotación y maltrato infantil, nuestros protagonistas por fín son considerados dignos y son llevados al Torneo Internacional de Artes Marciales o Budokai Tenkaichi. A lo largo de la serie, los torneos se compondrán de una fase de clasificación en la que los protagonistas humillan a todo lo que se les pasa de por medio -forzudos de circo, remedos de Bruce Lee y cosas parecidas- y se presenta de pasada al gran rival del torneo. Una vez llegados a la fase final, los combates empezarán a durar más y ser contados con más detalle, durando cada combate uno o dos capítulos hasta llegar a la gran final, que en este caso dura cosa de ocho capítulos y contará con el enfrentamiento entre Son Goku y Jackie Chun, en una pelea que recuerda bastante -otra vez- a las películas de Jackie Chan.
Bacterian, Ran Fan, Nam y Giran son personajes más o menos cómicos. El caso de Ran Fan es especial y bastante machista, porque usaba sus encantos para «despistar» al contrario.
Aun así, es cierto que a medida que avanza el torneo se van reduciendo los chistes y la cosa se pone cada vez más dramática, pero todos los combates son paródicos y no habría ninguno «serio» hasta el siguiente torneo de artes marciales. Son Goku sigue siendo un niño y la muerte no esta presente aún en sus historias, pero las cosas se van a poner un poquito más siniestras cuando Dragon Ball deje de mirar a Jackie Chan y las leyendas orientales y empiece a pensar en James Bond y los ejercitos terroristas que buscan la dominación mundial. El mundo que rodea a Son Goku empieza a perder la inocencia y conceptos como el de la muerte empiezan a entrar en la serie…