Lo de los asesinos y templarios sobra: Assassin’s Creed IV

Y lo digo con toda la rotundidad del mundo, Assassin’s Creed debería dejar ya la tontería de los templarios, porque sobra. Y eso que la última entrega parece ser perfectamente consciente de ello y ha conseguido hacer entretenidas la parte que se ambienta en la actualidad, pero el peso del juego sigue estando en la parte «histórica», y si en la tercera parte lo que nos encontramos era total y absolutamente soso, en esta cuarta tenemos piratas. Piratas, sí, piratas. Y todos sabemos que las historias de piratas siempre son divertidas. O que por lo menos deberían serlo.

En cuanto puedas, búscate un traje de pirata, sin la capucha esa. El juego mejora una burrada…

Assassin’s Creed IV nos cuenta la historia del abuelo pirata de Ratonhnhaké:ton, el soso protagonista de Assassin’s Creed III que tanto nos aburrió el año pasado. Edward Kenway -que así se llama el pirata en cuestión- es el primer protagonista británico de la serie, y su historia no deja de ser la de todos los inmigrantes al nuevo mundo que huían de la miseria en la que vivía gran parte de la plebe en la vieja Europa. Edward decide hacerse pirata en el Mar del Caribe, y en el momento en el que empieza el juego es un tripulante más de un barco pirata que se va a pique tras enfrentarse a un navío británico. Durante el tutorial del juego -que es más corto y más cuerdo que el de la tercera parte, que duraba cosa de ocho horas- Edward llega como náufrago a una isla junto a un asesino llamado Duncan -y cuando digo asesino es que va con la capucha blanca y todo-, el cual se da de tortas con él y acaba muriendo por la tontería. Edward, ajeno al mundo de asesinos y templarios, descubre que el tal Duncan iba a vender unos documentos al gobernador de Cuba, con lo que decide hacerse pasar por él y llevarse el dinerito fresco. Y así empieza la historia, con un pirata haciéndose pasar por asesino…

«-No tengo ni idea que tontería es esta de asesinos y templarios, pero con esto me voy a forrar cosa mala.»

Lo mejor de Edward es que no se cree lo de los asesinos. El es, ante todo y por muchas tonterías que digan a su alrededor, un pirata. Y aunque es cierto que le coge cariño a las ropas y las armas de los asesinos y va con esas pintas por ahí -cosa que no les hace ni pizca de gracia a los miembros de la secta, para que lo vamos a negar-, lo único que le mueve durante casi todo el juego son su sed de botín y la lealtad a sus amigos, que suelen ser todos piratas. Así, tenemos un juego con el típico desarrollo de la serie mezclado con viajes en barco y pirateo variado, algo que está a años luz de los viajes a caballo de la primera parte o de cualquier sistema de viaje lamentable que tuvieran sus antecesores; Assassin’s Creed IV lo que nos gusta es piratear, abordar la fragata Principe de Asturias y robar todo lo que lleva dentro; es el mejor juego de piratas que hay desde los 90.

La salsa del juego, el Sid Meier’s Pirates que necesitábamos para los trastos de hoy en día.

El juego también incluye otras actividades como la pesca de ballenas -algo simplona- inmersiones submarinas -odio nadar en este juego, de verdad- o la caza, que se veía en su antecesor. Lo cierto es que esto de cazar en islas tropicales es algo que me da cierto déjà vu, porque no deja de ser lo mismo que hicimos el año pasado en ese juegazo que era Far Cry 3, con lo que eso también es bueno. El resto del juego -lo de las ciudades- sigue siendo el Assassin’s Creed de siempre, y si todavía no te ha aburrido esa mecánica puedes divertirte bastante con ella, aunque a estas alturas empiece a estar agotada. El hecho de ir sacando entregas anuales va haciendo mella en la serie (en el juego y en la historia, que ha dado un vuelco interesante en este juego pero que sigue siendo una tontería), que sufrió bastante el año pasado y que sobrevive bastante bien a este por el hecho de haber repartido bien el peso del juego con el pirateo y el pillaje. Esta claro que la siguiente parte va a necesitar un lavado de cara en cuestión de mecánicas urgentemente, pero de momento en Assassin’s Creed IV creo que tenemos el mejor juego de la serie desde Brotherhood, aunque las virtudes de uno y otro sean por razones absolutamente distintas. Eso sí, La Habana, Kingston y demás ciudades coloniales… Pues como que en el siglo XVIII son las mismas barriadas lamentables del Assassin’s III, no se puede comparar la arquitectura de Roma o París con esto. Ubisoft, sabemos que sois franceses, ¿para cuando un juego de la Revolución Francesa?

La trama «actual» del juego tampoco está nada mal, que hasta se han librado del pesado de Desmond.

BONUS TRACK!

Dicen que el juego ha salido con un porrón de bugs en PC, yo solo me encontré con algo de clipping. Otros, directamente con el apocalipsis…