La tranquila y apacible (o algo así) vida de la Visión y la Bruja Escarlata ha vuelto a ser perturbada una vez más por Mortymer Toynbee, el Sapo. Uno esperaría que como villano casi principal de la serie Englehart hubiese escogido a alguien de mas empaque y no un tipo que ha terminado siendo el conserje en la escuela para mutantes de Lobezno, pero así es Englehart, si le motiva el trabajo te da una gran saga de Batman o una del Doctor Extraño, pero si el trabajo se la suda… Bueno, ya estamos viendo lo que pasa en esos casos. Así que demos un pequeño salto y veamos como fue el tercer asalto de este pobre villano contra nuestra pareja protagonista.
Nada, que no hay manera de que me tome a ese villano en serio…
Como ya vimos en la entrega de ayer, el Sapo había conseguido pillar por sorpresa a la Visión y dispararle con su nueva armadura de combate, pero ni aun así había conseguido noquear al sintozoide. Por si eso fuera poco, el Sapo tiene que enfrentarse con un adversario inesperado, su viejo amigo Spiderman. Al verle, el Sapo reacciona de la forma más inesperada, balbucea y grita que Spiderman no debía enterarse de nada de eso, y en lugar de tratar de luchar escapa teletransportandose. ¿Qué demonios ha pasado?
Es difícil mantener secretos cuando llevas puesta una armadura verde fosforito de tres metros de alto…
Visión esta cabreado y habla de cómo ese tipo pone en peligro su vida una y otra vez, lo que deja a Spiderman de lo mas sorprendido, ya que el Sapo que él conocía era un tipo inofensivo y triste… Para eso hay que remontarse al pasado, cuando Spiderman salvo al Sapo de suicidarse, se hicieron amigos, el Sapo trato de ser su sidekick y acabo uniéndose al Niño Araña y al Hombre Rana para formar su propio grupo de superhéroes… si, en serio, eso sucedió de verdad… Las culpas a Peter David. ¿Pero cómo puede ser este el mismo enajenado enamorado de Wanda que ha tratado de acabar con la vida de la Visión cada vez que ha podido? Está claro que el amor no correspondido y la tecnología extraterrestre súper avanzada son una malísima combinación.
Si, esa historia existió de verdad, Peter David es aun más cachondo que Englehart
Pero el Sapo no ha tardado en reponerse de su sorpresa y ataca de nuevo echándole en cara a Spiderman que le enviase al psiquíatra pese a haberle prometido ser su amigo. Y lo que es peor, le culpa a el de haberse convertido en el terrible Rey sapo, ya que su “traición” le obligo a abandonar la senda del bien para volver a ser un villano de verdad. Una cosa esta clara, la idea de Spiderman de enviarle a un psiquiatra no podría haber estado más acertada…
El asombroso Spiderman, el hombre sin tacto…
Inesperadamente el Rey Sapo consigue derrotar a los dos héroes, hay que ver lo bien que le viene a uno tener un poco de tecnología alíen para subir de nivel. Pero el Sapo es un enajenado, y en lugar de rematar a la Visión como era su plan, echa a correr hacia la casa para ir a buscar a Wanda, a su amor…Por suerte para ella no está sola, a su lado se encuentra Holly, su alumna en las artes de la hechicería, quien para retrasar al Sapo y que Wanda pueda huir le ataca con… un bate de beisbol. Si ya decía yo hace unos cuantos artículos que Wanda la estaba timando con esas clases de brujería, una alumna del Doctor extraño ya le hubiera lanzado las bandas carmesíes de cyttorak y luego seguramente se hubiese acostado con el Doctor… pero no nos desviemos del tema.
Está claro que no es la regente de la dimensión oscura precisamente…
Aquí es donde las sorpresas ya superan todo lo esperable ¿Qué sucede cuando por fin el Sapo se encuentra cara a cara con quien ha sido su amor secreto durante tantísimos años? “Puaj” sí, eso, “puaj”, asco, al Sapo no le gusta nada que Wanda haya engordado por su embarazo. Y es que al Sapo, ese tipo enano, regordete, contrahecho y feo de cojones le dan asco las gordas. Esa oronda mujer no es la dulce florecilla a la que el amo durante tantos años. ¡Que no estás para ser exigente precisamente!
Qué asco que dan las embarazadas…
Sea como sea, Wanda, pese a lo “gorda” que esta, le tumba con un rayo místico y es “rematado” por un sermón de Spiderman sobre como la vida no es justa, que no siempre puedes tener lo que quieres y blablabla. A esto el Sapo responde teletransportandose lejos de allí y huyendo con el rabo entre las piernas una vez más. Está claro que del trabajo de Englehart podrán decirse muchas cosas, pero no que no se lo pasase bien escribiéndola.
Hablar de impuestos, la mejor forma de ahuyentar villanos
Con esto ya nos disponemos a dar salida a la recta final de la serie. El histórico embarazo de Wanda está a punto de llegar a su término, la familia se reunirá para tan esperado evento, y con los antecedentes que tenemos está claro que ese parto será cualquier cosa menos tranquilo. ¿Qué se habrá reservado Englehart para los episodios finales de la serie? Visto lo visto podemos esperar cualquier cosa, pero eso ya lo descubriremos a partir de la semana que viene. Hasta entonces.