Blackadder Goes Forth: Carne para la picadora

«He oido que la guerra empezó cuando un tipo llamado Archie Duque disparó a un avestruz porque tenía hambre.»
«Creo que te refieres a que empezó cuando dispararon al Archiduque Austro-Hungaro»
«Nah, estoy seguro de que había un avestruz implicado, señor.»

Conversaciones profundas entre el capitán Blackadder y el soldado Baldrick.

Y llegamos ya a la última parte de la saga de los Blackadder. Aunque es cierto que hubo unos cuantos especiales más (uno navideño, con un Dickensiano Ebenezeer Blackadder siendo visitado por un fantasma, otro de la guerra civil inglesa y hasta uno con el Blackadder de la actualidad usando una máquina del tiempo), Blackadder Goes Forth es la última miniserie de los Blackadder. Se ha especulado varias veces sobre hacer una continuación, pero hasta hoy no se ha oido nada.

De izquierda a derecha el capitán Darling, el general Melchett, el soldado Baldrick, el capitán Blackadder y el teniente George.

La última entrega de Blackadder esta guionizada, como las dos últimas por Richard Curtis y Ben Elton, y se estrenó en 1989. ¿El tema? La Primera Guerra Mundial y la vida en las trincheras. El Blackadder de principios del siglo XX (Rowan Atkinson) es un capitán del ejército británico que tras una tranquila vida aplastando pigmeos armados sólo con plátanos y kiwis acaba encerrado durante años en la batalla más larga de la historia. Para colmo, no ha conseguido librarse de Baldrick (Tony Robinson), que le preparará unos cafés de fango estupendos y le recordará lo bajo que puede caer el ser humano. Y lo que es peor todavía, también compartirá trinchera con el teniente George, un Hugh Laurie interpretando a un cabeza hueca recién salido de Oxford y convencido de que van a «apalizar a esos hunos».

Pintando sin tener la menor idea; lo que sea para salir del frente.

Desde una casa de campo a 35 millas del frente les dirigirá el enajenado del general Melchett (Stephen Fry) junto a su secretario el amanerado capitán Kevin Darling (Tim McInnerny, que vuelve a la serie). Otros actores que repiten, pero ya en distintos episodios, son Rick Mayall interpretando a Lord Flashheart (que ahora es un as del aire británico) y Miranda Richardson en un personaje nuevo, la enfermera Mary Fletcher-Brown.

Otra opción para escapar de las trincheras es apuntarse a la aviación, pero la esperanza de vida lo mismo es más corta…

La serie trata con cierto humor negro la vida en las trincheras y las estúpidas decisiones de los altos mandos, mientras Blackadder trata por todos los medios de huir de la guerra. Hay una atmósfera general de muerte inminente que aumenta a medida que avanza la serie, permitiendo a los actores lucirse con los diálogos más brillantes de la saga; no en vano los actores son algunos de los mejores cómicos británicos de los 80, y tras varios años de trabajar juntos empiezan a manejarse a la perfección.

Y decían que la guerra duraría poco…

Lamentablemente el tener tanto talento junto tiene su precio, y esta será la última entrega de La Víbora Negra. Al poner a Atkinson, Fry, Laurie y gente del palo en escena, es dificil que a los actores no les de por añadir sus propios chistes y giros a los diálogos originales de Curtis y Elton. Esto desesperaba a los guionistas, que llegaron a la conclusión de que era mejor mandar la saga de los Blackadder a freir espárragos. Más tarde, retomarían la saga en varios especiales, el último en 1999, pero cualquier posibilidad de ver otra serie sobre la dinastia es pura especulación.

Viene de Blackadder I, Blackadder II y Blackadder III

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