Pantera Negra: Los años de Christopher Priest

Saludos hermanos y hermanas de la negritud. Hoy continuamos con nuestro análisis de las aventuras de Black Panther/Pantera Negra. Nos habíamos quedado con el final de la etapa de Kirby allá por 1979. Tras esto Pantera vivió una época de poca popularidad, ya que aparte de sus apariciones esporádicas en series como Los Vengadores o los 4 Fantásticos no tuvo cabecera propia más que en dos miniseries una en 1988 a cargo de Peter B. Gillis y Denys Cowan y la segunda en 1991 a cargo de Don McGregor y Dwayne Turner, ocho míseros comics en doce años. Pantera Negra no pasaba por su mejor época. Estas miniseries no causaron un gran impacto y el personaje languideció otros siete años… Por suerte entonces llego Christopher Priest y ya nada fue lo mismo, para mejor.

Si Nietzsche creo al Übermensch (Superhombre), se podría decir que Priest creó al Supernegro. Antes de su etapa, T’Challa era un superhéroe mas, un atleta disfrazado con sus habilidades físicas potenciadas por una hierba mística y que ocasionalmente se sacaba de la manga algún artilugio de su fabulosa tecnología Wakandiana. Priest le transformo en el Batman Negro, ahora Pantera poseía una armadura de vibranium que podía transformarse en un elegante traje, la armadura estaba dotada de mas cacharros que todos los cinturones utilitarios juntos, y llevaba una tarjeta de visita (Kimoyo), que hacía que una madre caja pareciese un simple teléfono móvil. También llevaba un montón de adornos que no parecían cumplir ninguna función más que hacerle más visible en la oscuridad, debió cansarse de que no le vieran o algo.

¿Araña? No, gato.

Ahora T’Challa se había convertido en un tío molón, en un negro molón, en un Will Smith o un Samuel L. Jackson. Ya no era solo el tío cachas que daba saltos por ahí, ahora era invencible, incapaz de ser derrotado, y esto no era más que un pequeño atisbo de lo que veríamos años más tarde con el personaje con la llegada de Reginald Hudlin, pero eso es historia para otro post.

Priest no se ocupo solo de actualizar el modus operandi de Pantera, también se ocupo de actualizar su físico, rapándole la cabeza y dándole una perilla, alejándole de aquella imagen setentera a lo Sídney Potier que había lucido durante décadas. Pero un héroe como Pantera, que es Rey de una de las naciones más poderosas del planeta necesitaba algo mas para su imagen. Ahí es donde entraron las Dora Milaje. Estas mujeres guerreras eran de diferentes tribus de Wakanda y eran ofrecidas al Rey como guardaespaldas y potenciales esposas en aras de mantener la paz entre dichas tribus. Pero estas mujeres no eran simplemente unos cuerpos bonitos, las Dora Milaje eran unas feroces guerreras capaces de derrotar casi a cualquiera, como demostraron a la largo de la serie en más de una ocasión.

Simply Irresistible…

Pero no se quedaron ahí los añadidos a la mitología de Pantera Negra. Ya en el principio de su etapa se nos presento a Everett K. Ross. Este personaje era algo así como Michael J. Fox en “Spin City” pero con una habilidad mucho mayor para meterse en líos. Se trataba del enlace del departamento de estado del Gobierno Estadounidense con T’Challa para escoltarle y sacarle de líos mientras se encontrase en suelo americano, aunque mas bien solía ser T’Challa quien le sacaba de liso a él. El otro añadido a los mitos de Pantera Negra fueron los Hatut Zeraze, la policía secreta de Wakanda liderados por Hunter, el Lobo Blanco, el hermanastro de Pantera. Si otro hermanastro más, le salían como setas.

Funcionarios en calzoncillos, demonios, Panteras blancas ¡Todo era posible!

Con Priest además descubrimos muchas cosas sobre T’Challa, como que se había unido a los Vengadores para espiarles porque no se fiaba de ellos, o que de pronto ya solo se juntaba con superhéroes negros para luchar contra el crimen. También aprendimos que según Priest, para los blancos todos los negros somos iguales, cuando nos conto como Justicia era incapaz de saber si T’Challa, al que se había encontrado vestido de civil, era el Halcón, Goliath Negro o vete tú a saber quién.

¿Halcon? ¿Goliath Negro? A ver si va a ser Obama…

Si la etapa de Kirby era espectacular la de Priest no se quedaba atrás. A lo largo de los cinco años que duro esta etapa tuvimos golpes de estado en Wakanda orquestados por dictadorzuelos que hablaban con marionetas. Peleas internas contra su propia policía secreta. Reencuentros con antiguas novias de todos los colores. Enfrentamientos contra el mismísimo Mefisto. Viajes al Infierno y al Reino del Dios Pantera. Panteras robot gigantes. Vimos como Ross se convertía en regente de Wakanda en ausencia de T’Challa, como se descubría que este guardaba en su despacho planes de emergencia para derrotar a Galactus. Asistimos al regreso de personajes de etapas anteriores como W’Kabi o Killmonger. A combates contra el Increíble Hulk y Masacre. Al reinicio de su romance con Tormenta. A su sustitución por un agente de policía que se había encontrado su uniforme tirado por ahí y que más tarde acabo convertido en el segundo Tigre Blanco…Todo era posible en esta etapa.

El fin de una era

Pero todo lo bueno se acaba, y con el nº 62, en Septiembre de 2003 Marvel le dio carpetazo. Pero lo mejor aun estaba por llegar. Solo faltaban dos años para que Reginald Hudlin llegase a la serie con el vol4 y llevase a Pantera Negra a sus cotas más altas de popularidad y molonidad. Pero eso ya lo contaremos mañana.

¡Poder Negro!

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