¿Pero ésto que es? ¿Ésto que es? ¡Me han metido en la selección a la versión cañí de Lois Lane y Clark Kent! ¿Dónde estan mis entrañables garrulos que siempre perdían?
Que no, que no tiene gracia.
Ya en la última eurocopa, la cosa pintaba fatal, y acabó transformándose en una terrible realidad de quedar campeones de europa (¡nada menos!). Pero claro, como dicen los acólitos de la CONMEBOL, la eurocopa es el trofeo de leche, no vale nada, asi que lo tomé por una gripe pasajera. Se pasa, y en paz.Luego vino aquella cosa de la copa confederaciones, y cuando estaba todo el mundo temiendose lo peor, llegó EEUU y nos salvó echándonos cuando menos lo esperábamos; es lo bueno de los yanquis, defender la paz y la justicia lo harán fatal, pero echar gente de los sitios lo hacen como nadie.
Y llegamos al mundial, donde las perspectivas eran inmejorables. Suiza nos echó un cable y todo parecía que nos iba a permitir un descanso, que el mundial se iba a acabar pronto y que enseguida íbamos a poder sacar los viejos lemas de «jugamos como nunca, nos echan como siempre», «fulanito dimisión» y todo eso.
Pero no.
Aun cuando hay que reconocer que se han empleado a fondo, jugando con gente lesionada, transformando el tiquitaca en hacer un rondo en el centro del campo, olvidándose del concepto de desmarque o poniendo a ese genio de vivir de las rentas que es Torres, han ido cada vez a peor. Ni siquiera la promesa de una tipa con tetas gordas dispuesta a quedarse como Alá la trajo al mundo con tal de que se dejaran ganar los ha detenido; ellos tenían que frustrar a la pobre attention whore y dejarla vestidita (ahora la muy traidora dice que da igual, que se despelotará en Madrid si España gana el mundial, ¡lo que sea con tal de desnudarse!) con lo que a lo tonto a lo tonto, ya los tenemos en semifinales. Contra Alemania. Uno diría que los germanos son una garantía de fiabilidad, «el futbol es un deporte en el que juegan once contra once y gana Alemania» y todo eso, pero claro, en España juegan 10 y Torres, asi que la máxima esa ya no se puede cumplir tan facilmente. Pase lo que pase, ya estamos en semifinales, ya hemos cruzado la barrera psicológica, ya «estamos en la historia» pase lo que pase. Y me niego, que cojones.
¡Ahí, sufriendo! ¡Sangraremos lo que haga falta no para ganar, si no para poder cagarnos y mearnos en la madre del puto árbitro!
No me pueden acostumbrar a que el futbol sea dolor y sufrimiento, a que siempre estemos a punto de conseguirlo y fracasar, y luego empezar a conseguir cosas, a «hacer historia». Uno quiere tener primero su dosis de optimismo, quiere creer que vamos a conquistar el mundo y luego caer en primera ronda, o que nos eliminen los surcoreanos con la complicidad de un señor de Trinidad y Tobago (que dime tú a santo de qué se traen los arbitros de lugares tan raros, yo si fuera un árbitro de una liga importante me sentiría insultado si en los partidos decisivos de la mayor competición mundial de tu deporte, organizados por tus jefes, deciden poner de árbitro a un notas que solo le arbitra al equipo de la hija del presidente de Uzbekistán). Conclusión, de toda la vida seguir a la Selección era vivir en un mundo terrible de sueños e ilusiones rotas, de narices ensangrentadas, de penaltis no pitados y todo eso.
Pero ahora ni aunque el árbitro se esfuerce en joderte, los notas van y ganan. Y pasan, y siguen pasando.
Esto va a cambiar. Vaya si va a cambiar. No pienso tolerarlo ni una sola vez más. Si este año no me hunden en la miseria, si Alemania no nos golea o Uruguay nos mete tres goles en el tiempo de descuento, me cambio de equipo a uno que jamás me fallará. A un equipo de verdad, uno que este destinado al fracaso y se la pele igualmente. Que quizás no me ilusione tanto, pero que entre al campo para jugar, no para ganar. Y que aunque crea que va a conseguirlo, ni por esas gane. Me haré de las Seychelles, también van de rojo pero están un poco más morenos.
¡Ésta si que es la roja, y no los medianenas esos que se pasan el día pensando más en la prima que les va a dar la Federación que en las hostias que le pueden dar al rival sin que se de cuenta el árbitro!
Además, los llaman «Los Piratas», cosa que es una idea cojonuda, ¡futbolistas piratas! ¡Imagínate, igual juegan con pata de palo y el portero lleva un parche en el ojo y un garfio en la mano! Para colmo, en el larguero siempre habría colgado un loro, y a estos ya no les puedes vacilar con robarles el partido ni nada no, ¡como les toque los cojones el árbitro lo entierran en la playa hasta la cabeza y dejan que suba la marea!
Alguno me dira que pasar del equipo nº1 del ranking FIFA a uno que anda debajo del 170 es un poco radical, pero no, es jugar sobre seguro. Los Piratas no nos van a traicionar, seguramente les acaben expulsando a medio equipo por degollar al adversario pero, ¿y lo que nos reimos?
Las Seychelles tienen posibilidades, vaya que sí. Va a ser dificil pillar la señal para ver sus partidos, pero con una paellera y suficiente papel albal se pueden hacer milagros, y si no que se lo digan a Maldini, que lleva 20 años viendo los partidos así.
No, nuestra bandera es muy heterosexual. Lo que estás pensando es cosa tuya, que tienes la mente sucia.