Odio los MMOs. Son juegos creados específicamente para hacerte perder el tiempo en ellos. Todos tienen procesos de juego que te obligan a estar enganchado el mayor tiempo posible para lograr tu meta. Desde los primeros MMOs que se basaban sólo en subir de nivel a base de aniquilar bichos hasta el sistema de «honor» del Warcraft que te obligaba a estar jugando 20 horas diarias si querías ser el nº1 en PVP de tu servidor, los MMOs siempre se las han ingeniado para, ya sea por la recompensa virtual o por el tema social, conseguir chuparte la sangre.
Y es que normalmente los juegos, como los tebeos o las películas, tienen una duración limitada. Se ven, se juegan, se acaban. Pero con la excusa del multijugador, se intenta hacer creer al personal que los juegos pueden ser infinitos, cuando ni los matrimonios con supermodelos lo son (supermodelos con muchos temas de conversación, se entiende).
Venía esto a cuento porque recientemente, tras haber dejado de pagar el World of Warcraft (de pagar, porque de jugar llevaba tiempo que no jugaba, es lo que tienen las suscripciones de 6 meses) me he encontrado con un trial del Warhammer Online, y he tenido un déjà vú tremendo. Empezaré por el principio:
Veréis, yo empecé en esto de los MMOs con un trial de Star Wars Galaxies. Me encontré un juego con un terreno enorme para patear, con ciudades llenas de gente y todo eso. Pero lamentablemente, me encontre con un juego tremendamente aburrido. El juego, de por sí, era un coñazo. Las misiones, al margen del texto de misión que te pusieran, se basaban en ir a un sitio y entregar la quest, o ir a un sitio y matar bichos. Nada más. No había una historia, no había nada. Si querías PVP (combates contra otros jugadores), te tenías que apuntar a una de las facciones, Alianza Rebelde o Imperio Galactico. Pero claro, ni unos ni otros era llegar y darte un destructor imperial bajo tu mando, tenías que hacer méritos, y esos méritos los hacías… ¡Haciendo misiones! Las misiones eran, básicamente, ir a sitios y matar npcs de la facción contraria, con la novedad de que ahora los bichos tenían una bandera de su facción que tenías que romper. Así, una vez reventabas esa bandera, pues ya habías triunfado y podías volver para entregar la misión, que te subieran reputación en tu facción y que, al tener el PVP activado, llegara un nota con 40 niveles por encima de ti y te reventara con su sable láser. Con dos cojones.
Supuestamente el juego ganaba si roleabas, esto es, si usabas tu imaginación; te dejaba construirte casas, ciudades enteras y expendedores de items. Pero para mí eso es como decirte que si un libro tiene un final de mierda, el libro no es malo, que tienes que reescribirselo tú. No señor, el libro es una mierda.
Así que el Galaxies lo mandé a la mierda tan ricamente.
Luego me dieron una beta del City of Heroes. Que era un juego de ser superhéroe en el que no se rompían muchas cosas, pero eso sí, había mamporros a mansalva (esta expresión tan retro la uso porque son superhéroes al estilo clásico, y para clásicos pues expresiones clásicas) City of Heroes basaba sus misiones en meterte en edificios y machacar a todos los tipos que hubiera dentro hasta acabar con el jefe de los malos. Vamos, que todas sus misiones eran «mazmorras». Era divertido, y el tema de los clanes (supergrupos) estaba mejor implementado que en Galaxies, pero la verdad, no llegaba mucho más allá, acababa cansando hacer siempre lo mismo.
Y entonces llegó el Warcraft, que probé la beta y no me gustó. El interfaz era bastante más avanzado, y las misiones tenían su propia historia y ambientación, pero en realidad era más de lo mismo. Vete allí, haz esto, mata esto, colecciona trastos de estos.
Pero me regalaron el Warcraft al acabar la beta, acabé metido en un clan y en poco tiempo ya lo estaba dirigiendo yo. No me gustaba jugar al juego, pero lo que me gustaba era la gente que jugaba al juego. El componente social, que es el que realmente engancha en estas mierdas. Es como cuando un día te das cuenta de que el bar al que vas siempre es una mierda, huele mal y te mean en la cerveza, pero sigues yendo porque todo el mundo va allí. Puedes intentar convencer a tus amigos de irte de allí y buscar un local más decente, pero acabas allí metido.
Conclusión, no juguéis a MMOs. En realidad, son juegos monojugador que prometen tanto y cumplen tan poco como Peter Molyneux, pero que en realidad sólo funcionan si tienes gente con la qué jugar. Y para eso, que queréis que os diga, mejor jugáis a otra cosa que no tenga cuotas ni gente que te haga chantaje emocional para que tengas que hacer tal o cual cosa.
¡¡JA, JA, JA!!
¡¡JA, JA, JA!!
Es una pena que hayas tardado tanto en darle la patada, has perdido un valioso tiempo que podias haber invertido en otras cosas.
WOW y todos los de su calaña son caca para adolescentes que no quieren pensar.
Un saludo!!!
No estoy en absoluto de acuerdo. WoW y su calaña son videojuegos, tan videojuegos como el Contra, el Shinobi o SuperMario Bros. Su valor como juegos existe, pero lo que no existe es su «capacidad infinita» para entretener; hay MMOs buenos y MMOs malos, pero tú nunca te pasarías la vida jugando al comecocos (bueno, alguno si lo hace, por eso de romper el marcador y tal y cual, allá el). Muchos MMOs tienen valor de por sí como para poder funcionar perfectamente como juegos offline, pero desde luego lo que no podemos hacer es creer que esto es algo más que una red social pasada de vueltas o pasarnos 20 horas jugando para obtener una recompensa (ya sea virtual o para tirarte a una tipa, casos peores he visto).
Sociologicamente, son una mina. Es como un Gran Hermano en el que vale todo, me recordó en un principio a los primeros años de internet. En una época en la que todo merluzo está encerrado en su propio mundo, limitado por sus amigos de tuenti, facebook o msn, era entretenido poder encontrarte nazis a los que dar por culo lo más grande y que encima los banearan a ellos.
Lo peor es que el MMO no tiene su público principal en adolescentes, el perfil medio de jugador en EEUU es el de maruja aburrida en casa que si no está matando orcos estaría viendo a Oprah, dándole a la botella o haciendo un Thelma & Louise. Pero creo que el tema da para muchísimos artículos, asi que mejor hablo de las mamagallina y los vigoréxicos en otra ocasión.
No soy adolescente, quiero pensar, y es más, lo hago, y juego a WoW.
¿Soy malo por ello? Marcadme con un triángulo invertido.
No soy un defensor de esos acérrimos, pero para mí un videojuego el diversión, y si me divierte, como es el caso, pues ya está, ni más ni menos tiempo perdido, sólo el que yo decida invertir.
Claro que entiendo a lo que te refieres en el post. Es cierto que hay mucho niño que prefiere dejar a un lado la «vida real» y se zambullen completamente en la «vida online». Eso sí que es triste y peligroso. Pero creo que todo es bueno en pequeñas dosis.
Ni de coña. Si en algún momento he dado a entender que todo el tiempo invertido en un MMO es tiempo perdido, no era en absoluto lo que quería decir. Mientras el juego te divierta, juega.
Realmente este artículo es una primera parte de varios, siendo la segunda parte «This is why I love Warcraft» y la futurible tercera «Gente que juega al WoW y por qué tenemos que tener miedo».
Pero como todavía no tengo claro si me apetecerá escribirla o no (soy así de anárquico en estas cosas, y después de escribirme los posts kilométricos sobre La Amenaza Fantasma he quedado algo perjudicado) lo dejo en el aire.
Pero WoW, a día de hoy, le da mil vueltas a RPGs sobrevalorados como Fallout 3 o Mass Effect 2.
Desde luego no dice mucho de este tipo de juegos el que el perfil medio sea una maruja aburrida…
WoW es mas un producto comercial que un juego, y yo siempre estoy (y estare) en contra de esto. Pero bueno, mucha gente ha caido en la trampa.
A mi siempre me gustaron otro tipo de juegos, como las aventuras graficas.
PD: WoW no incita a pensar, solo a actuar (como D&D pero en videojuego)
Por cierto, ni WoW, ni Mass Effect, ni ningun otro son RPG´s
[…] Brainstomping. Como la segunda y la tercera cosa que más busca la gente que nos visita es “Warcraft” y “Pequeñas mentirosas“, tendremos que ponerle como título algo del tipo […]