Se le llama Mary Sue al personaje maravilloso con el que el autor se introduce en la historia y se identifica con él. No pasaría nada si dicho personaje fuera un testigo más o menos mudo de la acción, pero si el personaje es Mary Sue, resulta que no sólo toma parte en la acción, si no que llega a ser el héroe de la historia y los personajes de la misma le profesan admiración y una gran estima. Para entendernos, es una aspiración infantil que muchos niños tienen de volar junto a Superman o disparar metralletas de balas mágicas con el Equipo A. Sentry es el personaje Mary Sue más reciente de los cómics de la Marvel y, probablemente, el más escandaloso.
Tal vez algunos de vosotros conozcais la historia: Chico lee tebeos, chico se flipa con los tebeos, y sueña algún dia ser un personaje de esos de los tebeos que, por supuesto, siempre gana. Y siempre lo peta. Y es el más fuerte, el más guapo y el más guay. Normalmente, según el chico va creciendo, se le quitan estas tonterías de la cabeza y se pone a ver «Sálvame» o algo peor. O, vete a saber, igual sigue leyendo, o hasta intenta dedicarse profesionalmente a escribir y lo consigue, y para entonces ya no puede seguir pensando en personajes maravillosos porque es consciente de que Don Perfecto Man es peor personaje que Don No Tan Perfecto Kid, que da mucho más juego.
Paul Jenkins no se dio cuenta.
Y eso que Paul Jenkins se ganó la fama escribiendo las historias de un personaje famoso por sus propios defectos como es John Constantine (Hellblazer), pero al hombre no se le ocurrió otra cosa que proponerle a Marvel (literalmente) «la historia del primer y mayor héroe del Universo Marvel, The Sentry». Básicamente la historia va de un tipo rubio, con capa, que vuela y es más fuerte que nadie y que es el responsable de que todos sean amigos en Marvel, de enseñarle a Hulk a calmar su ira, de alegrarle la vida a todo dios… Pero que un día, por un misterioso azar del destino, es borrado por completo de la historia y ni el mismo recuerda haber sido un superhéroe.
Lo cierto es que, cuando Marvel publicó la serie original de The Sentry en el 2000, todo el mundo pensó que estaba leyendo la historia de un esquizofrénico que tenía el poder de reescribir los recuerdos de la gente; la trama básicamente consistía en Sentry paseandose de un lado a otro hablando con los personajes de Marvel y preguntándoles si le recordaban, para que, tras varias viñetas de decir «quita sonao, que tu no me suenas de nada», el personaje recordara que Sentry fue el tío que les enseño a marcar pectorales y a lavarse los dientes todas las mañanas.
Llegados a este punto tengo que advertir de que voy a reventar toda la historia de Sentry hasta hoy día. Como el personaje es pura basura, no creo que nadie se moleste…
Al final de la serie original, Sentry descubre que, en efecto, es esquizofrénico con doble personalidad, y que su otro yo es su archienemigo, «The Void». Por lo visto, para evitar que Void hiciera sus fechorías, Sentry había hecho olvidar a toda la Tierra y a si mismo la existencia de él o sus poderes, y se había dedicado a vivir una gris existencia como Bob Reynolds, su nombre de persona humana normal. Como no, al final de la historia todo el mundo se acuerda de Sentry, rompen cosas y Sentry acaba encerrado en un psiquiátrico, tratando de curar su enfermedad. Cualquiera diría que es un Mary Sue poco Mary Sue si en realidad es un puto sonado que acaba en el psiquiátrico, pero el desenlace de esta historia deja claro que Sentry existió, y que Sentry era más fuerte que Hulk, más chulo que el Capitán América, más rubio que Thor y la tenía más dura, grande y gorda que Nacho Vidal.
Realmente todo esto no tendría la menor repercusión si no fuera porque, años despues, Bendis recuperó el personaje de Sentry para su New Avengers. Sentry no solo era ahora un miembro de los Vengadores, si no que entraba en la Marvel «mainstream» y pasaba a ser un personaje regular de la serie más vendida de la editorial. Y el hijoputa volvió a lo grande, porque ya en la primera historia reventó a Matanza (el enemigo de Spiderman, el de Matanza Máxima) abriéndolo en canal y tirándolo al espacio. Con dos cojones. A partir de ese momento, y dado que Bendis no es el «propietario» de Mary Sue, Sentry se comporta como lo que es, un perturbado con demasiados poderes que los demás usan y manipulan como les apetece para que les haga el trabajo sucio. Para colmo, se retrata a Sentry como un tipo que antes de tener poderes en realidad era un yonqui lamentable que confundió con anfetas las pastillas que dan los poderes de Dios. Cualquiera diría que se empezó a colocar al personaje en si sitio, pero claro, Marvel no podía perder la oportunidad de decirle a Jenkins que escriba especiales del personaje, y Jenkins lo hace encantado, dando rienda suelta a su prosa relamida, y contando animaladas como que Ben Grimm (la Cosa de los 4 Fantásticos, famoso por ser el tío más humano del mundo pese a ser un bicho de roca naranja) afirmaba que Sentry era el tío más humano que había conocido o que Pícara diga que «durante años, el único que podía tocarme era Mary Sue…»
Tócate los huevos.
Sentry (spoiler de la edición americana) ha fallecido hoy mismo. Al final, de tanto que lo manipularon, se le fue la pinza y trató de cargarse Oklahoma o el universo, lo que le apeteciera primero, pero palmó en una batalla absurda enfrentado a todo el barrio y a un portaaviones volador. Por supuesto, Paul Jenkins ha escrito un especial en el que se cuenta el funeral de Sentry, en el que estan presentes sus amiguitos superhéroes y cuentan como echan de menos sus partidos de baseball con él, los buenos consejos que les daba y blablablabla.
Que te den por culo Sentry. Yo sí que no te echaré de menos.