2026 me tiene acojonado: Debe ser que me hago viejo…

Ya lo sé, ya lo sé. Final de año, todos pensando en celebrarlo, repasos nostálgicos de lo mejor del año y, para los más chafarderos, de lo peor… Pero este año estoy acojonado. Que no es que empezara 2025 con alegría y campanillas a mi alrededor, no, pero lo que está pasando ahora mismo me da más miedo todavía. El mundo está cambiando, y entendo que el cambio es necesario, pero siempre es bueno y ahora mismo… Acojona.

¿Explotará la burbuja en nuestros morros?

Hay varios factores del mundo «real» que están acojonándonos como cierto genocidio, guerras, que el mundo entero se está rearmando y con la tontería se está creando una inflación tremenda que se ha retroalimentado con la demanda exacerbada de productos tecnológicos… Y ahí quería llegar yo. Porque claro, cuando nuestro dinero vale menos porque todo vale más nos cabreamos, pero cuando vemos que el horizonte no es uno de burbuja reventona y desparrame de los precios si no de acaparación de recursos porque se da por hecho la inflación, la cosa se pone muy fea. Esto es, ahora mismo hay especuladores comprando tebeos como si no hubiera un mañana porque son un «valor seguro» al que no va a afectar la inflación. Y lo hacen con discos, con funkos, con videojuegos… Curiosamente no lo hacen con películas, más que nada porque esa industria ya murió bastante hace cosa de quince años cuando la gente empezó a pasarse al streaming.

Uno podría decir que no hay especulación con el DVD o el VHS porque es un formato obsoleto, pero… Tampoco la hay con el Bluray.

Mientras tanto, las tecnológicas son un valor seguro para nuestro dinero, sí sí, dinero que usan para invertir en la dichosa IA, esa entrenada a base de robar textos, imágenes y hasta nuestras propias voces. La IA es una herramienta, nos dicen, y no mienten, es verdad. Es una herramienta que ahora mismo gasta unas cantidades de energía desproporcionadas en un planeta al borde de un colapso medioambiental que ha debido de pasar de moda. Es como si la IA realmente hubiera tomado ya conciencia propia y nos estuviera controlando para darle toda la tecnología y energía posible; recientemente el CEO de Microsoft, Satya Nadella, reconocía que habían comprado tanta tecnología para sus centros de datos que ya no podían utilizarla porque no les llegaba energía suficiente. Y así es como están demandando a los gobiernos más centrales energéticas, centrales nucleares si hace falta, a pesar de que la IA de las narices sigue sin demostrar del todo que no son castillos en el aire. Es más, las hipotéticas centrales nucleares para alimentar esta demanda extraordinaria no llegarían hasta dentro de cuatro años… Que en los países menos experimentados con la energía nuclear pueden convertirse perfectamente en veinte.

Nvidia empezó siendo sobre todo una empresa de videojuegos… Y ahora que son la empresa más rica del mundo los videojuegos le dan completamente igual.

La voracidad tecnológica de estas criaturitas va más allá; si en un principio solo afectó a la inflación de tarjetas gráficas de sobremesa, esas que se utilizan en un principio para videojuegos pero también para investigación u edición de video, provocando que el precio se multiplicara casi por 10 entre los mineadores de bitcoins y la IA de marras, ahora mismo OpenAI ha comprado el 40% de la producción de memoria RAM del mundo hasta 2029. Esta compra, que se une a la acaparación de recursos de otras tecnológicas, se estima que provoque no solo una subida de los precios de los componentes de ordenadores y consolas, si no que también las de otros dispositivos más extendidos como tabletas o teléfonos móviles. Tras haber vivido toda nuestras vidas con una mejora constante de la tecnología -cuando comprabas una tele nueva solía ser mejor en prestaciones que la anterior y a un precio incluso más barato- de repente nos encontramos con que los únicos móviles asequibles tendrán menos memoria y peor procesador. Personalmente no le veo necesidad a una tecnología más avanzada a los móviles y éso se estaba viendo en el mercado, porque la gente ya no estaba renovando su cacharro cada dos años como le gustaría a la industria, pero con esto se va evaporando la idea de hacer de nuestro móvil nuestro todo en uno, teléfono, ordenador y centro multimedia, porque probablemente su memoria se verá un tanto limitada para muchas actividades. Y aquí viene lo más gordo, la nube.

Ya no ves lo que quieras, si no lo que te dejen ver.

Vale, con los tebeos no ha acabado de funcionar, pero con el cine el streaming ha triunfado. El digital se ha impuesto hasta en uno de los sectores más tradicionales, el de los videojuegos, en el que la mayor parte de las ventas ya son «virtuales», compras una licencia de uso del juego y en paz. Pero la necesidad de tener una consola u ordenador sigue existiendo para hacer funcionar esos juegos, a pesar de que poco a poco se hace más seductora la idea de jugarlos «desde la nube», pagar una suscripción mensual a una plataforma de streaming que te sirva los juegos en directo que tu controlas a través de internet. Es el sueño de acabar no solo con la piratería, si no también con la propiedad privada; es curioso como estos «ultracapitalistas» tienen como objetivo final que, una vez ya nos resulta imposible tener un dispositivo que haga funcionar los juegos modernos, una vez ya no tengamos un reproductor de bluray o DVD, todo lo consumamos a través de streaming. Los tebeos es complicado porque la tinta, es un mercado mucho más pequeño y todo eso, pero las grandes editoriales americanas y japonesas ya tienen servicios de suscripción a precios competitivos que, en cuanto vean que se apunta gente suficiente, subirán encantados de la vida, reduciéndote la oferta «gratuita» y aumentando la oferta de «pay per view».

Ésto es lo que Cory Doctorow llama «enshitification», primero nos ofrecen un servicio estupendo a precio bajísimo y cuando nos tienen agarrados suben el precio y lo hacen insoportable. En los círculos corporativos también lo llaman «control de calidad», saber hasta que punto pueden hacer malo un producto hasta acabar con la paciencia de la gente.

Asi que sí, me acojona 2026. Porque como lector, espectador y jugador no tengo ni idea de cómo escapar de este futuro. Normalmente la forma de escapar de estas trampas era no hacer absolutamente nada, la empresa que primero se lanzara a la piscina se esmorraba y el resto escarmentaba en pellejo ajeno -aunque muchas veces no, la gente es muy tonta- pero ahora están todas fusionadas y es complicado que alguien no pique. Que algunos tengan un servicio de todo en uno, pagando 120 euros de una tarifa de internet que incluya siete servicios de streaming que nunca va a ver. Yo que sé, la progresión en estos 15 años ha sido la que ha sido y no tiene pinta de que la cosa vaya a mejorar, si no todo lo contrario. Cuando las tecnológicas acaparen toda la energía y tengamos que leer nuestros cada vez peor conservados tebeos a la luz de una vela, lo mismo tenemos nostalgia de nuestros tiempos… Y lo peor es que estará justificada.

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Roger
Roger
58 minutos han pasado desde que se escribió esto

Tanto a nivel personal como internacional 2025 me ha parecido una mierda de año, por lo que tengo cierta esperanza supersticiosa de que 2026 sea mejor. Pero no deja de ser eso, un deseo. Cosas como Brainstomping han hecho el año más tolerable. Feliz 2026 a todos.