El ojete y el osezno: Alien Earth y su segundo episodio SPOILERS (II)

Lo habíamos dejado ayer con el equipo de Kirsh llegando a la Maginot y encontrándose una vaina alienígena colgada en mitad de un pasillo y completamente inmovil, y siento decepcionaros al comunicaros que en este episodio no nos enteramos de absolutamente nada sobre la vaina, así que habrá que esperar al siguiente. De entrada Kirsh tiene esa actitud tan suya de dar órdenes y envía a Curly, Smee y Nibs para que se encarguen de buscar algo para capturar a la criatura.

Unos dicen que se parece al Roy Batty de Blade Runner, otros que a Sting, a mi me parece Tim Olyphant haciendo de tipo chungo, muy chungo.

Los tres acaban en el laboratorio en el que Morrow ató a los guardias en el capítulo anterior y ven las consecuencias del ataque de las sanguijuelas alienígenas, que ahora están gordísimas y salen corriendo en cuanto les da la luz; sin embargo, el incidente más siniestro se dará poco después, cuando se encuentren al gato de la Maginot… Que no tuvo tanta suerte como el de la Nostromo, porque tiene medio cuerpo destrozado y su cadáver está siendo animado por una especie de mini Shuma-Gorath que en cuanto los ve trata de echarse al ojo de Nibs, que consigue repelerlo y entre los tres lo encierran con un recipiente metálico sobre el que ponen un telescopio y todo el cuerpo de Smee. No tardan en llamar a Kirsh para que haga algo al respecto, que descubre en el ordenador de la nave que el sujeto pertenece a la «especie 64», bautizada como Trypanohyncha Ocellus, y hace precisamente lo que nos esperábamos, sustituir el ojo del huesped y tomar el control de su cerebro y su cuerpo entero. Weyland-Yutani considera que es un bicho bastante espabilado capaz de resolver problemas al nivel de un humano, con lo que no sé en que cojones pensaban para ir llevándoselo a la Tierra. Kirsh no parece estar de acuerdo conmigo, porque en cuanto puede se conecta al ordenador de la nave y descubre que hay seis huevos de alien en una de las secciones delanteras de la nave, y en cuanto los ve envía a Smee para recogerlos. A Nibs no le hace especial gracia la idea -desde que se encontro con el ojete no ha soltado un cuchillo- y Smee sale corriendo, porque lo mismo se piensa que los huevos esos son menos peligrosos que el ojete de marras.

¡Que asco de bicho joder!

Por su parte, Wendy y Slightly siguen subiendo escaleras en busca de Joe, encontrándose la puerta del ascensor arañada por el Alien, por lo que llegan a la conclusión de que ha debido de ser un oso. Que hay un oso suelto en el edificio vaya, y curiosamente uno de los niños perdidos se llama Osezno. Como en esta historia de aliens hay más aliens que el xenomorfo, creo que lo mejor es llamar Osezno al susodicho, porque él también es el mejor en su trabajo y lo que hace no es agradable. Mientras tanto Joe ha conseguido llegar a la parte superior del edificio y los apartamentos de lujo, donde se encuentra a otro miembro de su equipo, Bergerfeld, que lleva un rifle de pulsos y le pregunta dónde está todo el mundo, que las comunicaciones están caídas y que el edificio se va a desmoronar en cualquier momento; él está intentando evacuar a todos los habitantes, pero uno de ellos, que está dando una fiesta a lo siglo XVIII con pelucones de aristócrata francés y todo eso, se niega en redondo a abandonar el edificio porque «si realmente pasara algo me avisaría Boy Kavalier personalmente; pertenecemos al mismo club». Y les da con la puerta en las narices.

Ésta es la cara que se te queda cuando tratas de explicarle a un millonario que el edificio se está viniendo abajo y hay alienígenas sueltos. Demasiada entereza tiene Joe, también te digo.

Por supuesto, los dos curritos de emergencias no se rinden, y justo cuando están intentando otra vez que les abra la puerta para poder desalojarlo, aparece el osezno y se zampa a Bergerfield, cuyo cadaver zarandeado por el alienígena empieza a disparar en todas direcciones, con lo que el señor no-francés maleducado abre la puerta para quejarse por el ruido y el osezno aprovecha la ocasión para ponerse las botas en su fiesta y no precisamente a golpe de canapés. Que en realidad estoy mintiendo, porque vamos a dejar las cosas claras, éste alien mata por gusto, raja todo lo que se mueve y no se para a alimentarse en ningún momento ni parece querer raptar a ninguno para montarse su propio nidito. Es todo sangre y tripas, puro gore, una secuencia terrible en la que los invitados ni siquiera les da tiempo a levantarse de la mesa o gritar, y justo cuando el osezno estaba babeando la cara de Joe, aparece Morrow, el cyborg antipático de la Maginot, y fríe al osezno con un táser. Y luego fríe a Joe.

Me creería que Noah Hawley ha hecho toda esta serie solo para poder hacer este plano. ¡Muérete de envidia, Tony Gilroy!

Para cuando Wendy por fin encuentra a Joe, todo el piso está lleno de sangre; Morrow se ha intentado llevar al osezno en un saco, pero se encontró unos guardias y el osezno aprovechó la situación para escapar y pintarlo todo de rojo en otra de esas escenas antológicas; ¡el muchacho le está sacando los colores a cualquier xenomorfo de las películas y de que manera! Wendy y Slightly siguen convencidos de que sí, de que ha sido un oso, y se encuentran a Joe robando una pelota de béisbol de 1977 de los home runs de Reggie Jackson; por lo visto Joe y su padre eran muy fans de ver partidos de béisbol de los años 70, cosa que me fascina porque apenas conozco a nadie a quien le guste ver partidos de fútbol del año pasado. Wendy está encantada de encontrarse con Joe, pero él por supuesto no la reconoce, y no parece contento al enterarse de que ambos son sintéticos, palabra que a Wendy no le gusta en absoluto porque ellos son «diferentes». Y en esto les interrumpe Kirsh para ordenarles que vayan a ayudar a Smee con los huevos, con lo que Wendy de forma muy encantadora convence a su hermano de irse con ellos porque seguro que se encuentran a gente sangrienta, herida y explotada. Joe acaba aceptando, y por el camino el chivato de Slightly le cuenta a Joe que Wendy es su hermana, lo que provoca que él no pare de interrogarla sobre el pasado de ambos y ella acierte todas las preguntas, tras lo que los dos se abrazan. No, esta serie no va precisamente lenta.

¿Os he dicho ya que la WY tenía en el ordenador de la nave informes completos de los bichos estos? Seguramente Kirsh a estas alturas sepa lo que son los huevos de marras y la barbaridad que es mandar a Joe allí…

Slightly es el primero en encontrar los huevos -Smee no aparece por ningún lado- y los tres se acercan despreocupadamente hacia ellos, con Joe metiéndose en medio cual personaje de Prometheus y no teniendo ningún complejo en cruzar la extraña luz azul que los cubre. Os puedo asegurar que yo de crío estuve en una atracción de Alien en un parque infantil sin haber visto nunca una película de Alien (ya, yo tampoco sé como nos dejaron entrar) y ni se me ocurrió acercarme a los huevecitos de marras. Que ojo, el supuesto soldado que nos llevaba nos hizo cruzar entre ellos «sin hacer ruido, sobre todo no los toqueis» y no hubo más cojones que cruzar, ¿pero si es por mi? ¡Ni curiosidad científica ni puñetas, ahí se quedan los huevos y yo doy media vuelta! Por supuesto, Wendy empieza a oir el «ruido» y vemos varios planos en primera persona del osezno corriendo por los pasillos porque no quiere que le toquen los huevos, pero ahí está el tarado de Joe arrodillándose y poniendo la cara justo encima del huevo, que empieza a abrirse… Y en esto el osezno le salta encima y los dos caen varios pisos más abajo, con lo que Wendy le ordena «cuidar la tortilla» y sale corriendo detrás de su hermano. Fin.

Si es que tenía que ser el único humano el que se quedara mirando el huevo, no podía ser un sintético, noooo…

Un episodio menos cargado de contenido que el primero pero que aun así sigue siendo bastante más denso que la media de lo que nos solemos encontrar por ahí. Slightly es un niñato idiota, Kavalier más y Joe… Joe creo que es el primero que ha mirado a un huevo de alien a los ojos y no le han violado oralmente, así que tras todo lo que hemos visto a lo largo del episodio debe de tener una flor en el culo. Claro que, después de ver el tercer episodio…

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Payton Wynn
Payton Wynn
3 meses han pasado desde que se escribió esto

Los ricachones de fiesta sin enterarse (ni tener ningún interés en enterarse) de lo que está ocurriendo en el resto del edificio me hizo pensar un poco en «La máscara de la muerte roja».

Last edited 3 meses han pasado desde que se escribió esto by Payton Wynn
Erminzah
Erminzah
3 meses han pasado desde que se escribió esto

«Os puedo asegurar que yo de crío estuve en una atracción de Alien en un parque infantil sin haber visto nunca una película de Alien (ya, yo tampoco sé como nos dejaron entrar) y ni se me ocurrió acercarme a los huevecitos de marras»
¿Pero qué atracción era esa? y os guiaba un actor vestido de marine? YO QUIERO!
Yo ya he visto el cuarto y cada vez me gusta más lo que están consiguiendo a todos los niveles y como va in crescendo el mal rollo y suspense ( en varios frentes además). Encantadísima me tiene la franquicia, cosa que pensé que no diría nunca de nuevo ( aunque Romulus tuvo sus aciertos, hasta cagarla con el final por querer preservar el canon del desastre de las precuelas).