En 1995 Image parecía haberse consolidado, y había sido una de las pocas supervivientes del estallido de la burbuja. Las luchas de poder por el control de Marvel estaban a punto de llevarla a la bancarrota y multitud de autores veían como sus proyectos eran rechazados por unas editoriales que a duras penas sacaban sus títulos a la venta. Pero Image había sobrevivido, se había independizado de Malibu Comics y había colocado al frente de la gestión de la editorial a Larry Marder, creador del cómic indie Beanworld y el único que sabía como llevar aquel torbellino de egos que era la Image de principios de los 90. De entre todos aquellos egos, había uno que parecía vivir en una realidad paralela en la que la crisis no había llegado, a pesar de que todas sus series eran canceladas casi sistemáticamente por falta de ventas: Rob Liefeld y sus Extreme Studios.

Había consenso entre los socios de Image: Liefeld tenía que sacar menos series, y las que sacara tenía que continuarlas y no dejarlas abandonadas al tercer número. Liefeld tenía que dejar de levantarles autores a los demás estudios, prometiéndoles cantidades de dinero desorbitadas y, en definitiva, tenía que jugar más para el equipo. Por supuesto, Liefeld no iba a hacerlo y todo aquello iba a acabar de la peor forma posible, pero en el verano de 1995 Rob Liefeld seguía siendo una fuerza de la naturaleza, el autor del primer cómic de Image y seguía haciendo lo que le venía en gana. Como sacar al mercado Berserkers, la primera serie anunciada para Image que nunca llegó a salir por una llamada de Bob Harras a las seis de la mañana (que por mucho que se queje Liefeld, la diferencia horaria con Nueva York es lo que tiene). Berserkers había pasado a llamarse Berzerkers y, aunque Liefeld retenía el crédito de creador, ahora lo escribía Beau Smith y lo dibujaba Dan Fraga. Y no nos vamos a engañar, seguía siendo una condenada mierda.

Beau Smith era guionista de algunos números de Guy Gardner: Warrior para DC. Dan Fraga… Acababa de salir del instituto y tenía el número de teléfono personal de Liefeld, con lo que lo llamaba por teléfono y le mandaba muestras de su trabajo constantemente, convirtiéndose en uno de los primeros reclutas de Extreme Studios. No era un dibujante que estuviera precisamente formado en aquel momento, con lo que ponerle al frente de una de las primeras series de Extreme, Bloodstrike, podía parecer un movimiento arriesgado para Liefeld. Pero como su estrategia comercial estaba basada en tirar números uno contra las estanterías a la espera de que alguno fuera comprado, ni siquiera llamó la atención. Berzerkers sale a la venta dos años después, con Bloodstrike y Black Flag, las otras dos series de Fraga, ya desaparecidas, y a ratos parece más una excusa para mantener la propiedad de los personajes presentados en aquel lejano teaser (que ya sabemos que Liefeld es un troll de las marcas).

Llegados a este punto, creo que no hace falta decir que el cómic es un absoluto desastre, con lo que ahora podría empezar a ser un desaprensivo de esos que se hace un articulo entero metiéndose con un tebeo malo. Voy a intentar no hacer eso porque bastante he tenido repasándome hace poco los Nuevos Mutantes de Liefeld (la semana que viene veréis, ya) pero me gustaría usar este cómic como ejemplo de los excesos que tenían muchos de los cómics de aquel momento, siendo el primero el de plantarte cuatro o cinco páginas de exposición con viñetas a toda página que no contaban nada de la historia, si no que mostraban a los personajes en poses molonas y tal. Era como si el guionista tuviera que contar la historia a pesar de los dibujos. En este caso, lo que se hace es contar que hay un «dictador del mal» al que combaten los protagonistas, que son los mejores «del universo» y a continuación nos intentan detallar las habilidades de cada uno pero en realidad sólo nos dicen que son increíblemente poderosos… Para luego mostrarnos cómo están siendo torturados en la prisión del dictador en cuestión. Nos lo cuenta en primera persona el líder del grupo, diciéndonos que se vieron obligados a intervenir en el plantea Savageon pero fueron soprendidos por los medio plasmon ciborgs conocidos como los plasmáticos. En resumen, tenemos unos textos que tratan de introducirnos en la historia pero no nos la están contando realmente, porque de haber aparecido directamente todos en la mazmorra cagándose en el dictador ya nos podríamos haber ahorrado las cuatro páginas anteriores.

El problema de Image es que los líderes de aquellos estudios, sobre todo en el caso de Liefeld, no eran profesionales del todo formados. Si autores de la talla de Neal Adams habían tenido ciertos problemas con sus cómics de Continuity, es normal que gente con una trayectoria mucho más corta cometiera estos errores, sobre todo si los especuladores eran capaces de comprarles cualquier cosa. Tampoco os engañeis, no seamos ingenuos, diga lo que diga, Liefeld sabía que estaba sacando un producto deficiente al mercado, que a corto plazo vendería pero no a largo. Por eso saltaba de un proyecto a otro y ponía al cargo de cada serie al primero que pasara por allí, dejando que el autor en cuestión hiciera lo que buenamente quería sin siquiera preocuparse demasiado de que cumpliese las fechas de entrega. Otro error que veo en Berzerkers es el obsesionarse por el llamado «worldbuilding» sin haber hecho ese trabajo realmente; dar por hecho que el soltar una sarta de nombres raros ya le crea al lector la sensación de haber sido desplazado a otro mundo, cuando lo único que vemos en realidad es a un montón de ciborgs tanto en el bando de los buenos como de los malos hablando de meados, haciendo cosas violentas y hasta intentando violar a una prisionera inconsciente.

La Image de Liefeld moriría no mucho después, y sólo el empeño de los mismos que lo echaron de Image consiguió que la editorial cobrara un significado muy distinto con el tiempo. Berzerkers duraría tres números en los que no se contaría mucho más sobre estos personajes ni qué fue de ellos, no volviendo a aparecer en ninguna parte (que yo sepa, entenderéis que no me vuelva loco buscando). Lo triste de todo esto es que, aunque demos por hecho que ningún especulador se molestó en leer todos aquellos cómics que había comprado por palés, creo que si alguno lo hizo se llevó una imagen pésima de lo que era el cómic en aquel momento. Y tendría toda la razón, porque aquello fue toda una oportunidad desaprovechada para llegar a más gente con esto de las viñetas…

«Berzerkers había pasado a llamarse Berzerkers»?
No, no, BerSerkers. Originalmente la llamó Executioners, en la Wizard que comentábamos ayer los llamó Berserkers y para cuando por fin lo publicó dos años después lo llamó BerZerkers.
Y por cierto, para ser peor que Brigade ya tiene que ser malo….
Pues lo es. Y por tu cordura, no te lo imagines.
Uff Beau Smith y Dan Fraga al frente del comic: aunque Rob! No lo hiciera directamente, era capaz de atrocidades mediante apoderados
He de confesar que tengo una curiosidad morbosa por ver cómo eran los lápices de estos tebeos, el guión original que escribió Smith y todo eso. Porque si la versión «final» es tan atroz habiendo sido «tapada» por el color y el entintado, no quiero ni imaginarme como eran las líneas originales de este asesinato del buen gusto.
Aviv Bor!!! Lo de las princesas del espacio me ha matado, digno de BloodWulf (que por cierto ha envejecido mejor que muchos otros de la epoca)
Y eso que ya en aquel momento era pestoso y hacía que Lobo pareciera la capilla sixtina!
Seguimos con el terrorismo visual, ¿qué será lo siguiente? ¿Una galería de Greg Land con poses y sonrisas creepy?
Eso son como sesiones con un psicoanalista que quiere sacar a la luz traumas comiqueros del pasado.
Yo que sé, estaba haciendo lo de la Wizard, me puse a mirar el tebeo este y me salió un post! Tampoco era cuestión de preocuparse más de la salud pública que de cumplir con el respetable…
El fin justifica los medios? así acabó Hank Mccoy
Nahh! son interesantes de leer y hasta nostálgicos, me hace sentirme orgullosa de no haber tocado ni con pinzas esos comics.
Esto debe ser como cuando la olla del Infierno se quema, y queda lo requemado del fondo que no se molestan en limpiar, y se requema una y otra vez…
Lo que sale, cuando al final se raspa con una espátula debe ser esto. ¿No?