Por aquí he hablado a menudo de lo mucho que añoro cuando en el cómic de superhéroes no escribían pensando en el tomo y en las series se podían permitir dedicar un número entero autoconclusivo a desarrollar personajes, sin ningún tipo de enfrentamiento épico ni batalla de la que depende el destino de nada, sino un puñado de páginas en las que los personajes hablan y los lectores podemos entenderles mejor. Y a cuento de una conversación con Diógenes no hace mucho, me vino a la memoria uno de los mejores ejemplos de ese tipo de cómics, uno que sigue siendo considerado de lo mejor que se ha hecho en ese sentido tres décadas después de ser publicado. Así que para refrescar la memoria de nuestro público, o descubrírselo a quienes no lo conozcan, vamos a recordar el día en el que Peter David y Joe Quesada llevaron a Factor-X a terapia.
Para ponernos en situación, después de que los Simonson reinventasen la serie de Factor-X para mejor, ya que tuvo unos comienzos un tanto cuestionables, el regreso de los fundadores de la Patrulla-X al grupo principal dejó libre este título, cayendo en manos de Peter David y un Larry Stroman al que tardé un poco en acostumbrarme y a quien acabé adorando. En sus manos, una alineación completamente nueva, pero llena de caras conocidas, formó la nueva encarnación del grupo, convertidos ahora en agentes gubernamentales bajo la supervisión de Valerie Cooper y liderados en el campo de batalla por Kaos. Un grupo que, tras haber pasado por unas cuantas experiencias complicadas, fue enviado, en el número 87 de su serie, a una sesión de terapia con un misterioso psiquiatra cuya identidad no se desveló hasta la última página. Una revelación poco sorprendente cuando comprobamos que, como no podía ser de otra forma, se trataba del Doctor Leonard Samson, que para algo es el experto en tratar gente poco convencional.
Y así es como prácticamente todo el número, a excepción de unas pocas viñetas, transcurre en un único escenario minimalista en el que los diferentes personajes que pasan por el sofá del doctor hablan a un interlocutor que no llegamos a ver y que casi parece que nos hablen a nosotros. Se trata de un cómic donde no hay el más mínimo rastro de acción y que es muy, muy denso en diálogos, algo que tenía todas las papeletas para convertirlo en un cómic aburrido de esos que se nos caen de las manos. Pero Peter David y Joe Quesada hicieron casi magia aquí, ya que convirtieron lo que en manos menos capaces hubieran sido desventajas narrativas en un ejercicio de retrato de personajes envidiable, algo que a veces se echa de menos en muchas series.
Peter David exprimió esta premisa al máximo, diseccionando hasta el fondo a cada uno de los protagonistas de la serie de tal forma que, incluso hoy en día, su caracterización de algunos de ellos sigue siendo la predominante. Pero lo mejor es que para ello no tuvo que alterar radicalmente a ninguno de ellos ni dejarles irreconocibles, simplemente se limitó a tomar todas las características que a estos se les habían ido añadiendo desde sus respectivas creaciones, traumas del pasado, sus aciertos, errores, etc., para hilvanarlo todo de forma coherente. El resultado fue que seguían siendo perfectamente reconocibles, que nada de su presente (o pasada, más bien) caracterización contradecía lo que ya conocía el público, pero ahora se les veía bajo otra luz y casi parecían un poquito más reales, más auténticos. Y me sigue pareciendo una genialidad lo que hizo con Val Cooper al mostrar lo poco que conocía a su equipo.
Joe Quesada también estuvo inspirado, ya que este cómic podría haberse convertido en un simple desfile de bustos parlantes al que ningún diálogo ingenioso podría convertir en algo ameno de leer. Pero en lugar de eso, se dedicó a jugar con la composición de página, alejándose todo lo posible de lo tradicional para resaltar cada aspecto de las diferentes conversaciones: viñetas claustrofóbicas con primerísimos primeros planos alternándose con personajes que se salen de las viñetas o que se encuentran por completo fuera de ellas. Todo combinado con un uso de las luces y las sombras admirable y un gran dominio de la expresividad de los personajes. Todo ello dio como resultado un cómic que resulta todo un placer para la vista, en ningún momento la lectura resulta aburrida y hay algunas escenas que, vueltas a releer ahora, siguen pareciéndome memorables.
Pero decía al comienzo que fue hablando con Diógenes que me acordé de este cómic, y fue un aspecto concreto del mismo el que me lo recordó: el retrato que hicieron aquí David y Quesada de Pietro Maximoff, Mercurio. Durante mucho tiempo el personaje fue solo el hermano permanentemente cabreado de la Bruja Escarlata, un villano redimido que volvió a las andadas tras perder la cabeza, traicionando a su familia y compañeros y convirtiéndose en enemigo de Vengadores y 4 Fantásticos. Por suerte, acabó volviendo por el buen camino y en esta serie se le dotó de una profundidad de la que demasiado a menudo había carecido. Y aunque en los treinta y pico años transcurridos desde la publicación de este cómic el personaje ha vuelto a sufrir algún bache que otro al caer en manos poco capaces, el trabajo de caracterización que recibió aquí ha seguido siendo, en mayor o menor medida, una parte permanente de este.
Y es con una parte de esa caracterización, que por aquel entonces no acababa de entender del todo, con la que con el paso de los años he ido sintiéndome cada vez más identificado: eso que se empezó a llamar aquí el “Síndrome de Pietro Maximoff” y que podríamos llamar simplemente frustración con la humanidad y lo que la rodea. Pero por mucho que Diógenes me diga que eso está mal, que el propósito del cómic era mostrar que la actitud de Pietro no era la correcta, yo creo que el paso de los años no ha hecho más que reivindicarle, porque parece que en demasiados aspectos estamos rodeados de toda esa gente que le frustraba. Algo que ha provocado que me den ganas de parafrasear aquel eslogan de New X-Men sobre Magneto y adaptarlo a su “hijo” para hacerme una camiseta que diga que Mercurio tenia razón.
Aunque coñas (a medias) aparte, este cómic sigue siendo un grandísimo ejemplo de algo muy necesario dentro del género superheroico: la construcción y desarrollo de los personajes. Porque aunque haya un sector importante, tanto dentro del público como dentro de los autores, que parecen convencidos de que lo único que importa son las grandes batallas, si estas no están protagonizadas por personajes que nos importen, aunque sea mínimamente, no valen nada. Porque yo no sé los demás, pero a mí una historia protagonizada por personajes intercambiables con trajes de colores solo me provoca indiferencia, y prefiero mil veces una historia como esta, con gente sentada en un sillón y charlando, que la enésima saga apocalíptica que lo cambiará todo para que todo siga igual.
Ya lo he comentado alguna vez cuando se ha hablado de esta etapa de «Factor-X», pero la premisa resultaba interesantísima al haberse convertido en una especie de relevo de la Fuerza de la Libertad (un equipo de mutantes con respaldo gubernamental) y se salía del status quo habitual del «temidos y odiados» (Lorna y Alex podían ir por la calle o a comer en un restaurante vestidos de uniforme, y sí, se encontraban con algún tarado, pero también gente que les expresaba su admiración o les pedía un autógrafo). Qué pena no haber seguido por aquí en vez del eterno retorno a «lo de siempre».
También hecho mucho de menos al Henry Gyrich y la Valerie Cooper con matices de gris en vez del fanático fascista y la «mujer de hielo» en que acabaron convirtiéndolos; supongo que el personaje ya era insalvable, pero qué poco me gustó el final que le dio Ewing a Gyrich en su «S.W.O.R.D.», aunque ya en general qué poco me gustaba todo lo que veía hacer al personaje cada vez que aparecía por algún sitio, porque siempre me hacía acordarme del Gyrich de Claremont que llegaba a parecer la voz de la moderación comparado con la Valerie Cooper de esa época.
De la misma forma que Amanda Waller ha pasado a ser la tirana suprema del gobierno, Gyrich se convirtió en el burócrata represor oficial. Aunque inicialmente no era así. Es decir, era exageradamente rígido, pero sus críticas a veces tenían su punto de razón (por ejemplo no permitir a los Vengadores entrar en Bulgaria para no provocar a los soviéticos).
Hay gente (tanto lectores como escritores) que con estos personajes solo ve lo superficial. Y gente que directamente le tiene miedo a los matices y aristas en los personajes.
Con Gyrich, con Val e incluso con Pietro (recuerda que tras lo de House of X volvieron a enloquecerlo) retrocedieron cosa mala, haciéndolos involucionar.
Henry Gyrich es un personajazo. Porque es real. Es ese tecnoburocrata duro porque conoce la importancia de su trabajo, que es garantizar la seguridad del país.
Y tiene motivos para estar permanentemente a la gresca con Los Vengadores; que son una pandilla de individualidades sin orden.
Una vez que va a la Mansión se encuentra la puerta principal abierta porque nadie se acordó de cerrarla. Otra vez entra, maniata a Jarvis y se queda esperando a ver cuando aparece alguien para parar al intruso.
Tiene toda la razón en sus exigencias.
Se le ve sonreír cuando las cosas van más fluidas. Y en una ocasión se le ve en su despacho y es un despacho cutre y pequeño como podía ser el de cualquier funcionario de segunda. Es un personaje auténtico y real con capas de profundidad.
En la etapa de Busiek y Pérez trabaja directamente para los Vengadores en vez de para el Gobierno USA, y se pelea con el Gobierno defendiendo el status de la ONU que tienen ahora Los Vengadores.
Pero queda desfigurado convertido en un fascista muchas veces; cuando, bien llevado, él sería el que haría cumplir la ley a cualquier aspirante a dictador.
Un poco como Victoria Hand en los Vengadores Oscuros unico personaje de Bendis interesante durante esa epoca.
Lo impresionante de esta etapa fue su alineacion de desconocidos y que a excepcion de Kaos (que habia participado en la etapa australiana de los X-Men) los otros estaban casi olvidados o mal utilizados ejemplo de Polaris y Mercurio
Y eso es muchas veces lo mejor, porque son personajes con los que los autores tienen muchísima mas libertad para expandirlos.
A mi también me jodio lo que le hizo Ewin a Gyrich, pese a que suele gustarme casi todo lo que hace. A mi me gustaba cuando era aquel cabrón pero con limites, el funcionario super estirado apegado a las normas pero que no era un monstruo. Y especialmente me gusto lo humano que lo mostro el propio Peter David en su Hulk. Pero parece que el destino de todos estos funcionarios gubernamentales es acabar siendo unidimensionales.
Lo que hicieron en Factor X fue un prodigio de caracterización.
Personajes que siempre habían estado ahí, pero nunca habíamos sabido como eran, los descubrimos entonces. Como Lorna, Madrox o el redescubierto Pietro. De repente eran humanos.
Stroman era un dechado de elegancia. Todo ángulos pero fluido. Y sabían bien que lo que iban a hacer en este número marcaba un punto de inflexión. Así hay ese extra en el dibujo.
Así juegan con tanto atrezzo en la consulta. El puzzle del caracol, las hojas con Alex, las bolas esas de Rahne, Lorena descubriendo la gabardina, Guido se quita las gafas (¿Cuantas veces se las ha quitado en toda su historia?)
Es simbólico. Los personajes se revelan realmente como son ante el espectador.
Pero luego está Valerie no enterándose de nada. Ciega totalmente. Imponiendo su visión a la realidad.
«¿Por qué no se comportan como otros grupos de mutantes?»
«Porque son humanos»
El resumen de la etapa en una respuesta.
Si está es la serie buena de mutantes de toda esa época espantosa, es porque antes que mutantes son humanos.
La lección de Claremont que sólo entendieron algunos.
Me da pena que ahora lo han vuelto a intentar con otro Factor-X de nuevo bajo supervision gubernamental y a las ordenes de Kaos, pero no es lo mismo. Mark Russell, el guionista, lo esta intentando, combinando el enfoque de David con la sociedad actual y el enorme peso de las redes sociales, etc, pero lo dicho, no es lo mismo.
Creo recordar que en los primeros números del «Factor-X» actual aparece Rusty Collins (lo resucitaron en Krakoa) y solo está para hacer un poco el panoli y morir cual personaje del Escuadrón Suicida, y cosas como ésta me quitan las ganas de leer cómics actuales de Marvel; vale que siempre ha sido un personaje bastante anodino, pero si vas a sacarlo solo para esto, pues mejor no lo saques…
O hazlo morir de una manera heroica no lo mates por matar al estilo Indiana Jones y el arca perdida ahi funciono pero ahora ya esta muy visto.
Un poco de respeto para los fans de esos personajes, que alguno habra, ejemplos Alpha Flight en los New Avengers o Mantarraya que hicieron algo parecido.
Clasicazo de X-Factor contra su terapeuta.
Muchos de esos personajes no estaban nada desarrollados hasta que los tomó David (Rahne sería una excepción, entiendo). Así que este número los redondeó bastante.
«Quicksilver was right» no me gusta mucho. ¿Qué significa? ¿Que se tiene derecho a estar perpetuamente irritado con el mundo, que está lleno de presuntos incompetentes?
Val Cooper hizo un viraje curioso, de ser oficial federal que promovía políticas antimutantes a ser una aliada de los grupos mutantes.
Cuando leí esa historia también me quedé mucho con la parte de Mercurio, pero cuando la releí me gustaron también las más discretas, como la de Kaos.
Curiosamente Pietro siguió yendo a terapia una temporada.
Un número fascinante. Si me apuras el mejor de la etapa. Ni falta que le hacía el tópico de la confrontación física.
Lo de mercurio yo lo entiendo como que tiene razón en que el mundo esta lleno de gente que no te deja hacer las cosas al ritmo que te gustaría, que nos retrasan.
El Factor-X de Kaos tenia su logica dentro de un universo tan amplio como es Marvel O DC. Un grupo de mutantes controlados por el gobierno en contraposicion de los X-Men que iban por libres(ya estaba la Fuerza de la Libertad, pero me refiero como coleccion regular) en vez de tener varios grupos de mutantes o superheroes(como los Vengadores) que no se distinguen unas de otras a excepcion de su alineacion.
Un personaje individualmente puede tener varias colecciones y funciona pero un grupo no si no usas la misma alineacion en todas las colecciones.
Tiene sentido que tengas un grupo de uperheroes en la costa este y otro en la costa oeste pero tener a varios grupos con su base de operaciones en Nueva es absurdo.
A no ser que sean los Vengadores(superheroes adultos),X-Men(mutantes),New Warriors(adolescentes) Thunderbolts(supervillanos redimidos) y Defensores(superheroes marginales/conflictivos) cualquier otro grupo seria absurdo.
Se que vais a decir que faltan los Cuatro Fantasticos pero a pesar de que es un grupo yo la considero como una coleccion protagonizada por cuatro personajes, Mr. Fantastico, Cosa, Antorcha Humana y Chica/Mujer Invisible, ya que a pesar de haber habido cambios estos siempre fueron anecdoticos.
Yo desconecté de marvel en toda esa etapa de basura y aunque me dejaron esos comics para leer (porque no pensaba gastar un duro/euro) en ellos, no recuerdo nada ni minimamente memorable o interesante, con lo cual no leí muchas cosas entre las que podía haber un soplo de aire fresco como parece ser este caso.
A veces me alegro mucho que Magik «muriera» en inferno para que no tuviera que pasar por esa etapa infame y desdibujarme al personaje, aunque lo que hicieron con el virus con la peque es ya para hjds iusjh sjhsusahqsuhqsg
Me apunto esto para echarle un vistazo.
Yo compre esa etapa solo por el complemento del fichero del universo marvel y de todas las colecciones que te obligaban a comprar para tener el ficheto entero esta (Factor X) era la unica que me leia.
Hasta yo me planteaba dejar de leer tebeos en aquellos años, Marvel y DC estaban en la mierda absoluta, Zinco publicaba Vertigo a precios de atraco, Image era basura, exceptuando Dragonball el manga estaba siendo editado a unos formatos en absoluto adecuados y el resto pues lo de siempre, formatos carísimos que no estaban a la altura de mi economía.
El día en que salió el Masacre de Joe Kelly o los Thunderbolts se me abrió el cielo, ¡POR FIN TEBEOS DIVERTIDOS!
Pff, es que en aquellos años leer superhéroes era como pisar un campo de minas, y lo peor es encontrarse conque hay nostálgicos de aquella época, de la parte mala. Que había cosas como este factor-X o el Hulk también de Peter David, Clandestine, el Capitán América de Waid y Garney… pero eran excepciones contadísimas.
Era la epoca en que los superheroes tenian superpoderes pero era tan vagos que preferian usar pistolones inverosimiles para enfrentarse a los malos.
Para eso ya tienes a Punisher o al Vigilante.
A tu lista yo añadiria los New Warriors de Nicieza/Bagley
Panini publicara DC Comics a partir del mes de abril.
Esperemos que sea para bien y recupere material clasico a precios asequibles, entiendo que Superman, Batman y Wonder Woman seria dificil publicar todos sus comics de manera cronologica.
Pero con Green Lantern(Hal Jordan),Flash(Barry Allen),Hawkman(Katar Hol),Atom(Ray Palmer),etc. No seria tan dificil ni demasiado extenso(en comparacion con los tres grandes).
El tiempo dira si una misma editorial publicando Marvel y DC a la vez es bueno o no pero los precedentes no son muy halagüeños.
Yo prefiero una competicion sana que redunde en beneficio para los lectores con mejores formatos y precios.
No me gustan(ni son buenos) los monopolios.
Muy mala noticia, yo deseando que Marvel no esté en manos de Panini y ahora tiene a Dc también.
Los monopolios nunca son buenos no, con la política de precios de Panini aún menos
¿No tienen panini los derechos también de Aleta? Aún tengo la esperanza de recuperar la etapa intermedia de Nathan never que se saltaron a la torera.
Por un momento jugueteé con la idea de hacer un post sobre el tema, pero en el fondo no iba a decir nada que no estéis pensando. El que Panini publique las dos grandes se va a traducir en menos series de las dos, van a tender a publicar solo los crossovers y hacer de menos a los proyectos menos comerciales o las reediciones de material más oscuros.
No creo que sea bueno, a pesar de que las etapas crepusculares de ECC -igual que la de Zinco o incluso Norma- hacian desear uno de estos monopolios. El problema es que Panini no solo tiene Marvel y DC, tiene mucho más material, y seguramente reducirán todo lo que publican.
Eso por no hablar de los precios, que ahora ya pueden poner el que le de la gana porque a ver quién les tose.
Lo has explicado mejor que yo.
Al principio todo sera perfecto(uno o dos años) pero despues haran lo que quieran y no arriesgaran en ningun formato o proyecto (minoritario) que no les guste a alguien que tenga mando alli dentro.
Me temo que sera para peor espero equivocarme.
La única ventaja real es que cuando llegue alguien pujando fuerte por los derechos de Marvel o DC, tendrá que hacerlo prometiendo que va a publicar mucho más que Panini, así que llegará con cierto compromiso.
Pienso exactamente igual.
Reedición de lo más notorio ( y a ver a que precios y producto incómodo de leer), ir a por lo seguro y recortar aún más tanto en marvel como dc en aquello menos comercial.
Aún habrá gente que aplauda esto, pero a mí me parece una mala noticia ya de entrada, mejor no digo lo que pienso a medio-largo plazo.
Yo como todo lo americano ya lo pillo en ingles desde hace tiempo me da un poco igual quien tenga los derechos de ninguna editorial por aquí, pero poir quienes no hayan dado aun el salto espero que Panini se acuerde de rescatar todos esos clásicos que en ECC no han tocado ni con un palo.
No, Mercurio no tiene razón, pero Peter David cree que tiene razón. Eso ya lo comentamos en la entrevista de Wizard, que él consideraba muy molesta a la gente que no se aclaraba con un cajero automático y daba por hecho que todos se encabronaban por ello en vez de ayudar a la pobre señora mayor.
Aunque por experiencia os digo, lo más seguro es que no quiera ayuda porque tiene miedo de que le robes la pensión, con lo que lo suyo es llamar a un empleado del banco para que arregle sus problemas cuanto antes.
Claro que ahora apenas hay empleados en los bancos.
Ser mayor es una puta mierda.
Claro que tiene razón! El equivocado eres tu!
Si es que ya sabía yo que eres mala persona, que seguro que vas por ahi empujando a la gente por la calle!