Vengadores: Zona Roja – Geoff Johns y Olivier Coipel fueron unos visionarios

Hoy quiero hablar de un cómic que, si bien no es ni mi favorito de sus autores ni mi favorito de la serie, es uno bastante entretenido y que, con los años, se ha ido volviendo tristemente cada vez más relevante: Vengadores: Zona Roja. Una saga que se publicó dentro de la serie regular de los Vengadores hace ya unos veintidós años (he tenido que comprobar las fechas un par de veces porque no me lo creía) y en la que Johns y Coipel plantearon algunas ideas que, por lo que sea, me han venido a la mente estos días, animándome a desempolvar estos cómics y hablar de ellos por aquí. Y aunque no sé yo si hace falta avisar de SPOILERS de un cómic de hace más de dos décadas, por si acaso pongo aquí el aviso.

Igual la portada del tomo es demasiado reveladora…


La etapa de Johns al frente de los Vengadores no fue precisamente memorable, aunque luego llegaría Chuck Austen y se le echó muchísimo de menos, en buena medida porque no estuvo especialmente inspirado, sobre todo si se lo comparaba con lo que había estado haciendo en DC con la JSA y allegados. Pero hay que reconocer que esta saga que realizó junto con Coipel, y que me he vuelto a releer ahora un par de décadas más tarde, no ha aguantado mal el paso del tiempo y tiene unos cuantos puntos notables. Especialmente, me ha gustado mucho su tratamiento de Visión, un personaje que ha sido ocasionalmente muy maltratado, tanto antes como después de esta saga, pero que aquí era aquel entrañable androide más humano que muchos humanos, capaz de conmoverse ante la pérdida de vidas humanas o de manifestar que su mayor miedo era acabar sobreviviendo a todo lo que conocía y terminar en absoluta soledad.

Este es el Visión que me gusta

Volviendo a la historia en sí, y para quienes no la recuerden o no la hayan leído aún, lo que encontramos aquí es que una nube de color rojo y origen desconocido está extendiendo una bacteria devoradora de carne que arrasa con todo ser viviente que se cruza en su camino en cuestión de minutos. Y aunque es cierto que resulta difícil no pensar en cómo no recurren a algún medio para erradicar dicha nube, en lugar de limitarse a huir de ella evacuando todas las poblaciones a su paso (que digo yo que igual Johnny Storm podría incinerar el aire, o el Hombre de Hielo congelarla y llevarse los bloques de hielo a algún lugar seguro), es un pequeño problema narrativo que no tengo inconveniente en perdonarle a este cómic por las intenciones que había detrás del mismo.

Y años después les paso lo mismo con la nube Terrígena, a este paso Nube será el/la próxima gran amenaza del MCU

Pero no tardamos en descubrir que dicha nube no es otra cosa que un arma bioquímica desarrollada por el propio gobierno de los Estados Unidos, y que alguien ha liberado del laboratorio ultrasecreto en el que estaban trabajando con ella. Y aunque es una pena que Johns sea demasiado suave con una historia que podría haber servido para atacar con más saña la política bélica de su país, justificándolo todo al final como responsabilidad de un villano, ya que Estados Unidos jamás sería capaz de hacer algo así, la crítica existe, aunque tenue, y hacer algo así tan solo dos años después de los atentados del 11-S tiene cierto mérito, cuando parecía poco menos que un crimen cuestionar las políticas del país para defenderse. Aunque claro, también nos saca a Bush como el “bueno”, así que en todo este apartado Johns no para de darnos paladas de cal y de arena.

Si, he añadido esta imagen solo para poder decir aquello de «otros vendrán que bueno te harán»

Aunque en otro aspecto sí que estuvieron más acertados, especialmente en las interacciones entre Iron Man y Pantera Negra y lo que se deriva de ellas. Stark se indigna cuando descubre que en Wakanda han hecho grandes avances en tratar bacterias similares a esta, pero que no habían hecho públicos esos descubrimientos hasta ahora, cuando T’Challa ofrece compartirlos con Estados Unidos. Pero, como bien le recuerda este a Stark, EE. UU. hace exactamente lo mismo con sus descubrimientos, dejando a Tony sin muchos argumentos. Y aunque es una forma un tanto simple de plantearlo, y quizás es que quiero darle a Johns un beneficio de la duda bastante amplio, yo ahí veo una crítica nada disimulada al ombliguismo e hipocresía de su país, a esa percepción de que todo el mundo les debe poco menos que servidumbre, el “lo mío es mío y lo tuyo es nuestro”.

Alguien tenia que decírselo

Pero en donde sí que estuvieron mucho más acertados Johns y Coipel, y es el aspecto más recordado de esta saga, fue en su villano. Durante algunos números vemos cómo el nuevo secretario de defensa, Dell Rusk, parece odiar a los Vengadores, tanto que Henry Peter Gyrich, quien trabaja para él, parece un fan del grupo. No tarda en desvelarse que este, en realidad, es Cráneo Rojo, quien, utilizando un alias que no es más que un anagrama de su nombre (en inglés), sus inmensos recursos económicos y una nueva versión de su vieja máquina de lavar cerebros, ha conseguido infiltrarse en las más altas esferas del gobierno estadounidense. Una idea que entonces podía parecer un tanto ingenua, la de un puto nazi en los alrededores de la Casa Blanca, pero que ha terminado por convertirse en otro de esos tristes ejemplos de que la realidad demasiado a menudo supera la ficción.

¿Esta a punto de hacer un saludo romano?

Como no podía ser de otra forma, los Vengadores no tardan en descubrir la verdad de lo que ha estado sucediendo y quién es el responsable, en parte porque Gyrich ha estado trabajando con los Vengadores ya que sospechaba que Rusk no era de fiar (quién le ha visto y quién le ve). Lo que acaba desembocando en un enfrentamiento en el que no es precisamente el Capitán América quien pone a Cráneo Rojo en su sitio, sino que Johns y Coipel le ceden ese honor a Pantera Negra, quien, en una de las escenas más satisfactorias que he leído en mucho tiempo, nos recuerda la forma en la que hay que tratar a los nazis, dándole una paliza brutal y rompiéndole la mandíbula de tal forma que esta acaba colgando de un hilillo de carne. Porque, tal y como está el mundo, no seamos Cráneos Rojos cuando podemos ser T’Challas.

Si fuese tan fácil en la vida real…

Y sí, esta saga no creo que pase a la historia como una de las mejores de los Vengadores, sino como una pequeña curiosidad histórica al ser uno de los pocos trabajos de Geoff Johns para Marvel. Pero esta pequeña historia sí que es muy relevante como recordatorio de que no se puede bajar la guardia en ningún momento ni dejar de luchar contra el fascismo y sus sucedáneos, porque es algo que tiende a reaparecer por culpa de hombrecillos patéticos dispuestos a agitarlo con tal de amasar un poco más de poder y satisfacer sus más bajos instintos. Y aunque no podamos luchar a la manera de Pantera Negra (lo que es una lástima), tenemos que hacer lo que esté en nuestras manos para impedir que salgan victoriosos.

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Antonio Jota Comu
Antonio Jota Comu
3 horas han pasado desde que se escribió esto

Cuando leí esta historia no me pareció extraordinaria (casi que me gusta más cómo la adaptaron en la serie animada), pero sí muy entretenida y con varios elementos a reclamar. Y lo peor es que, a día de hoy, Cráneo Rojo no tendría que disfrazarse para llegar a la misma posición

Zatannasay
Zatannasay
3 horas han pasado desde que se escribió esto

Estuve a un tris de nombrar esta saga cuando mencione en el artículo anterior a Cráneo Rojo.
Básicamente porque este Cráneo que habla de si mismo como un Hombre de negocios o un político. Normalizando actitudes y comportamientos deleznables es el que envenena la sociedad.

El Nazi con cruces gamadas y cráneo rapado es un pobre desgraciado y una figura paródica. Este es el nazi de verdad peligroso. El que te mira diciendo «no se que de que estás hablando, yo solo soy un hombre de negocios» mientras saluda la bandera.

https://www.france24.com/es/ee-uu-y-canad%C3%A1/20250122-trump-arremete-contra-obispa-que-le-pidi%C3%B3-clemencia-para-migrantes-y-minor%C3%ADas-lgbtiq

Me vuelvo a acordar de Jesucristo con las bienaventuranzas.
Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión. Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.

Zatannasay
Zatannasay
3 horas han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Zatannasay

Y la de: «Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.»

A Trump no se le aplica. Porque precisamente él se ha escapado vergonzosamente de la mano de la justicia. Cuando nadie se merece más que él pasar décadas a la sombra.

AMO VEDRAPONTE
AMO VEDRAPONTE
1 hora han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Zatannasay

Vivimos en una epoca en que (lamentablemente) lo importante es ganar independientemente de como lo logres. Si una determinada persona te da la victoria (o te genera beneficios) no importa lo que haya hecho o dejado de hacer lo principal es ganar.

Hay un ejemplo a ese respecto:
Antes un jefe tenia 10 empleados y 9 vendian 50 productos y uno 100 le preguntaba al de los 100 como lo hacia.
Ahora le pregunta a los nueve como no venden 100 tambien

Diógenes Pantarújez
Admin
1 hora han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Zatannasay

Lleva más de 50 años escapandose e impostando la imagen de exitoso hombre de negocios cuando no es más que un estafador con demasiado dinero como para ir a la cárcel, que le vamos a hacer.

Majestic
Majestic
2 horas han pasado desde que se escribió esto

Justo cuando el fascista comentó hace un par de días a un medio latinoamericano: “Estados Unidos no necesita a Latinoamérica, ellos nos necesitan a nosotros”

Diógenes Pantarújez
Admin
1 hora han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Majestic

Con lo bien que le habría ido a latinoamerica que EEUU les dejara en paz…