Dice Alan Moore aquello de «os lo dije» y a poco está de decir «¡y me llamaron loco!» refiriéndose a cuando en 2011 afirmaba un artículo alarmando sobre la infantilización de la población y las serias implicaciones que tenía el hecho de que a millones de adultos les interesara más la siguiente película de Batman que la realidad socioeconómica del momento. En su momento, yo mismo llegué a decir que su alarmismo era en parte su forma de hacerse publicidad, pero a la hora de la verdad… No le falta razón.
Este sábado pasado Moore ha vuelto a la carga sobre el tema, y ha sido bastante claro: etimológicamente fan viene de fanático, y nosotros siempre lo hemos usado como «entusiasta», pero cada vez se parece más a fanático. Y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, porque Moore lo deja claro: las primeras convenciones en las que estuvo a finales de los 60 estaban llenas de apasionados por el cómic que querían elevarlo como medio, las siguientes en las que estuvo ya en los 80 se encontró a fetichistas que idolatraban personajes o autores como si estos últimos fueran parte del espectáculo. Y… Mea culpa. Porque a veces puedo decir que Chris Claremont es un pedazo de guionista y me quedo ahí. Yo sé por qué Claremont es tan bueno, pero la mayor parte de las veces doy por sentado que no hace falta explicarlo, con lo que cualquiera puede decir que bueno, que Scott Lobdell es mejor y que Generación X es el Watchmen de los 90. Y seguramente alguien se echaría las manos de la cabeza y podría discutírselo con argumentos, pero probablemente esa persona se sentirá atacada porque «están atacando su opinión». Porque claro, si yo puedo decir que Chris Claremont es cojonudo sin dar ninguna razón, ¿por qué no puede hacerlo él de Scott Lobdell?
Al final es la diferencia entre pontificar y razonar. «Ésto es así». Y ya. Cuando me toca hacer una crítica de cine, a veces no tienes nada que decir. Has visto una película tan condenadamente mala que te ha quitado la alegría, no sientes ese ánsia de odio y venganza por despedazarla que sienten muchos por las redes y que les hacen recibir tantas visitas. Y ésto ahora es de perogrullo, pero en los primeros tiempos de Youtube algunos de las figuras más famosas que se crearon fueron precisamente críticos «enfadados», gente que quemaba cómics y barbaridades parecidas. Era muy teatral, y la excusa era siempre el humor, pero el humor nunca debe servir para agredir sin el menor contenido, y cuando está aplicado a la crítica debe ser una caricatura de los defectos de la obra que analizamos. Por resumir, por no irte por las ramas, muchas veces la crítica acaba diciendo «este actor está fatal» sin explicar el porqué y… En realidad lo que le interesa al lector es la razón de que esa obra esté mal hecha, porque no hay debate posible si no se dan razones, es imposible un debate entre unos simples «no me gusta» y un «me gusta».
Así que Alan Moore habla de un cuarentón atiborrado de nostalgia con un estatus más establecido o elevado que le da esa sensación de privilegio, de que puede criticar y criticar sin contribuir o crear nada en absoluto. Nostalgia siempre es un recuerdo de un tiempo pasado edulcorado, porque nuestra propia naturaleza nos hace olvidar lo malo solo para quedarse lo bueno, es un mecanismo de defensa. La gente incapaz de olvidar el dolor o mitigarlo acaba teniendo un trauma, con lo que en cierto modo la nostalgia es una sobredimensión de ese mecanismo de defensa. Recientemente leí que una de las grandes de Hollywood -creo que era Warner, pero no estoy seguro- van a crear un consejo consultivo formado por fans, solo para evitarse la ira de los fans en internet. Es absurdo, sobre todo cuando sabemos que la función de un autor no es darte lo que te gusta si no lo que necesitas y, a ser posible, en el momento en el que más lo necesitas. Es lo que provoca que las historias te lleguen al corazón y las recuerdes toda tu vida.
Así que Moore asocia estos movimientos a cosas mucho más feas como el Comicsgate, Gamergate y demás gates, burlándose de ellos porque quieras que no es muy probable que no tengan ni idea sobre de donde viene el gate de marras ni sobre qué es lo que hizo Richard Nixon (ni malo ni bueno, ni idea y punto). Y es ahí donde mete el dedo en la llaga en algo que hace tiempo sabíamos ya, que movimientos reaccionarios están metiendo la cuchara en estos fandoms a manos llenas, aprovechando que esta gente es «apolítica» y no le interesa la política convencional. Porque si me dicen que ya no puedo tener mis portadas de Greg Land porque alguien se ofende, me cabreo y hago campaña, pero las muertes de miles de personas a diario por bombardeos sobre población civil me la sudan completamente porque son «política», y cada vez que alguien hable de «política» yo me quejaré mucho porque he venido a hablar de tebeitos, de escapismo, no de política. Lo terrible de todo esto es que la ultraderecha ha visto las posibilidades de un fandom militante y, por supuesto, ha corrido a animarlos a votar a candidatos «antiestablishment» como Trump, Orban, Milei o Abascal, que con tal de conseguir su apoyo son capaces de prometerles que conseguirán que Lobezno vuelva a fumar los puracos de antaño. Que por cierto, en el caso de Alan Moore él solo cita a Trump y Boris Johnson por la parte que le toca, candidatos que parecen más personajes de un reality show que políticos mínimamente serios.
Finaliza Alan Moore dejando claro que «un entusiasmo fertil y productivo puede enriquecer la vida y la sociedad, del mismo modo que vertir frustraciones personales en venenosas rabietas sobre tu hobby de la infancia puede devaluarlas. Que te guste algo está bien, no necesitas ni el machete ni el megáfono». Y finaliza «inocentemente, para mi tener lectores es más que suficiente». Y… Qué queréis que os diga, que tiene razón. No porque sea Alan Moore, si no porque al final todo esto se nos ha ido de las manos. Hubo un tiempo en el que a la hora de hablar de estas cosas lo más molesto que podías encontrarte era un troll llamándote putofrikigordo, o un fan de Darth Maul desnortadísimo y pasado de vueltas, pero ahora lo que te encuentras normalmente es gente muy chunga, muy triste y muy mala. Cuando no es una razón meramente política que según ellos nunca es política, directamente te encuentras con fans envenenados por una nostalgia que los ha vuelto completamente cínicos, porque absolutamente nada que lean va a ser como sus tebeos de juventud. Igual lo que toca es aprender a leer tebeos, a no prejuzgar a nadie, pero hay gente para la que eso de ir a clase después de los 40… Como que les cuesta un poco.
Hay dos clases de apolíticos: los que no quieren hablar de política, porque quieren que las cosas sigan como están (o por lo menos se resignan); y los que preferirían que no hubiera política, pero que preferirían que las cosas fueran como ellos las idealizan (es decir, volver a una imagen ucrónica de los 80 o los 90).
Los cómics SIEMPRE han tenido algo de política: Superman era muy político al principio. Y cuando el profesor Tornasol se niega a darle la mano a un coronel sudamericano porque su régimen «atropella los derechos humanos», es política. Si el Capitán América se negaba a trabajar para el Gobierno porque temía que le mandaran a la guerra genocida de Nicaragua, eso era política.
Cuando Chris Claremont denunciaba el Holocausto, también era política.
Nadie se quejaba de que el cómic era político cuando los 4F o Iron Man iban a luchar contra malos comunistas (sin más razón a veces que el que fueran comunistas).
No creo que el cómic deba hacer propaganda tampoco, pero de la misma forma que se puede hablar sobre la redención, el racismo, o el crimen, también se puede mencionar otras cosas.
Con todo lo problemáticos que son algunos de sus álbumes, ya en «Tintín en América» Hergé tiraba con bala con la brutal diferencia con la que los magnates petrolíferos trataban de negociar con Tintín por el yacimiento de petróleo que acababa de encontrar en tierras de los Pies Negros, y la manera en que trataban a estos últimos (a quienes Tintín llamaba sus legítimos propietarios, por si quedaba alguna duda al respecto).
Leí ese álbum con seis o siete años, y ya para entonces mi mente infantil, ante el trato que le daban a los Pies Negros, pensó el equivalente a «menudo hatajo de cabrones».
Y luego está «El Loto Azul», «La oreja rota», «Tintín en el país del oro negro», «Stock de coque», «Tintín y los pícaros»… Hergé «tenía sus cosas», pero no hay que juzgarlo sólo por «Tintín en el Congo».
Es curioso como releyendo los Pícaros tengo una mucha mejor opinión de la Castafiore (a la que antes consideraba cómica, pero insufrible) al ver como siendo juzgada por una dictadura, se ríe a la cara de ellos cantando su famosa aria. Incluso espetándole al fiscal «es usted grotesco, militar».
Hasta los Dupondt van con gran dignidad al paredón a ser fusilados sin temblar y sin perder la calma.
En «El asunto Tornasol» la Castafiore tiene una aparición breve pero importante cuando se la encuentran en la ópera; aparte de que ayudando a los protagonistas la buena mujer se expone a que la acusen de espionaje si se enteran de su colaboración, demuestra mucho ingenio al dar coba (y emborrachar) al coronel Sponsz para que le cuente sus planes (sabiendo que Tintín y Haddock le están escuchando) y sabiendo improvisar cuando el coronel encuentra la gorra del capitán Haddock («¡Perdón! Me senté encima de una gorra de oficial de marina…» «Sí, es del tenor de ‘Madame Butterfly’, que se la dejó ayer.»).
Castafiore sabe hacerse la tonta.
En Las Joyas cambia de actitud con la portada de «La Diva y el Papagayo», abronca al Capitán, a Serafín Latón, a su pianista. De repente ya es otra persona.
Es una mujer con más facetas escondidas de lo que uno se piensa, más allá de esa frivolidad.
Bianca Castafiore era una diva con mucho carácter y más lista de lo que daba a parecer su imagen. No es raro que el profesor Tornasol se enamorara de ella.
Ya en Tintín en el Congo habla de los Aniotas.
Que haya una sociedad dirigida a matar blancos colonialistas y a negros colaboracionistas es que el colonialismo no era tan maravilloso como se mostraba ni los negros tan bobalicones.
Y esto sale en la obra de propaganda de Herge.
Herge tenía una pulsión por mostrar la realidad y hacer denuncia social, que ni tener 19 años y tener la vida controlada por la ultraderecha religiosa belga apaciguaba.
Con todas sus pegas y grises: Qué grande era Hergé! Y solo fue a más según avanzaba su carrera (también ayudó que no tuviese una producción loca solo porque lo apurasen para sacar un nuevo álbum …y tuviese un nutrido equipo equipo de colaboradores que le hubiese permitido triplicar su producción sin mucho esfuerzo).
Esa secta/movimiento de resistencia también salía en Corto Maltese, aunque de forma más idealizada.
Hombre, yo si recuerdo leer el Factor X de Layton y echarme las manos a la cabeza por el campo de experimentación de mutantes de la Unión Soviética. No solo era que el cómic fuera horrendo, es que tenía un tufo muy descarado. Que no nos olvidemos que el proyecto Arma X es Canadiense, el proyecto Centinela era de financiación ambigua y se tardó lo suyo en reconocer que el gobierno de EEUU financiaba estas mierdas, llegando al extremo durante la época de Hickman de decir que usaban tecnología de Tony Stark y Reed Richards.
El dejar que el gobierno de EEUU, que a lo largo de su historia ha experimentado varias veces con sus minorías, se lave las manos en todo esto durante años también era política.
Yo personalmente me indigné cuando en Civil War Reed Richards defendía la Caza de Rojos de los 50 (aunque habían perseguido un familiar suyo).
Siempre le he tenido cierta tirria a la palabra «fan» por parecerme una etiqueta que se te asignaba simplemente por decir «me gusta tal cosa» y que recibirla te encasillaba dentro de algún nicho (si eres fan de Marvel, entonces no puedes serlo de DC, y si te gusta leer, entonces no pueden gustarte los deportes). Ya podéis imaginaros el poco entusiasmo que me generaba ver a comunidades de fans empezar a definirse como «warie», «trekkie», «deceíta» o «marvel zombie» como si fueran los colores de un club de fútbol o el carnet de socio de un partido político.
Al final he llegado al punto que, cuando alguien me dice «si te gusta/no te gusta tal cosa, entonces no puedes considerarte fan de [inserte aquí la franquicia que quiera]». yo procuro contestar siempre «¡MENOS MAL!».
Mejor que no miréis en Twitter qué gente ha estado los últimos días diciendo que se siente identificada con el «Absolute Superman» (que dudo que vayan a leer, igual que no habrán leído ningún otro cómic de Superman en su vida), y que ahora el personaje «por fin es nuestro».
He visto lo de Milei. No se puede ser más imbécil.
La hostia de realidad que se van a dar, OTRA VEZ.
Eso esperamos, porque el FMI y la demás banca internacional están felices con él
Como para no estarlo, si desbaratas el estado tienes vía libre para hacer en el país lo que te venga en gana.
Yo siempre he diferenciado entre fan y fanatico.
Un fan es aquella persona que le gusta algo(o muchas cosas) y es capaz de ver los defectos de su aficion y reconocer que hay cosas mejores y peores.
Un fanatico es aquella otra persona que cree que lo que le gusta a el es lo mejor del mundo y no tiene ningun defecto.
En el mundo del comic he leido cosas como.
El peor comic publicado por DC (cambialo por Marvel, da igual) es muchisimo mejor que ningun comic que haya o publicará jamas Marvel.
Las religiones han sido las primeras en crear fanaticos y de ahi se ha extendido a todo y con internet de una manera mas exagerada hasta llegar al punto de reescribir la historia a la conveniencia de cada uno.
En una pagina sobre banderas su creador decia que habia que cambiar las banderas de Andalucia porque tenia el color verde y representaba a los arabes y la de Madrid porque era roja y representaba a los comunistas.
Bueno, Moore no dice que los fans sean fanáticos, dice que se abrevió la palabra como sinónimo de entusiasta y que con los años ha acabado englobando a fanáticos.
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?.
SI.(a no ser que hayas vivido durante una guerra)
La expicacion:
Porque en ese pasado tenias mejor salud y menos preocupaciones.
Pero aparte de eso no era mucho mejor que la actualidad, ya me gustaria a mi tener en los 80 o 90 internet o incluso tlf movil, varios canales de tv, no salir a la calle temiendo que te explote un coche bomba….etc, etc, etc.
¡Yo no siento NINGUNA nostalgia de los ochenta ni de los noventa (sólo siento nostalgia de los familiares y amigos de esa época que ya han fallecido)!
La gente siempre echa de menos épocas en las que era joven (o por lo menos más joven).
Lo que suele decir Chaykin, la edad de oro de los cómics es cuando tenías 11 años.
Sentir nostalgia no tiene nada de malo, lo malo es considerar que todo lo pasado fue mejor que lo actual.
Vivir sin internet ni moviles tenia su gracia pero prefiero tenerlos por toda la informacion disponible.
Mí abuelo, que estuvo en la Batalla del Ebro bien joven.
Dijo a sus hijas que el mejor momento de su vida fue ese. Era joven y estaba sano, padeció problemas de salud graves desde bien pronto.
Hay gente que recuerda con añoranza su época en la guerra, porque nunca se sintió más vivo que entonces. Terrible pero cierto.
Estar cerca de la muerte y sobrevivir puede provocar trauma o euforia. Suerte tiene el que sale contento, aunque tengo que reconocer que me da más miedo.
Prefiero no tener esa experiencia a toro pasado y saliendo bien es una maravilla.
Pero una guerra no es como un videojuego donde cuando mueres empiezas de nuevo.
Es una crisis personal para todo el mundo, porque todos tienen que adaptarse a una realidad horrible y tras ella adaptarse a la nueva rutina. Y éso puede destruir a una persona muy fácilmente.
La tele de los 80 era insoportable, se pongan como se pongan.
Si quitamos que no habia competencia tampoco era tan mala.
Peores programas se hicieron en los 90 o se hacen ahora.
Y me refiero a la television en abierto en España.
Eso por supuesto, pero como había mayor variedad de canales se notaba menos.
Hay mucho que comentar. Lo echaba de menos.
Fanático o la palabra abreviada: “fan” tienen una connotación con la que hay que ser muy suspicaz, y es que el fanático es alguien que no razona.
Si una “opinión” no puede ser contrarrestada en el campo de la batalla dialéctica entonces no es una opinión, es un dogma. Ya mala cosa.
Cuando te dicen “es mi opinión” te están diciendo: “No quiero enfrentar mi sistema de creencias a una prueba de veracidad que me lo pueda cuestionar”
Y se huye del debate, entre otras cosas porque igual sales de él cambiado y eso da vértigo y miedo. Mil veces mejor acudir a fosos de autoconfirmación en donde se elimina la posibilidad de cuestionar las cosas. Youtube está a rebosar de ellos.
Los movimientos ultrareaccionarios son expertos en ello, en apropiarse de todo lo que sea. Y no tienen cargo de conciencia, porque no tienen conciencia; ni tienen conocimiento de lo falsos que son sus postulados o de lo que se apropian, porque no conocen ni quieren adquirir conocimiento.
Que Alvise use la mascara de V de Vendetta (la obra antifascista por antonomasia) como símbolo de su pseudopartido, demuestra que nunca han leído nada, o que ni les importa.
Y sobre los “apolíticos”
Eso no existe. El ser humano es, precisamente, el animal político, esa es su característica diferenciadora como ser humano.
No meterse en política es una opción política, se llama “absentismo”
Pero no es a eso a lo que se refieren estos que promueven el “apolitismo”
Estos apolíticos de nuevo cuño lo que hacen, es ir en contra de las políticas de igualdad de los seres humanos, de una sociedad integradora, de políticas de protección de la naturaleza y de denuncias de las injusticias sociales, entre otras.
Pero lo disfrazan de “estar en contra de meter política” porque saben que decir que están en contra de esas políticas concretas los identifican como personajes muy lamentables.
Y lo dicen estos apolíticos mientras sueltan sus mensajes políticos por todas partes.
Se guardaban mucho (Ya no tanto, porque están perdiendo la vergüenza de decir en voz alta lo que guardan dentro) de decir a que políticas son afines. Pero por oposición a las que están en contra ya podemos imaginar lo deleznables que son.
Yo siempre digo lo mismo, se respeta la persona, no la opinión. Y a veces sus opiniones son tan poco respetables que cuesta respetar a la persona, porque dudas que sea ya persona.
Yo creo que es mejor decir que se respeta el derecho de cualquiera a tener y decir su opinión, luego ya una vez dicha cada cual decide si la respeta a esta o a quien la ha dicho.
Los votantes de Albise son pobres felices (si hasta rima) que piensa que si se eliminan los ministerios de Educación, Sanidad , Igualdad o Medio Ambiente ese dinero se los darán a ellos y podrán pagar escuelas y hospitales privados . Lo mismo creían los votantes del sociopara Miley, y ahora siguen sin dinero pero tampoco tienen sanidad ni educación ni igualdad . Eso sí,los ministerios y presupuestos de Defensa (eufemismo para decir «Guerra» , que es como se llamaba a estos ministerios antes de la I G.M. que fué tan terrible que se decidió que a partir de ahora llamarían a las guerras de otra forma .
) nunca los tocan estos «amantes de la libertad»
Pobres INfelices quería decir
El pensamiento es:
«Le tocará pagar a otros, que son los culpables, porque YO NO SOY el culpable»
El fascismo busca siempre el chivo expiatorio al que culpar de todos los males. Por que el fascismo ofrece a la población el bálsamo psicológico de que la culpa nunca es suya; aquí te ponemos la minoría racial, religiosa, extranjera, etc con la que no tendrás que hacer análisis de tú comportamiento ni buscar enmendarte; que igual es más sano y un verdadero paso a una mejor sociedad.
Milei basó su discurso en que los males de la patria lo pagarían los culpables, la clase política, los ricos, los…
Pues lo están pagando pensionistas, estudiantes, funcionarios… que ahora saben lo que es el neoliberalismo más enloquecido.
Al fascismo lo define la ausencia de solidaridad, por eso detesta tanto al comunismo que tiene como pilar fundamental la solidaridad. Que el comunismo acabe corrompiéndose en muchas ocasiones y convirtiéndose en «fascismo social» no quiere decir que en origen no tenga una buena voluntad de hacer lo mejor para todos de la que el fascismo carece.
Por lo demás de acuerdo en todo con un matiz en el cuarto último párrafo. Y es que las críticas a las políticas de Igualdad , Medio Ambiente , etc… no siempre vienen de la derecha y de los conservadores, sino también de la izquierda que muchos definirían como «radical» desde la izquierda que yo defino como «falsa» , y son críticas en otro sentido denunciando que esas políticas son a veces más cosméticas que otra cosa. Pongo un ejemplo, muy frecuente en mi tierra, Canarias : se construye una nueva urbanización turística en un espacio natural y se pretende disfrazar de «ecológico» poniéndole el sufijo «Eco-» delante y el adjetivo «sostenible» detrás : ECO-SpaHotelResort SOSTENIBLE. Cuando esto sucede las agrupaciones y colectivos -verdaderamente- de izquierdas y ecologistas denuncian al gobierno de turno (el triunvirato ppsoecc) que no se lo tratan y que esto no es política ecológica real sino más de lo mismo, Green Whassing (o como se escriba) de una empresa la que se va a permitir colocar un mamotreto horrendo consumiendo más territorio y cargando un espacio natural único.
Pero ante este mismo hecho hay otra reacción , el de los conservadores garrulos que dicen «¡ya están los putos ecologistas con sus chorradas de la sostenibilidad!» , siendo doblemente engañados : 1. Al pensar que el ecologismo es malo 2. Al creerse que el eco-resort de los huevos y el gobierno que lo consiente son ecologistas o han cedido ante ellos
Josep Pla decía que lo más parecido a un español de izquierdas es un español de derechas. Aunque se refería al centralismo, también vale para el «desarrollismo» de poner cementazos en todos lados. Para luego ponerle un mote de «resiliencia ambiental» «ecololeches» o otro término de moda para que parezca moderno.
Ese es el tema de como todos los movimientos progresistas o idealistas acaban teniendo un ejercito de parásitos que se hacen de eso para medrar.
El caso más actual de esa práctica es Errejón.
recomiendo «El hijo del chófer», menudo HdP disfrazado de progresista o de periodista crítico con el poder.Fouché el genio tenebroso de Kim. Otro elemento del siglo XVIII; leal a la Iglesia y al rey, a la revolución, a Napoleón y al nuevo rey cuando le convenía. Y al final ofreciendo su riqueza y a su hijo a Austria para tener un exilio confortable.
Crumb ya retrató la cantidad de camellos y gurús narcisistas que surgieron como setas con el movimiento Hippy, sin más interés que buscar victimas fáciles.
Personalmente esos términos de friki y marvel zombie me han parecido siempre antipáticos. No es como se llama así mismo el colectivo, es como le llaman los demás. Aunque no tiene malo reivindicar el orgullo «friki», que me llamen freak no me parece halagador. Es como esa gente que se cree que usando palabras como «mongrel» es menos ofensivo, aunque es claramente odioso.
La «antipolítica» se ha usado para justificar golpes de Estado como el de Primo de Ribera de 1923 para «limpiar el país de corruptos», aunque en realidad lo que querían evitar era que un parlamento que por fin hacía su trabajo pidiera cuentas por desastres militares.
Yo al término «friki», por mucha resignificación que quieran darle ahora, cuando lo leo o lo oigo lo primero que sigue viniéndome a la cabeza es la imagen de gente diciendo con tono despectivo «mira, los frikis» al pasar por delante de un recinto donde se esté celebrando algún Salón del Cómic/Manga/Cine Fantástico.
Curiosamente para los fanáticos del futbol se suele usar un término más neutral como aficionados o seguidores. Nunca he oído que los llamen freaks.
Pero en el mundo anglosajón se usa la palabra «supporter» y «fan».
También está el detalle de que el uso que le damos nosotros a «friqui» no es el que los anglosajones le dan a «freak», sino que sería más bien el de «geek» o «nerd».
Yo no he usado nunca la palabra «Fan» porque nunca me he considerado » fanática» de nadie, sea grupo de música, actor de cine, literatura etc… hay cosas que me gustan o me encantan, pero siempre he pensado que fan tiene claramente la connotación «fanático» y siempre me imagino a los hooligans del futbol o las adolescentes chillonas en un concierto, es decir, personas que se dejan llevar demasiado por lo visceral sin razonar mucho y que van a defender su grupo/equipo/cosa como lo mejor aunque le pongas pruebas delante de que no lo es.
Por ello siempre he usado más la palabra » me gusta», «seguidora» aunque me apunto la de «entusiasta» para mi repertorio. Hata he usado la de «Friki» por aquello de que mis aficiones son más bien de grupos minoritarios o se salen de lo «habitual».
Respecto a la política, totalmente de acuerdo, como he dicho muchas veces a mis alumnos » Todo es política», esta lo imbuye todo y si no sabes o no quieres saber nada de ella te va a afectar igual, solo que posiblemente seas utilizado, manipulado o adoctrinado para seguir una políticae ideas afines a ellas que en el mayor de los casos si usaras el razonamiento y tuvieras conocimiento verías que se opone a que el mundo sea un lugar mejor para todos y por ende a la felicidad y a crear un mundo mejor ¿no va precisamente de eso el cómic de superhéroes? de gente que lucha por un mundo mejor, más justo, más alegre? o por contra trata de crear el mundo de las películas romanticonas del mediodida, donde los burgueses viven muy félices en sus grandes casas y sus pequeños problemas gracias a al explotación de otras personas usadas ocmo recursos (Genosha cof cof)?
Precisamente algo bonito de los comics, la literatura, el arte, el cine… es que puede reflejar, caricaturizar, criticar la época en la que vivimos o a la que nos dirigimos, sea distopía o utopía para ayudanos a pensar sobre ética y resolución de problemas y conflictos. Obviamente también pueden ser usados para el mal y adoctrinar sobre el egoismo y el beneficio de unos pocos sobre muchos y pintarlo como la krakoa maravillosa o que el juez Dredd mola mucho por ser un nazi y distorsionar nuestra ideal del bien y del mal…en cualquier caso TODO ES POLÍTICA y más nos vale aprender y saber de ella para no ser utilizados o peor, ser complices de sus efectos negativos.
Hoy en día con tanta polarización, control de medios por parte de grandes lobbys, fakes, bulos, lowfair, corrupción… esto es tan o más importante que antes, especialmente con una extrema derecha que vende a los necios paquetes ideológicos muy atractivos y populistas…creando FANS.
Amén.
A lo largo de la historia se ha utilizado el fanatismo religioso y el nacionalista para conseguir los fines de unos pocos, y ahora el capitalismo usa ese fanatismo para sacarse pasta con el futbol, los cómics y lo que haga falta. Quieren un consumidor militante que compre siempre sus productos pase lo que pase, sin preocuparse por pensar a dónde nos lleva éso a largo plazo. Y precisamente éso es lo que creo que está denunciando Alan Moore.
Siempre tendremos el consuelo de pensar , y constatar, que el fan más recalcitrante del comic es más moderado que el fan medio del fútbol. Y a las pruebas recientes me remito : el ensañamiento casi sádico de los culés este pasado finde con los madridistas después del 4 a 0 que les metieron. Ni un solo ejercicio de empatía he visto de pensar comose sentirían ellos de haber sido al revés (y de haber sido al revés los Madridistas hubieran actado igual) y decir «oye tío, ojalá nos hubierais metido aunque sea uno» sinosolo burlas descarnadas y hasta a alguno decir «y ojalá les hubiéramos metido cincoo seis». Que quieras que gane «tu» equipo es normal, que desees que gane por 6 o 7 a 0 es sadismo, y que te rías del derrotado es lo más anti-deportivoque existe . A esa gente lo que le gusta no es el deporte sino otra cosa
¿ De qué eres profe ? Yo de Historia, y mira , ya la primera era vez que me presenté a las Opos , hace bastante tiempo , mucho antes de que existiera el comicsgate o el debate sobre si había política en los cómics, en la «encerrona» en la que tenias que llevar una «Unidad Didáctica» (para los que no tengáis la desgracia de estar metidos en este (in)mundillo de la Educación y su abtrusa terminología , y como yo, tengais ya una edad , decirles que «unidad didáctica» es lo que antes llamábamos «Temas») preparada tal como la expondrías en clase yo me curré el tema de la Guerra Fría enlazando con la política exterior estadounidense en general REFLEJADA A TRAVÉS DE LAS PORTADAS DE LOS COMICS MARVEL empezando por el primer cómic del Capi dándole un guantazo en toda la hocica a Hitler, pasando por Hulk e Iron Man peleándose con villanos comunistas (y explicando la relación del primero con el terror nuclear y la carrera armamentística y al segundo con Vietnam ) hasta los cómics del Capi de John Nay Rieber luchando contra el fundamentalismo islámico. Y oye ¡ es que es tan evidente ! Y ya no les digo nada del ya mencionado Tintin, del Eternauta , del Green Arrow/Green Lantern de O,Neill y Adams , ¡incluso-y diría que sobre todo- el Maki Navaja era política!
Retro-Spoiler : por desgracia no me tocó defender esa «unidad didáctica» sino otra que no me curré tanto , y aprobé pero sin nota suficiente como para sacar plaza . Aún hoy sobrevivo como profesor-interino de fortuna.
Soy profesora de Historia e interina también, así que te acompaño en sentimiento, yo me negué durante mucho tiempo a pasar por el «aro» de las oposiciones ya que es un sistema que representa todo lo que aborrezco de la educación, me presenté un año sin prepararme nada, solo la unidad didáctica ( que ya tenía hecha por ser interina) y aprobé pero no obtuve plaza, no vuelvo a pasar por el aro.
Respecto a los fans y los comics, el problema es que el UCM, las redes sociales, las plataformas digitales etc han convertido la afición de unos pocos en algo mainstream para muchos, donde el «furgolero» aneuronal que solo opinaba de futbol o el fan insoportable de Depeche mode ahora opina de Marvel, de DC, de «The Boys», de «Esto es muy woke» sin tener ni puñetera idea de lo que significa ni de lo que habla. Internet nos ha sacado a los cuñados de los bares para traerlos a la vida digital de todos nosotros.
Súmale a todo esto la polarización, el trumpismo y el auge de paquetes ideológicos populistas repletos de caspa, machismo y racismo y tienes a gentuza alabando a Homelander, a Thanos, a Magneto tenía razón o a Krakoa, porque no entienden el mensaje y crítica de lo que están viendo, lo pasan por el filtro de su falta de educación o de la mierder que le están inculcando por otros medios.
«tienes a gentuza alabando a Homelander, a Thanos, a Magneto tenía razón o a Krakoa»
Lo curioso (y alarmante) es que la gente que defiende o se identifica con Krakoa debería pertenecer al espectro ideológico opuesto al de quienes defienden o se identifican con Homelander y Thanos, y acaban demostrando lo misma ignorancia deliberada.
Para nada, krakoa, Homelander y Magneto han defendido el supremacismo, quien no ha entendido que es la misma ideología de mierda y la crítica tras ello es quien demuestra no solo ignorancia sino mezquindad.
El problema esta en que se creen que su supremacismo es el bueno y el de los demás una abominación, y no quieren, o no son capaces, de darse cuenta de que todo es lo mismo.
Yo en foros dedicados a cómics de Marvel o a comics de series mutantes he visto a demasiada gente LGTBI congratulándose de la existencia de Krakoa y viéndola como un ejemplo que ojalá pudiera aplicarse en el mundo real. Más de una vez yo les he contestaba que entendía la necesidad de Krakoa como un espacio seguro, pero que el concepto de un espacio seguro al que sólo puedes acceder si tienes los genes adecuados me pone los pelos de punta. En alguna ocasión hasta les dije que los mutantes de Krakoa a mí no me parecían una metáfora de la gente LGTBI, sino una metáfora de los one-percenters. Y no lo veían o no querían verlo, ni aunque les dijeras «¿Pero no te das cuenta de que en Krakoa no te dejarían entrar?».
Krakoa es como los bares de negros de los años 60 en los que si eras más clarito que una bolsa de papel ya no te dejaban entrar.
O más bien dicho es como CUALQUIER lugar de USA en que te echaban por ser un poco moreno, o latino, o judío.
O todos los lugares de España donde un gitano no entraba ni entra ni de coña. O si entra le vigilan continuamente, porque al parecer siempre querrá robar todo lo que no esté clavado al suelo.
Hombre, ponía el ejemplo de la bolsa de papel porque no deja de ser una minoría oprimida queriendo tener sus propios espacios exclusivos, lo otro directamente es el racismo de los privilegiados de toda la vida.
¡ Del mismo gremio! Yo tampoco he vuelto a presentarme a Opos , preparándomelas, quiero decir. He estado ya en 8 institutos y en cuatro islas distintas (doy clase en Canarias) y estoy resignado
«¿No va precisamente de eso el cómic de superhéroes? ¿De gente que lucha por un mundo mejor, más justo, más alegre?»: pues el caso es que ya antes de que los superhéroes se volvieran «mainstream» por las pelis recientes del UCM y demás, siempre había visto en el mundillo del cómic (sobre todo en revistas de cómic «adulto y serio» tipo Cimoc y demás) que los súpers eran considerados «fachas».
Y lo que comentas de las comedias románticas de burgueses que viven muy felices en sus grandes casas y etc. también se les suele achacar a los superhéroes cuando se les critica: que «no cambian el mundo, solo mantienen el status quo».
Supongo que de ahí viene la fascinación por Krakoa, Magneto y similares, por la idea de «la necesidad de romper el status quo» (romperlo literalmente, vamos). Por supuesto, la vida real es más complicada que resolver las cosas así y podríamos argumentar que solo son cómics… aunque precisamente con esa actitud surgen los movimientos revolucionarios violentos, ¡sean del color que sean!: «romperlo todo para imponernos nosotros por la fuerza, porque es la única forma de arreglarlo todo y nosotros sí lo haremos bien» (sí, ya claro).
Bueno, tampoco podemos olvidar que Toutain y Norma eran la competencia del cómic de superhéroes y les convenía ponerlo a parir, luego en cuanto pudieron publicar a Miller y compañía corrieron a hacerlo encantados y Norma hasta tuvo los derechos de DC.
Superman nació intentando cambiar el status quo, La Patrulla X intenta cambiar el status quo pero no lo conseguirá nunca.
Pero éso no quiere decir que el status quo sea bueno, de hecho cualquiera que esté hoy en día activamente tratando de cambiar la sociedad sabe que no lo conseguirá de la forma que le gustaría durante el periodo de su propia vida, que solo conseguirá victorias marginales. Y oye, eso no deja de ser más meritorio, porque un activista de derechos humanos no deja de ser alguien luchando una «neverending battle for truth, justice and a better tomorrow».
No creo que Krakoa sea romper el status quo. Es llevarlo a un plano superior. Es pasar de vivir aislados en la mansión X a cambiarlo por una isla en un océano.
Pues me da que no has entendido de que iba eso de krakoa 😉
En sus crónicas de alguna de sus convenciones de los ochenta (en la que también comentaba sus problemas para dormir entre agenda, viajes y jetlag) ya comentaba como Wolfman recibía amenazas de muerte. O como algún perturbado consideraba la única mujer a la que había amado a un personaje de viñetas. Así de triste. Ese era el panorama parcial ya de las convenciones USA de los ochenta. Y solo ha empeorado (solo que con más cosplay y quedadas paralelas para sexo con desconocidos disfrazados, lo que siempre mejora el ambiente de cualquier convención … aún a pesar del fanatismo y el olor a pies).
Feliz cumpleaños al novelista (y a veces guionista de cómics) Joe Lansdale.🎉🎂🎉
Por lo general (no siempre, pero la mayoría de ellos) los que dicen que no les gusta la política en la ficción no son apolíticos (aunque algunos digan que lo son) y tienen unas ideas políticas muy claras (y son de los que llevan tan mal que se las critique como un hooligan cuando lo hacen con «su» equipo).
Los cómics siempre fueron políticos: Superman evitando una ejecución injusta, enfrentándose a un casero abusador o a un marido al que le gusta levantar la mano (en una época en la que la sociedad todavía veía mal que alguien se metiese en lo que pasaba en la privacidad del hogar a puerta cerrada) …o el Capi (y Simon & Kirby y Timely recibieron amenazas de muerte por ello) dando un puñetazo a Hitler en portada (o mucho más recientemente diciendo eso de que ha conocido a vampiros buenos pero nunca ha conocido a un nazi bueno). O el Capitán Marvel Jr de Mac Raboy practicando el spanking nazi (con nazis famosos como Goebbels y Goering) …cuando estaba justificado que las «perversiones íntimas» llegasen a las portadas de cómics para niños (porque era una manifestación política).
Últimamente no se me ocurre qué palabra usar para describirme si estoy metido en Batman, pero lentamente me he dado cuents que la palabra «fanático» tiene más connotaciones negativas que positivas (y que no sólo se aplica a la religión o los deportes), y que mi tiempo como geek ha llegado ya a su fin. La verdad a Moore no le falta la razón cuando dice que la gente prefiere excitarse por un blockbuster a hablar de aquello que afecta su ambiente socioeconómico, y oye, es tu vida y tú decides ser un misàntropo apático e infantil, pero es algo escalofriante dedicarte sólo a tus hobbies como si eso fuera darte la comida. Antaño yo tenía esas rabietas, pero más temprano que tarde me di cuenta de mi error, aunque igualmente no impediría que terminara alejàndome de todo esto por el montón de adultos que siguen comportándose como niños.
Hoy por hoy, la extrema derecha y sus representantes (Milei o Trump), junto a sus parásitos impresentables, están haciendo drama por nada, discriminan desde la comodidad de sus casas porque no tienen los pantalones para escupir odio a quien tengan enfrente, usan su «humor» como excusa para su patanería y se quejan de las mujeres, discapacitados, minorías porque meten sus políticas, pero bien que ellos no son lo bastante concienzudos para saber que convencer a otros de creer en una religión o desistir del aborto tambiém cuenta como sus políticas. Y también hay que mencionar que la neutralidad es una excusa para no hacer nada por ti mismo.
En fin, digamos que he ‘crecido’, y que ya no me interesa continuar el Batman de Reeves (el cual es sólo otra imitación del de Nolan por lo realista, fomentando más esa ridícula creencia de que Batman es el superhéroe más realista del todos (aun si Batman es, en sí, absurdo)). Tengo demasiados problemas en este instante para seguir en comunidades frikis y no quiero convivir con uno que se precupa más religiosamente por una película de superhéroes que por lo que pasa en Israel, por ejemplo, y espero no regresar más a mis tiempos de friki.
Tampoco te engañes, hay que saber desconectar de vez en cuando y preocuparse por tonterías que en realidad te dan igual es una forma de relajarse. Es como el que va al futbol y se frustra cuando su equipo pierde, en cierto modo le prepara emocionalmente para cuando le llegue una frustración de verdad.
Claro que siempre hay gente con las prioridades trastocadas que acaba liándola, ya me entiendes.