Cantando nos llega el cuarto episodio de Agatha All Along

Como ya se ha convertido en costumbre los viernes, hoy toca hablar de nuevo de Agatha All Along, con un nuevo episodio en el que, por un lado, se agradece que sigan intentando hacer algo diferente y que de momento les esté saliendo bien, y como no, por el otro, tenemos la habitual ración de pistas, especulaciones y teorías locas sobre los principales misterios de la serie. Así que nos metemos de nuevo en la Senda de las brujas para acompañar a este peculiar aquelarre y seguir elucubrando sobre lo que está sucediendo realmente, algo para lo que obviamente caerá algún SPOILER que otro, así que cuidado partir de aquí.

Tras el trágico final del episodio anterior, la entrañable Sharon encuentra una inesperada sustituta en la forma de Rio Vidal, y como tener más de Aubrey Plaza siempre es bienvenido, no me pienso quejar del cambio. Un personaje que sigue siendo bastante enigmático, pero de quien en este episodio se nos dan unas cuantas pistas bastante interesantes. Pistas que, para no desperdigar a lo largo del artículo, centraré en este párrafo. Durante una conversación que Agatha se asegura de que no sea nada privada, Rio afirma que ella se quedará con los cuerpos de las brujas que Agatha mate en su búsqueda de poder. Más adelante, cuando “Teen” es misteriosamente herido, Rio lo mira con anticipación y Agatha la advierte de que no lo haga, sea lo que sea que se supone que iba a hacer. Y hacia el final del episodio, habla de cómo una vez amó a alguien (obviamente Agatha) y que tuvo que hacer algo que no quería hacer, pero que era su trabajo hacerlo y que eso hirió a la persona a la que amaba. Quedarse con los cuerpos, merodear sobre los moribundos como un buitre al acecho, tener un trabajo que provocó hacerle daño, presuntamente, a Agatha, y sabemos que lo que más daño le ha hecho ha sido la pérdida de su hijo… A eso añadamosle que su llegada a la Senda de las Brujas se produce saliendo literalmente de la tumba de Sharon, asi que… ¿Y si Rio Vidal no es Blackheart como yo especulaba por aquí, sino otro personaje igualmente conocido de los cómics pero infinitamente más poderoso? ¿Y si Aubrey Plaza está interpretando a la Muerte?

Pero volviendo al principio del episodio, nos encontramos con que se repite el esquema del episodio anterior: la Senda de las Brujas ha llevado a este aquelarre a una nueva casa en la que sus apariencias serán transformadas para la ocasión y donde tendrán que unir fuerzas para superar la nueva prueba que deberán enfrentar. Y este es un aspecto que me está gustando mucho de la serie y que no solo no se está volviendo repetitivo (de momento), sino que explica también no solo cómo es que esta serie ha resultado ser una de las más baratas del MCU, sino también por qué la estoy disfrutando tanto.

Y es que al encontrarnos ante episodios que tienen lugar en dos escenarios tan concretos, la Senda en sí y la casa de turno, que suele estar reducida a unas pocas habitaciones, el gasto en decorados se reduce bastante. Y al contar en buena medida con efectos prácticos, o directamente nada de efectos, no solo es este otro aspecto que permite aliviar el presupuesto, sino que provoca que todo el interés de cada episodio dependa de las interacciones de los personajes, de los diálogos. Algo con lo que el equipo de guionistas de esta serie está explotando al máximo todo el talento de este reparto estelar.

Y si el episodio anterior giraba en torno a las habilidades de Jennifer Kale como experta en pociones y sanadora, esta semana tocaba explorar el traumático pasado de Alice Wu, y esa versión rockera que su madre compuso de la Balada de la Senda de las Brujas. Una canción que es mucho más de lo que aparentaba y de lo que la propia Alice creía, y que sirve de excusa para volver a introducir otro número musical. Uno en el que Agatha y compañía tienen que hacer las veces de banda de rock para acompañar a Alice y destruir la maldición que ha perseguido a su familia durante generaciones y ahora amenaza a su nuevo aquelarre. Algo que viene a confirmar aquello que dijo en su día Patti LuPone de que esta serie era un musical, y que puede que eche para atrás a mucha gente, pero no seré yo quien se queje de que hagan cantar a Kathryn Hahn todo lo que puedan, aunque sea solo para tratar de explotar el éxito inesperado que fue su canción en Wandavision.

Yo he estado escuchando esto en bucle

Un número musical en el que la maldición de Alice afecta a todo el mundo de una forma u otra, en general provocando quemaduras muy dolorosas, pero que en “Teen” tiene un efecto inesperado cuando de pronto aparece un trozo de cristal enorme clavado en su abdomen que parece haber surgido de la nada. Y aunque podría ser perfectamente fruto de cuando la maldición de esta nueva casa lo lanzó por los aires, haciéndole atravesar el cristal de la sala de grabación que hay allí, que Teen tarde tanto en sentir sus efectos y que cuando sus compañeras fueron a comprobar cómo se encontraba y le ayudaron a levantarse nadie viese ese cristal enorme, me hace pensar que quizás estemos ante algo muy diferente.

En el primer episodio, cuando Agatha aún se encontraba atrapada en su fantasía de True Crime y Rio hacía el papel de agente del FBI, esta le comentó que había tenido lugar un accidente de coche en Eastview, con sangre en el asiento de atrás y los dos airbags delanteros desplegados. Algo a lo que Agatha respondió que sentía que eso tenía que ver con el caso que estaba investigando (la muerte de Wanda) pero que no tenía claro cómo. Y aunque lo vivido allí era una fantasía, todo tenía base en la realidad, así que es posible que ese accidente tuviese lugar en el mundo real. ¿Y si Teen estaba en ese coche, la sangre era suya y ese cristal es una manifestación de sus recuerdos de dicho accidente? ¿Y si Teen murió en dicho accidente y su cuerpo fue ocupado por un alma sin cuerpo buscando renacer? Una teoría que no hace mucho por delimitar si estamos ante Nicholas Scratch o Billy Maximoff, pero que de ser este último enrevesaría aún más un origen que en el cómic ya era de por sí complicado, pero todo es posible.

Y cuando la maldición es destruida, aparece la salida de la casa indicándoles que han pasado la prueba y parece que pueden relajarse. Teen sucumbe ante la pérdida de sangre y se desmaya. Algo que nos permite ver un aspecto de Agatha que cada vez se deja ver más a menudo, asomando debajo de esa fachada que siempre muestra al mundo: una preocupación cada vez mayor por Teen. Aquí la vemos extremadamente preocupada y aterrada, y tiene lugar la escena que mencionaba antes en la que advertía a Rio que no se le acercase, mostrándose Agatha muy protectora con el joven, pese al desdén hacia él que siempre trata de aparentar. Tan protectora que cuando Jennifer consigue curarlo con sus habilidades, Agatha no se separa de él hasta que se despierta y se muestra muy tierna con él, casi maternal…

Pero durante esa conversación entre ambos hay dos momentos significativos. El primero es cuando Teen le pregunta a Agatha si es ella quien puso sobre él ese hechizo que impide que las brujas escuchen su nombre o nada que revele su identidad. Algo a lo que Agatha le responde que no podría saberlo, ya que un hechizo de ese tipo afecta también a quien lo impuso y que de ser ella no lo podría recordar, pero que un hechizo de esa naturaleza se destruirá solo cuando ya no sea necesario. Pero la actitud de Agatha cambia radicalmente cuando Teen le hace su segunda pregunta, que es lo que sucedió con su hijo, seguramente aún atormentado por lo que le contó Jennifer de que Agatha lo había sacrificado a cambio del Darkhold. Esta reacciona a la defensiva al escuchar eso y vuelve a esconderse detrás de su fachada, alejándose de Teen lo más rápidamente que puede sin responderle. Otra escena que parece indicarnos que este acabará siendo revelado como un renacido Nicholas Scratch.

Aunque la serie aún se guarda un último giro sorpresa. Cuando las brujas se están relajando junto al fuego contando batallitas y comparando viejas heridas de guerra, justo después de que Lilia confirme, como quien no quiere la cosa, que los vampiros hace mucho que existen en el MCU, y de que Rio cuente su historia de cómo le hizo daño a alguien a quien amaba, Agatha se aleja de allí también. Un gesto que confirma claramente que es ella a quien Rio hizo daño y por eso esta la sigue para hacerle compañía. Alejadas del resto, las dos mujeres se abrazan tiernamente, como recordando tiempos pasados antes de que las cosas se complicasen entre ellas. Pero cuando Agatha está a punto de besarla, Rio la detiene y le dice con algo de tristeza que el chico no es suyo, algo que provoca tristeza y decepción en una Agatha que, sin decir una palabra, se aleja también de allí, algo que debe ser muy habitual en ella: el mantener las distancias con todo el mundo.

La reacción de Agatha parece indicar que ella sospechaba, o al menos quería creer, que Teen era su hijo Nicholas renacido, lo que explicaría ese afán protector cada vez mayor hacia él, quizás porque lo que comenzó siendo un cierto cariño porque le recordaba a su hijo acabó convirtiéndose en deseo de que fuese realidad, y de ahí su comentario de que si ella hubiese puesto ese hechizo protector sobre él no lo sabría. Pero la afirmación tan tajante de Rio de que no es suyo, y que esta lo acepte sin argumentar nada, nos deja claras dos cosas: la primera es que Rio debe ser alguien que está en posición de saber sobre estas cosas (¿La Muerte?), y segundo, que si Teen no es Nicholas… ¡Tiene que ser Billy! ¡Joe Locke es Wiccan!

O quizás no lo sea, pero de momento yo voy a seguir aferrándome a esa idea, al menos hasta la semana que viene a ver qué nuevas pistas nos ofrece esta serie sobre sus misterios. Una serie que, independientemente de si me acaba decepcionando o alegrando en ese punto concreto, de momento me tiene más que encantado y enganchado, por lo que espero que cuente con el éxito que se merece y que anime a Marvel Studios a atreverse a hacer más cosas que se salgan de lo convencional, aunque sea un poco, que todavía les falta soltarse un poco más.