Continuamos con este pequeño repaso sobre historias caóticas del género de superhéroes, para que nos vayamos dando cuenta de que los crímenes que se cometen por «crear puntos de entrada» a nuevos lectores que acaban saliendo espantados, ¡y con razón!
A finales de los 80 y con la salida de Levitz de la serie, Giffen toma el control de la Legión y recibe la orden de borrar todo rastro de Superboy del grupo, con lo que se inventan que en realidad todo lo que hizo Superboy lo hizo Mon-El, un trasunto daxamita de Superboy. Mon-El nunca tuvo el carisma de Superman, con lo que la solución tampoco gustó y el que Giffen estuviera empeñado en matar personajes, decir que en realidad eran clones y enfrentarlos a versiones pasadas de ellos mismos provocó una negativa editorial a proseguir su etapa que acabó desembocando en que llegara Zero Hour y el grupo fuera borrado de continuidad, creándose una especie de «Heroes Reborn» del grupo a cargo de Mark Waid en la que se renombraron personajes y se recontó absolutamente toda la historia que se pudo. Para entonces la historia de la Legión ya era una maraña de personajes completamente hostil para los nuevos lectores, con lo que el éxito de esta nueva encarnación dependía de la habilidad de guionistas como Dan Abnett y Andy Laning, que nunca acabaron de tener el éxito suficiente y esta encarnación acabó pasando a mejor vida unos diez años más tarde, dando lugar a una nueva Legión a cargo de… Mark Waid otra vez. Porque les debía de gustar su planteamiento pero no lo posterior, yo que sé.
Waid volvió a los orígenes de forma radical, mostrando al grupo en una tardoadolescencia con el pavo subido y enfrentados al orden establecido, porque ya no viven en un futuro utópico. Tanto cambio en los personajes no acaba de gustar a los fans originales del grupo ni a los de la encarnación anterior, con lo que el personal acaba hasta las narices y dos años después DC acaba echando mano de la nostalgia y hasta llama a Jim Shooter, uno de los guionistas más recordados de la Legión original y Ogro Marveliano, para hacerse cargo de la serie, que la trata como si fuera su legión de toda la vida y se queda más ancho que pancho. La cosa tampoco funciona y la serie es cancelada, tras lo que con Infinite Crisis Geoff Johns recupera a la legión original precrisis, borrando los cuatro últimos años de Levitz y el posterior trabajo de Giffen. Cuatro años dura la alegría de una legión que durante buena parta del tiempo no tuvo serie propia pero apareció bastante en Action Comics, hasta que por estas decisiones de Dan DiDio Flashpoint se carga el multiverso DC y la Legión es reiniciada de nuevo en New 52… Pero no, porque vuelve Paul Levitz y decide seguir con la encarnación de Johns -que en realidad era la suya- prosiguiendo sigue tan pancho hasta la cancelación del título un par de años más tarde. Y así es como todo el mundo se pasa 6 años preguntándose que fue de la Legión… Hasta que llegó Brian Michael Bendis.
Bendis era la gran estrella de Marvel recién llegada a DC, y como tal pudo hacer y deshacer lo que le vino en gana en la editorial hasta que se demostró que absolutamente todo le salía mal, siendo uno de sus mayores fracasos una nueva encarnación de la legión creada en 2019 en la que reiniciaba todo el grupo desde el principio y se notaban bastantes chapuzas e improvisaciones constantes. Fue un cómic de publicación accidentada con retrasos y correcciones de última hora constantes entre lo que se anunciaba y se publicaba, con lo que a nadie le extrañó que el cómic fuera cancelado a principios de 2021 más o menos a la vez que Bendis salió de la editorial. El grupo no ha vuelto a tener serie propia, pero lo que sí que hemos tenido son algunas apariciones del mismo que curiosamente vuelven a estar en la continuidad de los tiempos de Levitz, que no deja de ser la única que le importa a los fans, pero que aun así no parecen contar con el suficiente atractivo como para atraer nuevos lectores. Y así seguimos teniendo el problema de que todo el equipaje de la serie es lo que echa para atrás a los nuevos lectores. Y sin embargo…
No hay personaje con mayor bagaje que Batman. Ha sufrido retconeos, asesinatos, se ha quedado paralítico y hasta ha llegado a casarse y tener una hija en una tierra paralela, pero Batman sigue siendo Batman. Cualquier lector se compra un cómic de Batman y tiene una serie de garantías que normalmente satisface; cuando la gente pregunta «¿por dónde puedo empezar a leer Batman?» no te entran sudores fríos como cuando te preguntan por La Patrulla X o, sí, Spiderman. En realidad todos tenemos respuestas automáticas -debería hacer un post sobre el tema, sí- pero ninguna es realmente satisfactoria, porque sabemos de sobra que no hay una entrada perfecta. De Batman se suele decir leete Año Uno y luego «x», siendo ese x una etapa más moderna que va desde Scott Snyder, Tom King o Tynion, pero a estas alturas de la película yo diría que te puedes empezar a leer la etapa que te apetezca directamente y prescindir por completo de Año Uno, porque quieras que no la historia de Año Uno ya te la han contado de una u otra forma en otro lado (lo cual no quiere decir que Año Uno no sea estupenda y un cómic que hay que leer porque es un gustazo leerlo, pero aquí no estamos hablando tanto de calidad como «cómo empezar a leer/ponerse al día con» para nuevos lectores). Pero, volviendo al tema que teníamos entre manos, ¿por qué Batman funcionó tan bien?
La respuesta, en realidad, es bastante sencilla; sus autores no se anduvieron con mierdas. A lo largo de la historia de Batman el personaje ha sufrido un millón de retconeos, Alfred ha sido gordo, delgado, con pelo, sin pelo, muy viejo, moderadamente viejo, ha estado vivo, ha estado muerto, Bruce Wayne ha vivido en una mansión con una cueva debajo, en un apartamento, ha tenido millones de coches, de sidekicks, ha estado perdido en la prehistoria, se ha pegado con alienígenas en el espacio, ha sido un mosquetero junto a Superman… Pero no se ha traicionado a si mismo, la percepción general de los lectores es que Batman siempre vuelve a su ser, a ser Bruce Wayne, a su paternalismo gothamiano, a ser un poco loco pero no demasiado porque en realidad es un niño aterrado de que lo que le pasó a él vuelva a pasarle a alguien. No es difícil entender a Batman, no es difícil escribir un cómic de Batman, porque en lo esencial sigue siendo un tipo que sale por las noches a cazar criminales, aunque luego acaben siendo demonios alienigenas antediluvianos. Spiderman también se pasea por ahi a cazar pillos, pero su vida ha dado tantas vueltas y sus secundarios han muerto y resucitado tantas veces que uno ya no sabe por dónde meterse, ¿a quién se le ocurrió la atroz idea de que Peter Parker dejara de ser fotógrafo? ¿Quién pensó que la mejor forma de provocar esto era decir que Peter soyunalmapura Parker falsificaba unas fotos, cargándose absolutamente todo su crédito posible como fotógrafo? Pues lo dejaron pasar oye, y no fue precisamente Axel Alonso. Y así es como tenemos a un Peter Parker que unas veces es millonario, otras veces científico y otras veces no sabes ni quién es, porque en Peter Parker no hay constantes a las que agarrarse y una etapa parece completamente distinta de otra.
No, no es la continuidad el problema. El problema es hacer con los personajes lo que te venga en gana, marearlos y marearlos hasta el punto de que tus propios sucesores ya ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo en qué es lo importante del personaje, por lo que parten de cero y son irreconocibles. El problema es romper y destruir personajes, edificios e instituciones como SHIELD para que vuelvan en menos de un año a estar como estaban, solo porque en su día decidiste hacer algo para tener algo espectacular para terminar una historia sin pensar en las consecuencias. Si los editores siguen sin pensar en el largo plazo y dejan a cada autor hacer de su capa un sayo o lo que es peor, los propios editores les dictan ese tipo de historias para sacar adelante el año con espectacularidad, el gran experimento del universo compartido de ficción se habrá ido al cuerno. Y éso que todavía falta un poco para que personajes como Superman y Batman queden libres de derechos…
Pregunta, ¿hubierais preferido leer todo el artículo del tirón el lunes y hacer fiesta el martes?
Si tu haces fiesta yo hago fiesta!
A estas alturas nos hemos acostumbrado a lo secuencial (y a la cosa esa que ya nadie respeta … cómo la llamaban? Continuidad 😈).
Sí, vaya si se ha notado que la continuidad os importa! XD
Pero ¿fiesta de fiestón?, ¿con abundante alcohol, drogas, chicas, y demás jarana?
Pues sí.
¿Quién paga? Porque esas cosas cuestan mucho dinero que yo no tengo!
M’Rabo !!!
Incoming…
Nunca he entendido las quejas de algunos lectores hacia la continuidad. Precisamente lo que me sedujo de los cómics Marvel cuando los descubrí en la adolescencia (por entonces no tenía acceso a DC) fue esa absurda maraña de historias pasadas que intentaba desentrañar como un puzzle. Las cajitas con referencias del tipo «ver Vengadores nº 375», lejos de intimidarme, me producían una sensación de curiosidad y misterio. ¿Qué habría en ese cómic? Y cuando por fin lograba hacerme con ese cómic pasado, era como un triunfo.
Para los críos es «entrar» en otro mundo y el juego de llegar a comprenderlo, como los chavales que coleccionaban muñequitos y se volvían locos por saber quién era el muñequito que se habían comprado.
Coincido, esa sensación de habia «más de lo que tus ojos ven» te atrapaba.
Mejor artículos no muy largos porque el tiempo no sobra.
Estoy de acuerdo contigo en tus conclusiones. Lo llevo pensando unos años, los editores ni conocen su material ni piensan a largo plazo. Ambas cosas son lógicas porque estos ya no son fanáticos de Marvel o DC ni van a estar mucho en el cargo. La pregunta es por qué Batman sí ha podido (y en cierta medida Superman y Wonder Woman) y Spiderman y los demás no? Todos los superhéroes populares tienen una esencia clara a la que agarrarse y Batman no es mucho más elástico que la mayoría de ellos. Es por qué Batman ha tenido editores mejores o más fieles a la marca que los demás? Y/o más guionistas fan?
El caso de Batman creo que suele ser porque siempre se tiende a volver al punto de origen, porque es uno muy muy simple; señor en mansión con mayordomo, nos da igual que la batfamilia pueda crecer hasta el infinito porque el centro de la serie sigue siendo el mismo. Y no es tan fácil hacer eso con Spiderman o Superman, porque tiene secundarios más cimentados y porque su núcleo en realidad era más grande de lo que pensaban, aunque en Superman puedas reducirlo a su mínima expresión con Lois, Jimmy y Perry. Con Spiderman no, porque aunque alguno piense que el centro de todo es MJ y la Tía May, la verdad es que Jameson y el Bugle acababan siendo el motor de montones de tramas, y prescindir de él ha desnortado la serie durante los últimos veinte años.
Que oportunidad perdida de hacer una crónica sobre la muerte del papel, verdad?
No tan libres, que solo quedan libres el diseño de Superman del ’38 y el diseño de Batman del ’39. Y los personajes seguirán siendo todavía marcas registradas. Es una «liberalización» pero no tanta como algunos creen. Igual que todavía te puedes meter en un lío si usas a Mickey Mouse (que solo el diseño del Mickey gamberro de la primera época es «libre»).
Pues bastante es, eh? Quiero decir, tu igual no puedes titular un cómic SUPERMAN, pero si sacarlo levantando coches y esmorrando gentuza. No llevará el escudo de Superman (porque eso también está registrado) pero ya ves tú que problema, le pones una S como Superlópez y santas pascuas. Y dentro del cómic se le podrá llamar Superman y llamarlo Clark Kent y aunque trabaje en el Daily Star (de momento) ya tienes a Lois Lane.
Y tendrá su gracia siempre que lo haga alguien con un poquito de talento.
Pero Batman también ha quebrado económicamente, se ha vuelto a la locura, pasó al menos dos etapas de adicciones a sustancias, ha pasado de camp a dark, ha perdido a todos sus aliados, ha armado una batifamilia variopinta, se la ha echado con la Liga para luego volver campante, se ha ido en cana, casi se le hermana con Bane (quien años después mata a Alfred), tuvo una Corporación de Batmen!! Y vuelve a ser un solitario… Han jugado con su continuidad bastante a lo largo de los años.
Y el problema de los cómics mainstream de norteamérica, es que sus personajes son un constante refrito de nunca acabar, porque venden. Venden películas, juguetes, series, merchandising y lo que se les ocurra (incluso comics!!!)
Entonces cada serie, personaje, universo, multiverso va mutando todo el tiempo y a distintos ritmos, haciendo que casi uno pueda desconocer la historia del superhéroe de la misma supuesta línea temporal, que tuvo su soft-reboot y el resto pasa en banda con su propia continuidad.
Finalmente, los cómics van dirigidos a distintas generaciones (cada una tiene su Batman o su Spiderman… O sus X-Men), donde pueden atravesar varias etapas, que difícilmente se logren hilvanar bien. Por qué? Porque la maquinita no va a parar de producir ideas (buenas o malas) que generen productos derivados para hacer dinero.
Muy distinto a ciertos mangas donde personajes van y evolucionan de un punto A a uno B y avanza… Y termina en Z y se acaba la publicación y se inventan una nueva serie (o franquicia), para dejar la anterior sepultada, viviendo en los corazones de cada uno (no cuenta para todos los mangas tampoco; Dragon Ball, que ya cayó en el modelo de norteamérica o Detective Conan que es prácticamente atemporal)
Finalmente habría que ver si las distintas generaciones están conformes con los cómics que les tocaron en sus etapas correspondientes. Hoy, parecieran primar las versiones cinematográficas en el imaginario colectivo como las versiones «canónicas» para las nuevas generaciones (y por lo mismo, tal como se hiciera con Alfred en los 60s, se adaptan los cómics para parecerse a sus reflejos cinematográficos). Yo creo que lo importante, más que la continuidad, es que no se pierda la esencia. Porque si veo un Superman cobarde y asesino… O un Batman sicópata y asesino… O una Wonder Woman sedienta de sangre y deseos de guerra… estamos ante el DCEU, y eso sí que está mal, pues traiciona la esencia de los personajes. Ahora, si Peter Parker se gana la lotería y le va bien un rato en la vida, hasta puede refrescar la historia si se narra bien; si se hace un buen cómic; pero personaje tiene bases a las cuales debe (y sabemos) que va a volver para ser Spiderman.
Secuelas, precuelas, refritos, reboots y versiones (incluso femeninas) de universos paralelos (aparte de en Dragon Ball) en manga y anime: Mazinger Z,, Devil Man, Captain Harlock, Space Cruiser Yamato (en general casi todo el Leijiverso y el Nagaiverso, que en realidad son ambos multiversos), Caballeros del Zodíaco,… Incluso algún personaje de Tezuka como Atom (Astroboy en Occidente) y Black Jack.
Super! Pero cuantos mangas salen en Japón por mes?
Me nombraste los más exitosos. Los que se vuelven franquicias y claro, caen bajo la lógica mercantil de explotarlos al máximo. Pero aún así, no es la norma.
Hasta Prince of Tennis y Sailor Moon, coño.
Vale que esos dos últimos en mucha menor medida, pero también han tenido relanzamientos y derivados. Y, por supuesto, Captain Tsubasa.
Este es un tema que sé me va a llevar tres o cuatro intentos de escribir tochos de texto para conseguir algo que al menos yo mismo pueda (casi) entender. Y justo cae en un par de días ajetreados; mi agenda no existente tiene esa costumbre de crearme conflictos cuando menos me lo espero, xD.
En fin; Marvel no seguía una moda: Marvel era la moda. Así como los superhéroes lo habían sido en la Era de Oro y luego la Ciencia ficción los había devuelto a la vida en los ’50. Y bastante duró esa moda; gente cuya carrera está muy estrechamente conectada a Stan Lee (Roy Thomas, Jim Shooter) supo hacer lo mismo que él y seguir construyendo sobre sus ideas. Otros supieron imitarle muy bien.
No le dirías a la gente que comience a leer Batman por el de Jack Schiff o siquiera por el de los primeros números con Schwartz editando. Incluso a un fan de la serie de Adam West no le recomendarías los cómics camp de Batman porque eran en su gran mayoría intentos fallidos de camp hechos por autores de ciencia ficción de Schwartz. Le dirías que comience por el de O’Neil y Adams. O por el de Finger y Kane/Robinson para luego saltar al de O’Neil y Adams. Pero eso solo significa que Batman puede pasarse fallando durante una década que ahí estará igualmente protagonizando dos series de cómics y co-protagonizando como dos o tres más para cuando le cae Neal Adams a «recuperar su esencia» a fuerza de hacer excelentes cómics. La garantía de calidad de Batman no está en si se anduvieron o no con mierdas; la garantía está en la popularidad del personaje convirtiéndole en un bote de lujo que hace difícil naufragar hasta a los malos capitanes y que más temprano que tarde atrae a los mejores capitanes que le permiten salir de las tormentas que les toca pasar y llegar a buen puerto.
Como Stan Lee; hay que ver más allá de esa moda que fue la continuidad y entender por qué funcionó en primer lugar. Y lo hizo porque la continuidad era una garantía de lo siguiente; no hay historia (mucho menos buena) sin cambio, no hay historia sin coherencia y no hay una buena historia serializada sin aprovechar la serialización. Construir la narrativa desde esa base filosófica y/o paradigmática es una garantía mucho mayor que «la esencia» de un personaje (y mucho más en su época*); con la continuidad se da a entender al lector que los aspectos más necesarios de una narrativa no solo son tenidos en cuenta por sus autores sino que se llega al punto de hacerlos notar en los mismos cómics: el absoluto mínimo de Marvel era contarte una historia con cambio, coherente con/en ese cambio y que continua cambiando. ¿Significa eso una buena historia automaticamente? No, pero desde ese punto de inicio se puede ir mucho más para arriba de lo que se puede ir barranca abajo. La continuidad es un simple atajo para evitar malas historias (sin cambios o intrascendente, sin sentido o incoherentes, sin salida o futuro) o visto de otra manera una forma de pensar historias que pone énfasis en lo fundamental y desde ahí construye sobre una base sólida.
Entonces (y cerrando por fin!!!!!), siendo tanto la esencia de un personaje subjetiva así como ciertos personajes inmunes a toda la mierda que le puedan echar encima, de lo que realmente se trata esto de la continuidad es de que se está rompiendo la misma idea de contarte una historia (con cambio, coherente y continua). Gente que se dedica a contar historias (con cambio, coherente y continua) parece no darse cuenta siquiera de que ese rechazo está dando a entender un desinterés en los aspectos más fundamentales del ejercicio narrativo arruinando toda confianza que se pueda tener en su habilidad futura para contarte una historia (Bendis, ¿qué ha sido de Bendis?).
* La garantía Weisingeriana y por lo tanto la de DC era a lo sumo coherencia; no había cambio ni aprovechamiento de la serialización. En fin; la verdadera garantía era la misma que la que mencionaba con Batman: la popularidad del personaje permitía a DC tener a Curt Swan bien entintado exclusivo en Superman aunque lo tuviera contando una «historia imaginaria», esa era la garantía: Curt Swan (y el arte de muchos otros más; DC tenía grandes artistas aunque los encorsetara y desperdiciara criminalmente).
Buenas reflexiones.
Recuerdo que Giffen solía comentar que el problema de los personajes no era tanto la continuidad sino la coherencia. Puedes cambiar partes del pasado, pero el personaje, en su centro debe ser, actuar como el mismo.
En cuanto a la Legion… pues que bendisb (¡maldito seas!) finalmente la mato con su «diversidad«,. En serio. Ahora nadie se atreve a tocarla (porque obvio quienes están interesados lo están de versiones anteriores, y volver a ellas seria blanquizar a los personajes diversos de Bendis. Ni Waid se atreve ahora a tocarlos.
Si, los personajes de Bendis eran tan diversos que todos tenían la misma personalidad.