En el mes de la primera aparición de Elektra a cargo de Frank Miller, Hulka estaba recuperándose a través de la terapia de Michel Morbius. Sí, es la medicación que David Anthony Kraft y Mike Vosburg con Frank Springer le recetaron a Jennifer Walters para el Savage She-Hulk número 12…
En honor a la verdad, cuando hablamos de que en los buenos viejos tiempos todo pasaba más rápido, hay gente que considera que éso es algo caduco. Que necesitamos atravesar las experiencias de los personajes a través de más viñetas, de más tiempo, para crear un retrato adecuado de las sensaciones y sentimientos de los personajes. Lo que en tiempos se hacía a través de texto de exposición, ahora se hace a través del mismo texto repartido a través de muchas más viñetas y páginas, con lo que acabamos teniendo lo mismo pero más caro. Y precisamente este número de Hulka (¿quién es el degenerado que se niega a llamarla Hulka?) empieza con un esfuerzo titánico de voluntad por parte de Hulka para transformarse de vuelta en Jennifer Walters y así facilitar que la medicación de Morbius haga efecto. Tras varias páginas en las que parece que Hulka se va a morir ante un desconsolado Zapper que lo único que dice es cosas como «buena parte del proceso de curación es la actitud», la amazona esmeralda y su montón de primeros planos desesperados acaban transformándose en Jennifer Walters de vuelta.
No hay una razón psicológica, no hay una decisión moral, no hay un crecimiento del personaje ni nada parecido, simplemente Hulka flexiona los gluteos y el resto del cuerpo con fuerza y en vez de deyectarse delante de todo el mundo acaba transformada en la abogada soltera. Y entonces sí, entonces Michael Morbius le comunica que a partir de ese momento podrá transformarse en Hulka a voluntad (y con dolor); Son tres páginas, pero resumen muy bien mis pegas con la Hulka de Kraft; las tramas sobre el papel podrían tener interés, pero su resolución nunca las aprovecha lo suficiente, pasando de puntillas por las consecuencias y las razones por las que ocurren. Sí, ocurre algo trascendental para el personaje -y mucho, cambia su status quo por completo y lo sitúa en la rampa de salida a ser la Hulka que todos conocemos- pero es simplón, vacío. Y la pareja artística de Vosburg y Springer tampoco ayuda, repitiendo varias veces la misma pose en varias viñetas, empeñados en dibujar un escorzo que no acaban de saber realizar.
Tras esta escena Jen recibe una llamada del ayudante del fiscal general del distrito Buck Bukowski, que le dice a la abogada que su padre el Sheriff Walters está preocupadísimo por ella; lejos de agradecer su interés, Jen poco menos que lo llama metomentodo y cuelga. Cosa que sorprende y ofende al funcionario público, que decide rastrear la llamada (lo cuál tampoco le costó mucho teniendo en cuenta que la llamada la hizo él mismo tras mirar entre los papeles de la propia abogada, de ahí el enfado de ella) y al descubrir que Jennifer está en el centro de neurorradiología de la universidad de Los Ángeles suma dos y dos y llega a la conclusión de que Jennifer Walters ha tomado como cliente a Michael Morbius, que en ese momento va a ser juzgado por sopotocientos asesinatos por esto de ser vampiros. Buck, completamente preocupado por la a todas luces nefasta decisión para su carrera profesional que ha tomado la muchacha, decide que lo mejor es filtrar a la prensa la información para ver «si la presión pública la hace entrar en razón antes de que sea demasiado tarde». Sí, Buck era un pieza.
Jennifer descubre al día siguiente que ha tomado un nuevo cliente cuando al día siguiente se lo echa en cara su propio padre el policía don perfecto. No mucho mejor se lo toma el propio Michael Morbius, que cree que ésto es algo que quiere hacer Jennifer como pago para que guarde su secreto como Hulka, cosa que no hace ni la más mínima falta porque el tío quiere que lo condenen a la silla eléctrica o algo así. Entre los dos lo hablan y deciden que vale, que igual Jen sí que debe defenderlo en el juicio, y procede a hacerlo demostrando ante el tribunal que Morbius no mató a nadie en pleno control de sus facultades mediante un experimento de conejos asesinos -le inyecta el suero de Morbius a uno de ellos, que convertido en vampiro deja seco a su compañero de jaula ante un atónito jurado- consiguiendo una sentencia de culpabilidad por asesinato involuntario para el personaje interpretado por Jared Leto para la gran pantalla. Ni el padre ni los familiares de las víctimas de Morbius están satisfechos con la sentencia, pero Jen cree que tenía que «hacer lo correcto». Y esto no llega ni a la mitad del cómic; ya digo que aquí pasan cosas, muchas cosas.
Los familiares de una de las víctimas contratan a uno de los androides del zodiaco para que les de la justicia que no les dieron los tribunales, con lo que Géminis (y los que lo contrataron) asaltan el laboratorio de Morbius y lo secuestran a él y a Jennifer, que según la madre de la asesinada «es tan culpable como él». Después de llevárselos a un acantilado, Géminis procede a «juzgarlos», pero los padres de la víctima se hartan y le dicen que una mierda, que los matan ahora mismo y hasta sacan una pistola. Viendo Morbius que se lo van a cargar a él y a Jennifer, decide matarse tirándose por el acantilado «porque rechaza convertirse en un peón de su retorcido dolor», con lo que tanto Géminis como la pareja vengativa corren acantilado abajo a ver si pescan a Morbius y patean el cadáver o algo así, dejando a Jen sola el tiempo suficiente para que se transforme en Hulka sin que nadie descubra su secreto. Para cuando la futura vengadora llega abajo, los vengativos ya han recuperado el cuerpo de un atontado Morbius y se preparan para torturarlo -bueno, usa la palabra «suffer», puede que «simplemente» solo quieran matarlo- cosa que se podrían poner a hacer perfectamente mientras Hulka y Géminis se dan de tortas (que por cierto, es en ese momento en el que Hulka es electrocutada y pierde la pelea), pero entonces se dan cuenta de que matar Morbius sería convertirse en asesinos y deciden tirar la pistola al mar.
El cómic termina con Jennifer volviendo a casa con la ropa hecha un cristo para encontrarse al dichoso Zapper leyéndose los libros de Hulka, pero ella está de un humor de perros y lo echa a patadas. El bigotudo no se acaba de tomar esto bien y se echa a llorar -es un tío sensible joder, nada de masculinidad tóxica- y le dice que él solo quería animarla porque estaba preocupado, pero que vale, que está hasta los cojones de que lo trate como a un niñato cuando no deja de ser el tío que le consiguió el tratamiento de Morbius que le salvó la vida. Y se larga sin dar un portazo, con una Jennifer que se disculpa así muy bajito. Que mala era la Hulka de Kraft…
La semana que viene va a doler de verdad, porque a mi no me gusta discutir con M’Rabo. Pero si hay que hablar de la Tostadora Valiente se habla, no hay problema, otra cosa es que tenga que hablar bien de ella. Que puede que hasta lo haga, que no se me caerían los anillos por hacerlo si el tebeo es bueno… Pero eso ya lo veremos la semana que viene, digo yo.
Aquí se tratan temas que podrían dar para más profundidad, como la responsabilidad moral de los abogados y el derecho a la defensa. Pero todo está muy comprimido. Demasiado quizá.
Hulka no levantaría cabeza hasta Roger Stern y John Byrne, y la faceta de abogada sería genial con Dan Slott. Ahora mismo su colección no está mal.
Sip.
A mi ese hombre de viril bigote ochentero llorando porque Jen paga su mal café con él me ha conmovido lo más hondo.
Deberían darle una serie para él solo, «THE GOOD BOYFRIEND».
Zapper es un tío de puta madre y un ejemplo inspirador que ya quisiera el Capitán America. Ya es hora de que Marvel lo recupere
Zapper: Un peinado y un bigote del pasado para un hombre del futuro!
Y con un cameo del mostacho de Sean Connery en Meteor.?
…O de Black Jack Tarr (un hombre de ayer que parecía hecho para el anteayer, aunque le tuviese simpatía al gruñón racista con actitud de poli malo).?
A Byrne también le debía caer bien, porque luego lo casó con una millonaria que era idéntica a Hulka (menos lo de ser verde).
Pues si ya al menos dos autores han tratado al personaje, rastreando sus apariciones quizá de para que Panini haga un tomo MLE o un 100% clásicos Marvel tapa dura de “Zapper, the Good boyfriend” para que el público se (re)familiarize con él de cara a su reintroducción a lo grande.
Zapper podría protagonizar la próxima Civil War III liderando el bando de héroes pro relaciones no toxicas contra un elenco de héroes que frivolizan en sus relaciones liderado por Johnny Storm y Hank Pym y la misma Hulka para darle tono culebron.
Lo triste es eso, que tiene algunas ideas interesantes pero no sabe/no quiere desarrollarlas. Y así ha pasado a la historia su etapa en el personaje.
Sigo sin haberme leído esta etapa pero me suena a sus Defensores; pasar de una situación a otra lo más rápido posible y usando la continuidad para cubrir con exposición la falta de imaginación y habilidad narrativa. En Defensores con Giffen era un caos aburrido; especialmente en contraste con las etapas que le precedían. En Sh… Hulka me imagino que sin Giffen ni siquiera tiene ese aspecto de cacofonía visual para cubrir sus deficiencias y le sale como dices vacío.
Mientras tanto la editora de la serie era mejor escritora que Kraft; Mary Jo Duffy es prácticamente la definición de counterprogramming en la Marvel de los ’80. Usualmente acompañada por Kerry Gammill; su Power Man and Iron Fist son consistentemente libres de esas escenas serias y melodramáticas que parecen plagar este número de S… Hulka. Su mini-serie de Fallen Angels es diversión edulcorada en pleno camino a la Caída de los Mutantes. El tono ligero se encontraba más en los detalles que en el planteamiento; que usualmente ofrecía tramas, acción y amenazas al nivel del resto de Marvel pero a una escala y seriedad adecuadas para sus conceptos sin buscar o acabar riéndose de estos (no recurría a la parodia o un estilo retro ni siquiera abusaba del gag visual). Y sin ser esos cómics grandes ejemplos del desarrollo de personajes; las personalidades de estos siempre son marcadas haciendo sus perspectivas interesantes de leer aún sin grandes demostraciones sentimentales o conflictos complejos.
Como editora, si uno se fuera a guiar por su trabajo en estos cómics (lamentablemente comparte créditos en demasiadas producciones de Kraft y con Mantlo en Rom justamente) pensaría que es mejor escritora que editora. Pero su mejor trabajo se halla junto a Al Milgrom en Doctor S… Hulka, digo, Extraño! y ante todo en Epic junto a Archie Goodwin (donde además de editar cumple un rol importante en las publicaciones de manga del sello, por lo que tengo entendido).
Sus Defensores son mucho mejores (aún lo de la tontuna Defensor por un día).?
Para mi son todos los pecados de los ’70 sin ninguno de sus buenos aspectos o algún aliciente. Es muy grande el bajón post-Gerber de los Defensores y no me parecen muy legibles hasta que llega DeMatteis (quien es muy fan de Steve Gerber) aunque su etapa tampoco me parece que consigue seguir esa línea de Gerber ni escapar de su sombra. En mi opinión la serie que se me hace sucesora espiritual de los Defensores de Gerber es el Alpha Flight de Byrne.
La etapa de Gerber ya era otra cosa. Aunque me gusta la de DeMatteis.
Los defensores de Kraft se podrían llamar la hora chanante de los superheroes.
Los Defensores de Kraft son las cosas de los ’70 que es preferible olvidar porque salieron en los Defensores de Kraft, xD.
Kraft no vale ni para la mayonesa!
Yo no confiaría en un alimento producido por el escritor de Man-Wolf, xD.
La etapa pulp (Fantasía tipo mundos peligrosos) de Man-Wolf tenía su gracia. Vale que también la recordamos mejor de lo que realmente era porque dibujaba George Pérez. También solemos ser un poco más generosos de la cuenta con Defensores porque andaba por allí el joven Giffen (entintado por Klaus Janson y otros …Janson ya empezaba a destacar en dichas labores, ya se le notaba personalidad a su «mancha») y Ed Hannigan.
Dice Shooter que cuando volvió a los cómics en los ’70 en Marvel le ofrecieron Man-Wolf (el mismo Kraft) y que aquello no le parecía que tenía ni pies ni cabeza así que se fue a hacer la Legion de nuevo en DC, xD (es más interesante que eso, eh, habla de como DC seguía haciendo lo mismo de siempre mientras Marvel mutaba hacia todas partes pero no tenía dirección ni «oficio»).
Es que la Marvel de los setenta antes de que Lee ayudase a Shooter a hacerle un «juego de tronos» a Goodwin era un puto caos (solo Goodwin estaba intentando poner un poco de orden, y tampoco le era del todo posible sin sacar la fusta, lo que no iba con él, pues aquello era u reino de taifas). Habia una gran creatividad, sí, y salían conceptos como hongos (no todo era bueno, por supuesto, pero era fácil encontrar buenas series …aunque no había nada parecido a una dirección clara …y comercialmente los números tampoco daban).
Lo que hizo con Guardiana Roja no tenía perdón.
Si te refieres a volverla radioactiva y aparcarla en un vertedero nuclear, pues sí. Y encima de comparsa de un villano.
Un villano con complejo de zar (amo y señor de vidas) nuclear. …Y obligarla a ser «pareja» de este (que parece que luego se pasó años y años acosándola como si fuese su posesión).
También es casualidad que menciones a Kerry Gammill, porque precisamente ayer estaba mirándome el octavo tomo del Marvel Gold de la Patrulla-X (los patinazos de la nueva traducción de Panini, como un «Todos al suelo» de la edición de Forun que me lo cambian por un «Todos han caido», claman al cielo), y me llamó la atención que poco antes de la Caída de los Mutantes hay un número que no está dibujado por Silvestri, sino por Kerry Gammill, y que no solo no desentona en absoluto (quizás por el entintado de Dan Green) con el dibujo de Silvestri, sino que me ha hecho fijarme en qué cómics de ese dibujante tengo, y he descubierto que unos numeros de «Las Nuevas Aventuras de Indiana Jones» que siempre me han parecido muy bien dibujados son suyos.
Y si no recuerdo mal transcurren en España, con Indy enfrentándose a un toro bravido junto a su amigo de sombrero mexicano!
Hay unos numeros anteriores (del 5 al 7 creo) en los que Indy y Marion se van a África a buscar una colonia atlante que también están dibujados por Gammill (los que tú dices mi cerebro había intentado olvidarlos, aunque no por culpa del dibujo).
Tanto Jo Duffy como Kerry Gammill no parecen tener el reconocimiento o directamente los créditos que su obra hace pensar ameritarían.
El gran cambio visual en los X-Men se da cuando se pasa de Terry Austin y Bob Wiaceck a Dan Green para las tintas. El cambio en estilos de dibujantes no es tan grande como ese cambio en el entintado aunque Romita Jr. va a comenzar a convertirse en el Romita Jr. de Daredevil en esos X-Men. Por otro lado, Marc Silvestri significa un cambio importante en los aspectos narrativos de la serie, cosa que no mejoraría con Harras como editor.
Me llamaría antes y Gammill de su época marvelita que un Silvestri. Pero mejor el Silvestri de los X-Men que el más modernitos, coño. Y lo mismo con el Leonardi de entonces y el «modelno».?
A mí me gusta muchísimo el Silvestri de finales de los ochenta, aunque a partir de «Inferno» ya empiezo a verle adquirir vicios, pero sí, es comparar el número de Gammill con los de Silvestri, mirar su trabajo en «Las Nuevas Aventuras de Indiana Jones» (duele comparar su manera de dibujar a Harrison Ford con la del Infantino de «Star Wars»), y yo también habría preferido una etapa entera dibujada por Gamill con algún número de Silvestri intercalado que al revés. (Al Leonardi «modelno» no lo conozco, pero en vista de lo terrible que me pareció el Silvestri de «New X-Men», supongo que mejor seguir en mi ignorancia)
La portada de la electrocución (y ni siquiera es buena …eso es lo malo?) tiene mejor pinta que el interior.
«(…) a mí no me gusta discutir con M’Rabo.»????? … Postulándose para la hora de la comedia.?
¡Cree lo que quieras!
Bueno seria más creible eso de que no quieres discutir si no llamaras a ROM tostadora valiente asi de entrada. Broncas, que eres un broncas.
Para mi no tiene otro nombre!
Me maravillan las expresiones de los conejos: uno tiene un susto morrocotudo cuando abren la jaula mientras su compañero muestra indiferencia, pero ese mismo compañero le mira torvamente en la siguiente viñeta, y luego parece aceptar filosóficamente su destino cuando le saltan al cuello.
Ha sido ver la última de Guardianes y de repente esa escena es mucho más espeluznante todavía.
Acuérdense de la vaca vampiro.?