Estos últimos días he tenido la oportunidad de disfrutar de un apasionante cómic a cargo de dos grandes del medio que no necesitan presentación, el Cinema Purgatorio de Alan Moore y el añorado Kevin O’Neill. Un cómic que nos invita a participar en un viaje terrorífico a través de la historia del cine clásico desde una perspectiva tan grotesca como particular en la que el humor negrísimo y el amor por el cine se dan la mano en una sesión continua difícil de olvidar.
Bienvenidos a Cinema Purgatorio, donde uno puede olvidar todas las penas del día a día y perderse en la oscuridad de la sala disfrutando de algún clásico del cine hasta el punto de olvidar por completo que existía antes de cruzar esas puertas. A no ser que todo esto no sea mas que un sueño recurrente que se repite noche tras noche sin descanso, o quizás sea una pesadilla de la que es imposible despertar y en la que solo existe esa pantalla en la que se proyectan películas que parecen desnudar tu alma…
Cinema Purgatorio nació hace siete años como crowfunding en el que Avatar Press y un puñado de creadores de cómics quisieron recuperar a su manera el espíritu de la EC cómics y el de aquellas antiguas sesiones continuas de cine en la que por muy poco dinero uno podía encontrarse con cualquier cosa. Todo a través de una antología de historias cortas de horror en blanco y negro en la que a Alan Moore y Kevin O’Neill se unieron autores como Kieron Gillen, Garth Ennis y otros para hacer realidad esta idea. Aunque hoy yo me quiero dedicar a la serie que dio nombre a esta cabecera y en la que Moore y O’Neill no dejaron títere con cabeza con este peculiar homenaje a la edad dorada del cine.
Que no se diga que Alan Moore no lo da todo promocionando el comic
Desde el Slapstick del cine mudo al Peplum, el Western, el Terror, el Suspense, el Romance, los Musicales, la Ciencia Ficción, la Animación o incluso aquellos primigenios superhéroes de los seriales. Todos los géneros cinematográficos tienen cabida en esta sala de cine en la que Moore y O’Neill no se limitan ni mucho menos a homenajear aquella época dorada en la superficie, sino que despellejan con crueldad, mucho humor negro y ningún disimulo tanto los estereotipos y convenciones del cine de la época como todas aquellas miserias y horrores que sucedían tras las cámaras ignoradas en muchas ocasiones por el gran publico.
Todo ello en un formato reducidísimo de capítulos de ocho paginas que no es ni muchísimo ajeno ni para Moore ni para O’Neill, siendo ambos veteranos de 2000 A.D. y que habían probado con creces en su día lo bien que se desenvolvían en dicho formato. Y es que cuando se sabe lo que se hace ocho paginas pueden cundir en las manos de dos genios como estos mucho mas que novelas gráficas enteras en las de otros. Cada una de las historias que componen esta aterradora historia va al grano de forma incisiva y cruel retratando un momento o genero concreto de la historia del cine clásico. Todo al mismo tiempo que nos van dejando caer pistas sobre lo que esta sucediendo delante de la pantalla, algo que no por esperado resulta menos aterrador.
Aunque la lectura de este cómic resultó un tanto agridulce ya que fue el primer cómic de Kevin O’Neill que leí tras su trágico fallecimiento el año pasado y la lectura de cada pagina fue un triste recordatorio de lo grande que ha sido su perdida para el mundo del cómic. Alternando entre un blanco y negro puro y otro matizado por grises para diferenciar lo que sucedía a cada lado de la pantalla, Cinema Purgatorio es un ejemplo perfecto de todo lo que hizo grande a O’Neill. La gran variedad de géneros que se homenajeaba aquí le permitió lucirse como quiso y mostrar su enorme versatilidad, ya que aunque muchos le recuerdan principalmente por sus grotescos diseños y por su uso del a hiperviolencia, con este cómic nos dejo mas claro que nunca que una de sus principales influencias fueron los cómics humorísticos para niños de Ken Reid, algo especialmente patente en el primero de los capítulos de esta obra que homenajea a las comedias del cine mudo.
Dijo Alan Moore tras la muerte de Kevin O’Neill que además de ser este uno de los mejores amigos que había tenido en su vida, que la suya había sido la mas larga, mas feliz y mas productiva asociación que ninguno había tenido nunca en sus carreras profesionales. Y en cómics como este se puede apreciar no solo el inmenso talento de ambos, sino que los dos sabían pasárselo muy bien haciendo lo que mas les gustaba y que hemos tenido la enorme suerte de de tener el placer de todas sus colaboraciones a lo largo de varias décadas. Así que aunque es triste pensar que jamás volveremos a disfrutar de ese trazo grotesco y singular de O’Neill, nos queda el pequeño consuelo de que como las películas que homenajearon aquí, sus cómics son ya parte de la historia y estarán siempre con nosotros.
Vas a tener que pasarme eso que por una u otra cosa al final me quedé sin leerlo!
Y bueno, que Alan Moore al final hizo su propia película, así que cuando hizo ésto ya debía estar pensando en ello:
el dibujo y la historia recuerda un contrato con dios de will Eisner
Cuanto echaremos de menos a Kevin O’Neill! (Cinema Purgatorio, Nemo, La Liga de Caballeros Extraordinarios, Marshal Law, Metalzoic, ABC Warriors, Warlock the Nemesis,…)
Hará un mes pelado se nos fue Lee Moder, dibujante que no estaba a la altura de las grandes pérdidas del año pasado, pero que algunos recordarán (pocos) por su paso por Wonder Woman y la Legión de Super-Héroes adolescente «rebooteada» tras Zero Hour (aquella escrita por el amiguete de Mark Waid: el ex editor Tom Peyer y su amiguete el colorista Tom McGraw). También fue el dibujante de la primeriza Stargirl (cuando protagonizaba la chavala debutante su propia Stars and S.T.R.I.P.E.) de Geoff Johns.
También en enero nos dejaron el ilustrador (otro que había dejado de dibujar cómics) Jason Pearson (Body Bags), que nunca me gustó ni un poquito, pero no por ello no hay que lamentar que se fuese demasiado pronto, como Moder.
Y a principios de enero (día 7) nos dejó también el humorista gráfico (La Vanguardia, El País, El Jueves, Patufet,…) Toni Batllori.
Y estos últimos días el gran compositor y arreglista Burt Bacharach (el pasado jueves), Chris Browne (el día 5) y Jo-El Azara (el día 7).
El veterano (cosecha del ’37) Jo-El Azara (Joseph Franz Hedwig Loecks) había sido asistente de Hergé en los álbumes El asunto Tornasol y Las joyas de la Castafiore. Y le vimos como dibujante en las series de Jacky et Celestin, Clifton, La Pandilla (La Ribambelle), El Principado de Finckelstein y Taka Takata (su miope soldado japonés pacifista).
Chris Browne (61 años) era hijo del célebre Dik Browne, del que había sido asistente en Hi and Lois y en la popular Hagar the Horrible (sobre la que además Chris era coautor de Hagar the Horrible’s Very Nearly Complete Viking Handbook, de mediados de los ochenta), continuando la tira Hagar the Horrible a la muerte de su padre (su hermano Chance se quedaría con la tira Hi and Lois). También fue autor de algunas tiras parcialmente autobiográficas de breve vida en los noventa (Chris Browne’s Comic Strip) y en los primeros dosmiles (Raising Duncan).
Lo que es una pena es que O’Neill no hiciese una comic-strip slapstick (estilo años diez o veinte) una temporadita (diarias y dominicales a ser posible … aunque con su estilo lo sorprendente estaría en las recargadas dominicales, sería muy curioso como podría jugar con la narrativa de las dailys).
La gran diferencia con los cómics de la EC (NO, no es que esto sea en B/N, eso es un detalle anecdótico sin la más mínima relevancia … además, salvo que tengas un colorista que no solo arpa jugar con las atmósferas, sino que también sepa conectar con la frecuencia artístico-emocional del dibujante, el terror mejor en B/N) es que en este proyecto de Avatar reunido en torno a Moore teníamos series abiertas y no historias autoconclusivas (que hubiese quedado mejor como homenaje a la EC …y probablemente nos habría dado más historias con golpes de efecto y finales impactantes …vale que lo de los seriales les venía mejor a casi todos estos escribas, que han destacado todos por sus obras de mayor paginación). Al menos Moore y O’Neill, inteligentemente, pese a hacer también un serial, lo ejecutan como si fuesen historias sueltas autoconclusivas. Reunidas en conjunto podrían verse como una tesis cruel (en una realidad alternativa onírica producto tan solo de sus enfermas mentes de chamanes britanos paridores de nuevas realidades terribles pero hipnotizantes?) sobre la historia del séptimo arte, sus géneros, modas y miserias, pero por separado son bellas estampas bizarras (porque SÍ, hay belleza en los retorcidos y perversores dagerrotipos del fallecido dibujante de la pérfida Albión) de deliciosa lectura que al ser revisitadas nos hacen lamentar una vez más que el brujo «bueno» de Northampton no nos siga fustigando con su bastón de escribir pensando en viñetas (el noveno arte es más pobre sin sus universos infantiles depravados con los que alimenta al Dios Serpiente como si fuesen huevos de especies en peligro de extinción …y sí, podemos decir que ahora lo son un poco más) …y, por supuesto sin que el desaparecido Kevin O’Neill pueda ejercer (con sus retorcidos combinados de belleza y horror) ya también su propia magia demiurgica en esta cada vez más pobre esfera inferior nuestra. Somos unos pobres desgraciados! (Y como los héroes de Tolkien estamos viviendo días terribles, viendo en primera línea como la magia va abandonando nuestro mundo, empobreciendolo) Somos unos pobres desgraciados!
Hay mucha gente que se esperó al integral (que como con Nemo estaba cantado que caería no mucho después de completar la edición), pues lo que les interesaba era únicamente lo de Moore. Es una pena, pues aunque nada se acerque a lo de Moore & O’Neill, hay seriales que o por guion o por dibujo no están exentos de interés. Aunque a mí, también lo que me decidía a pasar por caja eran Moore & O’Neill, tenía claro que cosas como un serial de horror bizarro dibujado por Raulo era algo que por lo menos quería leerme (y ya si el nivel general me disgustaba, siempre podía en el futuro, tras al menos releermelo, revender los tomos y sustituirlos por el integral del serial «principal», el cinematográfico del mágico Mr Moore).
A ver si hay suerte y algún editor adorador de los Dioses Oscuros nos trae a la piel de toro (desollado vivo, por supuesto ?) el Nemesis the Warlock. Y oigan, ya si caen (sí, Dolmen, pienso en ti) los A.B.C. Warriors (territorio Pat Mills también, pero entre otros escribas hubo también alguna historia corta de Moore por especiales, tres o cuatro recuerdo tranquilamente, pero si no eran solo esas tampoco debían ser muchas más) pues como que yo no me iba a quejar.
Adiós una vez más al «grandmaster» del «irrealism grotesque», al archimago archienemigo de los «torquemadas» del Comics Code Authority (al que sobrevivió pese a los intentos de estos de impedir que tuviese una carrera en los EEUU, considerando su mismo estilo de dibujo una mala influencia para la juventud que no debía ser tolerado en los cómics que llevasen su salvaguardador sello …pero, con dificultades castradoras, nuestro perverso archimago quebró inmisericorde esos sellos de protección). Te hemos amado, te amamos, te amaremos …y solo el alzheimer nos permitirá olvidar tu transgresora magia pagana. Bebete otra pinta a nuestra cuenta en ese rinconcito del Infierno de los artistas que te has ganado a pulso y donde solo pueden entrar los mejores (nos volveremos a ver, solo tal vez, transitando otras esferas?). Loor al Grande. Ia! Ia! Cthulhu fhagn! Ph’nglui mglw’nfah Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn!? …Salud y cómics .?✌️
Una vez más, M’RABO sabe conmovernos impíamente apelando a la nostalgia y la sensiblería. Por eso le amamos y le odiamos con negra pasión.?
La anécdota del chavalín trayéndose una pistola para pegarle un tiro a «Superman» y quedarse con una bala aplastada como recuerdo es estremecedora (y es admirable el ingenio con el que el actor le dice que no lo haga, «piensa que la bala puede rebotar y herir a alguien»).
Ay, las divertidas pelis de Mack Sennett! (Cuanto le debían Fatty Arbuckle, Buster Keaton, Charlie Chaplin y Harold Lloyd!) …Quién no disfrutaba con los Keystone Cops?