Tres Mil Años Esperándote – La magia de George Miller en todo su esplendor

La semana pasada se estreno por fin en España la nueva película del gran George Miller y protagonizada por Tilda Swinton e Idris Elba. Una película que tristemente parece que no ha contado con el favor del publico, en buena parte por una campaña de marketing casi inexistente que ha provocado que buena parte de ese publico ni se enterase de la existencia de esta película. Pero independientemente de como funcione en taquilla lo que no se le puede negar a esta película es lo enorme que son el talento y la versatilidad de George Miller que nos ha regalado aquí una historia de amor tan atípica como inolvidable y espectacular.

Erase una vez una solitaria mujer llamada Alithea Binnie, una narratologa británica plagada de extrañas visiones y alucinaciones que durante un viaje de trabajo a Estambul adquirió en una tienda una antigua botella de cristal como recuerdo de su viaje. Una botella que para su sorpresa contenía en su interior, atrapado desde hacia siglos, a un Djinn que le ofreció concederle tres deseos. Pero como experta en historias y mitos Alithea no confiaba en las intenciones del Djinn, cada historia sobre deseos es una advertencia de los peligros que estos conllevan. Pero sin mas alternativa que conceder esos deseos, el Djinn se vio obligado a convencer a Alithea de su honestidad de una forma que ella pudiese apreciar, contándole su propia historia…

Que grande sigue siendo George Miller

Me reitero en lo dicho al comienzo, que esta película no este funcionando en taquilla es una tragedia de lo mas injusta, porque lo que ha conseguido aquí George Miller casi parece fruto de uno de los deseos del Djinn. La película se basa en un relato corto titulado The Djinn in the Nightingale’s Eye escrito por la novelista británica A. S. Byatt y que le debe muchísimo entre otras fuentes de inspiración a las Mil y una noches. Partiendo de esa base Miller y su equipo han elaborado una historia de amor que bajo una superficie espectacular y que quita el aliento mientras nos lleva de la mano a través de la historia y las leyendas, nos encontramos con una historia de amor trágicamente demasiado autentica.

Alithea y el Djinn son dos seres solitarios a quienes el autentico amor ha eludido siempre y que a través de diferentes experiencias han terminado resignándose a su soledad, como si jamás fuesen a ser capaces de salir de ese pozo. Pero a través de su fortuito encuentro y al compartir sus respectivas historias aprenden que quizás haya otra forma de hacer las cosas. Visto así podríamos encontrarnos simplemente a una historia de amor de lo mas convencional aunque envuelta en elementos fantásticos. Pero como la propia Althia nos cuenta en la misma película, las historias tienen poder, pueden servir para explicar lo inexplicable o ser eternas, y en ese terreno nadie le podrá negar a George Miller que tiene un talento increíble para contar historias.

En sus manos esa historia de amor y el pasado de sus protagonistas se convierten en fabula épica, espectacular y maravilloso, en una odisea digna de las mismísimas Mil y Una Noches con la cual Miller realiza un despliegue de todo su inmenso talento que deja en pañales a muchos colegas de profesión. Pese a su larga trayectoria aun me sigue maravillando no solo el talento de Miller, sino especialmente su tremenda versatilidad a la hora de contar historias, una que le ha permitido alternar dramas distopicos como Mad Max, comedias negras como Las Brujas de Eastwick, cintas infantiles como Babe el Cerdito Valiente o Happy Feet o esta épica y agridulce historia de amor que es Tres mil años esperándote, películas que no tienen mas en común que tener detrás a alguien con una habilidad casi sobrehumana para adaptarse a lo que requiere cada historia, consiguiendo crear películas memorables y marcar el camino a muchos otros directores.

Para ello aquí Miller se ha rodeado del mismo equipo que le acompaño en Mad Max: Fury Road, desde su esposa y editora Margaret Sixel, el director de fotografía John Seale, el compositor Tom Holkenborg (Junkie XL) o el productor Doug Mitchell entre otros. Un equipo que demuestra tener la misma versatilidad de Miller porque a veces resulta difícil de creer que ambas películas hayan sido realizadas por el mismo equipo. Aquí visitamos desde la Estambul o Londres del presente a diferentes momentos de un pasado mágico, vibrante y exuberante en el que lo imposible, lo trágico y lo maravilloso van de la mano para ofrecernos un espectáculo visual digno de admiración. La película esta repleta de momentos en los que uno desearía (sin recurrir a un Djinn a ser posible) poder pausarla para recrearnos en cada pequeño detalle, consiguiendo Miller y su equipo crear una película que consigue atrapar al espectador de principio a fin y que a nivel visual es de lo mejor que he visto en mucho tiempo.

Pero no podemos olvidarnos de la atípica pareja que protagoniza esta historia, Tilda Swinton e Idris Elba. Estos son dos actores tremendos de los que sabemos que son capaces de hacer creíble prácticamente cualquier personaje, pero a priori me costaba imaginármelos juntos. Por suerte esas dudas no tardaron en disiparse y precisamente esas diferencias tan grandes entre ellos y los personajes a los que suelen interpretar, consiguen que resulte mas creíble la peculiar relación que se va fraguando entre ellos. Swinton aquí, menos excéntrica de lo que nos suele tener acostumbrados, consigue transmitir a la perfección la vulnerabilidad y los anhelos que se esconden detrás de la fachada que se ha construido, mientras que Elba consigue lo propio con la nobleza y triste resignación del Djinn, compartiendo ambos una melancolía que les une a pesar de los milenios que les separan. Y lo único que lamento de una película a la que poco hay que criticar, es que la película no pase un poco mas de tiempo con ambos en el ultimo tramo de la película.

Aunque Tres mil años esperándote acabe siendo un fracaso de taquilla, como tristemente parece que va a suceder, esta película parece destinada a convertirse en una de esas cintas de culto que en las próximas décadas nadie entenderá como no fue todo un éxito. Porque desastres de marketing a un lado, lo que nadie le podrá negar a George Miller y su equipo es que han conseguido hacer una película única y original que convierte en extraordinario lo cotidiano y que será una de las películas mas recordadas de un director que a veces parece mas mágico que un Djinn.