Lo habíamos dejado en que Belasco, cornudo y apaleado por Ka-Zar, había sido reventado por sus dioses primigenios que tras siete siglos se habían hartado ya de esperar a que su esbirro abriera un vulgar portalito para invadir la Tierra. Mientras tanto, la Patrulla X había tomado la tremendamente sabia decisión de mudarse a la Isla de Magneto, una isla caracterizada por su arquitectura lovecraftiana que les daba escalofríos pero oye, que es lo que hay, que no podían irse a otra parte para proteger a Illyana del Nido, los sidrianos, Ave de Muerte y los especuladores que acaparan el Avengers VS JLA.
Se sentía rara esta «vuelta al misticismo» de la serie, porque si bien la etapa de Claremont había empezado con referencias al misticismo celta y a dioses lovecraftianos -y cuando digo celta es porque Claremont especifica en sus diálogos que Kierrok está encerrado un «cairn» celta, a pesar de que Cockrum dibuja un obelisco- después de aquello la magia había tenido en la serie un papel casi testimonial, recurriendo a ella puntualmente con personajes como Garokk o con referencias veladas como las del Club Fuego Infernal o los hipotéticos orígenes de Fénix. Pero todo esto cambia tras la salida de John Byrne y Roger Stern de Uncanny, con un Claremont que no tarda mucho en escribir el famoso annual 4 en el que la Patrulla X va al infierno, hablar sobre los atributos místicos de la Isla de Magneto y, ya acercándonos a la etapa que nos ocupa, la historia contra Drácula que se publicaría entre el Annual 6 y el número 159. Son justo estos dos cómics los que preceden directamente a la llegada de Belasco a la serie en Uncanny X-Men 160, con el grupo intentando adaptarse a su base provisional y con Illyana Rasputin comenzando su descenso a los infiernos.
El cómic empieza con Belasco volviendo a la carga una vez se ha recuperado ya del castigo que sus siniestros amos le inflingieron en Ka-Zar, que en el momento parecía definitivo pero acabó no siendolo tanto; y es que que por muy hasta las narices que estuvieran de él, hasta los dioses primigenios acaban teniendo que rendirse a la realidad y reconocer que cuando en seis siglos no has encontrado a otro pardillo que te abra la puerta a la Tierra, pues como que te tienes que conformar con lo que hay. Y así es como Belasco vuelve a buscar una jovencita virginal para su ritual nefando y, aprovechando la circunstancia de que a la Patrulla X no se le ha ocurrido otra cosa que irse a vivir a una isla llena de arquitectura de los dioses primigenios con templos de esqueletos y cosas muy agradables de esas, atrae a Illyana Rasputin cual señor de los caramelos hacia el limbo interdimensional al que sus amos lo exiliaron como castigo. Limbo interdimensional que, para abreviar, será conocido en el futuro simplemente como eso, como El Limbo.
Seguramente estemos ante uno de los cómics más oscuros de esta etapa, cosa que es mucho decir teniendo en cuenta que está a caballo entre el Drácula de Sienkiewicz y la saga del Nido. Pero todo el aire surreal del cómic, creado al enfrentar al grupo a una versión alternativa de ellos mismos que ha fracasado en el rescate de Illyana, le da un aire fatalista que se corona con ese final agridulce en el que la Tormenta alternativa se sacrifica para salvar al grupo y finalmente consiguen rescatar a Illyana, sí, pero la pobre vuelve habiéndose pasado siete años en el Limbo y ahora tiene trece años, la misma edad que Kitty en ese momento. Como planteamiento que es de una historia más a largo plazo, el cómic deja más interrogantes que respuestas, está repleto de ideas vagas como el plan maestro de Belasco para Illyana -que nunca llega a explicarse más allá de «cuando seas mujer y aprendas la medida total de las artes arcanas (…) ascenderás a tu glorioso destino»- y no nos engañemos, como número suelto es bastante flojo, por no hablar de que no parece que Claremont tenga muy atados los flecos de lo que haya podido pasar con Illyana y Belasco durante todos esos años; durante los números siguientes se insinuará que Illyana es una especie de caballo de Troya para acabar resolviendo la papeleta simplemente con un «no se acuerda de lo que le pasó», lo cual no deja de ser un tanto lamentable.
Y nadie se acordaría de ella hasta cuatro meses más tarde con el número 164, cuando en mitad de la saga del Nido nos meten un interludio de tres páginas durante el que descubrimos que la mansión ha sido reconstruida -por fin pueden dejar la isla horrible esa, que ya era hora- y podemos ver a Xavier cenando con Illyana y descubriendo que la niña no solo tiene un escudo psíquico impenetrable, si no que ella misma le revela de forma un tanto chunga que ella «también puede hacer cosas», pero sin especificar qué exactamente, mirando a Xavier de una forma un tanto siniestra que lo dice todo… Y que no se repetirá. Porque en su siguiente aparición cronológica en «Dios Ama, el Hombre Mata», Illyana se convierte en un personaje completamente distinto, ya no es la «niña rara» si no el paño de lágrimas de Kitty, configurando a ambas como las amiguitas del alma que todos conocemos.
Illyana seguiría apareciendo prácticamente como elemento de fondo en Uncanny 165 -se la ve en la piscina, de mutante florero- y en el 167 sale empujando la silla de Xavier, con lo que seguimos igual. Tiene más protagonismo en el par de páginas que narran el encuentro de Gabrielle Haller y Moira McTaggert en New Mutants 1, que no dejaba de ser una forma de Claremont de decir que el personaje se uniría al grupo en un futuro, al igual que la vemos en New Mutants 3 lamentándose en la Isla Muir por la muerte de Kitty y el resto de la Patrulla X, a lo que Banshee le dice que eso no es así, que solo los han raptado alienígenas -el Nido, sí- y ella calla porque en realidad se está refiriendo a la versión del grupo que murió en el Limbo… Y es que sí, parece que en los cinco meses que van entre la escena de la «niña rara» de Uncanny 164 y este momento, Claremont ya empieza a tener claro por dónde va a ir la historia de que pasó durante los siete años de Illyana en el Limbo. Una historia que, como decía, Claremont está empeñado en contar antes de que el personaje se una a los Nuevos Mutantes pero para ello necesitará una serie limitada, por lo que su incorporación se va retrasando y retrasando mientras ella se dedica a asomar de vez en cuando como terapeuta de Kitty o actriz secundaria de las escenas de los demás.
Una de las escenas más recordadas entre las dos está en el archifamoso Uncanny X-Men 168, ése de «El Profesor Xavier es un Idiota» en el que la frase más famosa de Kitty se dice precisamente en una conversación con Illyana. Claremont aprovecha la coyuntura para que justamente en esa escena, ocho meses después de volver de su secuestro, Illyana por fin se lamente por haber perdido su infancia, pero es un comentario que más que otra cosa parece hecho para que Kitty deje de quejarse y se calle de una vez. Es uno de esos números «costumbristas» que tanto le gustaba hacer a Claremont para profundizar en la caracterización, y como tal Illyana seguirá asomando en sus páginas tanto como contrapunto al enfurruñamiento de Kitty como en el de «atrezzo» de otras escenas; por supuesto el personaje seguirá sin manifestar sus poderes ni contarse nada, ¡hasta ahí podríamos llegar! Y cuando tres meses después parecía que el Uncanny 171 -que por cierto, es el primer cómic en el que Illyana lleva su flequillo «recto» característico, por cortesía de Walter Simonson- iba a ir por los mismos derroteros, con Illyana como testigo muda de la trama de otro personaje con la incorporación de Pícara al grupo, nos encontramos con una escena en la que el grupo va a desahogarse a la sala de peligro y la buena de Illyana les programa ésto:
Aquí ya empezamos a meternos en harina porque es la primera vez en la que se revela, por fin, que aunque en esta escena se ponga la mar de agresiva con Kitty no hay ni posesión ni gaitas, la moza ha tenido amnesia y por eso ha estado tan «calmada» durante todos estos meses. Es más, es la primera vez que enseña su espada alma, artefacto mágico que solo muestra por un parraque que le da; por supuesto todo esto contradice en buena parte la del número 3 de los Nuevos Mutantes -publicado dos meses antes- porque en ella se ve que Illyana recuerda lo que le pasó en el Limbo, pero vete a saber, lo mismo tiene memoria selectiva. Lo importante es que el incidente no deja de ser una especie de teaser de la hipotética publicación ese mismo mes, por fin, de la serie limitada de Magik -subtitulada como «Storm and Illyana Limited Series»- en la que Claremont definitivamente se aclara sobre lo que quiere hacer con su mutante metida a hechicera demoniaca.
Sin embargo, dicha miniserie no se publicaría hasta cuatro meses después del 171 de Uncanny, y durante ese espacio de tiempo el personaje estuvo completamente desaparecido tanto de la serie de la Patrulla X como de la de Nuevos Mutantes, para luego reaparecer simultaneamente en ambas series en diciembre del 83, coincidiendo con la publicación del último número de la miniserie que muy convenientemente se había sincronizado para acabar justo un mes antes del 14 de New Mutants, que continuaba directamente de ella; todo esto hizo que el lector medio que se perdió la miniserie -exclusiva del mercado de venta directa en una época en la que no había todavía muchas librerías especializadas, no lo olvidemos- perdió de vista a Illyana durante ocho meses. Todo esto hace pensar que Magik iba a ser publicada originalmente durante esos cuatro meses entre verano del 83 hasta diciembre, pero algo debió de pasar para que su incorporación a Los Nuevos Mutantes se retrasara tanto y su miniserie acabara teniendo hasta tres dibujantes con un entintador tomándose demasiadas libertades, por no hablar de que cuando se incorpora a los Nuevos Mutantes, dicha serie también sufre un cambio en el apartado gráfico… Pero no nos adelantemos, porque eso ya lo veremos la semana que viene.
Después de leer un repaso sistemático como éste (¡bravo!) uno se admira todavía más que a los lectores «comunes» nos diera toda la impresión de continuidad y coherencia de personajes y trama. Por supuesto uno siempre es consciente de que si se pone a escarbar saldrán contradicciones, pero aún así la narrativa fluia tan bien que ni te lo planteabas. O tal vez era yo, que era muy ingenuo.
Y sí, la serie de Magik era oscura, oscura, parecía de la Warren. Curioso lo que le hace Claremont a sus personajes. Aquello parecía el retorno de lo reprimido.
Respecto a los dibujantes, recuerdo sólo a los hermanos Buscema y a Tom Palmer entintando…¿hubo circo con el tema?
Gracias! La serie de Magik la dibujan los Buscema, Tom Palmer marcando estilo más que nunca y Ron Frenz asomando para hacer el número tres, además de la portada del último número estando dibujada por Bret Blevins en el que creo que fue su primer trabajo para Marvel. Para ser cuatro números son demasiados cocineros para un solo caldo, que sumado a sus fechas de publicación queda claro que o Claremont se retrasó con sus guiones -que no sería ni la primera vez ni la última- o John Buscema perdió interés en el proyecto en mitad de la serie, porque realiza las portadas de tres números pero solo dibuja los dos ya mencionados. Y con lo que era John Buscema me da que va a ser lo primero, que Claremont se retrasó tanto que tuvieron que cedérle el tres a Frenz y el cuatro a Sal Buscema en plan apagafuegos. Pero vamos, que ya hablaremos de eso la semana que viene.
Y la razón principal de hacer estos posts fue porque un día me preguntaron cuando Illyana se unía a los Nuevos Mutantes, dando por hecho que entre su salida del limbo y su serie limitada pasaba muy poco tiempo… Y empecé a echar cuentas y me asusté, porque por la tontería pasaban unos dos años entre la publicación del secuestro de Illyana y su incorporación a Los Nuevos Mutantes. Y si a eso le sumabas los números en los que aparece entre que Arcade la secuestra y Belasco le echa el guante, te sale que la trama de Illyana dura cosa de tres años de nada, cosa que para algunos lectores de la época debió de parecer toda una eternidad.
Interesante lo de la cronología. Y aquí en España entre que las series no estaban sincronizadas entre sí y mucho menos con las miniseries…
Ron Frenz, qué buenos recuerdos en Spiderman.
Y Breet blevins se tuvo que quedar con el estilo de película de miedo para el 219 de la Patrulla X. También con Claremont jugando a mostrar a los personajes desde una perspectiva oscura. Otro número que se me quedó marcado.
Aquí se publicó en aquellos tomos de Extra Superhéroes y luego ya se reeditó en la colección «formato prestigio», que para los que no lo sepan era una colección de cómics de 48 páginas con papel más caro y tapas de cartoné. Ninguna de las dos ediciones estuvo bien sincronizada con La Patrulla X o con Nuevos Mutantes, así que tanto dió. La verdad es que lo suyo habría sido publicar Magik como complemento de los primeros números de Nuevos Mutantes y así enlazar con el número 14, pero el Extra Superhéroes lo publicaron en un año antes de empezar a publicar Nuevos Mutantes -vete tú a saber porqué, por aquí no se sabía ni quien era Illyana ni Belasco ni ná- y para cuando empezaron a publicar la serie regular le metieron de complemento al Doctor Extraño porque yo que sé, supongo que como salía en uno de los números de Sienkiewicz les venía bien.
Lo de la elecciones de complementos a veces era disparatado , pero el premio a lo mas cachondo fue juntar a los Wacos de Englehart y Milgrom con los defensores de Perlin , ambos con el adjetivos «nuevos». Después el profesor Loki empezó a prometer que los Defensores se largarian y pondrian de complemento el «Solo Avengers» ( una tercera serie de los vengadores, con historias en solitario de miembros concretos que ni a dia de hoy sé si llegó a publicarse en tera) , lo cual era mas logico, pero va Forum y la pasa a 24 paginas.
Y también hubo por ahí una especie de «Marvel Two in One» , que en realidad era «Four in one» , pues mezclaba al Doctor Extraño y Capa y Puñal ( que ya venian juntos de EEUU ) con un serial del MCP de Lobezno y la serie propia de La Cosa ¡¡¡ toma mezclita guapa !!!
También es que para cuando despacharon a los Nuevos Defensores ya no tenía sentido meter Solo Avengers, que tenía contenidos que para entonces estaban ya completamente desfasados, y más si tenemos en cuenta que la serie no era gran cosa. Y lo de publicar el serial de Lobezno de Marvel Comics Presents con Capa y Puñal fue de vergüenza, porque era el prólogo directo de la serie regular de Lobezno y aun así lo publicaron mezclado con toda la purria aquella. Creo que Antonio Martín llegó a decir que la idea de aquel MTO era crear una especie de «revista de cómic Marvel», que el hombre llevaba años queriendo crear una revista de cómics, intercalarle relatos de autores españoles y cosas así.
Pero no, no funcionó. También es que podían haberlo intentado con material que llamara más la atención que series canceladísimas como Capa y Puñal o La Cosa, vaya.
Idea marciana total . Y oye ¿ tan mala era Solo Avengers? Yo recuerdo tenerle ganas , y que me sonaba que en ella se cerraban cabos sueltos de algunos personajes dejados de lado , ¿ no era alli donde Tigra dejaba se ser literalmente una Tigra para volver a su ser ? ¿ o donde la Capitana Marvel se recuperaba de lo machacadita que la habia dejado Walter Simonson? ….no sé , solo por recuperar esos pequeños trozos de las vidas de tantos secundarios de lujo me daria curiosidad. Raro que Panini ni en la época de mayor boom de los vengadores le diera por sacar algun tomito con esto ¡ peor que Capa y Puñal o el Doctor Extraño de principio de los 90 no será y eso sí lo estan sacando !
No me extraña que Panini no las edite, es que son muy muy malos cómics. Ni siquiera en EEUU las han reeditado como es debido, han recuperado algunas historias de Ojo de Halcón y en algo de lo demás en «Solo Avengers Classic», y en el Marvel Unlimited solo veo seis números.
Eran cómics muy irregulares, con la mitad de cada número dedicada a Ojo de Halcón y la otra a otro vengador, en historias cortas que se quedaban demasiado cortas para contar nada interesante; éso es lo que hacía que los autores hicieran la serie por encargo, sin mucha gracia, y en su mayoría los guionistas eran editores que las escribían a última hora. Vamos, que lo tenían todo en contra.
Aquí veo yo que Claremont quería darle una amiguita de su edad a Kitty Pryde, y para saltarse el tiempo marvel (es decir, la congelación en la misma edad perpetua) se marcó un limbo.
Cuando tenga más tiempo me leo el post entero, que ando muy liado esos días.