Seguimos con este repaso a toda la historia de Activision, comprobando como poco a poco la revolución de unos pocos artistas en busca de derechos pronto se convirtió en el feudo de un tiburón de las finanzas sin escrúpulos que poco tendría que envidiar del Gordon Gekko que interpretaba Michael Douglas en Wall Street allá por 1987 (y también en la secuela de 2010, pero pocos se acuerdan de ella). Lo habíamos dejado con un Bobby Kotick allá por 2006 sin saber muy bien para dónde tirar con su distribuidora de videojuegos, viendo como el PC como plataforma parecía hundirse de forma irreparable mientras solo una desarrolladora parecía nadar en dinero: Blizzard y su World of Warcraft.
Blizzard Entertainment había sido una de las principales desarrolladoras en PC de la segunda mitad de los 90, centrando su negocio en juegos de estrategia en tiempo real como Warcraft que habían posibilitado que el lanzamiento de su nuevo juego de rol multijugador World of Warcraft arrancara con una base de jugadores record en un juego que requería una suscripción mensual tremendamente cara para la época (y cuando digo cara lo digo porque si contamos con la inflación hoy en día seguro que podríamos pagarnos Netflix, Disney+ y el Prime solo con ese dinero, vaya). En un momento en el que, como decía, muchos daban al PC por muerto como plataforma de videojuegos y pocas editoras trataban de gastar dinero en portar sus juegos de consola para la plataforma, Blizzard era completamente todopoderosa y vendía como si no hubiera un mañana, con lo que se convertía en el objetivo ideal para Activision… El problema es que Blizzard ya había sido comprada por el gigante multimedia francés Vivendi, que había tratado infructuosamente de meterse en esto de los videojuegos con la compra de estos y de otra veterana desarrolladora de los 80, Sierra, pero más allá de los éxitos de Blizzard la cosa no había ido muy bien. Aun así, Vivendi seguía siendo mucho más grande que Activision, por lo que cuando Kotick buscó un trato con ellos cualquier posibilidad de trato pasaba porque él cediera el control de la compañía a Vivendi. Consciente de que Blizzard tenía mucho más futuro que Activision, Kotick aceptó el trato y Activision Blizzard se consolidó como una compañía dentro del organigrama de Vivendi en 2008.
Por supuesto, Bobby Kotick no iba a permitir que las cosas quedarán así, no señor. El Señor Oscuro para entonces ya había extendido sus tentáculos a marcas como Coca Cola o Yahoo!, sacando siempre dinero y contactos de sus aventuras comerciales y consiguiendo hacerse con suficientes inversores mágicos como para que en 2013, aprovechando un momento de debilidad de Vivendi, hacerse con el control de Activision Blizzard y sacarla fuera de la corporación francesa. Todo el paquete volvía a ser suyo, Call of Duty había explotado y Blizzard imprimía dinero, con lo que el siguiente gran paso de Kotick lo daría dos años después gastándose unos seis mil millones de euros en la desarrolladora del juego de móviles Candy Crush, la sueca King. Y a partir de aquí… Pues échate a dormir.
¡Que la mierda esta era el Bejeweled, no me jodas!
Sería injusto decir que Activision no ha hecho nada desde entonces, pero de cara al consumidor es exactamente lo que ha hecho; Activision prácticamente ha dejado de sacar juegos que no sean Call of Duty, Blizzard apenas da dinero con algo que no sea World of Warcraft y sus demás juegos desde Overwatch no han sido precisamente un éxito y King ha ido haciendo un lento fundido en negro, pasando de ser el líder absoluto en juegos «sociales» para móviles a simplemente «estar ahí». Puede que fiascos como el de Destiny le quitaran las ganas de arriesgar, pero la inactividad de Activision ha sido alarmante en los últimos años; todos los movimientos que ha realizado han sido sobre una Blizzard que sigue explotando el mismo juego durante los últimos diecisiete años, incapaz de frenar su decadencia a pesar de ser demasiado grande para caer. Poco a poco la Blizzard que Activision compró ha ido desapareciendo con la marcha de personal clave de la desarrolladora, lo que se ha sumado a los escándalos de abusos sexuales y laborales de la compañía, provocando que hasta un país con leyes laborales tan diluidas como EEUU haya abierto un expediente a Blizzard y a la propia Activision, llevando así a las acciones de la compañía a mantenerse ocho meses seguidos en una caída libre que habría durado mucho más… Si no fuera porque llegó Microsoft.
No nos engañemos, Activision seguía siendo una compañía que daba mucho dinero, a pesar de que la política de Kotick durante los últimos cinco años ha sido la de soltar el mayor lastre posible en casi todas sus divisiones, entendiendo «lastre» como el apelativo inhumano que usan algunos para definir despidos masivos que aumenten los beneficios de la corporación y que a largo plazo provocan que conceptos como lealtad o cultura de empresa suenen a chiste. Esto en cualquier organización perjudica tremendamente al conjunto, pero en una actividad laboral basada en la creatividad es devastador, sobre todo cuando estamos hablando de compañías como Blizzard cuya reputación se había cimentado en el concepto de que pasara lo que pasase sus juegos iban a ser excelentes o no ser; con la salida de Warcraft III Reforged hace tres años la promesa de la desarrolladora a su público quedó quebrada de forma tremendamente traumática, provocando que hasta los más acérrimos empezaran a cuestionarse esas suscripciones a World of Warcraft que habían mantenido durante media vida.
Pero mientras la política de Vivendi para con Blizzard había sido la de dejar hacer y Activision había prometido exactamente lo mismo, la realidad es que ninguna de las dos habría aceptado que los beneficios de la compañía se fueran reduciendo año tras año, sobre todo teniendo en cuenta que el modelo de gestión de Kotick desde el inicio de su carrera había sido el de comprar para crecer constantemente; da igual que lo que compres no vaya a ninguna parte, lo importante es seguir consiguiendo inversores, juntar capital y acometer la siguiente compra que hará subir tu valor en bolsa para que puedas hacer la siguiente compra que te haga valer más todavía. El no centrar el crecimiento en la producción es cierto que les hacía crecer a corto plazo, pero a largo les colocaba en una situación complicada, porque cuando ya eres demasiado grande como para que no haya nada relevante que puedas comprar, lo único que te queda es empezar a producir -de ahí el botón de pánico con Blizzard y el reducir cualquier tipo de riesgo centrándose en beneficios inmediantos mediante despidos y centrarse en Call of Duty-. Que Activision, por poner un ejemplo, podría perfectamente haberse comprado Zynga -12700 millones que le costó a Take 2, la editora de Grand Theft Auto- pero a ojos de los inversores no les habría supuesto un crecimiento real porque ya habían comprado King, otra desarrolladora de juegos servicio. La única forma en la que Activision creció en toda su historia que no fue por compras o por éxitos de su producción, fue siendo absorbida por Vivendi…
Lo cual nos lleva a la situación actual, con Microsoft comprándola con la intención de integrarla en su organigrama. Se dice por los mentideros que esto no le ha hecho ni pizca de gracia a Bobby Kotick, que Microsoft se ha aprovechado de la situación delicada del conglomerado y la junta de accionistas ha forzado a Kotick a aceptar la oferta, dando así muchos por hecho que en cuanto se formalice él pasará a ser historia de la compañía, porque quieras que no sigue estando en el centro de las acusaciones de abusos laborales y hasta sexuales de la empresa (según el Wall Street Journal llegó hasta a proponer a la junta la compra de PC Gamer y Kotaku para «cambiar la narrativa», toma ya). Sin embargo, si algo ha demostrado Bobby a lo largo de su carrera es su afán de supervicencia y adicción a ganar dinero, y aunque Microsoft a priori parezca un hueso mucho más duro de roer que Vivendi, no me cabe duda de que se agarrará a su puesto cual garrapata de adamantium. Por otro lado, el que Microsoft haya gastado en Activision prácticamente lo que se gastó Disney en comprar Fox da bastante que pensar sobre lo mucho que le interesa integrar en su estructura las licencias de Activision, que gracias a Blizzard y King tienen una penetración en Asia que Microsoft no consiguió ni en los tiempos del MSX. Sumado a todo esto no podemos olvidarnos de que, aunque en un principio no tenga mucho valor a corto plazo, la percepción de Microsoft como un intruso en esto de los videojuegos siempre se debió a que no tenían todo el pedigrí de su competencia, con lo que mediante esta compra se hacen con los mejores juegos de Atari 2600, las aventuras conversacionales de Infocom, los clasicazos de Sierra y un titán del PC durante los últimos treinta años como es Blizzard. Todo para, como hizo Disney en su día, tener contenido de sobra que meter en su nube, engordar su catálogo de juegos en streaming y presentar un gamepass contra el que de momento no hay rival posible. Y no, no me estoy refiriendo a uno creado por Sony o Nintendo -esos ni están ni se les espera- si no a posibles plataformas creadas por Google (aunque su nube cada vez da más pena) o Amazon (que en videojuegos de momento han hecho solo tímidos acercamientos, pero ya se verá), que tendrán que comprar fuerte o negociar con todo Japón para tener una plataforma a la altura. Y es que, básicamente, con este movimiento Microsoft ha dejado claro que no pretende tanto comprarse desarrolladoras, distribuidoras o propiedad intelectual tanto como comprar clientes. Clientes que pagaban una suscripción en WoW, que compraban los pases de temporada de CoD o que estaban acostumbrados a hacer micropagos constantemente en los juegos de King.
Y esto, el que Microsoft tenga un control tan fuerte del mercado y esté pensando ya solo en suscripciones es peligrosísimo, porque a largo plazo vamos disparados al modelo que ya se está viendo con el cine, uno en el que llegará el día en el que no puedas disponer de la propiedad de ningún videojuego, película o cómic, disponiendo solo de lo que el servicio de streaming decida darte o alquilarte en ese momento. La digitalización es lo que tiene, y para colmo de males está llegando en un momento en el que con tanta compra fusión y absordción las grandes editoriales, productoras de cine y de videojuegos empiezan a contarse con los dedos. Y ésto no solo afecta al consumidor, nos afecta como sociedad porque estamos dándole el control cultural a una o varias empresas determinadas, y eso sin olvidarnos de aquello de la libre competencia y el que las buenas ideas y el trabajo duro te hagan triunfar en un mercado libre se volvería absolutamente imposible. Al final la menor preocupación sería aquella queja de que cada vez hay menos variedad de géneros y propuestas, porque ya no hay originalidad; Y es que a pesar de que las grandes corporaciones son las primeras cuyas inversiones pueden ser mayores con un riesgo mínimo, sus apuestas siempre son cortoplacistas y tremendamente conservadoras, y sobre todo en los videojuegos se ve que las apuestas originales las hacen editoras pequeñas de escaso presupuesto que corren con todos los riesgos posibles, llenando las tiendas digitales de títulos que en su mayoría pasan desapercibidos porque el consumidor se ve abrumado por la oferta, optando por el juego «tradicional» y siendo menos original en sus elecciones que las propias grandes corporaciones.
Que no nos engañemos, todos acabamos leyendo Spiderman en vez de arriesgarnos con la última novela gráfica que se ha autoeditado un señor de Burgos, pero si algo ha demostrado esta venta de Activision es que el contenido ya no es tanto la cartera de títulos como la cartera de clientes, de usuarios que se suscriben o compran religiosamente Spiderman; y es que Activision hace mucho que parecía poco interesada en publicar nada que no sea Call of Duty, y puede que si el trato con Microsoft no hubiera salido adelante -que todavía podría ser que no saliera, que a Bobby no le vendría nada mal porque Microsoft tendría que pagarle otra cantidad escandalosa de dinero por romper el trato- Activision se hubiera visto forzada a realizar un movimiento, a comprar otra desarrolladora pequeña, inflarla y sacar un juego nuevo; el haber sacado recientemente juegos de Crash Bandicoot o Spyro (a los cuales hasta ahora solo había explotado mediante la plataforma infantil Skylanders) parecía hacer intuir que Activision no acababa de ver su futuro muy claro y empezaba a moverse… Pero una vez se integre en toda la maquinaria de Microsoft ya puede volver placidamente a limitarse a seguir con lo que estaba haciendo. Y es que es un viejo meme dentro de los videojuegos pero las megacorporaciones funcionan así, absorben personal creativo, le insuflan dinero para hacer más grandes proyectos que en muchas ocasiones ni siquiera necesitaban ser más grandes y cuando llegan mal dadas liquidan todo lo que pueden y despiden al que haga falta para mantener las cuentas fuera del color rojo.
Pero mientras tanto los «analistas» de videojuegos siguen hablando de la rivalidad Sony/Microsoft/Nintendo, los financieros hablan del «metaverso» y la posible rivalidad con Facebook mientras parecen ignorar por completo lo que el propio Satya Nadella, CEO de Microsoft, lleva diciendo desde hace mucho tiempo: el verdadero rival de Microsoft no es ninguno de esos, sus rivales son Google (que tiene un monopolio de facto de la publicidad en internet) y Amazon (que va camino de lo mismo en la venta de todo tipo de mercancías). La batalla ahora mismo es entre las nubes de estos tres, y a falta de que los chinos (Tencent, viejo aliado de Blizzard) muevan ficha y que los ordenadores cuánticos hagan saltar todo por los aires, Microsoft y sus setenta mil millones ya han dejado claro que están dispuestos a dominar ese espacio cueste lo que cueste. No me extrañaría nada que cualquier día de estos nos despertemos con el titular de que Google ha comprado Electronic Arts o que Amazon ha comprado Disney, y así hasta que solo quede la OCP…
Al fin alguien ve hacia donde está la narrativa y es que la guerra de consolas no es más que un bulo una sirena de Fiyi que más de un youtuber usa para atraer visitas y mira que funciona a las mil maravillas yo he caído redondo aún sabiendo que Microsoft no hace esto por una especie de vengaza por el E3 del 2013 como Disney en su tiempo no compro Fox solo para que Marvel studios pudiera tener a los Xmen y 4F las corporaciones no piensan en los fans como nosotros creemos las corporaciones compran por qué buscan una ganga una mina de oro que explotar indefinidamente y también para quitarle terreno a sus competidores y hablamos de los 5 conglomerados tecnológicos de occidente
Microsoft ,Amazon ,Apple, Google, facebook
Y también de tencent y otras más son compañías con ganacias morbosas e inversiones estratósfericas simplemente el mundo es suyo nosotros solo vivimos aquí
Por lo demás al leer sus publicaciones me doy cuenta de mi inmadurez por qué en más de una ocasión me tomé demasiado personal este asunto y ofendí a otros simplemente por qué prefiero una Xbox a una play ( bueno tampoco ayuda que una parte de la comunidad sea en exceso soberbia y orgullosa ) gracias por la publicación y por ponerme los pies en la tierra.
Gracias a ti, la verdad es que es triste que la mayor parte de las publicaciones de videojuegos solo supieran analizar esto desde el punto de vista «Sony/Microsoft», además de la vergonzosa escena de que tu te vayas al twitter de Satya Nadella o Phil Spencer y lo veas repleto de gente dándoles las gracias por comprar Activision. Esa gente parece creer que esos 70000 millones se gastan para hacerle un favor a sus fans, cuando en realidad si no lo evitan los tribunales de la competencia nos vamos de cabeza a un mercado muchísimo más desequilibrado de lo que ya está, que bastante es.
Y ese es el peligro. Un dominio cultural aplastante por parte de un par de empresas.
Que las fotos de Tiannanmen del hombre del tanque sean propiedad de Visual China Group asusta.
La OCP asusta. Pero ya hay muchas OCP funcionando.
Pero lo que asusta es la cantidad de gente que obtienen su identidad por ser consumidores. A unos cuantos conozco que se han tatuado marcas de empresas.
«Late stage capitalism» que lo llaman, antes podía ser entrañable ver niños discutiendo en el patio de colegio porque Sega es mejor que Nintendo o Marvel mejor que DC, el problema es que ahora mismo lo estamos viendo en adultos. Y cuando un adulto con un sueldo que le permite comprarse lo que le da la gana (aunque de esos cada vez hay menos) lo ves incapaz de comprarse la consola de la competencia a pesar de que tiene juegos que le gustaría jugar porque lo consideraría una traición, lo que tienes es una mentalidad de esclavo tremenda.
Las empresas siempre han hecho esto, segmentar el mercado, crear target. Digamos, por ejemplo, los milennials, los centenials, etc. Todo es para vender. Los partidos políticos siempre han recurrido a esa polarización también.
En mi caso, me interesa el juego, el contenido, si lo publica Nintendo o PlayStation me trae sin cuidado. Por lo que tengo consolas de todas las marcas y pc – que es donde más juego, a fin de cuentas -.
Lo de Microsoft se nota que es a largo plazo. Con suerte ni lleguemos a ver el descalabro.
Sí, es una de las herramientas más viejas de la publicidad, crear un sentimiento tribal en el consumidor que no le permita hacerse ciertas preguntas básicas porque «ya pertenecen» a su identidad.
Yo solo juego en PC porque, a pesar de que he tenido varias consolas, soy demasiado vago para molestarme en enchufarlas y andarme con zarandajas de mandos, eshops e historias, con lo que todo lo que no pueda arrancar desde mi ordenador me da mucha pereza.
Eso es como esa gente adulta que puede leer comic de superheroes pero luego se cierra en banda a leer manga BL porque es una traición a su adoctrinamiento de esclavo heteronormativo…
Repito, ¿quieres compartir algo con nosotros, M’Rabo?
Solo que hay que leer todo tipo de comic!
Excepto los de Liefield
Y los que no nos interesen por mucho que se ponga pesado M’Rabo!
No dudo que todas las empresas busquen exprimirnos. Pero si hay una que ha facilitado el acceso a los videojuegos – en mi país, Argentina – es Steam con los precios regionales. Un juego nuevo de playstation sale 80 dólares, unos 13 o 14 mil pesos argentinos – si hablamos del precio oficial, aquí el dólar tiene varios valores, el que paga el banco y lo que realmente vale en la calle (el doble…). El salario mínimo si lo buscas en internet empieza en los 70. Ahora si vas a la realidad y preguntan a un trabajador informal – una gran mayoría – un empleado de comercio en negro gana una media de 18-20 mil pesos. Por lo que acceder a un juego es imposible – sin hablar de que la consola en nuestro país sale 165.000 pesos, unos 825 dólares en nuestra moneda -. En Steam un juego nuevo oscila entre 4 que se vuelven unos 6 – lamentablemente del precio base debemos pagar un 65 por ciento de impuesto por pagar en dólares -. La mitad, que sigue siendo mucho pero si uno espera o compra juegos con un par de años puede comprar juegos por 20, 70 o 300 pesos, 500 o 1500 en un mes donde nos sobre la plata. Un precio más acorde a la economía de la mayoría.
Por suerte espero con más ansia el nuevo juego de New Blood Interactive que seguro saldrá diez veces menos que el próximo AAA.
Por curiosidad, ¿a cuánto están los juegos de PC en la store de microsoft?
El Forza Horizon 5 en la microsoft store está a 7000 en su versión deluxe y 9000 en su versión premium, esto no incluye impuestos. A eso hay que sumarle 21 de IVA, 8 de Impuesto País y 35 de Impuesto a la Ganancia. Si uno vive en ciertas ciudades como Capital Federal, además hay que sumar impuestos municipales. O sea 65 por ciento o más extra. En Steam el juego sale 5000 y 6500. En nuestro país hay un plugin para chrome muy usado por quienes juegan en PC, llamado Steamcito que nos muestra el precio real del juego. Los precios regionales dependen del editor. Por ejemplo, Bandai o Square suelen vender más caros sus juegos que otras editoras. Por ejemplo: Dark Soul 3 sigue saliendo 3000, mientras los Resident Evil se consiguen por 70 a 300 pesos en oferta (excepto el último, 2000 o algo menos)
Supongo que mi país es donde tienen muchas más chance de funcionar las subscripciones (lo hacen).
Joder, como para no hacerlo! Si no fuera porque los PCs están más caros todavía, con esos precios para los juegos no entendería que hace la gente comprando consolas.
Un pc de gama alta, sí, pero aquí lo que más se vende son ryzen 3 o atlon 3000 o similar, una pc de estas características sale algo menos de la tercera parte que una ps5. Que tiran «todo» a casi 30 fps con todo en mínimo o con algo de magia.
Bah, y ni falta que hace fliparse. Con que se pueda jugar sin que te sangren los ojos ya vale, que si haces caso a lo que dicen algunos todo PC que no tenga una 3090 o algo parecido no merece la pena. Eso por no hablar de que la mayor parte de los indies -que son los que realmente interesan- no tienen apenas requisitos y como nada te dejan hasta jugar a 60 fps en una cafetera.