El camino entre la Masacre Mutante y el crossover del año siguiente, la Caída de los Mutantes, es uno de reconstrucción del grupo pero también del equipo creativo. A Claremont se le nota un tanto aturdido mientras intenta recolocar las piezas después del traspiés de La Furia, con lo que aprovecha estos números para reordenar sus planes y dedicar tiempo a hacer suyos a los nuevos miembros del grupo. El primero de ellos será Dazzler, continuando la trama de la última merodeadora, Malicia y dejando claro que el personaje se les une más por necesidad que por «vocación».
Visto a toro pasado, su caso no era muy distinto a lo que le había pasado a Pícara o al mismo Rondador Nocturno, que se habían unido al grupo por pura supervivencia, pero el caso de Dazzler era especial, porque ya había tenido su propia serie regular durante años y no dejaba de ser un personaje «ya existente» que a juicio de las ideas preconcebidas de muchos lectores no pintaba nada en el grupo. Un caso parecido tendríamos con Longshot, que se une en el Annual 10 del grupo en una historia difícil de cuadrar con todo el asunto de la Masacre Mutante y que para colmo su naturaleza «extraña» -los primeros «x-babies»- le echaba para atrás a unos cuantos, que conocieran o no la miniserie original de Longshot, el personaje no les cuadraba en lo más mínimo. Y eso por no hablar de Elizabeth «Betsy» Braddock aka Mariposa Mental, una señora inglesa que se paseaba por ahí vestida de ROSA.
Y así, mientras rechinaban los dientes de los fans más reaccionarios del grupo por los nuevos miembros y la orientación de la serie, se publica Fantastic Four VS X-Men. La serie trataría sobre un enfrentamiento entre el cuarteto y los mutantes con las heridas recibidas por Kitty durante la Masacre Mutante como trasfondo, pero lo que más me llama la atención en el tema que tratamos en este momento es que Claremont tiene un gesto para con sus lectores más «descontentos» mediante una escena del primer número en la que Kaos se muestra molesto por lo irreconocible que está el grupo y reivindicándose como miembro original del mismo, a lo que Pícara le viene a decir que el que se fue a Sevilla perdió su silla y que ajo y agua, lo cual no creo que tranquilizara a absolutamente ninguno de los descontentos y mucho menos a los que, además de leer la Patrulla X, también trabajaban para Marvel Comics. Pero antes de hablar de estos quejicas y su plan de venganza terrible, creo tenemos que hablar sobre uno de los mayores problemas de la oficina mutante a la marcha de John Romita Jr.
Y es que no había dibujante oficial. En aquel momento, Ann Nocenti tenía unos cuantos dibujantes «de referencia» como Walter Simonson que echaban una mano de vez en cuando, y hasta Barry Windsor Smith colaboraba puntualmente con ellos en algún número porque se había empezado a creer que Tormenta era un personaje suyo. Otros nombres que sonaban eran los de Brett Blevins o Rick Leonardi, pero en aquel momento tenía que compartirlos con otros editores y tenían compromisos en otras series, por no hablar de que tanto Nocenti como Claremont habían puesto sus miras en Alan Davis, un dibujante británico que había despuntado en títulos como Capitán Britania, Miracleman u Outsiders pero que no parecía querer casarse con nadie porque andaba aceptando encargos indistintamente tanto de Marvel como DC. Así es como, mientras trataban de convencer a Davis, la serie tiene un baile notable de dibujantes hasta llegar a uno oficial que tardaría lo suyo en llegar.
Tampoco me quiero olvidar de otro de los dibujantes posibles de la serie, Arthur Adams. Adams ya había colaborado con Nocenti en uno de sus primeros trabajos como guionista, la miniserie de Longshot, y lo único que hizo que no fuera un candidato posible como titular de Uncanny X-Men fue su incapacidad para mantener el ritmo de publicación mensual, por lo que Nocenti lo mantenía como portadista, ilustrador de las reediciones de Classic X-Men, algunos annuals y demás proyectos especiales. Y así es como Adams acaba dibujando el número en el que Longshot se une el grupo, el susodicho annual número 10 en un baile de estilos gráficos y personajes que empezaba a desorientar a muchos lectores y, como decía más arriba, a muchos miembros del bullpen que se echaban las manos a la cabeza porque los chiflados de Claremont y Nocenti parecían prestos y dispuestos a cargarse la Uncanny sin haber compartido sus juguetes (o sus royalties).
Pero Claremont seguía a su bola, y su idea de cambiar por completo la serie se mantuvo firme. En aquel momento Rondador, Coloso y Kitty están fuera de la serie y van a seguir así, con Dazzler, Longshot, Pícara y Mariposa Mental en la Isla Muir cuidando de ellos hasta que se recuperen de sus heridas -y tardarán lo suyo, porque exceptuando a Kitty en 4F VS X-Men, todos debían de estar en coma porque ni asoman. Como decíamos, Uncanny está irreconocible y algunas voces del bullpen empiezan a dudar del plan de Claremont y Nocenti, que guardan celosos la gallina de los huevos de oro de la editorial y, no conformes con ello, aun así se atreven a tocar a los 4 Fantásticos, que son propiedad de «otros». De tal forma que el guionista de Vengadores y 4F del momento, Roger Stern, se junta con el editor Mark Gruenwald y da rienda suelta a su «contrataque», X-Men VS Avengers, una serie limitada en la que se viene a deshacer todo el trabajo de la oficina mutante con Magneto y se lo devuelve al lugar del que nunca debió salir, al de villano terrible dispuesto a lo que sea con tal de conquistar el mundo y esas cosas. Tras maquillar el contrataque con un crédito de coeditora a cargo de Ann Nocenti -que jura y perjura que no supo de la miniserie hasta que ya estaba escrita- la venganza ya estaba lista, solo necesitaba un dibujante de garantías y para ello eligieron a la nueva gran promesa de Marvel, Marc Silvestri, que dibujó los tres primeros números… Y entonces pasó algo.
No se sabe cómo ni porqué, aquel proyecto que supuestamente ya estaba aprobadísimo desde un principio y con el guión de los cuatro números de la miniserie completamente terminados -miniserie que, dicho sea de paso, ningunea bastante el hecho de que Magneto y Los Vengadores ya se pegaron en un número de Nuevos Mutantes no hacia tanto pero claro, el guionista de Vengadores quería dar su versión- y como decía, los tres primeros dibujados, alguien pisó el freno. Sí, de repente el mismísimo Editor in Chief Jim Shooter y su mano derecha Tom DeFalco aparecen de la nada y se encargan del guión del último número sin que nadie explique cómo ni porqué. No hay pruebas de que Nocenti y Claremont, que se pasaban el día metidos en el bullpen, se enteraran a última hora de la miniserie y entraran en tromba en la despacho de Shooter para protestar, aunque, siempre según el propio Shooter, las escenas de Claremont irrumpiendo en el susodicho despacho eran muy habituales.
Aun así, hay que tener en cuenta que estamos hablando del último año de Shooter como EiC, y ya estamos con el Shooter tiránico con cambios de humor y olor a azufre, con lo que perfectamente podría haber sido que Shooter no viera con buenos ojos que Stern y Gruenwald se cargaran todo el trabajo de redención de Magneto que Claremont y el mismísimo Shooter habían llevado a cabo. Porque claro, algunos igual se olvidaban de que Patrulla y Magneto se unieron en Secret Wars y a raíz de aquello Xavier y él volvieron a colaborar… ¡Y todo eso lo escribió el propio Shooter, con lo que esto empezaba a entrar en lo personal!
Sea como sea y mientras Fantastic Four VS X-Men está considerado como uno de los mejores cómics de su tiempo, X-Men VS Avengers a día de hoy tiene un status de «continuidad vaga» marcado por la chapuza del giro de 180º del último número, con lo que lo único reseñable de estos tebeos es que por la tontería Roger Stern pegó la espantada a DC dejando Vengadores/4F a medias y, ya entrando en el campo mutante que nos ocupa, es el cómic que motivó que Nocenti y Claremont se fijaran en Marc Silvestri, el dibujante que acabaría siendo el que marcaría definitivamente el estilo visual de la etapa australiana de la Patrulla X.
El cambio de plantilla de los X-Men en esa época me pareció natural. Quizá porque estaba acostumbrado a los Vengadores, que siempre están con nuevos fichajes, y no me sorprendía que un grupo cambiara tan radicalmente. Creo que fue además la primera vez que hubo un grupo con más chicas que chicos.
X-Men vs Avengers empezaba muy bien. Además salían los Supersoldados soviéticos, que por algún motivo me llaman mucho. Pero el cuarto número es una absoluta estupidez. Absuelven a Magneto porque «la convención de Ginebra la firman países, y él no es un país», o algo así.
Yo personalmente opino que Magneto es mejor como villano con ciertos principios.
La premisa era un esperpento tremendo, es como el borracho que llega al dia siguiente de que des una fiesta para beberse los culos de las botellas; Magneto ya había sido juzgado y se había pegado con los Vengadores en Nuevos Mutantes, dejándoles claro que se había ganado un margen de confianza porque después de todo los propios Vengadores en aquel momento tenían como miembro a Namor, que ya ni sé las veces había invadido el mundo de la superficie. Pero claro, Stern estaba obcecado en lo suyo y no veía otra cosa…
De esperpento nada. Magneto huye de su primer juicio después que ataquen los hermanos Fenris. Luego manipula mentalmente un juez en la segunda vista.
Lo de que «Namor tenía currículum» no cuela mucho, la verdad. Después de todo, él SÍ tenía razones para estar cabreado. Porque siendo rey de Atlantis, los humanos habían aniquilado parte de su gente con pruebas nucleares. Y eso SÍ era un conflicto entre países. Además Namor nunca hizo matanzas al nivel de Magneto.
Nah, la última vez que discutimos el tema creo que ya dijimos todo lo que teníamos que decir.
Seguramente es verdad, pero si estamos aquí es porque nos gusta regodearnos en esos temas…
Ya, pero ahora mismo no me apetece volver a mezclar el juicio de Magneto con el de la mamarrachada de Stern que para colmo ni siquiera es del propio Stern, es de la chapuza de última hora de Shooter y DeFalco. Hablar de la progresión del personaje y mezclar el trabajo de Claremont con el de Tom DeFalco en un parche hace que pierda mucho interés en la conversación, entiéndelo 😛
Yo tengo que reconocer que le tengo cariño a la miniserie por haber descubierto allí a los Supersoldados Soviéticos y el enfrentamiento a tres bandas con Vengadores y Patrulla-X, que siendo niño era difícil pedir mas.
Y yo lo entiendo perfectamente, sobre todo porque Forum lo publicó en Marvel Héroes y el que no estuviera al dia con los mutantes ni se enteró del «cambio» de actitud de Magneto o la forma en la que el resto de la Patrulla lo trataba, que se pasan toda la miniserie desconfiando de él y Lobezno siendo un broncas.
Fue uno de los primeros cómics que compré de niño precisamente por eso, Vengadores y Patrulla X? Por supuesto que sí, y al leerlo descubrí a los supersoldados soviéticos de los que siempre quise saber más, pero que tristemente no volví a ver más (que recuerde) porque la idea me encantó. Eso sí, al releerlo de mayor me dí cuenta del espanto de cómic que es y lo cambié en wallapop por un par de sin city, y tan contento oye
Por eso me encantó a mi también, supongo. Lo que quería entonces en un cómic era a Thor y al Hombre de Titanio zurrándose la badana!
Tranquilo, lo entiendo.
Oye, pues el tema de «¿Quién la ha liado más parda, Namor o Magneto?», tratándolo como si fuera una competición entre ellos, igual daría para algún artículo divertido, ¿eh?
Cabe decir que de los desmanes de ambos que recuerdo sin ponerme a buscar, de momento Namor sale más malparado, porque en la primera aparición de ambos, Magneto se limitaba a meterse en la base militar de Cabo Ciudadela apartando a los soldados con campos de fuerza magnética y tal, mientras que Namor lo primero que hacía era soltar a Giganto en medio de Nueva York.
El Magneto de Stan Lee -el más loco de todos- esclavizó un país en plan nazi, mientras que Namor iba por ahi repartiendo tsunamis como si fueran gominolas. Luego ya si nos vamos a hechos más recientes nos tenemos que acordar de la que lió con Wakanda en Avengers VS X-Men, mientras Magneto… Yo ya no sé lo que ha hecho Magneto en los últimos 20 años, lo más gordo que me suena es lo de Planeta X y aquello hasta lo retconearon como que Xorneto no era Magneto ni Xorn, que era una tercera persona.
Y así nos va!
no era el hermano de xorn?
Yo que sé, aquello fue semejante galimatías que ya ni me acuerdo!
Cuestión de opiniones. Cabo Ciudadela era una base de misiles, con lo que la podía liar muy parda. Claro que los X-Men lo echaron enseguida.
Pero sería un post interesante, seguro!
El final de la miniserie es todo un despropósito: la «conspiración» del tribunal, la justificación del veredicto final, el comportamiento de Magneto …; cuando te enteras de todo lo que paso entre bambalinas, es cuando entiendes porque.
«Accidente de tren» sería una buena definición del final.
La verdad los cómics de superhéroes suelen llevar mal lo de los juicios (salvo con excepciones) pero lo de aquí era de juzgado de guardia.
Si es que para colmo de males creo que el final que tenía pensado Stern no tenía OTRO juicio de por medio… Pero supongo que con el juicio quisieron dar todo por zanjado. Y un cuerno.
De la pagina que se muestra de Kaos discutiendo con Pícara, no sé qué es peor, el que el cabello de Alex sea castaño en vez de rubio, o que a partir de la segunda viñeta los personajes parezcan trasladarse al plano astral, porque no sólo no hay fondos, ¡es que no hay ni suelo!
Si tu situas al lector en la primera viñeta y más si pones un objeto de referencia respecto al que mover la cámara, no hace ninguna falta dibujar constantemente los fondos. De hecho prescindir de ellos es hasta mejor para la narración, porque centra todo en los personajes y realza el conflicto entre ambos.
Quizás me molesta más por el cambio de color del suelo, que pasa de ser amarillo a azul. Incluso con las sombras de los personajes en la última viñeta, me da la sensación de que están flotando ante una pared azul celeste.
Un poco más arriba, en cambio, Alan Davis te deja suelos que son un inmenso espacio blanco, o te dibuja a una Betsy sin viñeta propiamente dicha, y queda de maravilla.
No te creas, en aquellos tiempos no era raro que el colorista te pintara todo el fondo de rojo simplemente porque uno de los personajes tenía furia asesina o según el estado de ánimo de los personajes. Igual un día hago un post sobre el tema, que después de todo es la mar de interesante.
Fijándome en las combinaciones de colores, tal vez el suelo cambia de amarillo a azul porque el suéter de Alex también es amarillo, y claro, quedaría fatal el amarillo del suéter enmarcado por el amarillo del suelo. Pero es que en ese caso, la combinación de colores que escogieron para la primera viñeta es nefasta, porque no podía encajarse en el resto de viñetas de la página. Igual el pelo marrón anaranjado de Alex también está así para diferenciarlo del amarillo chillón de su ropa.
«¡Y sí, me refiero a la comparación del Doctor Muerte con Hitler!»
No lo sé, siempre he visto a Muerte como un fulano que haría lo que fuera para conseguir sus objetivos. Si tuviera que matar a niños, o incluso a una raza entera, lo haría. No me parece una comparación descabellada.
Por supuesto, es un poco… deselegante, para decir lo mínimo, hacer algo tan frívolo desde nuestro punto de vista del mundo real. Pero para los personajes, me parece bastante razonable la comparación.
Lo que sí es bastante feo es comparar eso de cambiar recuerdos de una persona con genocidio, pero bueno.
Además, la comparación la hace el Profe X, que simplemente ve así a Muerte; y, sinceramente, probablemente es como veían así a Muerte el resto del universo Marvel. De hecho… aquella vez que logró Muerte temporalmente crear un mundo «perfecto» a base de manipular las mentes de todos, y con él de emperador (claro) ¿en qué momento de los 80 fue?
“Emperador Muerte” Novela Grafica Marvel número 27. Aquí publicada por Forum en un especial navidad de Marvel Héroes en 1987.
Pero vamos, que ese comic hay que tomarlo casi por un “what if” porque hasta donde sé no tuvo impacto ninguno en ninguna colección regular.
Lo más interesante de ella es ver otra de esas asociaciones de “eres mi socio por ahora pero no te aguanto” entre Namor y Muerte de las que hablaban aquí la semana pasada. Eso y ver como Muerte era inmune al poder de control mental de hombre púrpura por la pura voluntad de sus cojones latverianos.
Es curioso como un cómic tan malo está tan bien recordado con lo mal que ha envejecido solo porque en él el Doctor Muerte tiene una sesión de putoamismo. Que narices, por la época Michelinie también hizo La Venganza del Monolito Viviente y creo que ése era mucho mejor tebeo! Y de ése no se acuerda nadie, a pesar de ser el prólogo de Control de Daños!
Yo leí durante mucho tiempo que el comic era una pequeña obra maestra. Cuando por fin lo pude leer, me decepciono bastante: la premisa es buena, el desarrollo mas o menos decente. Pero ese final en el que Muerte se deja ganar, porque se aburre de gobernar el mundo, no entraba en cabeza pensante.
¿La Venganza del Monolito Viviente es aquella historia en que usan a 3 de los 4F como baterías de energía, apareciendo también Spiderman y el Capi? Recuerdo que tenia buenos detalles, sobre todo el comportamiento Capitán América: dispuesto a arrebatar una vida si no quedaba mas remedio, pero impidiendo que se banalizara el acto.
Muerte quiere conquistar, no gobernar. Dominar una masa de esclavos de mirada vidriosa le aburre.
Tengo que decir que echo de menos al Xavier que consideraba algo execrable el cambiar recuerdos o manipular mentalmente a los demás, hoy en día digamos que se ha vuelto demasiado… «Casquivano».
Pero eso de retocar las mentes de otros por supuestos buenos motivos ya lo había hecho en los 60 y los 70 ¿no? Tiro de memoria y la mía es muy regulera, pero juraría que alguna vez sí había borrado de la memoria de algún personaje su interacción con los X-Men o cosas así.
En el segundo o tercer número de la Patrulla-X original ya le borraban la memoria a la Mole y a toda la gente del circo donde trabajaba para que no recordaran su enfrentamiento con la Patrulla-X (y ojo, que cuando la Mole, nada mas conocerlo y ser llevado a la mansión, contestó que no le interesaba unirse a la Patrulla, la reacción de Xavier es un inquietante «¡Uy, pues no te podemos dejar marchar sabiendo el chiringuito que tenemos montado aquí!)
En el segundo le borra simplemente TODA la mente al Desvanecedor, que olvida literalmente quien es.
Stan Lee no tenía mucho en cuenta las implicaciones éticas de andar toqueteando la mente de la gente, el Doctor Extraño hizo también unas cuantas de esas.
Verdá, verdá. Su código ético fue un retconeo de Claremont en toda regla, pero era una buena solución para que Xavier no fuera un constante Deus Ex Machina y le daba algo de humanidad a don perfecto haciéndolo más perfecto todavía.
A excepción de cuando Byrne o Claremont han guionizado al Doctor Muerte, el resto de autores prácticamente le escriben capaz de hacer cualquier cosa por el poder.
En los anteriores casos, le mantuvieron cierto sentido del honor (aunque bastante particular), siendo capaz de darlo todo por su pueblo.
Respecto a ocasiones en las que Stern haya escrito algo contradiciendo lo escrito por Claremont, me viene a la mente una trama de «Doctor Extraño» en la que, tras el regreso de Clea a la Dimensión Oscura, se corre la voz de que Stephen tiene ahora una plaza vacante de aprendiz y se presentan un montón de aspirantes, entre los que está una Amanda Sefton que va de sobradísima.
La cosa acaba en un enfrentamiento con Margali Szardos en el que se revela que tanto ella como su hijo recibian sus poderes de un artefacto maldito que Stephen acaba poniendo a buen recaudo, eliminando en el proceso las habilidades mágicas tanto de Margali como de Amanda.
Cuando leí por primera vez esta historia (en el tomo recopilatorio de la etapa de Stern publicado por Panini) quedé bastante sorprendido, porque recordaba que Amanda lanzaba hechizos sin ningún problema cuando los Cosechadores asaltaban la isla Muir. Y dado que John Byrne ha mostrado a Amanda como uma persona normal (además de hacerla perecer durante un ataque de los Centinelas) en su continuidad de «X-Men Elsewhen», me pregunto si hubo algún momento en que, en una conversación entre Stern y Byrne allá a principios de los ochenta, el segundo comentó de pasada que no le gustaba que Amanda se hubiera revelado como una hechicera (y amiga de la infancia de Kurt) en vez de seguir siendo «una persona normal», y Stern interiorizó ese comentario y más tarde escribió esa historia de Amanda y Margali para volver a convertirlas en «personas normales».
Stern y Byrne tenían unas ideas muy claras sobre los personajes y mientras Stern estuvo de editor Claremont estuvo en «inferioridad de condiciones», pero en cuanto Claremont se quedó libre… Cuidao!
Es triste, porque entre los tres (o entre Claremont y Byrne) las historias eran bastante más orgánicas y todas iban de la mano, ya solo el pollo que montan desde lo del circo hasta la historia en Japón es un todo completamente orgánico y sin continuarás forzados que en la obra de Byrne en solitario se han visto más de una vez. Creo que los tres aprendieron bastante de la colaboración entre ellos, pero no se dieron cuenta de que quieras que no estaban metiendo la cuchara constantemente en el trabajo de Claremont -que no dejaba de ser escribir el guión- y era normal que él se revolviese.
Sí, me percaté de la manera en que Claremont va enlazando tramas una detrás de otra una vez en que, releyéndome la etapa Claremont-Cockrum-Byrne, empecé a fijarme en las menciones que se hacían en los cómics respecto a en qué fechas del año transcurrían y cuánto tiempo pasaba entre número en número, y me llamó muchísimo la atención que se iban alternando etapas con números «tranquilos» o «de relleno» en los que igual transcurrían uno o dos meses entre cada historia, con otras en las que tenías una docena de números que igual transcurrían en una semana; la secuencia que enlaza las tramas de Mésmero-Magneto-Tierra Salvaje-Japón-Alpha Flight es brutal, pero es que después de ella viene un intervalo de varios meses con una historia autoconclusiva de Arkon, otra de Arcade, etcétera, donde lo que realmente importa es la trama secundaria de Jean Grey aparentemente viviendo la vida de una antepasada, y de repente te vuelven a meter las tramas enlazadas de Proteus-Club Fuego Infernal-Fénix Oscura en un intervalo de tiempo que ocupa aproximadamente una semana. Más que una serie de cómics, parece una serie de televisión, con sus arcos concretos para cada temporada.
Por algo estaba considerada como la serie más moderna de la época y se ganaba todos los premios de la crítica hasta que Alan Moore y Miller asomaron la cabeza.
Quizá por no considerar a Dazzler una «auténtica» X-Woman después de esta etapa quedó olvidada durante muchos años, algo que me pareció injusto.
¡Seguro que el Juggernaut tendría algo que decir a quienes desprecian a Dazzler!
Y Kitty Pryde, que una vez chantajeó a Lobezno para que la llevara con sus amiguitas a un concierto haciendo de chófer… El pobre se pasó el concierto preguntándose si accionando una garra junto a su oído podría volarse los sesos… ¡Para gustos colores!
Cuál nº de Nuevos Mutantes? Gracias.
Ahora entiendo porque la miniserie esa es mala. Como siempre cuando algo es un sin sentido o incoherente la causa es editorial. Hoy seguimos igual aunque las cosas son de otra forma.
Lo del Monolito es mucho peor que lo de Doom.
El cómic es New Mutants 40. Y bueno, al final pasa lo de siempre, aun en tiempos en los que ni se soñaba con el despropósito de la marvelution en el bullpen los editores seguían haciendo sus tonterías.
El cómic es New Mutants 40. Y bueno, al final pasa lo de siempre, aun en tiempos en los que ni se soñaba con el despropósito de la marvelution en el bullpen los editores seguían haciendo sus tonterías.
Las venganzas de la Marvel de los ’80 son muchas y variadas. Me parece que Shooter solucionaba las disputas entre creadores dando a cada uno la oportunidad de contar el «otro lado de la misma historia» o al menos una historia con los personajes en cuestión (no sé si Fantastic Four vs. X-Men no fuera retribución por dejar a Byrne contar la resurrección de Jean en los 4F… y ya de paso hacer más dinero con más cómics de los X-Men). Me parece que en este caso hay mucho de estar hartos de que te toquen tu trabajo (tanto de parte de Stern como de Claremont); no creo que se llegue a X-Men vs. Avengers solo porque Stern fuera amigo de Byrne y le molara Magneto siendo villano (aunque igual sí), para mi hay que tomar en cuenta el resto de cosas que hicieron a Stern marcharse a DC (no tanto que Claremont usara a Los Vengadores en New Mutants para sus «maléficos planes», sino que eso viniera encima de Englehart escribiendo WCA por ejemplo). Ya sea por decisión o por omisión, así como se dio a Claremont la oportunidad de desahogarse contra Michelinie (y el mismo Shooter) en el Annual que hizo con Michael Golden, aquí se le dio la oportunidad a Stern con Silvestri (y ya de paso hacer más dinero con más cómics de los X-Men). Para la historia queda que esta es una de las pocas veces que Claremont sale «ganando» tras Shooter meterse en la historia de un cómic.
Y hablando de los mencionados artistas; una combinación de Golden, Adams y Leonardi no habría sido tan mala idea si el problema era la consistencia visual y la regularidad de los dibujantes siendo que comparten ciertas influencias (creo que Golden es tanto influencia de Adams como de Leonardi). Obviamente la opción perfecta era Alan Davis, pero supongo que ya tendrían Excalibur en mente para no hacer todo lo posible para dejarlo como dibujante de Uncanny para siempre. Barry Windsor-Smith era genial para números especiales, pero como artista regular la serie probablemente habría acabado siendo solo sobre Ororo y Logan con alguna aparición de Forge cada tanto. Tanto Blevins como Bogdanove habrían sido excelentes opciones de no tener a los anteriores y ambos justamente acabarían esencialmente siendo los dibujantes de cabecera de Louise Simonson no llamados Walt. Jackson Guice no pegaba con nada de lo que Claremont estaba haciendo ni aquí ni en New Mutants (siendo peligrosamente cercano a ser un Greg Land de los ’80). Y por supuesto Silvestri que acabó siendo el elegido (pero supongo que ya se hablará más sobre él más adelante).
Teniendo en cuenta lo que Claremont estaba intentando contar; se me ha ocurrido que Mignola habría sido un interesante cambio de estilo para la serie (aunque tuviera esencialmente las mismas objeciones que Art Adams y Alan Davis y encima de todo ser amigo y colaborador de ¡John Byrne!).
Y ya hablando de lo que Claremont escribe en sí; el tono de la serie cambia de tal manera que se llama la atención a cosas como Claremont defendiendo su posición y decisiones artísticas a través de la boca de sus personajes dando la sensación de ser algo bordes al verse a la defensiva tan regularmente (ya fuera con razón o no), algo así como Lobezno en sus comienzos. Esto viene con la desaparición de ciertos personajes que mencionas que no termina de extirpar la idea del aislacionismo mutante siendo autoinflingido (piensas; «esta gente se pasaba de paseo por New York y el mundo cuando no el espacio y ahora apenas si se ven entre ellos»). Y ese problema me parece mayor que el baile de dibujantes porque no se iría una vez queda marcado el estilo visual con Silvestri/Green (hablar de las tintas también, que en este caso pesan bastante si se compara con Joe Weems o Rubinstein).