Casi nada en la etapa de Claremont es ajeno a la causalidad, todo está relacionado de una manera u otra y acaba teniendo consecuencias. Así, para cuando pasamos del número 201 y entramos en «la era Factor X», Claremont todavía está lidiando con las consecuencias de que Magneto se haga director de la escuela de Xavier y decidiendo que hacer con Rachel Summers, la hija de Jean y Scott de un futuro alternativo.
El caso de Magneto ya lo exploramos la semana pasada, había una facción en la editorial que rechazaba la idea de plano a pesar de que Claremont ya hubiera introducido anteriormente un personaje en un papel parecido meses antes para suavizar el camino; Pícara había empezado como una villana que era maldad pura y, aunque su conversión en una pobre tardoadolescente incomprendida no había sido todo lo suave que debiera, su aceptación por parte de los lectores fue muy rápida y no tardó en convertirse en uno de los personajes favoritos de una serie que no había tenido un nuevo miembro permanente desde la llegada de Kitty Pryde. Por supuesto y al haber sido desde el número uno de la serie el gran archivillano del grupo, lo de Magneto iba a ser bastante más complicado de tragar…
En un principio, Magneto era el mal absoluto, y X-Men era lo más parecido a GIJoe o Masters del Universo que uno pudiera leer en tiempos de Lee y Kirby; había mutantes buenos liderados por Charles Xavier y había mutantes malos liderados por Magneto, ambos se pegaban porque los segundos querían conquistar el mundo y los segundos querían vivir en paz con el resto de la humanidad. El personaje era histriónico y caricaturesco hasta lo sonrojante, y no sería hasta la etapa de Roy Thomas y Neal Adams que Magneto mostrara algo de «profundidad», a pesar de que en realidad todo era una impostura del Amo del Magnetismo para engañar al Ángel, como si se necesitara un engaño muy sofisticado para conseguir eso.
Así, la generación de autores que componía el grueso del personal de Marvel había crecido con el Magneto archivillano de los planes locos, con lo que cuando Claremont llegó a la serie en los 70 no tardó en humanizarlo todo lo que pudo, tratando de que el personaje no cayera en lo autoparódico y dándole un trasfondo en la segunda guerra mundial que viniera a explicar su odio al resto de la humanidad. Y todo esto fue un trabajo a lo largo de diez años de contar sus amores pasados, profundizar en su amistad con Charles Xavier y humanizarlo, humanizarlo y humanizarlo hasta que llegó al punto de quitarse lo de homo superior de la boca y hasta llegar a tener una relación sentimental con una simple homo sapiens. Magneto había madurado, se había empezado a dar cuenta de que estaba equivocado y de que no habría paz hasta que humanos y mutantes empezaran a entenderse. Y así es como tras un autoexilio de Xavier y un rediseño horrible de Romita Jr, Magneto se convierte en el director de la Escuela de Xavier.
Sumado a todo esto -y antes de hablar de Rachel- tenemos que un par de años antes la Patrulla X (Uncanny 169) es obligada a abrir los ojos ante una realidad bastante fea; si hasta entonces los mutantes habían sido muy pocos y Magneto para llenar su ejército de mutantes malvados había tenido hasta que inventárselos, de repente nos encontrábamos que en las alcantarillas de Nueva York vivían un porrón de ellos, los Morlocks, y que estaban de mierda hasta arriba. Si hasta entonces no había ningún tipo de problema moral en la Patrulla X por vivir en una mansión en medio del campo -somos cuatro mutantes contados y si alguno asoma con problemas lo detectamos con Cerebro y lo salvamos- Claremont abre en ese momento una caja de Pandora que a día de hoy todavía colea; los Morlocks son indigentes, son los «mutantes feos» que no encajan dentro de la sociedad ni aunque lo intentaran, porque su aspecto en la mayor parte de los casos es repulsivo y tienen que sobrevivir como pueden ante la xenofobia de los moradores de la superficie.
Claro está, los Morlocks rompen la ley porque el rechazo de la sociedad les obliga a vivir al margen de ella, y por eso La Patrulla X no puede culparlos por hacerlo. Sumado a todo esto está la ya mencionada Pícara, con cuentas pendientes con la justicia y un Henry Peter Gyrich dispuesto a lo que sea con tal de retirar del mercado a un peligro tan grande para la sociedad; Pícara es el primer personaje que pone al grupo fuera de la ley, los Morlocks son los que les hace convertirse de pleno en defensores de unos fuera la ley -Tormenta se convierte en la líder de todos ellos, aunque tristemente apenas llega a ejercer- y la «adopción» de Magneto provoca que el gobierno de EEUU decida crear su propio grupo antimutante, La Fuerza de la Libertad, compuesto básicamente por exmiembros de la Hermandad de Mutantes Diabólicos a los que se les ha ofrecido un trato marginalmente mejor que el que se le daba al Escuadrón Suicida. La Patrulla X y este nuevo grupo ya tienen un enfrentamiento antes de la Masacre Mutante, pero en realidad es un pequeño escarceo y es mejor mejor no adelantarnos, porque la verdadera bronca vendría un año después y hablar de ello sería adelantarnos demasiado…
Porque claro, teníamos pendiente a Rachel. Rachel es un cabo suelto en toda regla, y es el centro de la trama entre el 201 y el 210. Rachel viene de un futuro alternativo en el que, con el pretexto de acabar con la amenaza mutante, los Centinelas han tomado el control de todo el planeta y tienen a todo el personal que no han exterminado encerrado en campos de concentración. Con un pasado de vejaciones y violaciones, Rachel llega como un pez fuera del agua y sin encajar entre los miembros del grupo, planteando dudas respecto a su capacidad de usar los poderes de Fénix -recordemos, lo de la «fuerza Fénix» hasta ese momento no existe como ente independiente, Jean simplemente era una mutante dopada por los rayos cósmicos y Rachel había heredado esos poderes- y sirviendo como una especie de mini Jean Grey.
Y es que estos números a ratos parece que quieren contarnos un remake de la Saga de Fénix Oscura, con una Selene en el papel de Jason Wyngarde y tratando de hacerse con el poder de Rachel mientras el resto del Club Fuego Infernal trata de no ser engullido por la propia Selene, además de un centinela del futuro, Nimrod, tratando de hacer sus cosas de centinelas y que aparentemente llega a todo este follón sin que uno sepa muy bien a santo de qué; sirve, a fin de cuentas, para ilustrar que al margen de que haya mutantes ricos y pobres que se estén pegando entre ellos, en esa guerra siguen existiendo humanos e inteligencias artificiales relocas que están la mar de dispuestas a meter la cuchara en el conflicto y liarla parda a la mínima oportunidad. Para eso y para recordarnos que la Masacre Mutante que iba a empezar en el número 210 en un principio iba a ir en otra dirección muy distinta, pero la vida es eso que te pasa mientras vas haciendo otros planes…
La subtrama de Nimrod siempre me pareció muy curiosa, porque por un lado parecía ir humanizándose poco a poco (descubría sorprendido que disfrutaba ayudando a un chaval a hacer los deberes), y por el otro era más bruto que el Castigador ejerciendo de justiciero. Y para dos veces que combatía a la Patrulla, dos veces que la liaba pardísima, con los patrulleros teniendo que cuidarse de no repetir estrategias porque para la segunda vez que usaran una Nimrod ya tendría alguna contramedida preparada.
Tiene delito que, en el segundo combate contra Nimrod, incluso un personaje tan secundario como Harry Leland tuviera una escena de muerte mucho mejor («El gordo tenía sus pegas, pero ha muerto con estilo», que decía Lobezno) que las de algunos personajes protagonistas de sus series (es lo que tiene que no estuviera pensada para epatar y viniera sin resurrección prevista para el futuro, por lo que tenía que ser memorable). Me pregunto si lo habrán resucitado ya en Krakoa.
Pues, ahora que lo dices no creo haber visto a Leland por ahi. Y mira que es raro, porque justo ahora en EEUU están con lo de la Hellfire Gala y el personaje vendría que ni pintado. Manda narices que hayan resucitado al hijo tarado de Shaw y no a Leland, con lo campechano que era…
Porque el hijo tarado de Shaw es escoria noventera y Leland un villano de los ochenta que no usaban mucho.
Ya, ya, porque la escoria noventera es «clásica» y la de los 70/80 es «vieja» y a olvidar.
¡Lo raro es no haber visto a Sebastian Shaw pidiendo que resuciten a Lourdes, la teleportadora que era pareja suya en el relato corto del Classic X-Men nº 7 y que murió a manos (o más bien a dedos) de un Centinela!
Curiosamente ese mismo cómic lo reeditaron la semana pasada en EEUU con la cosa esa de la Hellfire Gala (Marauders #21), no veas tú el contraste que era la krakoada con un tebeazo de Claremont y Bolton!
¡Qué penita daba lo del «Oh, Sebastian. ¿Por qué nos odia Buckman» «Por miedo. De lo que somos y lo que representamos. Ahora le daré motivos»!
Si al final casi todos estos conflictos se resumen en «no pienso poner la otra mejilla, ¡se va a enterar ese!»
Insinúas que Claremont trataba mejor a los personajes que Hickman?
Con Claremont los personajes son personas, con Hickman son arquetipos.
Y a veces mas que arquetipos solo son trajes.
Di más bien adefesios!
No te gustan los trajes de la Hellfire Gala? xd
No me gusta que la Patrulla X se haya convertido en el Club Fuego Infernal, gracias.
Esperar que gente como Hickman tenga algo de coherencia y no este centrado en contar SU historia sin importarle como tenga que retorcer las caracterizaciones de los personajes es tener demasiada fe xd
No se porque lo dices ¿Por cosas como meter al Dr. Muerte en la Fundación Futuro, para echar una mano a los 4F? Si era lo mas normal del mundo XD.
Tan normal como Shang-Chi de artillero de una nave espacial disparando lasers contra alienígenas…
Desde luego Leland tuvo mejor muerte que Ave de Trueno, que se suicida sin motivo (envidia de Lobezno), sin necesidad (podía salvarle Banshee) y sin conseguir nada (Nefaria sobrevive).
Podemos consolarnos con que a raíz de su muerte vino luego su hermano menor, que acabaría siendo líder de los Infernales. Qué pena que luego terminara en la «X-Force» de Liefeld.
No lo creo, al contrario que la falta de conocimiento demostrada por Jason Aaron en su aclamado policial (que solo salva la intervención del dibujante), Claremont debía saber de la muerte autoinflingida entre los pueblos nativos americanos y encontró un buen motivo y justificación para apartar al personaje del grupo.
Distinto es que a día de hoy nos parezca que aquel suicidio de Ave de trueno podría haberse extendido a lo largo de muchas más páginas. Pero mira, ahí tiene un bonito asunto la suegra Marvel en el que podría ocupar a Claremont: la historia de la muerte de Ave de trueno. Graphicnoveleta, miniserie, teleserie… cualquier cosa sería mejor que esos marginales tebeillos que sacan con algunos de sus indios en portada.
Creo que la historia de Nefaria todavia está escrita a medias entre Claremont (que aparece en los créditos como «writer») y Len Wein (que figura como «plotter»), y por un lado es una forma bastante chapucera de quitarse de encima a un personaje redundante, pero por otra parte, que sea una muerte que ocurre así de sopetón, y con la que además no se consigue nada (Nefaria sobrevive) le da cierto toque distintivo. Tal como dice Cíclope cuando rememora la muerte de John Proudstar durante el funeral de Jean Grey, «Hasta ahora, cuando nos había faltado la habilidad, habíamos tenido suerte. Ese día, sobre la montaña Valhalla, la suerte se nos acabó».
Poco menos que está escrita por Wein y rematada por Claremont, el primer cómic que realmente es suyo al 100% es el 98 de Uncanny, los anteriores son guiones a medias de Wein, son refritos suyos o directamente era Claremont calentándole el asiento porque supuestamente iba a volver.
No veo un Magneto arrepentido. Solo dice que se equivocó de método. Pero da la culpa de todo a los humanos. Para él intentar conquistar la humanidad era «imponer cordura».
no dice que matar y esclavizar fuera malo y se arrepienta, dice que «sois demasiados». Dice que se ofrece como mártir, no que se somete a la justicia.
Magneto intenta convertir su juicio en un acto político.
Xavier la cagó pero bien. No solo se lo perdona todo, sino que encima lo deja a cargo de los jóvenes. Claro, les da tan buen ejemplo…
Magneto era tan plano antes, que cualquier profundidad que le dieran era bienvenida. Claremont lo hizo de forma magistral, no lo niego. Pero justificar no es disculpar.
Nunca he entendido muy bien de qué van los morlocks. La mayoría más que mutantes, parecen simplemente feos. Muy en la línea punk de los 80. Ni siquiera Calisto parece mutante.
La Fuerza de la Libertad está mucho mejor que el Escuadrón Suicida. Simplemente porque no hay coronel Flag ni Señora Waller que los meta en vereda. Hay un número de Daredevil donde aterrorizan un pueblo quemando casas y abusando de mujeres para una «misión»… Y no les pasa nada.
a lo mejor no era la misma forma de actuar o el personaje no era tan relevante, pero se supone que Valerie Cooper era el simil de Waller
De esta época me gusta mucho cómo va cambiando la situación de los mutantes a nivel mundial. No solo la Patrulla-X se gana mala fama por toda una serie de incidentes (empezando por la bronca en el Club Fuego Infernal durante la saga de Fénix Oscura, tras la cual Shaw promete convertirlos en «los enemigos públicos número uno»), sino que de tanto en tanto aparecía Gyrich y/o Cooper (y en al menos una ocasión el coronel Vazhin, el equivalente ruso de Nick Furia) debatiendo acerca de que la población mutante se estaba disparando en todo el mundo y eso iba a hacer que los Estados Unidos perdieran el monopolio de los superhéroes. Me parecía muy curioso ver a Gyrich como la voz de la razón frente a Valerie Cooper, y a ésta iniciando un programa para reclutar mutantes como agentes del gobierno estadounidense, mientras los rusos no entendían qué manía les había dado a los norteamericanos para ver a la Patrulla-X como criminales.
Fíjate que Vazhin es uno de esos personajes de largo recorrido que todos asumían en su día como «otro cabo suelto», igual que la amenaza de Shaw en la saga de Fénix Oscura. Luego claro, leído a posteriori todo viene a encajar, pero anda que no presionaban a Claremont en aquellos días porque «eso que contaste en el número nosecuantos no ha vuelto a asomar, se te ha olvidao?».
Pero claro, luego lo echaron de Uncanny y se quedaron un montón de cabos sueltos, con lo que en cierto modo aquellos que se quejaban tenían algo de razón… Me pregunto si hubiera llegado un momento en el que, de haberle dejado seguir a Claremont todo el tiempo que le diera la gana, él habría llegado al punto de atarlo todo y darle un «final» a su gusto.
Vazhin apareció brevemente en la saga del Rey Sombra en la Isla Muir, con lo que Claremont no se había olvidado de él, por lo que algo tendría pensado para ese personaje en sus «Guerras Mutantes». ¡Qué mala idea fue empezar «X-Men Forever» a partir de dónde Claremont dejó la serie! ¡Tendría que haberla empezado a partir de justo después de «Actos de Venganza», para contar su plan original para el Rey Sombra (aunque el Claremont «sin riendas» no es el que da lo mejor de sí)!
Yo lo que quiero es un X-Men Forever que empiece en Australia y con Nocenti o Simonson de editoras, éso si que iba a ser un Claremont al viejo estilo!
¡Jamás sabremos que le pasaba a los ordenadores de la base de los Cosechadores (que se autorreparaban yse reescribían ellos solos su código de programación, llegando al punto de que hasta a los propios Cosechadores les empezabam a dar grima).
No se lo digas dos veces a Hickman, que se pone Cronenberg y ya tienes nueva nación independiente para los mutantes!
Es interesante que, en X-Factor hubo una cierta «rehabilitación» de los mutantes, después que salvaran New york de los jinetes de Apocalipsis. Incluso los X-Men eran considerados héroes por mucha gente, porque habían muerto salvando al mundo en la Caída de los Mutantes.
Por desgracia ese hilo argumental se perdió con la caída de Claremont, y volvimos al todos-odian-a-los-mutantes-porque-si.
Eso que comentas es algo que he mencionado más de una vez en relación al «temidos y odiados», que suele interpretarse como que siempre ha sido así, y eso no es cierto.
Más allá de algunos incidentes aislados durante la etapa Lee-Ditko, y más por culpa de Magneto dando mala fama a los mutantes que porque exista un verdadero odio, el inicio del pánico antimutante se produce en la Saga de Fénix Oscura, debido a la batalla en el Club Fuego Infernal que tiene la mala suerte de producirse cuando el senador Kelly estaba allí. Y es en la Caída de los Mutantes donde esta tendencia se invierte, debido al sacrificio televisado de la Patrulla-X en Dallas y a Factor-X defendiendo Nueva York de los Jinetes de Apocalipsis. No sólo a Factor-X les hacen un desfile en su honor, sino que más tarde se convertirán (con la nueva formación liderada por Kaos) en una especie de grupo de mutantes oficial de los Estados Unidos, con el profesor Xavier teniendo línea directa con el presidente y todo.
Donde digo «Lee-Ditko» léase «Lee-Kirby», que ayer estaba leyendo números del «Spider-man» de Stan Lee y Steve Ditko» y me han salido sus apellidos.
Cooper no microgestionaba tanto la Fuerza como Waller el Escuadrón.
bueno, es que la diferencia radica en que el escuadrón suicidad era el protagonista del comic, mientras que freedom force no, quiero decir es que era muy limitada el desarrollo de la relación entre cooper y fredom force
El grupo estaba muy poco desarrollado, la verdad. Ni siquiera ahora han usado el nombre freedom Force para alguna colección (y eso que han usado incluso el de Marauders).
Bueno, igual es porque 2K hizo otra Freedom Force y vete a saber si la marca está un pelín secuestrada, ya les pasó a los Champions…
Los morlocks eran macarrillas de los 80, postpunks y en general gente sin hogar que no tenía donde caerse muerta, así que esa era la pinta que tenían en su mayoría. En realidad no podían tener otra, porque no dejaba de ser la gente que se cruzaba la gente de Marvel cuando andaba por las calles de Nueva York.
Un día igual hago un post sobre las historias que veía Ann Nocenti desde su piso de mediados de los 80, que aquello era tremendo… ¡Ríete tú de la inseguridad ciudadana!
Como concepto y contraste están bien. Solo que hay algunas incoherencias, como que tormenta los deje tirados tras prohibirles secuestrar niños (¿o sea que secuestraban niños y no les piden que los devuelvan?), sin llevarles a la mansión o algo así. O por lo menos ponerles agua corriente en el Callejón.
Hombre, tirados, tirados… Como que los masacraron los Merodeadores y allí fue la Patrulla a partirse la cara, y después de eso los escasos supervivientes se fueron con Factor X una temporada hasta que la Patrulla…
Un momento, ¡si eso precisamente lo voy a contar en estos posts! Hala, hala, no pienso adelantar nada!
Y aun no has hablado de Australia casi… Solo de los hechos que rodean la decisión.
Y todavía me estoy saltando cosas, porque toda la progresión de Tormenta a partir de la muerte de Jean es la mar de importante en todo esto; al fin y al cabo es una decisión que toma ella a partir de lo que le ha ido pasando.
¡Que gran época!
Pasaron tantas cosas en tan poco tiempo que la sensacion que queda es que las cosas pasaban porque sí.
Nimrod era un personaje que en otro contexto sería el prota de la serie y en X-Men era un personaje que dió dos enfrentamientos memorables con los protas.
Terminator en las páginas de la Marvel, como un mounstruo cibernetico venido del futuro para matar humanos va humanizandose.
X-Men generaba mil agujeros de la historia. ¿Tormenta que hizo como lider de los Morlocks? ¿Que le pasó a Rachel en la dimension de Mojo? Que en la busqueda de la Rachel intentando asesinar a Selene se encontrasen con tantos conflictos ocultos, Nimrod por un lado, Mojo apareciendose como el Diablo tentando a Rachel para llevarsela, Mojo se pasaba el día espiando en su pantalla a esos tios raros con vidas tan interesantes (telerealidad antes de la telerealidad, ¿para cuando una reseña del pretigio de los Nuevos Mutantes sobre la televisión por Ann Nocenti?)
Lo grande de esos números, es como fuera de lo que se veía en las páginas había mil tramas desarrollandose en tiempo real paralelamente.
Los villanos estaban con sus vidas y sus planes. Los secundarios tenían sus propios quehaceres y los protagonostas tenian que aceptar que las cosas transcurrían sin que ellos diesen el permiso para que pasasen o sin enterarse siquiera; porque eso es la vida. Lo que pasa mientras haces planes.
Las mil tramas paralelas es algo que está intentando hacer Hickman hoy en día y no le acaba de salir… Pero es pronto para juzgar. Por mucho que la historia de Mística y Moira sea algo que según veo yo fue cortado y alargado artificialmente, hasta que no veamos la historia entera no podemos juzgar. Más allá de eso no vemos un trabajo de caracterización en paralelo con cada personaje teniendo su propia trama y crecimiento, simplemente tenemos cada serie teniendo la suya y según termina cada una va quedando en el olvido.
Lo malo es que los precedentes de hickman no dan mucho pie a tener esperanzas…
Curiosamente, los dos números que se han publicado de «Way of X» me parece que estan desarrollando temas de la sociedax krakoana de forma mucho más amena e interesante de lo que ha hecho el propio Hickman en la colección principal de «X-Men».
Esa es la de Rondador? porque yo ya me pierdo con tanta serie xd
Sí, es la de Rondador tratando de crear una religión mutante a pesar de que está sumido en un mar de dudas. Nada que ver el Kurt de esta serie con el Kurt al que el Consejo Silencioso le pedía que diera alguna idea para la sociedad krakoana y sólo se le ocurría responder «Creced y multiplicaos», porque claro, como es religioso…
Si, esa la estoy leyendo y es de lo mas potable que están sacando ahora mismo, por lo menos parece que se dirige hacia algún lado.
Yo es que la idea esa de «vamos a montarnos una religión mutante» porque sí no la acabo de tragar, quiero decir, si se inventaran un «derivado de» a lo Enrique VIII pues bueno, ¿pero una creada de la nada? ¿A que van a adorar, al Fénix? ¿Van a crearse una espiritualidad de rollo budista o algo así? ¿Realmente necesita una religión una sociedad «inmortal»? Esas son las preguntas que creo que quiere responder la serie, pero no acabo de entender el razonamiento del consejo a la hora de decir «tenemos que inventarnos una religión», ¿por qué?.
«“tenemos que inventarnos una religión”, ¿por qué?.»
Para que parezcan una sociedad diferente con su propia cultura y no solo un puñado de gente que solo comparte el haber nacido con poderes.
A ver, que yo entiendo que en cuatro días se puedan montar una cultura si viven todos encerrados en las alcantarillas. Es como las comunidades de internet, se juntan cuatro en un foro y de repente crean sus memes y sus mierdas, pues estos como conviven y tienen miedo al exterior pues ya está, se montan su cultura. Pero de forma artificial? Así porque sí, para ser distintos? Igual que se montaron su nuevo lenguaje con su propio alfabeto??? Y sin que nadie diga «copón, yo soy ruso, dejaos de mierdas!»?
Luego se pregunta la gente porque la etapa de Claremont en X-Men es tan mítica. Porque hasta el último secundario se veía vivo; porque todos tenían una vida y unas historias que sumaban y todo conformaba un Universo que se sentía en movimiento.
¿Ha habido alguien que se acercase desde entonces a hacer algo así? ¿Peter David en Hulk o Factor-X? No. A esa escala desde luego no. ¿Bendis lo intentó siquiera con todas las series que tuvo en sus manos? No, si lo intento le salió una mala imitación.
Un día tenemos que hablar de la estructura de Peter David en Hulk, que básicamente consistía en hacer una serie distinta cada 18 meses, con lo que no había un desarrollo de personajes a largo plazo pero sí al corto.
Un detalle sobre las mil tramas paralelas bien llevadas era que, por ejemplo, te encontrabas en un número con que Lobezno decía que tenía que irse a Japón durante unos cuantos días, y en los siguientes tres o cuatro números Lobezno no aparecía en «Uncanny X-Men» porque estaba ocupado protagonizando su miniserie de «Lobezno: Honor».
Y, bueno, no digamos ya con los detalles de continuidad entre colecciones, como que en un número de Spider-man o quien fuera ocurriera una tormenta de nieve que no debería haberse dado en esa época del año porque en la colección de Thor acababan de utilizar nosequé artefacto mágico.
Esa clase de cosas me engancharon al universo marvel. Que todos los superhéroes fueran a New York a luchar contra Surtur y compañía.
Es que eso era un Universo. Cohabitaban todos un mismo espacio y podías crear las conexiones entre ellos.
Cuando que Spiderman y Lobezno se encontrasen en una serie era un acontecimiento editorial. Hoy se encuentran 10 veces por mes.