DC es una editorial de superhéroes y los superhéroes son para niños, ¿no? O lo eran, o lo son, o lo fueron, yo que sé. Los niños ven una película de superhéroes y alucinan, se piden todo de Superman, Spiderman, de lo que sea. Tal vez no entiendan la jerga pseudocientífica de Reed Richards -la mayor parte de los adultos tampoco, y los que lo hacen en muchos casos se echan las manos a la cabeza- pero a la hora de la verdad, saben que Wonder Woman es la buena y Ares es el malo, y no les preocupa en lo más mínimo su bigote. Sin embargo, hoy en día tenemos cómics de Wonder Woman «normales», los de universo y en continuidad, cómics de Wonder Woman «fuera de continuidad» pero también para jóvenes y adultos y, finalmente, tenemos cómics de Wonder Woman para el público infantil, ¿cómo puede estar pasando esto? Acompañadme pues a un viaje por la historia de DC Comics, una editorial con largo historial en el cómic infantil…
Partamos de la base de que DC casi siempre pretendió hacer cómics para niños; no en vano el primer cómic de la National Allied Publications del Mayor Malcolm Wheeler Nicholson New Fun Comics (1935) eran recopilatorios de tiras de prensa humorísticas que, aunque valían perfectamente para adultos, también estaban destinadas a los más pequeños. Lanzamientos posteriores como Detective Comics se centrarían más en héroes y villanos pulp como Fu Manchú que tenían un perfil más juvenil/adulto -el peligro amarillo aquí era representado como algo enigmático y hasta terrorífico- pero entre sus páginas también encontrábamos tiras como Eagle Eyed Jake, más humorísticas y caricaturescas.
El éxito de la serie reforzaría el aspecto de «serie negra» del título y seguiría relegando los cómics más «tradicionales» -los cómicos- a un papel secundario, dándole la portada en los primeros números a Creig Flessel (probablemente el primer autor estrella de DC, creador años más tarde de personajes como Shining Knight) que se encargaría de personajes como Bret Lawton o Speed Saunders, tira principal de la serie que contaría con, entre otros, guiones de Gardner Fox y en la que sería sustituido a los lápices en poco más de un año por Fred Guardineer, el creador de Zatara. Paralelamente a todo esto, ha seguido publicándose More Fun Comics, que ha pegado un vuelco hacia las historias de aventuras y detectives -Terry y los Piratas estaba pegando fuerte- y el propio Flessel tiene una tira allí llamada Buzz Brown, protagonizada por un crío aventurero y su sidekick adulto (sí, el mundo al revés). Llama la atención New Adventure Comics, que combina la aventura con el western y curiosamente entre sus páginas también tendrá una tira sobre unos niños aventureros; Rusty & his Pals, a cargo de nada más y nada menos que del mismísimo Bob Kane. Y sí, entonces apareció el número uno de Action Comics.
Vamos a dejarlo claro, en 1938 Superman no era un cómic exclusivamente infantil, ni tenía vocación de serlo. Superman era un adulto tratando problemas adultos, y como tal era leído por niños y mayores, pero entre quienes realmente encontró el éxito fue entre la chavalería, que se quedó fascinada con sus posibilidades. Mirando el resto del primer número de Action Comics, vemos como los demás contenidos son historias de aventuras, westerns y hasta la primera aparición de Zatara en un cómic a caballo entre la serie negra y el western, pero poca cosa para niños más allá de las tiras humorísticas de Edwin Alger, un seudónimo de Russel Cole.
1939 verá la aparición de Batman como otro de tantos héroes del pulp, prácticamente plagiario de la Sombra, con lo que no se puede decir que el éxito de Superman volcara a la editorial a inundarlo todo de material infantil, más bien al contrario; More Fun seguía siendo la serie más familiar, pero Superman seguía a su rollo y lo único que lo «infantilizaba» era la creación del club de fans de Superman. No sería hasta 1940 y el serial radiofónico cuando la vocación del personaje se iría infantilizando paulatinamente, a lo cual se sumaría la creación del primer sidekick infantil de un superhéroe, Robin. La aparición del personaje marcaría un punto de inflexión en el propio Batman; de tener un gesto severo y angular pasa a ser más redondeado, a cambiar el negro por el azul oscuro y sí, a sonreir como si fuera Adam West. Como decíamos, Bob Kane viene de hacer una tira infantil y la serie negra le viene un tanto impostada, con lo que el pasar a un estilo más caricaturesco le viene como anillo al dedo, y de paso le deja ocultar mejor sus carencias.
Que nadie se llame a engaño, Robin no fue una imposición editorial ni nada parecido, si no más bien Bill Finger y Bob Kane tratando de diversificar la audiencia de la tira, dándo así a los niños un personaje con el que identificarse y a Batman un personaje con el que poder hablar, humanizándolo. La cosa debió funcionar, porque un año después los sidekicks infantiles empezaron a asomar tanto en la propia DC con personajes como Green Arrow -aunque este nunca ocultó ser un plagio de Batman a casi todos los niveles- como en la competencia con el Bucky de Capitán América. Sumado a todo esto no podemos olvidarnos de que en aquel momento Fawcett empieza a pegar muy fuerte con su niño superhéroe, el Capitán Marvel, que no tardaría en eclipsar al mismísimo Superman.
Para cuando acaba la guerra y DC ya no puede poner toda la carne en el asador con los cómics bélicos y los superhéroes, empezamos a ver aparecer series como All Funny Comics o Buzzy, de vocación humorística o Animal Antics, de animalitos antropomorficos; la inspiración claramente son los cortos de Disney y Warner, un filón que DC trataría de explotar sin mucho éxito durante los años siguientes con Hollywood Funny Folks o Funny Stuff, además de tratar de entrar en el cómic romántico/humorístico que tan bien funcionaba en Archie Comics. Es una DC en transición, que cree agotado su filón superhéroico y trata de buscar otras fuentes de ingresos; a su vez y bajo la supervisión ya de Mort Weisinger, Superman pasa ya a ser un cómic de ciencia ficción para niños y Batman se infantiliza hasta el extremo, con lo que, aunque es una DC que ya tiene claramente «cómics para niños», casi se podría decir que en aquel momento casi toda su línea era ya para niños y para niñas, con contadas excepciones como Gang Busters o All American Westerns, porque no estaban los tiempos precisamente para sacar solo superhéroes.
La semana que viene seguiremos hablando de cómics infantiles, animalitos divertidos, el impacto de la televisión en el cómic y de como Alan Moore y Frank Miller lo jodieron casi todo.
Bueno una cosa dónde los japoneses mostraron más capacidad de organización es en la separación entre
Komodo shonen y seinen niños jóvenes y adultos los cómics desde sus inicios manejaban una amplitud de géneros y su Target era igualmente amplio obviamente eso trajo mucha confusión en el mejor de los casos y ya directamente satanizacion de los cómic
Por mostrar cosas indebidas a menores de edad y ya ni hablar de la debacle de EC COMICS
Japón tiene el problema de que se le pone de por medio una guerra mundial que pierde, con lo que no tiene una evolución sostenida. Yo apenas he podido ver cómics anteriores a la guerra -y mira que son interesantísimos, porque Tezuka fue el que le metió el «rollo Disney» al manga- pero todo lo que he podido ver -que no leer, porque ya digo que no hay nada traducido- era más sátira política que otra cosa.
Y bueno, en mitad de una dictadura fascista como la de Hirohito y sus militares como que la sátira política no debía estar muy de moda.
Posdata: como siempre un gran artículo doctor Doom pero podía preguntar si habrá reseña de la serie animada de invencible ya que como sabrán está muy de moda.
Ya saben análisis aquí y allá youtubers que se siente como Cristóbal colon descubriendo américa cuando ya fue descubierta hace mucho tiempo y yo me siento como un nativo que ya se leyó todos los cómics cuando hace algunos años descubri cierta página que hablaba de no se que trabajo de Robert Kirkman ( plowt twist esa página era brainstoping) y. Bueno antes que leer a cualquier youtuber charlatán que me quiera rizar el rizo me encantaría un artículo sobre la serie en cuestión aquí en la página que me llevo a tan maravilloso comic
Gracias! Yo es que todavía no la he visto y M’Rabo creo que tampoco, así que supongo que la cosa tardará.
Lo bueno se hace esperar de todas formas gracias a ustedes descubri ese cómic y aunque Robert Kirkman no es mi autor favorito. reconozco que con invencible la saco del estadio y se le notaba una pasión como guionista que a veces parecía faltarle a the walking dead.
Muchas gracias por el artículo
Pues siento decir que a corto plazo dudo que vaya a hablar de la serie de tv de Invencible. Como ya he dicho en los comentarios estos días el comic me acabo hartando mucho y lo deje unos cuantos años antes de que terminase, así que no es que me muera de ganas por ver su adaptación.
RANCIO!
Ponte a verla tu si tanto te gusta Kirkman!
Luego te quejarás de que no sabes de que escribir!
Tengo que dejar que las musas me inspiren y hablar de cosas que me emocionan!
Si yo hablara de cosas que me emocionan hablaría de jamones! Maldito sea el día en el que me convenciste de hablar de cómics en vez de jamones, ahora estaría recibiendo jamones para reseñar todos los días!!!
Eso es saladísimo y te sube la tension una barbaridad! Mejor ensaladas, zumitos y mangas de los que yo te recomiendo, que a nadie le sube la tension por leer Dick Fight Island.
Me sorprende que no dediquéis más atención al Capitán marvel de DC, que era uno de los personajes más populares de la Golden Age.
Creo que se debería tener en cuenta también la influencia de la censura en la infantilización del género. Entre eso y Wertham casi hundieron al género.
Tienes que entender que si no hablo de los cómics de All American que casi desde el principio tenían un acuerdo con la National, ¡como para hacerlo del Capitán Marvel, que era de Fawcett! Al final esto es un repaso breve de la trayectoria de National/DC en el cómic infantil, si nos pusieramos a saco tendríamos que dedicarle semanas enteras a cómo hasta los propios cómics infantiles de DC tuvieron que cambiar por el Comics Code. Y eso sin olvidarnos de la madre del cordero, que es la influencia del Código Hayes en medios que no eran el propio cine como las tiras de prensa; tienes que tener en cuenta que National Allied Publications surge más o menos en el momento en el que el código se implanta por completo (antes de esto existía, pero como que había mucha más manga ancha) con lo que estos cómics ya nacen bajo un escrutinio que no habían tenido las tiras de prensa.
Pero claro, ésto es sobre el cómic infantil de una editorial en concreto, si me pongo a hablar de la infantilización de otros géneros o editoriales me iría por las ramas más que M’Rabo.
«me iría por las ramas más que M’Rabo.»
Me has llamado mono de forma solapada?
Te llamo mono, subnormal y gilipollas si hace falta, no me hace falta hacerlo de forma solapada!
Eso es racismo!
Muy interesante.
Espero la sgte parte.
Gracias!
Muy buen artículo reportaje.
Gracias!