Por aquí no solemos hablar mucho de zombies, porque quieras que no los zombies a estas alturas están muy machacados. Con esto no quiero decir que sea un género muerto, si no que casi todas las historias que se han hecho con ellos eran un desastre o directamente aburridísimas. Aun así, hoy me gustaría hablar de una película de zombies en concreto, porque si hay alguien que realmente sabía hacer historias de zombies, ése era George Romero y éso es lo que hizo en Dawn of the Dead o, como se conoció por estos lares, «Zombi» o El Amanecer de los Muertos.
La película la estrenó en 1978 con el apoyo de un grande del terror italiano, Dario Argento, y venía a ser una secuela de la Noche de los Muertos Vivientes, que había estrenado unos diez años antes. Su trama, fotocopiada hasta la náusea a posteriori, viene a contarnos como una grupo de supervivientes se hace fuerte en un centro comercial y consigue vivir una vida «normal» en el mismo, disfrutando de los placeres del capitalismo y tal. Aun así, Romero siempre se quejó de que sus sucesores se quedaban siempre en la superficie y que no conseguían más que rascar la superficie de todo lo que sus historias de zombies podían hacer, y vista esta película con los ojos de generaciones posteriores que han conocido el género por The Walking Dead o los infectados de 28 Días Después, como que se te hace lenta, los personajes no son carismáticos o interesantes y lo más importante de todo, te enfadarás porque los zombies son una broma.
Y es que los zombies de Romero son gente pintada de azul, tal cual. En muchos casos ni siquiera tienen manchas de sangre o la ropa rota, más que zombies parecen una versión homo sapiens de los pitufos negros, alguien les mordió y se transformaron en señores azules con la vista perdida. Peor todavía, estos zombies son lentos de cojones, y la mayor parte de la película hay que reconocer que como máquinas de matar son un pelín torpes. Para entendernos, estos zombies durante casi toda la película apenas matan a nadie y los protagonistas los marean como el protagonista de cualquier videojuego de Resident Evil en los tramos finales del juego, esos en los que ni te molestas en reventarlos porque tienes algo más importante que hacer. Y claro, es normal que los que están acostumbrados a los infectados de la película de Danny Boyle, que corren cual perro rabioso en pos de su presa, crean que estos zombies son un desastre, porque al final parecen más parte del mobiliario que una amenaza o un peligro real.
¿Qué es, entonces, lo que hace de los zombies de Romero algo tan importante, tan interesante? ¿Es solo una cuestión «seminal», de que el que lo inventó se merece todo nuestro respeto, pero se quedó obsoleto con sus sucesores? Nada más lejos de la verdad, porque los zombies de Romero tienen una personalidad tremenda. Los propios personajes de la película lo explican en un par de ocasiones; estos zombies en realidad son un eco de la persona que eran, no son simples máquinas de matar hambrientas de carne humana. Son tontos de narices, no son capaces de hacer un razonamiento básico para cualquier animal, porque en realidad no razonan y tienen dos funciones: salir detrás de la carne humana y repetir la misma acción una y otra vez, esa acción que su cuerpo llevaba a cabo cuando estaba vivo. Así, los zombies de esta película se pasan el día metidos en el centro comercial, porque en vida eso era lo que hacían. Se dan vueltas por las tiendas una y otra vez, y les da absolutamente igual todo lo que ocurra a su alrededor, ya puede venir la tercera guerra mundial o una pandemia mundial (otra, se entiende) que ellos van a seguir con su rutina, van a seguir haciendo lo mismo sin pensar por un momento en que están haciendo o qué está pasando.
Romero explora estas ideas contando pequeñas historias con las acciones que realizan estos zombies, un zombie madre con su hijo o un zombie con una herida en el pómulo que se pasa el rato mirando el cañón de su escopeta, dejando claro que intentó suicidarse para no acabar convertido en zombie y la cosa le salió mal. Y así es como los protagonistas se establecen en el centro comercial, despachan a los zombies «propietarios» del centro y los engañan para que nunca entren en ciertas zonas del mismo, con lo que pueden vivir una vida relativamente normal ahí dentro. Como toda historia de zombies, esa fortaleza acabara cayendo eventualmente y la estupidez o soberbia de los «vivos» quedará patente cuando la realidad zombie se imponga e invada de nuevo el centro comercial que es «suyo» por derecho porque por algo lo patean todos los días. Pero claro, ¿cómo les vas a decir a los zombies que tienen que salir a buscar comida en otro lado, que ya se han acabado los vivos disponibles y están buscando una ganga en pantalones que nunca va a llegar?
Puede que Dawn of the Dead haya envejecido en muchos aspectos y note mucho más los tics de su época que su predecesora de los años 60, pero la idea principal de Romero sigue estando más presente que nunca. Romero seguiría haciendo más películas de zombies porque eran las únicas en las que realmente le dejaban hacer, y hasta llegó a escribir algunos cómics sobre el tema para DC y Marvel. Para entonces le habían salido montones de imitadores, pero tristemente muy pocos de ellos tuvieron en cuenta que los zombies eran solo una herramienta y no un fin en si mismo, con lo que el género zombie se transformó rápidamente en «diarios de supervivencia» que eran bastante menos interesantes que las críticas sociales de George A Romero…
Se mas directo y di que la version de snyder no le llega a esta ni a la suela de los zapatos!
Por supuesto que no le llega, y eso que tiene guión de James Gunn! Pero si hasta Romero dijo que aquello no tenía ni puñetera gracia!
Una película de snyder sin puñetera gracia?? Inaudito!!
Nunca va a ser tan mala como Man of Steel o sus tristes secuelas.
Snyder empezó su carrera como un mediocre y empeoró cada vez más.
Aorovechando que mencionáis a los pitufos negros, es curioso ver que ese cómic es un ejemplo perfecto de epidemia zombi: ahora tenemos el primer contagio, se empieza a extender porque no saben de qué se trata, cuando los decubren, se ponen a buscar al Paciente Zero, y pierden a casi todo el grupo de búsqueda antes de encontrarlo, empiezan a buscar una cura mientras las infecciones se disparan… hay escenas, como la de un pitufo recién infectado que va corriendo detrás de otro y diciéndole «¡Me ha mordido! ¡Me ha mordido!» mientras éste intenta dejarlo atrás y le grita «¡Vete! ¡Vete!», que no pueden ser más de peli de zombis. ¡ÑAC!
Joer, es que los pitufos negros es la primera historia de zombis tal cual! Todo lo anterior son historias «concretas» como White Zombie, no un apocalipsis zombie de los bichos asediando a los «vivos» como en Soy Leyenda.
En la película Things to Come/La Vida Futura, de 1936 y escrita por HG Wells se mostraba un arma biológica que se utilizaba durante una guerra y que dejaba a sus victimas convertidas en zombis, viéndose obligados los supervivientes a dispararles para frenarles y que era otro precedente claro de los zombis.
Ya hablamos de ese gran comic por aquí hace unos meses y si que es curioso ver lo adelantado que fue a su epoca y lo bien que ha envejecido.
https://brainstomping.com/2020/05/29/de-pitufada-con-peyo-y-los-pitufos-negros/
Lo que me recuerda que debería releerme el resto de los álbumes de los personajes en cuanto tenga una oportunidad.
Es que las historias de terror son un grandísimo espejo de la sociedad. Ese es su verdadero valor. Yo me quedo con los Hare Krishna zombies, eran zombies antes y después de morir.
Espejos de los miedos de la sociedad como las historias de mounstruos radiactivos durante la Guerra Fria.
O los «sacamantecas» durante la época del hambre.
Walking Dead como cómic sí funciona bien. En el sentido de que los verdaderos mounstruos son los vivos; mientras los zombies son parte del paisaje más que otra cosa.
Pero en las obras de los imitadores en las que estos se dedican a hacerse pajas con la capacidad de sobrevivir de los supervivientes. ¿Puede ser, que la función de espejo de la sociedad de estas péliculas continue, al mostrarnos la adoración a los supervivencialistas, a esta gente que fantasea con el fin de la sociedad para sentirse superior a los demás con su megapreparación? ¿En ese egoismo irreflexivo y mezquina vanidad, en esa adoración al medio en perjuicio del fin?
¿Ese es el mounstruo actual del que nos previenen estas películas?
No, nos previenen de los imbéciles que llenan los centros comerciales en mitad de una pandemia.
Buenas, la película en España no se conoció como «El amanecer de los muertos», sino como «Zombi».
Lo peor de estos zombis es el maquillaje (aunque hay excepciones, la caracterización de Flyboy es una de ellas) y hombre, matar no matan mucho al igual que ocurre en La noche de los muertos vivientes, porque el verdadero peligro está en los propios seres humanos. Por otro lado, por lentos que sean, su fuerza está en el número, eso es lo que hace grandes a los zombis romerianos. A mí la sensación de peligro sí me la transmiten. Por ejemplo los policías aplastados por la avalancha zombi del principio o las escenas del «cierre» del centro comercial y del desmadre final son tensas.
Una de mis películas favoritas.
Yo soy más de La Noche de los Muertos Vivientes por la construcción practicamente teatral que hace de los personajes, pero si es verdad que en esta perfeccionó el modelo bastante, a pesar de que los personajes los veo menos trabajados. Sin embargo, lo que me interesa más de Dawn es ver a todos los zombies por el centro comercial, con todos tratando de mantener su rutina por encima de todo; me parece lamentable que los zombies en la mayor parte de las historias del genero simplemente deambulen buscando carne humana, mientras que la idea de Romero de «repiten su rutina en bucle» no haya sido más explotada, sobre todo teniendo en cuenta la crítica a la sociedad actual que conllevaba.
No sé nada yo de zombies, pero dire que me quedo con los zombies del voodoo antes que con los de los virus y la ciencia. Lo que es decir, me quedo con esas ideas que Gerber exploraba con Simon Garth (aunque fueran similares a las que exploraba con Man-Thing).