Si en algo se ha empeñado Bethesda desde que compró id software es en dejarnos claro que el espíritu del FPS clásico sigue vivo, y si hay un FPS clásico por autonomasia, por encima de Doom y Quake, ése es Wolfenstein. El Wolfenstein de escapar del castillo de los nazis, de robarle comida a los perros y acuchillar nazis cuando se te acaba la munición. El Wolfenstein de Hitler con un exoesqueleto, el Wolfenstein de los nazis zombi, de los experimentos locos, de explosiones y giros de guión absurdamente deliciosos. Wolfenstein, el juego por el que perdí la cabeza hace veinticinco años, hace quince y hace cuatro, mi fps favorito por razones obvias:
Nada es demasiado loco para Wolfenstein, que continúa sumergido en la ucronía de la primera parte con los nazis dominando la década de los 60 de una forma que haría sonrojarse bastante al Hombre en el Castillo del gran Phillip K Dick. Si en la primera parte los nazis habían usado tecnología de una milenaria secta judía para llegar hasta el espacio y construir en tiempo record fortalezas imposibles, en la segunda parte los nazis han llegado más lejos todavía y harán lo posible por cortarnos la cabeza y aplastar todo conato de rebelión de los EEUU, ése país que corrió a rendirse en cuanto Hitler tiró una bomba atómica sobre Nueva York a una velocidad más vergonzosa que la Francia de Petain. Blazkowicz y la raquítica resistencia del Círculo de Kreisau dispondrán en esta ocasión de un submarino nuclear como base de operaciónes -el Martillo de Eva- desde el cual irán llevando a cabo distintas operaciones por todo EEUU, pasando por todo tipo de escenarios de la mitología norteamericana y, en general, tratando de arruinar la perversa utopia aria que los nazis tratan de venderles a unos yanquis que tratan de aprender alemán a toda velocidad antes de que empiecen a mandarlos a campos de concentración por no hablarlo.
Y en cuanto a lo jugable, pues como que Machine Games ha tomado nota de los errores de la primera parte y ha decidido cortar por lo sano con las secciones de sigilo, convirtiéndolas en algo completamente opcional porque -que cojones- esto es Wolfenstein, y aquí todo se tiene que poder resolver con un buen tiroteo. La gran novedad sería el modo akimbo con todas las armas -vamos, llevar una recortada en cada mano- que personalmente no acaba de gustarme del todo, pero como tampoco es obligatorio yo no voy a quejarme por ello; y es que en esta entrega se ha intentado dejar que el jugador juegue a su gusto y con ello creo que han conseguido una jugabilidad mucho más redonda y en la que no creo que nadie tenga la menor pega.
Pero dejando de lado el aspecto jugable -que es importantísimo y sobre el que ya volveremos- el mayor triunfo de Wolfenstein está en que es un shooter con personalidad propia, con una ambientación envidiable que lo hace destacar sobre el millón de clónicos que pueblan el género. Que las comparaciones son odiosas, pero si tres años después nadie es capaz de acordarse de la campaña de tres Call of Dutys y similares pero sí de la de A New Order, es porque estos Wolfenstein se hacen querer mucho más, y porque, al margen de elecciones y finales alternativos, Wolfenstein sí que da ganas de ser rejugado varias veces en los distintos niveles de dificultad. Sin embargo, tengo que decir que algunas cosas sí que se podrían haber hecho mejor…
De entrada, hecho de menos mayor variedad de enemigos, jefes finales y más escenarios. Sí, en el fondo estoy pidiendo «más Wolfenstein», pero es que A New Order estaba plagado de novedades y The New Colossus se centra más en pulir lo que funcionaba en su antecesor, con lo que no ha sido tan atrevido en lo jugable como debiera. Que admito que mientras lo jugaba me lo estaba pasando de maravilla y no podía parar de jugarlo, pero no habría venido mal «un poquito más» en un juego que está plagado de detalles, de guiños y de mimo para con el jugador. Joder, que hasta dentro del juego podemos jugar al Wolfenstein original… ¡Protagonizado por Elite Hans, un nazi que tiene como objetivo aniquilar a la resistencia y asesinar a BJ «Terror Billy» Blazkowicz!
En definitiva, que aun con sus defectos adoro Wolfenstein II: The New Colossus porque es todo un escupitajo en la cara a los atontaos que en su día nos dijeron que estaban hartos de la segunda guerra mundial y de matar nazis, que los juegos para un solo jugador son una vía muerta y, en general, de todos los que quieren decirnos a los que llevamos años y años en esto que somos dinosaurios, que estamos pasados de moda y que los juegos nunca fueron como nosotros decíamos. Porque yo no sé que cuernos ha pasado para que los videojuegos llegaran al punto de ser películas de guión mediocre a las que para hacer avanzar tenías que pulsar botones de vez en cuando, pero creo que todos estamos de acuerdo en que jugar a videojuegos tiene que ser divertido, que no hace falta que nos pongan el palo con la zanahoria de las lootboxes y demás zarandajas. Wolfenstein ha llegado para que matemos nazis, para que muramos un millón de veces y para que, cuando hayamos acabado ya con todos los nazis, sus platillos volantes y demás monstruosidades mecánicas, nos lamentemos de tener que esperar otros tres o cuatro años por la siguiente aventura de BJ Blazkowicz. Y es que matar nazis nunca pasará de moda…
Esta reseña me recuerda a la sensación que tuve con el SplatterHouse de la ps3. Juego que su gran virtud es la visceralidad de su propuesta. Te lo pasas como un enano reventando todo lo reventable, haciendo las macarradas más desagradables imaginables y encima con mucho humor negro.
Además desbloqueabas los SplatterHouse originales. Si hubiese tenido algo más de variedad y un poco más de medios habría sido de lo más recordado de esa generación.
Una maravilla, que demostraba que respetando la esencia y el espíritu de los originales (esas fases de recorrido horizontal) se puede hacer una secuela, veintitantos años después, sin sentir que han pisoteado un nombre histórico.
Lo mejor que se puede decir de estos juegos es que tienen personalidad; frente a tanto clónico sacado de la máquina de hacer salchichas.
Esta semana sale el Call of Duty de la Segunda Guerra Mundial, que trata de recordarnos a los tiempos en los que CoD tenía personalidad y tal. El problema es que sale justo después que Wolfenstein, con lo que me pregunto si el modo zombies estará a la altura… 🙁
Los niños rata fachas están bombardeando la user score en steam de este juego a base de repetir como loritos que el juego sufre parones a cada rato.
Llevan meses dando por saco con su mierda de que el juego es propaganda política y esas mierdas, así que ahora el que un juego de salida vaya peor en las tarjetas de AMD -que tristemente eso es normal los primeros días, porque las mierdas monopolísticas de Nvidia con Gameworks es lo que tienen- para ellos es razón de estado. Porque claro, a ellos que el juego sea fantástico les da absolutamente igual.
Amplía información de eso, yo no me entero de estas chorradas porque no pierdo tiempo en foros idiotas. Pero viene bien saberlas, para calibrar la dirección por la que tiran los consumidores (o de algo que se les parezca).
Pues explicándolo rápido y mal, Nvidia Gameworks es una movida para hacer los juegos más bonitos que ofrece Nvidia a los desarrolladores de juegos. Pero claro, el uso de esas herramientas tiene una contraprestación clara, porque los programadores de los juegos están metiendo el código de Nvidia sin saber exactamente lo que hace, con lo que las malas lenguas dicen que no solo hace que los juegos se vean mejor en tarjetas nvidia, si no que hace que vayan de culo en AMD a posta. Lo que es peor todavía, algunos juegos de Gameworks funcionan peor de lo que deberían en tarjetas nvidia de gamas anteriores, mientras que tienen un rendimiento mejor en tarjetas AMD equivalentes.
Todo esto hay que cogerlo con pinzas claro, porque ni yo soy un especialista en temas técnicos ni nadie más que Nvidia sabe con seguridad que es lo que pasa dentro del código de Gameworks y lo que hace.
Eso sí, el personal sigue tirando de Gameworks porque los incentivos para las desarrolladoras son lo bastante buenos para que les compense, a pesar de que Directx12 y Vulkan te permiten aprovechar muchísimo mejor el hardware.
Todo esto explicándolo rápido y mal, vaya.
Jorobar.
Gracias por el esfuerzo, sinceramente.
Las practicas de Nvidia son conocidas de siempre, pero se superan si eso es cierto.
Pensaba que el tema iba por otro lado.
[MENSAJE EDITADO POR SER UN NAZI DE MIERDA Y UN CATETO IGNORANTE]