Tras un desenfrenado fin de semana en los casinos monegascos en los que Diógenes ha vuelto sin blanca y resacoso mientras yo me he pasado tres días de infierno montándole la nueva cocina nos hemos dado cuenta con horror de que no había nada preparado para este lunes. Una situación de emergencia que para no variar me ha tocado arreglar a mí con un artículo de última hora en el que aprovechare para dar cabida a una serie de mini-reseñas de varios comics que han comenzado su andadura en las últimas semanas. Unos comics con los que el primer contacto ha sido bueno, pero que quizás no han contado aun lo suficiente en sus respectivos primeros números como para poder dedicarles artículos individuales con algo más de profundidad. Así que vamos con una pequeña tanda de primeras impresiones de tres comics que me han gustado mucho, Eclipse, Hadrian’s Wall y Skybourne, y cuya lectura quiero recomendar.
Otra cosa no, pero material de lectura no nos falta nunca
Un cómic de Top Cow que me apetecía leer, lo que ha cambiado el mundo…
En un futuro no demasiado lejano un inexplicable suceso ha transformado al sol en el principal enemigo de todos los seres vivos haciendo que su radiación sea capaz de incinerar a una persona en segundos. Una situación que ha obligado a sobrevivir apiñados bajo tierra y a disfrutar del aire libre solo en las horas nocturnas temiendo al amanecer como si del mismísimo infierno se tratase. En este apocalíptico escenario el debutante guionista Zack Kaplan y el dibujante italiano Giovanni Timpano ambientan esta historia de crímenes en la que un asesino está utilizando el propio sol como arma contra unas victimas que parecen escogidas al azar y en cuyo camino se entromete un ingeniero solar que muy a su pesar se verá metido de cabeza en esta ola de crímenes. Solo por lo peculiar de su ambientación, esta nueva sociedad nocturna y subterránea mezclada con unos ligeros tintes de género negro (una combinación que siempre me ha gustado mucho) ya me moría de ganas de leer este comic, una lectura que me ha dejado con mucha intriga y ganas de más y cuya lectura no puedo dejar de recomendar.
En el espacio nadie puede oír como te asesinan…
Un astronauta de la nave Hadrian’s Wall ha muerto en extrañas circunstancias y la compañía que financia la expedición de la nave ha contratado los servicios de un investigador que ha vivido tiempos mejores y que en su investigación tendrá que lidiar con sus adicciones, con los lazos personales que le unían con la víctima y con miembros de la tripulación y con el estar atrapado a miles de kilómetros de la tierra con un asesino. Al igual que sucedía con el comic anterior aquí de nuevo nos encontramos con una historia con tintes de género negro en un escenario de ciencia-ficción, aunque este parece tener menos peso en una trama que parece beber más de clásicos como de “Asesinato en el Orient Express”. En el apartado creativo nos encontramos con los guionistas Kyle Higgins y Alec Siegel y el dibujante Rod Reis, un equipo de autores que repiten de nuevo juntos tras su trabajo en C.O.W.L. (un comic del que llevo tiempo leyendo buenas críticas pero que aún no he encontrado el momento de leer) Y aunque de momento este comic parece más convencional, otra vuelta de tuerca más a uno de los más conocidos tópicos del género de la novela negra, la experiencia me ha enseñado que con la ciencia ficción de por medio esta historia puede acabar desembocando en cualquier cosa, por lo que yo animaría a todo el mundo a imitarme y darle una oportunidad a esta nueva serie para ver en que desemboca.
Frank Cho, aventura, acción ¿que mas se puede pedir?
Abraham, Thomas y Grace Skybourne son lost tres hijos que tuvo Lázaro tras su milagrosa resurrección y que nacieron bendecidos, o malditos, con los dones de la superfuerza, la invulnerabilidad y la inmortalidad. En el presente esos tres hermanos han culminado la larga búsqueda de un arma mítica, pero ese hallazgo hará que sus caminos se crucen con otras fuerzas que también ansían dicha arma y por la que ambos bandos parecen dispuestos a derramar toda la sangre que sea necesaria. Al contrario que en los casos anteriores de este comic no sabía absolutamente nada antes de leer el primero de los cinco números que componen esta miniserie, ni siquiera sabía que se iba a publicar, pero solo necesite ver el nombre de Frank Cho en la portada para lanzarme a su lectura, y lo que me he encontrado en su interior no me ha decepcionado en absoluto. Cho sabe manejar muy bien la acción y la aventura y sigue siendo uno de los mejores dibujantes del momento, y aunque de el no espero que nos vaya a contar ninguna historia profunda de esas que cambian como vemos el comic, sí que estoy convencido de que nos va a hacer pasar un rato más que bueno, por lo que al igual que en los dos casos anteriores recomiendo muy efusivamente la lectura de este tercer título.
Si, lo sé, lo mío con la ciencia-ficción ya es vicio y a veces da la impresión de que no leo más que eso, pero que se le va a hacer, todo el mundo tiene vicios y al menos los míos no como los de Diógenes que implican ruletas y dados. Pero estos tres títulos que he añadido a mí ya demasiada larga lista de lecturas no hacen más que dejarme claro que el mundo del comic en Estados Unidos sigue estando más en forma que nunca, con una variedad y calidad de títulos altísima. Ahora solo falta que las altas esferas de las dos grandes editoriales de superhéroes tomen ejemplo y se den cuenta de que a lo mejor les cundiría más dejarse de vivir a golpe de efecto publicitario y les convendría más contratar buenos autores y dejarles contar buenas historias. Y si no aprenden de esto peor para ellos, buenos comics que leer no nos van a faltar.
Las dos grandes editoriales de superhéroes solo buscan beneficio rápido más que fomentar la cultura del cómic por eso sus series son cada vez más flojas y de calidad regulera.
Con este panorama todos el talento (como «Ciencia Oscura» o «Ragnarock’)se ha ido a las independientes.
Lo más triste de todo es que las grandes ganan mercado con la mediocridad mientras que estás solo cosechan buenas criticas.
Yo espero que en algun momento, cuando las ventas lleguen a limites insostenibles, se daran cuenta de que les conviene tirar de talonario, recuperar a esos autores que publican en otras editoriales y cuyos comics acaban en las listas de los mas vendidos del New York Times y darles libertad para hacer lo que quieran, eso y olvidarse de crossovers, eventos y similares durante una temporada.
Pero Diogenes me ha contagiado su pesimismo y creo que si eso sucede sera dentro de mucho tiempo.
A Cho lo largaron porque el mangina quejica de Rucka lloraba porque Cho le dejaba con sus portadas en Wonderbrawoman.
Argumento que era machista, el moderno hereje en uan sociedad de pichas flojas, mierda secas manginas.
Si yo soy Cho no vuelvo, a no ser que me tripliquen el sueldo y Rucka se ite dos meses con un consolador de 30 cm en el recto (que como buen mangina seguro que le presta).
Pero vamos que Bluntman tiene razón el talento esta en las indepedientes.
Cho dejando las cosas claras: Rucka es un mierda.
http://www.lacasadeel.net/2016/07/frank-cho-dejara-portadas-wonder-woman.html