Pues ha pasado un mesecito y ha salido el número dos. Y después de que montones de tarados se rajaran las vestiduras y pusieran a Spencer de nazi para abajo (o de ultraliberal, que la gente está muy loca), ha pasado lo que tenía que pasar, que esta gente es idiota y se lo cree todo, con lo que han quedado plenamente…
Pero es bonito que la gente siga siendo tan inocente como para creerse la última página de un cómic, lo que no es tan bonito es que no sea capaz de juntar media neurona y sumar dos y dos y, lo que es peor, se ponga a amenazar al autor porque no les guste el terribilísimo cambio del status quo en el personaje…
La gente es muy exagerada, yo por estas cosas prefiero la aproximación lógica, racional, analítica y ponderada de … la marina 😉
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Por cierto que los bacos modernos son mejores que los que usaba yo en la mili, ¡ahora hasta hay baños!, no como en mi época.
Acabo de leer el número y bueno, al igual que ustedes siempre supe que la conclusión era muy diferente a la que muchos habían creído. Habían cabos que señalaban el plan que SPencer estaba trazando. Pero por desgracia, esto se va a traducir como una bajada de pantalones que hace Marvel para no perder lectores.
Sin duda, que la falta de compresión lectura hace bastante daño a la población…
Lo que no me gusta un poco de esto, es que el plan de Red Skull explicado aquí jode un poco el planteamiento inicial de la idea de Pleasant Hill como una buena crítica del sueño americano.