Vamos a dejarlo bien claro, ante todo admito que uno no puede tener mucha vida privada siendo superhéroe, y si no que se lo digan al pobre Peter Parker; las novias se las tiran por puentes, Mefisto le revienta el matrimonio y la mitad de sus amigos del Daily Bugle acaban muertos o convertidos en supervillanos. Es duro llevar una doble vida, pero se supone que hubo un tiempo en que las cosas eran más sencillas y los superhéroes lo tenían todo muchísimo más fácil. Estoy hablando, por supuesto, de la Golden Age…
Los amamos, los odiamos… Los secundarios están para algo.
Porque, sin salir de Marvel, teníamos al Capitán América con su amigo Bucky y un sargento chusquero que le hacía la vida imposible, sin que se le conociera mucha vida sentimental -no había muchas mujeres en el ejército americano de 1940-. Por su parte, Namor tenía a su madre, a Lady Dorma -su prima y futura esposa, pero eso ya fue en los 60- y a Betty Dean, una policía de Nueva York cuyo único objetivo es el de engatusarlo para que cace nazis. Finalmente tendríamos ya a Jim Hammond, la Antorcha Humana original, el cual trabaja de policía y hace pocos amigos en el cuerpo -el único con nombre es un tal Johnson, y no hace gran cosa-, con lo que sólo nos queda su creador Phineas Horton que apenas aparece y Toro, su sidekick infantil. Luego ya estarían personajes con mayor o menor éxito como La Fantasma Rubia, o las versiones originales del Angel o Ka-zar, pero tampoco vamos a extendernos. La conclusión estaba clara, el círculo de amistades de los superhéroes de antaño era muy reducido…
¡En una peli de dos horas tenían más secundarios que en una serie que duró años!
En DC tenemos algo muchísimo más currado… O eso parece. El Superman original tenía a Lois Lane, Jimmy Olsen y Perry White, compañeros de trabajo y amigos, pero no se le conoce mucho más allá de ahi. Sus padres estaban muertos, y no habrá una «familia Superman» hasta muchos años después, mientras que sus amigos de la infancia Pete Ross y Lana Lang son creados directamente en el cómic de Superboy pasado ya 1950. Con lo que podemos decir que el único amigo que tenía Superman que no trabajara en el Daily Planet (Star) era un tal Batman, que desde principios de los años 40 ya compartía cabecera con él y Robin en World’s Finest (o World’s Best Comics, como se llamó originalmente).
No, si Wonder Woman se lo pasaba de maravilla…
Por su lado, como que Batman esta casi peor. En su primera aparición podemos ver ya a Jim Gordon, pero no se podía considerar que Bruce Wayne y él fueran muy amigos. Conocidos y para de contar, vaya. Un año después aparecería Robin por primera vez, su ahijado y el personaje que le daba conversación. Tres años después tendríamos por fín al mayordomo Alfred Pennyworth, con lo que tenemos que llegar a la conclusión de que la vida social del socialita Bruce Wayne era hasta peor que la de Clark Kent, porque ese por lo menos tenía a la gente del trabajo para salir a tomar algo de vez en cuando. Wonder Woman es el único de los tres grandes de DC que conserva a su madre, además de sus amigas amazonas de Isla Paraíso y su mejor amiga Etta Candy. Tampoco nos podemos olvidar de Steve Trevor, su jefe en el ejército de EEUU y amor platónico eterno -aunque acabaría casándose con el poco antes de las Crisis, pero eso ya es otra historia.
Alan Scott era un ingeniero que trabajaba de locutor que tenía un taxista para el solo. Y un anillo mágico que hacía lo que él quisiera. Que tío…
Y ya metiéndonos en harina con lo que fue la JSA, tenemos a gente como Jay Garrick -su novia y poco más- o Alan Scott, el cual tiene una emisoria de radio para el solo, pero parece que ahi no trabaja nadie más que él y su taxista Doiby Dickles. Sobre la evolución de Alan según se acercó el final de la Golden Age mejor no hablar, pero digamos que acabó siendo el mejor amigo del mejor amigo del hombre. Carter Hall y Shiera Sanders proseguían su amor a lo largo del tiempo y el espacio, y bastante era que se tuvieran el uno al otro. El resto de la JSA… Pues como que había de todo, Jim Corrigan había roto con todas sus relaciones mortales porque ahora era un espíritu de la venganza y poco más, Kent Nelson tenía a su novia Inza Cr… Comosellame y bueno, por lo general el patrón en aquellos tiempos solía ser el de millonarios aburridos sin amigos que combatían el crimen.
Muchos de estos personajes casi no tenían vida privada, se la retconearon a posteriori.
Queda claro que el cómic de superhéroes en su infancia no era gran cosa a la hora de hacer personajes profundos y detallados. El problema nos viene cuando tenemos a personajes como, yo que sé, Tony Stark y tenemos a un tipo del cual sus mayores amigos son Jim Rhodes, Pepper Potts y Happy Hogan, además de la gente de Los Vengadores. Para ser un millonario que va de fiesta en fiesta durante más de 50 años, es un círculo muy reducido, aunque no estemos contando a sus ex como Madame Masque o Bethany Cabe o los fallecidos gemelos Erwin, además del millón de secundarios que pasan por la puerta giratoria que es su serie -en serio, a ese personaje los secundarios siempre le duran poquísimo-. Y sin embargo, Stark esta considerado como uno de los tipos más extrovertidos del Universo Marvel…
Si en el fondo él es feliz sólo con esto…
En un género poblado por gente que aprieta los dientes y esta dispuesta a hacer lo que sea para defender el pastel de manzana, viene bien que aparezcan cómics como el Hawkguy de Fraction/Aja y nos cuenten la vida privada de uno de estos personajes, aunque acabe significando en gran parte que se enfrenten a los psicópatas de siempre. Algunas de las mejores y más recordadas etapas de muchos de estos personajes empezaban así, dándole al protagonista un montón de secundarios -Roger Stern lo hizo así en Doctor Strange y en Capitán América- aunque eso nunca sea una fórmula matemática del éxito; los secundarios son una herramienta que define al protagonista, y sin embargo seguimos viendo como llegan nuevos autores a series con una larga trayectoria y su primer impulso es el de matar secundarios -eso impacta- arruinar la vida del protagonista -«si a Miller le funcionó con Born Again, a mí también»- y cualquier tipo de mamarrachada digna de un perro marcando su territorio.
Creo que todos tenemos claro que destrozar por destrozar no lleva a nada bueno, ¿no?
Y volvemos a Superman. A principios de los 90, Superman tenía de secundarios que iban desde el Proyecto Cadmus a Bibbo Bibowski, desde Maggie Sawyer a Cat Grant. No tengo ni idea de que es lo que estará pasando ahora mismo en New52 -confío en que Greg Pak sea capaz de solucionarlo- pero estoy seguro de que la solución para el personaje no pasaba por hacerlo escribir un weblog desde su casa o en quitarle los calzoncillos. Aunque hay que reconocer que eso de que tu trabajo se limite a escribir en un blog parece interesante, voy a tener que poner un botón de esos de Paypal para que la gente done dinero… Igual con eso consigo comprarme unos cuantos secundarios…
Que chido ?