Todo lo bueno que se diga de Alex Toth es insuficiente, el neoyorquino fue uno de los dibujantes más grandes que ha dado el comic estadounidense y su influencia la podemos encontrar en multitud de dibujantes contemporáneos suyos y de la actualidad. Pero pese al innegable talento de este, siempre le falto el tener una obra, llamémosla “identificativa”. Harold Foster tenía Tarzan, Alex Raymond a Flash Gordon, Hugo Pratt tenía a Corto Maltés, Joe Kubert al Sargento Rock y a Tor por citar un par de ellos y Jack Kirby tuvo tantas obras que están irremediablemente asociadas a el que tendríamos para un par de artículos. Pero la obra de Toth siempre fue algo dispersa, comics sueltos en comics de superhéroes y en revistas como Eerie o Creepy pero nada continuado. Lo más parecido que podemos encontrar en su bibliografía son los comics que realizo para la editorial Dell a finales de los años cincuenta en los que adapto al comic la serie de televisión del Zorro realizada por Disney. Estos comics ni tenían guiones a la altura de su talento ni fueron su mejor trabajo como dibujante, pero sí que son una excusa perfecta para recordar a uno de los dibujantes más grandes que han existido.
Quizás no el mejor trabajo de Alex Toth, pero si uno muy disfrutable
La forma en la que Alex Toth acabo recalando en Dell Comics fue un tanto curiosa, ya que si acabo trabajando con ellos fue porque se trataba de la única editorial de comics que en aquella época existía en california y a Toth le apetecía dejar su Nueva York natal y vivir en Los Ángeles. Lo malo de esto es que al parecer Dell no era precisamente el mejor sitio para que trabajase en él un autor con aspiraciones. Pese a estar más cerca de la década de los sesenta que de los cincuenta, Dell seguía sin acreditar en sus comics a quienes los realizaban. A esta tarea anónima había que sumarle que al tratarse en su mayor parte de comics de “licencias”, los guiones eran adaptaciones de los escritos para televisión y en muchos casos escritos por los mismos guionistas, quienes en ocasiones no parecían entender la diferencia de guionizar para la televisión y guionizar para un comic.
Lo que funcionaba en tv no tenia porque funcionar necesariamente en el comic
La historia que nos cuenta el comic imagino que es de sobra conocida por todo el mundo, Don Diego de la Vega regresa a su Los Ángeles natal tras su viaje de estudios en España y allí se encuentra con que la corrupción se ha apoderado de su hogar. El pueblo es oprimido por el Comandante Monasterio y sus hombres y todos aquellos que se oponen a él son encarcelados como enemigos del Rey. Diego al encontrarse con este panorama decide luchar contra Monasterio y sus hombres pero no abiertamente. Para ello, y con la complicidad de su mudo sirviente Bernardo, Diego adoptara la identidad del espadachín enmascarado el Zorro para luchar contra el crimen y la injusticia allá donde las encuentre. Una historia clásica que hemos visto en el cine y televisión más de una vez, pero que en manos de Disney y Dell se convirtió en algo quizás demasiado simplón.
Don Diego no necesitaba demasiadas excusas para convertirse en un antepasado de los superheroes
Alex Toth se enfrento a la tarea de adaptar esta serie de televisión al comic con toda la profesionalidad de la que fue capaz, pero se encontró con algo muy distinto a lo que él esperaba. El pensaba que un comic protagonizado por el Zorro debía contener aventuras, emoción, duelos a espada, pero lo que encontró fueron guiones tontorrones escritos por guionistas que no tenían ni idea de cómo había que narrar una historia en el medio impreso. Estos se dedicaban a sobrecargar los guiones con superfluos textos de apoyo que describían lo que los lectores ya veían en la viñeta y que no solo no ayudaban a la lectura, sino que la entorpecían, algo que debió poner de los nervios a Toth. Este aguanto lo que pudo y acabo haciendo cambios por su cuenta, comenzó a recortar aquellos textos de apoyo y los excesivos diálogos. En la editorial no estaban muy contentos con los cambios y opinaban que un dibujante no debía meterse en el trabajo de los guionistas, a lo que Toth les respondió que le buscasen un sustituto, pero que mientras este no llegase el seguiría haciendo todo lo posible para que el Zorro fuese un comic digno del personaje.
Toth era un poco como el Zorro, luchaba contra la injusticia allí donde la encontraba
Esta situación no duro demasiado y Toth no solo abandono Dell Comics, sino la industria del comic, al menos durante una temporada. Descubrió que en el mundo de la animación tenia más libertad para trabajar a su gusto y durante una buena temporada ayudo a crear entre otros a algunos de los personajes más memorables de la animación estadounidense como Johnny Quest, los Herculoides o el Fantasma del espacio y ayudo a adaptar para este formato a los héroes de DC comics en Superfriends. ¿Pero significa esto que este comic del Zorro es malo? No del todo, es verdad que los guiones no están a la altura de Toth, son muy simplones y casi hay que leérselos como si fuesen de una década anterior a la que realmente pertenecen. Que no podemos olvidar que estos comics se hicieron en una época en la que Warren Publishing estaba naciendo, el comic de superhéroes estaban a punto de entrar en la Silver Age y Carl Barks llevaba más de década haciendo algunos de los mejores comics para todas las edades que se han hecho, por lo que estos comics del Zorro palidecen un poco en comparación.
Lo que el cómic perdió (temporalmente) lo gano la animación
Pero pese a todo esto, los comics son divertidos en su simplicidad. Y no olvidemos lo más importante, nadie lee estos comics por sus guiones. De su trabajo aquí Toth prácticamente se disculpa en el prologo del tomo recopilatorio, refiriéndose a su trabajo aquí como algunos de los más bajos de su carrera e incluso afirma que no poseía la habilidad para plasmar en papel la figura del Zorro. No sé si se trataba de un exagerado caso de modestia o si es que Toth se exigía mucho a sí mismo, solo sé que más de uno daría lo que fuese por tener la mitad del talento que Toth demostró en estas páginas. Toth ya estaba en el proceso de simplificar su trazo reduciéndolo a lo mínimo posible pero manteniendo una elegancia y una vitalidad envidiable, y sus personajes se movían por las viñetas con una naturalidad y expresividad digna de admiración. Toth podía decir lo que quisiera, pero cada página de este comic es un testamento del que fue uno de los más grandes artistas que el mundo del comic ha tenido.
Y esto es lo que consideraba Toth un trabajo «mediocre»…
Como ya digo, la lectura de este comic vale la pena aunque solo sea para disfrutar contemplando la maestría de Toth, pero incluso a nivel de lectura, pese a lo tontorrón de algunos guiones, nos encontramos ante un comic de aventuras divertido. Pero pese a ello uno no puede evitar soñar, y lamentarse, con lo que podría haber brillado este comic de haber contado con un guionista en condiciones o de haber podido disfrutar Toth de libertad absoluta para haber contado lo que hubiese querido.
Me imagino que sería parecido al Tarzán de Russ Manning.
La obra identificativa de Harold Foster era El Príncipe Valiente, que ese salió de sus entrañas y es lo que más se le reedita en tomos de tapa dura!
Menos mal que las historias de El Zorro eran tontas y no estaban a la altura de Toth, porque El Fantasma del Espacio y Los Superamigos estaban escritos por Shakesperare ¿no?
Tu las has leido? Porque creo que hasta los Superamigos tenían mejor guión!