Desengañaos, no ha habido un cómic bueno de lo que en tiempos se conoció como La Patrulla X desde los tiempos de Chris Claremont. Uno podía echarle valor, nostalgia o hasta infancia para poder tragarse la etapa de Lobdell, pero si lo que uno quiere es aburrirse, lo mejor es que se lea el Quijote. Igual hasta tiene suerte, acaba cogiéndole el gustillo y se culturiza. Pero con Lobdell, ni eso.
La Patrulla X la última vez que la vimos.
Etapas posteriores han sido algunas pasables y otras nefastas, esta la cosa esa que hizo Chuck Austen, los dos regresos de Claremont (que te hacía números sueltos estupendos, combinados con sagas que te hacían mirar para otro lado porque en el fondo Chris es como de la familia y no quieres tratarle mal), las sobrevaloradísimas etapas de Whedon y Morrison, la porquería infecta de Brubaker y Fraction… Luego estan otras cosas inclasificables como X-Men Legacy en los que Pícara vivía aventuras intrascendentes en una dimensión paralela que para nada debían afectar al status quo de la serie.
¿Y quienes son estos? Yo que sé, pero la historia me parecía interesante…
Y tras tanto desastre, de repente llegó Kieron Gillen y se puso a hacer burradas como meterle a Coloso los poderes del Juggernaut, volver un poco más enajenado y «amagnetado» a Cíclope (más todavía) y, en general, desquiciar más la serie. Y el insulto final, reiniciaron la numeración de Uncanny X-Men, la única serie de Marvel que había mantenido su numeración desde el principio. Y empieza con un nuevo número uno, y todo el mundo se fija más en Wolverine & The X-men que en Uncanny, y… Y resulta que, no sé a santo de qué, yo me fijo en Uncanny. Una serie que debería odiar, porque es la serie de Cíclope y Emma Frost hablando de lo terrible que es que ya no nazcan más mutantes. Y para colmo, el primer enemigo que tuvieron en la serie fue un engendro lamentable como es Mister Siniestro, un personaje que nació de un ajuste de bolillos de Claremont a última hora de Inferno. Y, y… Y ahí es donde Kieron Gillen se convierte en un cabrón: Su Siniestro me encanta.
Siniestro 2.0
Si bien el resto de la serie es pasable pero tampoco mata, y no es tan buena como Wolverine & The X-men (aunque son de géneros totalmente distintos) lo grande de Gillen en Uncanny es que volvió a darle volumen a unos personajes que se habían quedado más planos y desgastados de que los vaqueros de Melendi. Le tocó la papeleta de justificar el comportamiento de Cíclope y su grupo desde Cisma hasta Avengers VS X-men, de explicar por qué Scott Summers, el «hijo» de Charles Xavier y el paladín del sueño de que humanos y mutantes vivan en paz, de repente está más interesado en que nazcan más mutantes que en buscar esa convivencia tranquila. De justificar la permanencia del gueto al que se habían sometido los mutantes desde Dark Reign y, no contento con eso, recuperar uno de los villanos más lamentables de la historia del grupo y hacerlo divertido, interesante.
Sinister London, un sitio encantador…
Siniestro aparece aquí como lo que es, un inglés del siglo XIX. Hedonista, egocéntrico y un científico loco inmortal que busca pasar sus tardes de aburrimiento atormentando a los mutantes en general y a Scott Summers en particular. Esa es la esencia del personaje, un troll de los de internet pero pasado de vueltas. Y Gillen lo desquicia hasta el mayor de los extremos, creándole su cueva de troll particular, riéndose de su afición a clonar gente (en este caso y sin querer destriparos demasiado, geniales los clones de Gambito) y en general, revitaliza completamente a un personaje que ni Peter David consiguió hacer interesante en su primera etapa de X-Factor.
Con el cierre de la serie algunas tramas se quedan colgadas, pero la Coloso y Magik, afortunadamente, no.
Por eso veo necesario llamar la atención sobre una serie que mucha gente había dejado de leer por considerarla morralla, una serie que viene a explicar un poco el comportamiento del «equipo extinción» en el follón de Avengers VS X-men. No estamos hablando de una obra maestra, pero Uncanny, sin volver a ser la Uncanny que todos queremos y amamos, tuvo un volumen II divertido y bastante superior a muchos de sus últimos años. Y Kieron Gillen puede irse contento, porque el muy cabrón ha conseguido dos veces lo que ni las reediciones de los 70 consiguieron: cerrar Uncanny X-men, la serie de mayor éxito de Marvel durante muchos años.
Y ya que estamos, yo aprovecharía para recomendar prácticamente cualquier cosa que escriba este hombre.
Todo no, su Journey to Mistery vive de crossover en crossover.
pd: ¿para cuando una eulogia a Peter David y su oda al sitecom X-Factor( y el record de ser la unica serie X que mantiene mismo guionista desde el fiasco de «Decimation»)?
Lo de Peter David todo se andará, pero es como el Los 4F de Simonson o los X-men de Claremont, por mucho que me los sepa de memoria me gustaría hacer algo más trabajado y eso lleva tiempo.
De entrada, la semana que viene toca meterle caña a la nueva «Capitán Marvel», y con la tontería voy a hacerle un repaso por encima a toda la trayectoria de Carol Danvers.
Ah, y JiM no me parece que sea una serie lastrada por los crossovers; el único que me resultó molesto fue el que tuvo con los nuevos mutantes de Abnett & Laning (¡con lo bien que estaban por las galaxias!) y los otros crossovers que recuerdo son con Thor, uno al principio y otro al final. Aunque lo mismo la memoria me falla, vete a saber…
Yo es que meteria hasta los crossovers, que los numeros de Gillen fueron lo unico salvable de cosas como Fear Itself y hasta aquel crossover con los Nuevos Mutantes de Abnet Lanning le quedo divertido.