El día en que Alan Moore salvó a DC (XXI): Power Lords #2

Alan Moore empezar a trabajar para DC. DC putearlo, Alan Moore largarse. Alan Moore ahora decir que DC le debe muchísimo. ¡Yo comprobar! ¡Yo leer comics de DC de cuando Alan Moore llegó allí! ¡Aunque me sangren los ojos!

Texeira «embellecido» por Tod Smith. Cualquier parecido con el interior, es pura coincidencia…

Power Lords… Si ni siquiera te suena este título, es porque esta basado en un juguete, una de esas manías que le dió a Marvel y DC en aquellos tiempos de ganar dinero. La línea Power Lords estaba protagonizada por Adam, el Lord of Power este, y la gracia de su muñequito es que si le dabas la vuelta a su cabeza y a su torso, se convertía en un tío azul con venas naranjas megapoderoso. Los encargados de la adaptación al cómic fueron Michael Fleisher (ése al que Harlan Ellison calificó como «un lunático cuya obra sólo puede ser creada por una mente enferma») y Mark Texeira, el mismo que años después recuperaría junto a Howard Mackie al Motorista Fantasma para Marvel.

 Welcome to Space Channel 5!

Pues parece ser que nuestro amigo Adam y su aliada Shaya han sido desintegrados por el malvado Arkus, que es malo porque es feo de cojones e insulta a sus subordinados. La pose de Adam en este dibujo me encanta, esta como bailando y con las dos manos en la misma pose, con los dedos anular e corazón juntos. Es una fijación rara de algunos dibujantes, Rob Liefeld también usa ese extraño gesto; ¿estaremos entre algún tipo de conspiración masónica entre dibujantes? Vete a saber, sólo el dios serpiente al que sirve Alan Moore debe de conocer la respuesta…

 Hehehe, que malotes somos…

Los malos aprovechan su victoria para rememorar lo que creo que debe de ser el número anterior, en el que su Alianza Extraterrestre (se llama así, no me invento nada) asaltaron el planeta de los Toranianos y los masacraron a todos. Sin embargo, por estas cosas que tiene el destino y la falta de previsión, una tal Shaya consiguió escapar con el heredero al trono de Toran y Power Lord de la casta de los Power Lords, Adam. Tras un exilio de no se cuanto tiempo, los dos volvieron para vengarse… Y ser desintegrados en la primera página del cómic. O no, porque en realidad han sido teleportados a…

 THE DIMENSION OF DOOM!! ¡CHAN-CHAN-CHAAAAAAAAAAAAN!!  

Esto es como la Zona Fantasma, el basurero interdimensional al que mandaban los kriptonianos a todo el que les miraba mal: un sitio donde la gente se pasa viviendo una eternidad y en el que no envejece, ni pasa hambre, ni nada de nada, sólo se pasa el rato mirándose unos a otros diciendo «que putada, aquí no hay nada que hacer…». Nuestros protagonistas se ven totalmente abocados a un destino al que no pueden escapar, porque la única salida de la Dimensión de la Condenación es… ¡LA MUERTE! Eso, o la que ha encontrado el hijo bastardo de Gertie el dinosaurio con Jar Jar Binks:

¡Misa Jar Jar Sydot, misa mucho ayudarte! 

Sydot les guía hasta una cueva que ha encontrado que tiene una brecha interdimensional a través de la que se puede escapar. Lamentablemente, la brecha esta llena de monstruos interdimensionales que muy convenientemente se olvida de mencionar hasta que se plantan delante de ellos y Adam y Shaya no tienen más remedio que pegarse con ellos:

Había tres héroes en la línea Power Lords, y Sydoy en realidad lo único que hacía era esconderse porque no tenía transformación molona.

Y entonces es cuando los dos se transforman como su muñequito correspondiente, asumiendo su forma de Power Lord y despachando con relativa facilidad a los monstruos. Así, los dos escapan de la Dimensión de la Condenación (¡ya le gustaría al General Zod esta prisión, y no la Zona Fantasma!) y deciden llevar a Sydot con ellos porque aunque casi haya conseguido que les maten, por lo visto les pareció que suplicaba lo sufucientemente bien…

La de contenedores que quemaría yo con una montaña macarra como esta…

¡Ay la leche! ¿Quién se ha llevado la montaña? Resulta que Volcan Rock, un monte de Toran, es en realidad un planetoide que alberga una estación espacial de combate capaz de viajar por el universo a velocidades más rápidas que la luz. Si sumamos a eso la mente enferma de Arkus, obtenemos como resultado la apocalíptica escena que vemos en la página siguiente, con el malvado dictador destrozando sin esfuerzos todas las defensas de un planeta acuático al que le apetecía conquistar después de lo de Toran. A mi me da la impresión de que Arkus ni conquistar el universo ni nada, sólo quiere hacer como los ultras de los equipos de fútbol cuando pierde su equipo y reventar todo lo que pilla por en medio…

Hemos puesto el cristal en lo alto de una torre para que hagáis un poco de ejercicio, que si no se os queda el culo fofo…

Mientras tanto, Adam descubre que sus poderes de Power Lord necesitan ser recargados por el Cristal de Poder gigante que hay en Toran, con lo que nuestro grupo viaja allí de incognito y descubren la desoladora situación del planeta; la Alianza Extraterrestre ha esclavizado a toda la población, ha destruido el Cristal de Poder y la única forma de recargarse es viajar a la dimensión de La fuente. Pero el viaje hacia allí es muy peligroso, debes de recorrer montones de dimensiones, y…

 …y cruzar la dimensión de las margaritas. Vale.

Adam por fín llega a la fuente, donde «su voz» le pone a prueba y le hace combatir contra sus «pesadillas». El Power Lord sale victorioso y la descubre que realmente no necesita a la fuente ni al cristal de poder, lo único que necesita es su propio coraje. El número acaba con Adam y sus compañeros cruzando el espacio, dispuestos a enfrentarse con la Alianza Extraterrestre y liberar a su pueblo de una vez por todas.

Bueno, vale, a veces cuesta defender a Texeira…

Power Lords no me parece que sea «la obra de un lunático», como decía Harlan Ellison. Si acaso el mayor pecado de Fleisher puede que sea algo muy típico en la época, demasiados cuadros de texto, diálogos demasiado largos para lo vacios que son y en general personajes arquetípicos que parecen muñecos y no personajes (porque en realidad eso es lo que son, al fín y al cabo). Texeira es un dibujante novato con bastantes carencias al que sabotea el entintado de Jeff Dee, pero tampoco es que pudieramos pedir mucho más; diez años después en el Motorista Fantasma, Texeira cometía errores más garrafales de los que se ven en este Power Lords.

Todos los personajes son propiedad de DC Comics y… Espera un momento…

Sí, los personajes son de strongin/mayem, los propietarios del muñeco. Así tenían que haber sido los créditos de Watchmen, y no una promesa en plan «ya te devolveremos los derechos, chaval». Power Lords no tendría una continuación y pese a su invasión de marketing con videojuego incluido no consiguió que la línea de juguetes saliera adelante, es un mundo muy duro de GIJoes, Transformers y Masters del Universo en el que pocos sobreviven, vaya.

La semana que viene nos toca el número 15 de Supergirl, donde Kupperberg e Infantino nos enseñarán algunas cosas de brujas.

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