En aquel mes en el que Alan Moore empezó a trabajar para DC se publicaba también el número 2 de Vigilante, el Frank Castle de la editorial. Lo había creado (o recreado, porque ya había un personaje que se llamaba así en los Siete Soldados de la Victoria) Marv Wolfman, un tío que había llegado a DC exigiendo ser su propio editor. Y lo era, y en este número se nota bastante.
Vigilante, otro tío hortera diseñado por George Pérez. Alguien tiene que decirle al bueno de George que dibujar dibuja muy bien, pero lo de diseñar trajes…
La portada es de Keith Pollard, uno de esos machacas del cómic al que nunca se le ha reconocido su valor y a la vez nunca llegó a destacar por ser demasiado «académico». Poco que contar de la portada, hay un señor que llora y se intenta cargar a Vigilante con un taladro y una horca. Pues vale.
Si eres culpable… De momento sólo te pego. Con la culata de la pistola.
Seguramente lo mejor del cómic es esto, la primera página. Hay que tener en cuenta que es uno de los primeros números del personaje, asi que viene bien recordar de que palo va. Wolfman y Pollard con esta imagen dicen que Vigilante es Adrian Chase, que es un abogado que no esta contento con el sistema judicial y con esto ya han contado de que va la serie, no hay necesidad de exposición ni gaitas. Otra cosa es que el resto del cómic merezca la pena…
¿Sodomización en el mismo universo de Superman y Amethyst? ¡Esto es increible!
La cosa va de flashbacks. Uno, de un juicio de Chase cuando era fiscal, cuando hizo que condenaran a un conserje por el asesinato de una monja. El otro, de cuando su padre le recriminaba que trabajara de fiscal cuando podría estar ganando una pasta como abogado «de hijoputas forraos», para entendernos. La situación ahora es distinta, porque han matado a la familia de Adrian y ahora el tio ha decidido dejar de trabajar dentro del sistema. Sin embargo, para su padre, su hijo sigue estando tan sonado como antes. Y que razón tiene.
Estos se dedican a sentarse mientras el otro curra. Vaya secundarios más planos, macho…
Estos son Terry y JJ, unos pintas. Le podrían ayudar exmarines, mercenarios, ninjas, zombis del planeta X… Pero no, a Vigilante le ayuda un ángel de Charlie frustrado y un extra de The Warriors, aquella película horrible que algunos se han empeñado en decir que es de culto sólo porque Rockstar ha hecho un videojuego sobre ella… En fín. Que estos dos le cuentan que el señor Kord, el matamonjas, ha salido de la cárcel. Y eso no puede ser, no señor, hay que meter a esa gentuza en la cárcel o cargárselos, y para eso esta el Vigilante.
¿Por qué no le tiran piedras a los que roban el dinero de las pensiones?
Aquí vemos otro de los aciertos del número, Kord intenta conseguir un trabajo pero eso de la reinserción es dificil cuando todo el mundo te odia por matar niños y monjas. Su madre recibe amenazas, le tiran piedras contra las ventanas, su mujer no lo soporta más y empieza a creerse que el pobre hombre es culpable… Y en esto aparece nuestro superlumbreras:
Si a mi me aparece un tontolaba vestido de Capitán Baqueira-Beret en el salón de mi casa, también tendría ganas de pegarle.
¡Si es que es ponerse mallas y empezar a liarla! Kord se pega con el, claro. Porque una cosa es que te quiera zurrar una turba enfurecida, y otra que venga un enajenado en pijama a hablarte de que es «Justicia Intransigente». Dice Vigilante que con esto aprende una buena lección «nunca te enfrentes a tu oponente sin las armas preparadas». Tócate los cojones que para colmo el señor «Justicia Inaguantable » quería matarlo delante de su madre y su esposa, con dos cojones.
En algunos estados de EEUU sería legal que Kord le hubiera reventado la cabeza, esto es un asalto en toda regla.
Para amenizarnos la pelea, el psicópata de Chase se dedica a hablar de lo mucho que desprecia a esta escoria humana a la que se enfrenta, lo corrupto del sistema legal y esas tonterías que usa para justificarse. La guinda la pone la mujer de Kord, cuando le pregunta a Vigilante por qué lo apaliza si la justicia lo ha dejado en libertad, admitiendo su inocencia. Pero para Chase la inocencia le da igual, lo importante es demostrar que el sistema judicial es una mierda. Este personaje empieza a recordarme al típico enemigo de Batman que se vuelve loco por los crucigramas, los puzzles, Alicia en el País de las Maravillas o los chistes de Chiquito; da igual con que se obsesionara, el tío sólo busca una excusa para liarla parda.
Y el premio al tonto del mes es para…
Y cuando ya estaba en el colmo de la enajenación y Vigilante estaba matando a palos al pobre señor Kord, llega JJ y dice que… Que Kord es inocente. Que le ha destrozado la casa a un parado al que le es imposible conseguir un trabajo, que le provocado una crisis de ansiedad a su familia y que para colmo la factura del médico le va a salir por un pico, porque esto es Estados Unidos y lo llevas claro para que te regalen una tirita. Al final el sistema judicial se equivoca muchas veces, pero otras si que funciona, igual que los perturbados como Adrian Chase.
Lo mejor es la tía en plan «Bah, si sólo es un errorcillo de nada…»
Esto no cuadra. Si a Frank Castle le pasara esto, se iría a matar traficantes de droga desde un campanario y con eso ya se le pasaría el mal rato. Pero este es el número 2 de Vigilante, y el hombre es novato, asi que todavía esta lo suficientemente cuerdo como para darse cuenta de que esta pasando. Otra cosa es que lo que le parezca mal es que «esto le pueda hacer dudar a la hora de hacer su trabajo»… Lo importante es que Adrian se da cuenta de que no puede seguir así, por lo que decide dejar de hacer el Vigilante y va a…
Que quede bien claro, ahora soy malo porque asi no tengo miedo a equivocarme. Será gilipollas…
Hacer todo lo contrario. Si amigos, se pone a trabajar para el corrupto de su padre, defendiendo a cabrones y todo eso, todo por la pasta. Si el sistema comete errores y yo también, ¡cometamos errores a posta! Es como si Wolfman se hubiera quedado sin ideas a medio número y ya no supiera como seguir la historia. Una lástima, porque la idea estaba bastante bien…
¡Yo a mi padre no le grito, pero le pego unos portazos que le tumbo la casa entera!
Pero todo tiene un límite, y el bueno de Adrian se planta delante del bufete de su padre y les habla de que la ley esta para proteger al inocente, y que la justificación de que todo el mundo tiene derecho a una defensa porque el jurado ya los juzgará no va a ninguna parte. Y nada, que de la misma se le quitan las dudas y decide que tiene que volver a salir a la calle en mallas a disparar a la gente. Y con eso acaba el número.
Es una historia sobre como el estar fichado ya te convierte como nada en el chivo expiatorio. A Mario Conde le pasa lo mismo, ¿nooooooo?
Marv Wolfman tiene buenas ideas, y seguramente sea la serie más madura de todas las que hemos hablado hasta ahora, planteando preguntas bastante importantes sobre el sistema legal y moral. Se ve que el bueno de Marv no solo quiere hacer una serie sobre un Paul Kersey que se carga a todas las mafias del barrio, quiere que el personaje se haga preguntas y cometa errores. Es una lástima que no sepa como llevar más allá al personaje y acabamos viendo esta porquería de final, y que me acabe interesando más que fue del pobre señor Kord (será porque comparte apellido con Ted Kord, vete a saber) que por los secundarios de la serie o el pesado de Adrian Chase.
Todos los personajes son ficticios, copyright de todo, DC/Warner. Nada para Wolfman, ea.
Wolfman no duraría mucho más en la serie, que acabó por ser escrita por el mismísimo Alan Moore. No sería eso por mucho tiempo, ya que para el número 50 se echaría el cierre con el suicidio de Adrian Chase. Habría dos o tres encarnaciones más del personaje, y hasta se recuperarían algunos de sus secundarios, pero después del New52 no tengo ni la menor idea de que fue de Adrian Chase ni ninguno de sus sucesores. Ni siquiera sabemos que fue de Greg Saunders, el Vigilante original; seguramente ahora sea un rapero ninja en la Earth 2 esa que esta escribiendo James Robinson. A saber. La semana que viene nos toca algo muy grande; el guionista de «Amethyst, Princess of Gemworld» escribiendo las aventuras de un personaje que por aquella época tenía bastante mala suerte: Wonder Woman 311.
Si Firestorm se pega con hombres florónicos y Vigilante con señores que tienen espasmos, Wonder Woman se pega con… Gremlins. En DC odian a esta mujer, te lo digo yo…
Tal como lo cuentas, la serie de este tipo le da cien vueltas a las tres del Castigador de los 80 y 90, por floja que sea. Eso sí, el traje de Frank Castle era algo más apropiado.
En general, me gustan los trajes de Pérez, pero en este caso el traje y el personaje no pegan mucho.
¿Seré la única persona a la que le gustaba el traje de Vigilante?
Alan Moore solo escribió un episodio de Vigilante, y en mi opinión aunque no estuvo mal fue algo flojo. Claramente fue un encargo que no le motivó mucho. Desde luego no cambió
El personaje de Adrian Chase y la serie, sin ser nada espectacular, siempre me han parecido interesantes. Sobretodo porque, para la época (15 años antes de Vértigo) trata algunos temas de forma adulta. Sin duda más adulta que la fantasía fascista que es a veces el Castigador. Donde siempre que paga un tiro mata un culpable, aunque pegue a ciegas. Aunque se las de de realista su serie.
Me gusta también el personaje de Chase porque es claramente un antihéroe. No está allí para caernos simpáticos, sino para demostrarnos lo frágil que es su punto de vista. Aunque diga que le preocupa la justicia, está claro que lo que busca es desahogar su odio. Asume automáticamente, por sus prejuicios puros y duros, que lo han soltado por algún tecnicismo irrelevante (aunque en realidad era inocente).
Así va a por el pobre señor Kord sin averiguar siquiera por que lo han soltado. Durante su ataque no dice lo qué quiere exactamente. Suponemos que va a matarlo. Creo que no lo sabe bien ni él.
Es muy curioso, como dice Diogenes, que nuestra simpatía gravite más hacia el señor Kord. Si Chase se queja de lo injusto del sistema, aquí hay una crítica más que justa a lo cruel de la sociedad con los exconvictos. Kord ha sido liberado y declarado inocente, pero eso no le libra del odio de sus vecinos, que llegan incluso a apedrear a su madre. Lo echan del trabajo no por su conducta, sino porque sus compañeros le detestan. Su mujer y su madre le culpan de la situación. Sabemos que Kord no es ningún santo (se dice que «atacó» a una menor,. Por lo obsesionado que está este comic con los crímenes sexuales, se puede pensar de todo. Aunque él afirma su inocencia). Tiene claramente algún problema psicológico de control de ira. Cuando Chase irrumpe en su casa, es demasiado para él. Lo hemos visto sufrir tanto que casi deseamos que le parta la cara al Vigilante y lo eche de su casa.
Algo que NUNCA pasaría en un comic del Castigador.
La colección de Vigilante duró 50 números, y en ella se ve como Chase se va hundiendo más en su odio. Aunque tenía buenas intenciones, e incluso hacía buenos propósitos («no mataré más», etc.) su rabia siempre le ganaba. Acabó admitiendo que era un peligro para los demás y se suicidó pegándose un tiro del espejo. Un final que no deseo a nadie, pero consecuente con el personaje y el tono de la serie.
Lamentablemente DC no aprende la lección, y siempre que saca un nuevo Vigilante es para imitar al Punisher.
No puedo estar más en desacuerdo. Una de las mejores series del cómic mundial (a nivel mainstream), una obra que hoy DC no se permitiría. En plena «war on drugs» y el discurso de la mano dura, Wolfman nos muestra por primera vez un enfoque realista de los vigilantes nocturnos; gente que se arroga la facultad de ejercer el derecho, arbitrarios, violentos, necios; ni hablar con la aparición del peacemaker, que es la metáfora total de los marines. La serie evoluciona, el personaje crece, madura, aparecen giros interesantes.. y el final es el broche justo a toda la obra; aunque no haya sido así -tal vez- parece pensado desde un primer momento..
Yo también opino que Vigilante, aunque no fuera una gran serie, tiene mucho mérito en ese sentido. Tanto Wolfman como el siguiente guionista, Kupperberg tienen claro que Adrian Chase es un justiciero, pero también un enajenado. Que por cada vez que se carga un culpable, hay otra en que pringa un inocente. Por no hablar que por el camino más de un policía o un inocente muere en el fuego cruzado entre Chase y el mafioso de turno. muchas veces porque éste no es nada cuidadoso, y prefiere armar un buen tiroteo siempre que puede.