¿En qué clase de mundo viviríamos si no fuese por ellos? El ordenador en el que nos estás leyendo mantiene unidas sus piezas gracias a ellos, y el coche que utilizas para desplazarte, electrodomésticos, herramientas eléctricas, casi todo lo que utilizamos en nuestro día a día depende de ellos. Y su variedad es casi tan grande como su utilidad, la forma de sus cabezas contempla una amplísima variedad de formas y tamaños que más de una vez nos habrán vuelto locos a la hora de encontrar la herramienta adecuada para su ajuste, pero pese a todo esto seriamos incapaces de vivir sin ellos. Estoy hablando como no, de los tornillos.
La definición técnica que nos da la infalible Wikipedia de estos prodigios metálicos es la siguiente:
“Elemento u operador mecánico cilíndrico dotado de cabeza, generalmente metálico, aunque pueden ser de madera o plástico, utilizado en la fijación de unas piezas con otras, que está dotado de una caña roscada con rosca triangular, que mediante una fuerza de torsión ejercida en su cabeza con una llave adecuada o con un destornillador. Se puede introducir en un agujero roscado a su medida o atravesar las piezas y acoplarse a una tuerca”
Como vemos se trata de una forma fría y aséptica de referirnos al “pegamento” que mantiene unido nuestro mundo, pero nos permite hacernos una idea de su conformación.
Para encontrar a los antepasados de los modernos tornillos tenemos que remontarnos al 300 A.C. en los tiempos de Arquímedes, cuando este sabio griego utilizaba un artilugio similar para la elevación de agua, cereales, etc. Otro genio de la historia, Leonardo Da Vinci también desarrollo algunos sistemas para el tallado de roscas que más tarde serian utilizados en la fijación de elementos en maquinas de guerra y relojes. Pero no es hasta mediados del siglo 19 cuando se desarrollara el tornillo tal y como lo conocemos. Este surgió de la prodigiosa inventiva de Sir Joseph Whitworth, un ingeniero Británico que en 1841 creó un sistema para la fabricación de tornillos que pronto se convirtió en el estándar nacional, el «British Standard Whitworth». Cuanto le debemos al Imperio y que poco se lo agradecemos.
Es que no podemos olvidar que estos pequeños prodigios han cambiado el mundo. Hasta su desarrollo cuando queríamos sujetar dos piezas de madera nos veíamos obligados a recurrir a la utilización de clavos, con el peligro que ello conlleva. Cuando todo el mundo sabe que los clavos son malvados por naturaleza, casi un invento diabólico cuyo creador se desconoce. Seguro que por todos será conocida esa canción popular inglesa (Siempre son los ingleses, que sabios son) que nos hablaba de la maldad de los clavos:
“Por un clavo se perdió una herradura,
por una herradura, se perdió un caballo,
por un caballo, se perdió una batalla,
por una batalla, se perdió el Reino.
Y todo por un clavo de una herradura.”
A esto debemos sumarle que fueron clavos los que sujetaron en la cruz a Cristo nuestro señor en su martirio. No fueron los inocentes tornillos, fueron unos diabólicos clavos tan malditos como la lanza que se clavo en su costado o las monedas de plata que Judas cobro por traicionarle.
Pero además de malvados los clavos son terriblemente toscos. Para que sujeten algo hay que introducirlos mediante la fuerza bruta, golpeando su cabeza con un martillo o utensilio similar con el consiguiente peligro de machacarse un dedo o de romper accidentalmente el objeto que estamos clavando, eso sin olvidar el escándalo que se forma al clavarlos, en contraste con el silencioso y casi erótico atornillar de los tornillos.
Y es que hay algo intrínsecamente erótico en los tornillos. No hay más que recordar esa sensación al introducir uno de ellos en el orificio correcto o en una tuerca y girarlos con un destornillador. Ver como penetran lentamente en la superficie que pretendemos asegurar hasta quedar finalmente sellada con unos últimos apretones. Es la poesía de la sexualidad convertida en ingeniería recordándonos cada día que seguimos vivos y que podemos apretar más tornillos.
Es por todo esto que desde aquí animamos a homenajear cada día a estos pequeños amigos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida dándonos seguridad y confort y sin los cuales se nos desarmarían en pedazos casi todo lo que poseemos.
destornillante el tema de hoy
[…] Me ha quedado un texto un poco raro. Pero supongo que, después de esto y las demás gilipolleces que le hemos dejado pasar a otros posteadores de Brainstomping, sabréis […]
me encanto este articulo sigue asi
habria que hacer un monumento al tornillo ese desconocido
pepe un ferretero
MARAVILLOSOS,
pepe de tornillos luarca / guatemala
tornillosluarca@gmail.com
PUEDO USARLO ?????