Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, las familias se reunirán en torno a la cena para disfrutar de una buena cena y tras esta muchos se dispondrán a ver alguna película. Las películas favoritas para ver estas fechas son muchas y variadas, muchos escogerán alguna versión de Cuento de Navidad como “Los fantasmas atacan al jefe” o quizás alguna versión más clásica (Para ver la versión de Doctor Who hay que esperar un día mas, cachis). Otros optaran por un clásico entre los clásicos como “Que bello es vivir” y se enternecerán al ver de nuevo lo buena persona que es George Bailey. En mi caso lo tengo clarísimo. Desde hace muchísimos años tengo una película Navideña favorita que veo prácticamente en cada navidad y que me emociona tanto como la primera vez que la vi. Una película que la revista Empire considero como la mejor Película navideña de todos los tiempos (Que menos vamos a esperar de una revista publicada por Bauer Consumer Media) Me estoy refiriendo a Jungla de Cristal (Die Hard).
Muchos dirán, como el amargado del Diógenes, que estoy loco y que ésta no es una película Navideña, que no es más que una película de acción ochentera. Pues no podrían estar más equivocados. Nos encontramos ante una obra maestra del Séptimo Arte que con la excusa de la acción, la violencia y los muertos, todo ello adornado con unos ingeniosos diálogos, nos presenta una historia sobre el verdadero significado de la Navidad.
Como todo el mundo sabrá a estas alturas la película comienza con John Maclane viajando hacia los Ángeles para reencontrarse con su ex Holly en el Nakatomi Plaza, un viaje para volver a unir a la familia en estas fechas ¿Puede haber algo más hermoso? Y como todo cuento de navidad tenemos a un malvado que pretende robar el espíritu de la navidad, encarnado aquí por Hans Gruber (Jodidamente interpretado por un genial Alan Rickman) acompañado por sus secuaces y que tendrán que enfrentarse al bueno de John.
A lo largo de la historia John tendrá que pasar por una serie de pruebas para demostrar que es digno de ganarse la Navidad. Pruebas dignas del martirio de cualquier Santo cristiano. Tendrá que arrastrarse por estrechos túneles de ventilación, saltar de la azotea de un rascacielos para evitar morir abrasado por una explosión o caminar con sus pies desnudos sobre cristales rotos. Ríete tu de la pruebas que tenía que pasar Indiana Jones para conseguir el Santo grial.
Pero como en todo cuento de navidad que se precie John no está solo. George Bailey tenía al Ángel Clarence, el Sr. Scrooge tenía a los fantasmas de las Navidades presentes, pasadas y futuras. Así que John como no es menos contara también con un compañero que le guiara a través de su viaje iniciático para redescubrir la navidad. El Entrañable sargento Al Powell (Para alguien que fue capaz de sobrevivir a Steve Urkel unos terroristas no son nada). Un agente de policía que sin comerlo ni beberlo se verá implicado en todo esto cuando le caiga una señal desde el cielo, una señal que le indicara que debe quedarse allí y ayudar a John Maclane, y ninguna señal indica esto mejor que un terrorista muerto cayendo sobre tu coche desde lo alto de un rascacielos.
Pero si Maclane cuenta con ayuda el malvado Hans Gruber, el Grinch de esta historia, no iba a ser menos. En esta historia nos encontramos desde malvados terroristas con pies de mujer a clásicos imprescindibles en el cine de acción de los 80 como Al Leong a.k.a. “El chino ese que sale en todas” A ex bailarines de la extinta Unión Soviética como Alexander Godunov, sin olvidar una de las primeras apariciones de Clarence Gilyard Jr, más conocido por todos como el Ranger de Texas James Tribette. Un grupo realmente diabólico.
Tras una serie de peripecias subiendo y bajando por el rascacielos John por fin se reencontró con Holly quien se encontraba en manos del malvado Hans. Y es aquí donde volvemos a ver en acción el espíritu de la navidad, cuando tras John disparar a Hans y caer este por la ventana se agarra a la mano de Holly para evitar caer al vacio y esta se salva de caer con él cuando su reloj, un regalo navideño de su empresa se desprende permitiendo a Holly quedarse con su marido y contemplar juntos como Hans pasaba de ser un villano simpático a ser el que mejor caía en toda la película. Un final feliz en toda regla
Por todo esto Jungla de Cristal se ha convertido desde hace muchísimos años en una cita ineludible en estas fechas, tanto como los villancicos, el mensaje del rey o las borracheras. Así que desde Brainstomping aprovechamos para desear a todo el mundo una Feliz navidad y un prospero Año nuevo.
Yippee kai yay motherfucker!