Pringles: El Manjar de los Dioses

Hay pocos placeres en este mundo que puedan compararse al consistente en abrir un bote de Pringles, aspirar el aroma que sale de él y paladear lenta y deliciosamente el sabor de este maravilloso producto.

Pero ¿Qué son las Pringles? Eso es lo que vamos a descubrir hoy.

Este genial invento fue creado en 1976 por Don Alexander Liepa de Montgomery, en Estados Unidos, donde sino. Se fabrican a partir de una masa de papas deshidratadas y agua que posteriormente se moldean con forma de paraboloide hiperbólico y a continuación se fríen en aceite vegetal. Encima esa forma uniforme que adoptan al ser moldeadas permite que se almacenen apiladas una sobre otra de forma perfecta y ocupen menos espacio. La puta ostia.

Aunque sobre lo que son exactamente las Pringles  hay algo de controversia. Según el Tribunal Supremo Británico, en una sentencia de 2008, las Pringles no son patatas fritas ya que “solo” contienen un 42%  de patata. Pero en 2009  la Corte de Apelación Británica dictamino que pese a eso, si que era patatas fritas. Pero sinceramente ¿Qué más da? ¡Saben de vicio!

Ni Dios seria capaz de crear tal perfeccion.

La otra principal característica de este producto es su original envase, consistente en un cilindro de cartón cuyo interior ha sido recubierto de aluminio y con una tapa de plástico que se puede utilizar innumerables veces. Esto no solo hace más cómodo el picar un poco y volver a cerrar el envase. También protege mucho mejor el producto evitando que este se rompa. Por no hablar de la grandísima utilidad de este tipo de envase, pudiendo ser reutilizado para casi cualquier cosa, desde guardar toda clase de cachivaches, a fabricar antenas para Wifi, cámaras estenopeicas… Se podría decir que Pringles ha hecho más por el reciclaje en el mundo que el resto de marcas juntas.

Es tal la importancia de este tipo de envase que su creador pidió que a su muerte, su cadáver fuese incinerado y sus cenizas depositadas en un bote de Pringles a modo de urna funeraria. Aunque se desconoce si se utilizo un envase creado ex profeso para la ocasión o uno de los utilizados en sus productos, nos atrevemos a creer que posiblemente sus restos fuesen depositados en el interior de un bote de Pringles sabor Barbacoa.

¿El paraiso del gourmet o un cementerio? Quien sabe.

La otra gran cualidad de las Pringles es su gran variedad de sabores. Desde el sabor clásico (que tendrá casi la mitad de contenido de patata, pero sabe a cualquier cosa menos a eso) a sabores tan exóticos como Kétchup, Chili, Pizza, Paprika o Cajun entre muchos otros. Desde aquí sugerimos que productos como Pringles bañadas en Nocilla o con mantequilla podrían ser sabores con mucho éxito. Yo los consumiría sin dudarlo.

Si ya lo dice su slogan ¡Cuando haces pop ya no hay stop! (Señores de Pringles, las cajas de su producto me las pueden enviarlas a la dirección habitual, gracias.)

Ehhh, si, otra vez he procrastinado hasta el último momento y he tenido que improvisar una chorrada a última hora para tener algo con lo que actualizar. Pero tampoco se ha notado demasiado…