Por Mallister
Sin duda alguna, los avances tecnológicos están haciendo nuestra vida mucho más fácil. Se podría decir incluso que ya está todo inventado, pero entonces nos encontramos con productos más avanzados y, por lo tanto, más inútiles. La verdad es que siempre me he preguntado qué utilidad encuentra la gente en un aparato que tiene las funciones de una PDA, un mp3, un DVD, un móvil a la vez porque yo, como persona práctica que me considero, en seguida pienso que si se me jode el móvil me voy a quedar durante un mes sin mp3, dvd y agenda electrónica.
Pero en fin, este inmenso desarrollo puede estar funcionando en la vida real, pero desde luego no sirve para renovar viejas glorias televisivas. Este es el caso de una de las series del señor Jerry: “CSI:NY”.
Muchos somos a los que les hacen gracia las ampliaciones de las fotos que te permiten ver la forma del grano del culo del vecino que vive a un kilómetro de ti a través de un cristal tintado. Pero lo cierto es que esas tecnologías existen. La ironía es que, probablemente, los departamentos de policía y de CSI reales no tengan los fondos necesarios para pagar esas máquinas, los cuales si tienen las series de televisión que dominan medio globo.
Otros pensarán “¿y qué?”, pero lo cierto es que no da igual. El uso abusivo de estas tecnologías de nueva generación hace que las series pasen de desarrollar una historia en la que la mente humana es la que prima a la hora de resolver un caso (Colombo), para pasar a ser un espacio de la teletienda para entendidos. No se vosotros, pero a mí me resulta mucho más interesante ver como un especialista reconstruye la cara de una persona a partir de un cráneo cocido y añadiendo masilla (CSI), que ver como un programa informático lo hace en exactamente 21 segundos (CSI:NY capítulo 6×10).
Como ya habéis podido adivinar, la serie reina de esta nueva era es CSI:NY, serie en la que se creen que los espectadores somos gilipollas por el abuso que hacen de los flashbacks. De hecho abusan tanto de este recurso que han llegado a ser capaces de hacer un flashback para mostrar como un investigador encontraba una fibra justo cuando un segundo investigador la estaba procesando ya en el laboratorio en la escena siguiente. ¡Un flashback de algo que había pasado cinco segundos antes!
Y ya no hablemos de los zooms. Otro recurso que utilizan para disimular la falta de contenido de cada capítulo, lo que se debe a que los investigadores se tocan el higo porque todo lo hacen las máquinas. Y es que tienen la extraña manía de pensar que si meten cientos de zooms en una escena en la que realmente no pasa nada la gente se emociona, cuando la verdad es que tienen un ataque epiléptico.
Pero el colmo llegó cuando incluyeron un aparato que escaneaba el cadáver y después lo reproducía en 3D en una cámara especial, por lo que ya ni siquiera tenían que abrir el cuerpo para ver que le había pasado.
En esta serie se están volviendo tan dependientes de la tecnología que los criminales solo tendría que provocar un apagón en el edificio del CSI para joder completamente la investigación. Es el crimen perfecto. No hay autopsias, sino que ahora escanean los cuerpos, hay bases de datos para todo (ya no solo las bases de datos de neumáticos, zapatos y huellas que utilizan en CSI Las Vegas, serie madre de CSI:NY en la que siguen trabajando a la vieja usanza). Por ejemplo, alguna de las bases de datos que recuerdo que han usado son del estilo de “base de datos de papel de cartas”, “base de datos de fibras utilizadas en alfombras”… Hasta aquí a algunos no les puede parecer extraño, pero si os digo que nada más introducir una imagen del papel les salta todo un archivo con el nombre del distribuidor, el director, el tío que lo vendió, su cuenta en Facebook y las veces que ha llevado a su suegra al podólogo todo cambia, ¿eh?
La pregunta es… ¿para qué utilizar tanto horror tecnológico si está acabando con la serie? Ya no tiene emoción y todo es un gran Deus ex machina porque las tramas las resuelven las bases de datos salidas de la nada o las máquinas especiales y concretas que se inventan única y exclusivamente para un solo capítulo. En mi opinión, los guionistas de esa serie no deberían cobrar ni en papel higiénico, pero por alguna razón continúan generando más y más capítulos insustanciales mientras otras series innovadoras y frescas podrían ocupar ese preciado espacio horario.
En conclusión, si queréis iniciaros en esta franquicia, no veáis CSI:NY (no como yo, que soy la telespectadora que cualquier cadena desearía tener), en todo caso ved CSI, la cual si que recomiendo, sobre todo por Lady Heather.