¡Pongámonos retro! ¡Es hora de desempolvar nuestros mecheros-soplete, de sacar nuestros pintalabios explosivos y de recuperar las gafas de sol con función de cámara técnica! ¡Juguemos al No one lives forever!
¡Y en PC! ¿Contento ahora, Diógenes?
No one lives forever es una joya del siglo XX, uno de los mejores juegos a los que he echado el guante en mi vida. Va en serio. Lo que ahora no son más que polígonos ligeramente inexpresivos, antaño representaban un avance gráfico considerable. En la actualidad, los escenarios están todo lo detallados que pueden estar, los gráficos no entorpecen y dejan que todo fluya.
El guión es el punto fuerte del juego. En los 60 ,Cate Archer, una espía escocesa antiguamente ladrona de guante blanco, tiene como misión salvar al mundo de una corporación del mal llamada H.A.R.M (DAÑO), que, como toda corporación del mal, quiere conquistar el planeta por medios malignos. ¿El arma de Cate? Su sigilo, además del compendio de gadgets que iremos recopilando a lo largo del juego.
La trama no sorprende, pero el uso del cliché es mismamente una broma. El juego destila humor por los cuatro costados. Los personajes secundarios son irrisorios, con unos villanos de opereta (el ruso tuerto, el escocés borracho, la cantante de ópera teutona…) y unos esbirros que no tienen nada mejor que discutir entre ellos sobre las condiciones del convenio de la organización, recetas de cocina o qué hacer cuando te viene la suegra a casa. Si vas convenientemente despacio, puedes captar todas estas discusiones y desternillarte mientras esperas a que se pongan en marcha en su ruta habitual.
En cuanto a la jugabilidad, hay una gran verdad: el juego es condenadamente divertido. No es ni muy difícil ni muy fácil; tiene el nivel justo de desafío (que puede cambiarse) e intercala momentos en los que el ritmo se vuelve trepidante (con persecuciones por los tejados, o en moto) con otros en los que es preciso ir más despacio. No hay nivel aburrido. Salvo en unos pocos, el sigilo es opcional, aunque un verdadero jugador siempre intentará completar las misiones sin ser detectado. Y es que deshacerte de todos los guardias de una zona a flechazos sin que te pillen es todo un logro.
La música es un personaje más. Ese tono retro, intrigante y resultón, no se te despegará de la cabeza. Otros momentos, como los de riesgo o persecución, son igualmente eficaces.
En suma, No one lives forever es uno de mis juegos favoritos. Lo recomiendo a todo el mundo que tenga un pc porque es sinceramente inolvidable. Buena música, buen guión, buena jugabilidad. Monolith se marcó un tanto espectacular. Lo malo es que, si bien yo recuerdo haberlo jugado en español en el año 2000, no he logrado encontrarlo más que en inglés. Si se te da bien el idioma de Shakespeare, disfrutarás el doble.
Y ahora permitidme que os inicie en el tema del juego:
LOL nunca lo eh jugado
Pues debería probarlo ahora que con el Alpha Protocol tengo mono de espías…
Ya ves. Coincido totalmente. El juego es bueno de narices. Y aún tengo una conversación casual de esas que escuchas grabada en el cerebro desde que lo jugué, cuando salió. Era algo así como entre un mercader árabe hablando con un soldado enemigo (de un nivel que era el Cairo, o algo así, creo recordar…) e intentando venderle un mono. Tras implorar muchas veces, diciendo que lo hiciese por compasión, que su familia no tenía para comer, el guardia, harto, respondía con «¡Si tienen tanta hambre, QUE SE COMAN AL MONO!». Sublime.
Un juego en PC, sí, pero de hace 10 años… Que yo me curraría artículos sobre el Monkey Island, pero sólo sería capaz de soltar cosas como «mola mola mola mogollón» o «mira, un mono de tres cabezas». Vamos, que la nostalgia me embriaga y todo eso.
[…] de ser serios y, en algunas ocasiones, peliculeramente “realistas”. Cierto es que títulos como No One lives Forever intentaron hacer que nos riéramos un poco, pero el mercado estaba como estaba y las distribuidoras […]