Immortal Thor – Al Ewing y Martín Cóccolo devuelven la sonrisa al Dios del Trueno

¡Thor ha vuelto! Que no es que se hubiese marchado a ninguna parte ni hubiesen cancelado su serie durante años como ya ha sucedido alguna que otra vez en el pasado, pero es que este primer numero de su nueva serie a cargo de Al Ewing y Martín Cóccolo ha conseguido transmitirme la sensación de que el Thor de toda la vida ha regresado y que lo ha hecho a lo grande. Así que vamos a ver con detalle, y con SPOILERS, que es lo que han hecho Ewing y Cóccolo para conseguir eso.

Tras innumerables batallas contra poderosos enemigos e incluso contra el mismo y soportar el nuevo peso de la responsabilidad que ahora recae sobre el como gobernante de Asgard, Thor por fin siente que todo esta en su sitio, que se ha quitado un enorme peso de encima y que puede permitirse volver a ser el mismo por un momento y compartir sus responsabilidades como rey de los Asgardianos y Vengador de Midgard sin sentir que el cielo le cae encima. Aunque ese momento de respiro quizás sea demasiado corto ya que viejos adversarios olvidados hace mucho han regresado para desatar todo su poder.

Que la intención de Al Ewing era darnos un Thor lo mas clásico posible no podría quedar mas claro en este primer numero en el que nos encontramos conque el Dios del Trueno ha recuperado ¡POR FIN! el traje que diseño Jack Kirby para el, que Mjolnir ha sido reforjado y que en su rostro vuelve a lucir una sonrisa de oreja a oreja, algo esto ultimo que como el propio Ewing señala en un articulo publicado en este primer numero es como prefiere ver a Thor porque el personaje era así cuando el lo descubrió (en Secret Wars nada menos). Una declaración de intenciones tremendamente sencilla, incluso simple, pero que en una época en la que demasiada gente, tanto creadores como publico, parecen preferir héroes atormentados y taciturnos, resulta refrescante y tremendamente atractiva.

Un cariño por las etapas mas clásicas de Thor que no se limita aquí a un par de detalles estéticos superficiales, el cariño y el respeto también por el enorme trabajo de Walter Simonson se aprecia en la forma en la que este cómic recupera elementos de aquella etapa que apenas se habían tocado en las décadas transcurridas desde entonces y en pequeños momentos aquí y allá en la caracterización de los personajes que consigue que estos vuelvan a parecer ellos mismos. Detalles en los que se suele notar cuando un guionista se ha leído por encima un par de cómic o la wiki de los personajes y cuando es alguien que se ha leído con cariño los cómics pasados de estos. Eso si, Ewing es como es y aquí también ha hecho lo de siempre de recuperar también elementos que el mismo ha ido desarrollando en diferentes series.

El resultado de todo esto es como ya decía un cómic en el que uno siente que de verdad estamos ante Thor y no ante un personaje que se le parece, que pese a tratarse de un cómic ser moderno tiene un sabor muy clásico, y es uno de esos “back to the basics” que no todo el mundo es capaz de desarrollar como es debido pero en el que Ewing y Cóccolo de momento salen muy bien parados. Pero también se trata de un cómic que nos devuelve esa sensación a veces perdida hoy en día de que el personaje forma parte de algo mas grande, que no es un ser aislado en su propia serie ajeno a lo que sucede en el resto del Universo Marvel, y este cómic nos demuestra como a veces no hace falta demasiado para conseguir transmitir esa sensación sin que ello lastre la historia que se esta contando.

Y en el apartado gráfico contamos con un viejo conocido del personaje, Martin Cóccolo, quien recientemente trabajo con Donny Cates dibujando el crossover entre Thor y Hulk, “Banner of War” cuando Cates se encargaba de escribir ambas series, aunque aquí a Cóccolo se le ve bastante mejor que en aquel crossover, sin duda por no tener la presión de tener que dibujar las dos series al mismo tiempo. Un dibujante que mientras que en el aquel evento se daba un ligero aire a Ryan Ottley (quien fue el primer dibujante de aquella etapa de Hulk) aquí a ratos recuerda un poco a Olivier Coipel, pero sin que en ningún caso parezca que se esta limitando a copiarles, sino mas bien como si buscase transmitir una sensación de familiaridad con los personajes, adaptando su estilo a lo que requiere cada trabajo y probando ser un dibujante muy camaleónico.

Y cuestiones estéticas a un lado, Cóccolo aquí se desenvuelve a las mil maravillas no solo en esas escenas de acción tan espectaculares como brutales que un cómic como este requiere, sino que también en escenas mas pacificas como la entrada de Thor en este primer numero o su regreso a la Tierra o sencillamente esos pequeños momentos mas íntimos en los que Thor simplemente esta feliz al estar rodeado de sus amigos. Aunque de entre todo este primer numero sin duda donde Cóccolo lo ha dado todo es en esa impresionante presentación del adversario de esta historia, cuatro paginas dobles que quitan el aliento y que son una de las mejores presentaciones de un nuevo personaje que me he encontrado en mucho tiempo.

Tras este mas que prometedor primer numero yo solo espero que el resto de la serie mantenga el nivel de este y que lo supere, y que la decisión de Ewing de adoptar para este cómic el adjetivo de “Immortal” que ya utilizó en su serie de Hulk sea una señal de que nos encontramos ante algo tan grande (y duradero) como aquella etapa del personaje, algo que con los antecedentes de Ewing confío en que será así. Pero deseos a un lado ahora lo que nos toca es disfrutar numero a numero de todo lo que Ewing y Cóccolo han preparado para nosotros y confiar en que Thor no pierda del todo esa sonrisa pese a las adversidades que le esperan.