Supongo que, después de cuatro días, ya habréis leído sobre el tema todo lo que habéis querido, con lo que ya no sé lo que podría decir que aportara algo al respecto. Alguna gente ha visto ésto casi como una tragedia griega, como el fin del cine tal y como lo conocíamos, como que Warner va a pasar a hacer solo películas de bajo presupuesto estrenadas directamente en streaming. Que es el fin de HBO, de DC Comics, el apocalipsis. Y entonces pienso en la poca memoria que tenemos…

Warner ha estado pasando de mano en mano durante los últimos cincuenta años, casi sesenta. Desde los tiempos en los que prácticamente arrebataron la compañía de las manos muertas de Jack Warner, el estudio ha estado en manos de gente como Jon Peters o David Zaslav, gente que miraba más cifras que calidad, picapleitos y aspirantes a magnate con poca cabeza. Warner era una de las grandes, siempre lo fue, y hemos tenido momentos en los que su fusión con Time y AOL daba la impresión de que eran un coloso corporativo invencible. Pero la burbuja de AOL destrozó esa percepción de invulnerabilidad y, para cuando fue comprada por Discovery más recientemente y con el crecimiento imparable de Disney o la compra indiscriminada de estudios por parte de grupos de telecomunicaciones o magnates tecnológicos -hinchados también por la burbuja- Warner parecía un estudio independiente. De hecho, la guerra que supuestamente ha acabado con la compra de Warner por parte de Netflix era entre la familia Ellison, que a su vez son los propietarios de Oracle, la megacorporación que empezó como una base de datos para la CIA en los años 70 y que ahora son uno de los mayores proveedores de servidores y servicios en la nube del mundo. Eso por parte del fundador de Oracle, Larry Ellison, que su hijo David es el propietario de Skydance y Paramount, mientras que su hija Megan es la fundadora de Annapurna Pictures.

Que a ver, hay gente que es muy fan de Annapurna y sus películas y los hijos no tienen por qué ser como el padre, porque desde luego no viven en una isla privatizada en Hawai (los habitantes de la isla, que estaban allí desde mucho antes, se han quejado de que todos los servicios de la misma pertenecen a Ellison, que hace y deshace lo que le apetece en ella) pero entiendo que sus filiaciones con la administración actual de la Casa Blanca hayan puesto nervioso a más de uno, con lo que hasta han agradecido el que Warner acabe en manos de Netflix. Por supuesto, si algo tiene Oracle son los bolsillos llenos, con lo que los Ellison han amenazado con torpedear el acuerdo haciendo una opa hostil para hacerse con el estudio (de hecho en el mismo día en el que publicamos este post la han lanzado); vamos, que la guerra no ha acabado del todo, y éso que todavía no hemos llegado a la parte en la que la FTC, la comisión federal encargada de validar estas grandes compras comerciales para evitar monopolios, tiene que aprobar la compra; con Ellison siendo amiguete de Trump el trato parecía hecho, pero en el caso de Netflix la cosa es más complicada, porque ni el fundador de Netflix ha estado en los saraos de Trump ni la compañía, a pesar de tener raíces claramente estadounidenses, ha presentado una estrategia centrada en el páis, si no que se ha volcado en triunfar en el resto del mundo, creando estudios por todo el planeta. Pero que nadie se piense que Netflix son precisamente «los buenos»…

Y no lo digo solo porque se compraron Millarworld y le inflaron el ego a Mark Millar. Sí, vale, sé que ésto es una tontería, que aunque le dieron 25 millones al mayor vendedor de humo desde Rob Liefeld la inversión tenía sentido tras el éxito de Kick Ass y Secret Service, pero ésto es Brainstomping y vamos primero a lo que nos importa. Dicho esto, y como tengo a M’Rabo al otro lado de la calle gritándome «Y lo de hacer series para que la gente no las vea, ¿qué?» pues lo digo, los guionistas de producciones de Netflix hace tiempo que han recibido la directiva de que sus personajes deben expresar verbalmente las acciones que están llevando a cabo, con el objetivo de que el espectador sepa lo que está pasando en la serie sin que miren la pantalla. Ésto es contrario a todo lo que te dicen en una escuela de guión, es una redundancia creada para beneficiar a los que están cocinando mientras se ponen una peli de fondo a la que realmente no le hacen mucho caso. Las películas de Hallmark, las que da Antena 3 por la tarde, están hechas así, con redundancias constantes a lo largo de su desarrollo para que no te pierdas nada aunque te quedes dormido a mitad de la película. Hay que tener en cuenta que Netflix no es una compañía «familiar» como las de la familia Ellison, y aunque Reed Hastings ha estado al frente de la misma hasta hace relativamente poco (ahora mismo mantiene un puesto en la compañía, pero ya no está en las trincheras) la cara más visible probablemente sea Ted Sarandos, empleado de la empresa casi desde el principio y responsable de las primeras series de producción propia de Netflix como House of Cards. Sarandos ha presumido en varias ocasiones de los algoritmos de la plataforma, que ofrecen «contenidos personalizados» según el espectador. Y ésto, que a priori parece bueno, en la práctica es abominable.

Porque Reed Hastings ya lo dijo en su día, «hacen buena programación (las demás plataformas de streaming) y van a seguir haciéndola, pero no creo que eso nos afecte mucho. Porque el mercado es muy vasto. Pensadlo, cuando ves una serie de Netflix y te enganchas, te quedas hasta tarde. En realidad nosotros estamos compitiendo con el sueño, con el margen. Y ésa es una gran cantidad de tiempo. Una forma de ver esto numericamente es que somos competencia de HBO, y aun así en 10 años hemos crecido 50 millones y aun así ellos han seguido creciendo, no han bajado. Visto así, en realidad no les afectamos, la pregunta entonces sería por qué… Y éso es porque somos dos gotas de agua en el oceáno del tiempo y gasto de la gente.» Sí, el verdadero enemigo de Netflix son nuestras horas de sueño, y diseñan su algoritmo para tenernos enganchados a la pantalla. Son como esos juegos de móvil que te mandan notificaciones todo el santo día y te hacen creer que pagar por dinero virtual es algo completamente cuerdo y lógico porque tienes que completar tu casita de campo con un floripondio enorme en la entrada que sólo está a la venta por tiempo limitado. Ya sabemos Netflix va a intentar siempre buscar las cosas que más te gusten y te mantengan enganchado, aunque te vuelvan un perfecto imbécil, pero a la vez… ¿Qué pasa con DC Comics?

¿Evitar monopolios?.
Si estamos yendo hacia un unico monopolio con todos fusionandose. Si hasta esos libres pensadores defienden que la competencia es mala y lastra a las empresas.
Un monopolio es como cuando en la constitucion se dice que todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna y se protesta que no se cumple.
Vamos a ver señores/as leanse la constitucion. En ninguna parte se describe que es una vivienda digna, por ende un piso de 4m² sin baño, ventilacion ni luz natural es una vivienda digna.
Es una cuestion de manipular el lenguaje, porque la diferencia entre bueno y malo depende del ojo que lo vea.
Lamentablemente sí, es lo que hay. Y con el blindaje que tiene la constitución, es imposible introducir unos mínimos especificando éso. Lo que si está bastante delimitado es lo de los monopolios, que cada vez que se aprueba una venta de estas se está cometiendo un fraude de ley, pero no, que el que Disney compre Fox no reventó el mercado por completo y nadie se fue al paro… Igual es que se habrían ido al paro igual.
En fin…
Ehhh. No.
No termino de entender lo de monopolio refiriéndose a la vivienda digna.
La constitución española establece el derecho a una vivienda digna en el Art. 47
Y la jurisprudencia ha ido estableciendo lo que es una vivienda digna.
El verdadero problema es el art 53.2, que establece lo que son derechos fundamentales y libertades públicas.
Los del artículo 14 y la Sección 1ª del Capítulo segundo (arts. 15 a 29) y la objeción de conciencia del artículo 30.
El art. 47 se queda fuerza de esa protección. Es decir que no puedes ir a un tribunal a exigir que se cumpla ni tiene recurso de Constitucionalidad.
Queda como un objetivo, que el Estado debe favorecer con legislación y políticas económicas.
Vamos, que hay unos derechos fundamentales y otros que no.
Muy poca gente dice que HBO es un nazi con respecto a mantener el contenido vivo, y con ello digo a no perder series de su catálogo y para siempre, cosa que siempre se ha achacado a Netflix.
Aún recuerdo cuando unos cuantos individuos (cuyo número no supera el total de dedos de un humano) se quejaron de que HBO, y por ende Warner, había quitado series como Tito Yayo, Ok Ko Let´s be heroes, y, si mal no recuerdo, Historias Corrientes. Si me preguntas, ninguna de estas tres series me llamaba la atención (bueno, a mí me molaba Tito Yayo por lo surrealista que era, pero vamos), pero es que luego te pones a ver otras y no las encuentras por ningún lado, como Ed Edd Eddy, Chowder… salvo en alguna página web para descargarlas. Al final el pirateo es de las pocas cosas que salvarán la cultura, porque anda que no he encontrado series y pelis de esta manera que recurriendo a los «métodos legales»… Y ojo, si una peli me gusta, la compro en físico, pero ¿ahora? Es que no te dan ni esa oportunidad.
O sea, que ni HBO es un ángel ni Netflix es el demonio absoluto, ambas son los demonios absolutos y todo va encaminado a ser una puta entidad que englobe todo. Yo, por mi parte, voy a pillarme ahora que puedo algunas películas que merezcan la pena en físico, que quién sabe cuánto va a durar lo de sacarlas en Bluray…
Para todo el fondo que tiene Warner, HBO es insultante. Vergonzosa. Lo suyo sería tener disponible todas las peliculas de Warner, Looney Tunes y demás, y de entrada les cuesta tener disponibles hasta las películas de Superman y Batman, que las van quitando y poniendo según les apetece. Pero vamos, este artículo es sobre los dos posibles compradores de WB y Netflix en particular, porque hoy ya se ha visto lo que nos temíamos, los Ellison han contratacado con una opa.
No, si ya sé que mi comentario quizá se haya ido de madre con respecto al tema, pero es que aunque Netflix al final compre a Warner, o Paramount lo haga, dará igual. Es como el eslógan de Alien vs Predator, «Gane quien gane, nosotros perdemos».
Pues eso. Así que os recomiendo encarecidamente que hagáis una buena biblioteca, ya sea física o digital en un disco duro, para que, al menos, tengáis la sensación de poseer algo, porque vamos camino a que todo sea streaming y de alquiler.
Yo es que creo que Ellison tiene más puntos de deshacerse de DC que Sarandos y su gente. Y lo digo porque David Ellison hace mucho hincapie en el cine, que está salvando el cine, mientras que Netflix ha intentado meterse en el mundo editorial más de una vez, no parece considerar que el papel está muerto. Paramount en su día llegó a tener un sello Paramount Books, pero hace muchísimo. Y no podemos olvidar que a los Ellison y sus amigos saudies quieren el bloque entero y les interesa mucho CNN, con lo que no sería una compra tan enfocada a lo concreto.
Yo que sé. La verdad es que me dan miedo los dos, pero Paramount sigue siendo la peor opción.
Además, que cojones, ¿Warner-Paramount? ¿Pero qué mierda es esa? Prefiero WB – A Netflix Company que el que se desintegren mutuamente dos estudios clásicos de hollywood, que bastante lamentable es ya lo de 20 Century Studios!
El mundo real se parece cada vez más a la ciencia ficción especulativa. Y, por supuesto, como era casi de esperar (vale, sí, quitad el «casi») no a la optimista.
Sobre el tema de las tropocientas megafusiones del entretenimiento.
Es que lo que ha habido fue una descomunal batalla de diversos grupos económicos que competían entre ellos para convertirse en la propuesta hegemónica en ese nuevo mercado que Internet generó. Todos ellos intentando no quedarse atrás en su propuesta. O intentando al menos crear algo lo suficientemente atractivo para que se lo comprasen.
Muchos de ellos crearon sus propuestas a crédito; y ahora tienen que devolver lo prestado. Uno de los motivos de la bajada global de calidad general, además de que si se hacen 4000 series y 50.000 películas, a narices se resentirá la calidad de cuando se hacían 20 y 200..
Ahora, esos peces se comen unos a otros quedando cada vez menos peces en el acuario.
Las antiguas y románticas (en nuestra imaginación) y todopoderosas (nunca lo fueron) productoras de cine, son ahora las simples detentoras de derechos de películas pasadas que formaron parte del imaginario cultural de mundo. Poco más. Sí, siguen haciendo producción, pero para otros.
Bueno. Resumiendo. Que tampoco me extraña todo esto. Porque estamos viendo como se cumple lo que se suponía que iba a pasar.
El tema es la faceta exagerada que ha tomado la política en todo esto, o mejor dicho, el discurso de la realidad que algunos grupos quieren hacer prevalecer.
El trumpetero en su lucha contra la libertad de expresión (la que no sea propagadora de sus bulos concretamente). De ahí su batalla contra TIK TOK, asustado ante la posibilidad de que le hagan a su corriente ideológica, lo que él y sus socios le han hecho al Estado Democrático Liberal.
Curiosamente el estudio que más se parece hoy en día a la idea de estudio «romántica» es Annapurna… Que es propiedad de Megan Ellison. Todo queda en familia.
Lo ponéis justo cuando la Paramount hace contraoferta buena mufa.
Lo mejor es lo que ha salido de netflix diciendo que estaban pensando en comprar EA ! DISNEY! y demás compañías pero no fue hasta con Wagner cuando los inversores no lo vieron de mala gana
La verdad entre los amigos de Trump y Netflix no se cuál quedarme y es muy triste
«Netflix management has debated pursuing just about every major asset put up for sale, including Electronic Arts Inc. and Fox. They had even debated acquiring Disney. But executives could never coalesce behind a deal. Nor did they want to hurt their stock price by overpaying for an asset that traded at a much lower multiple. They feared what a deal would signal to their investors.»
Lo pongo porque es surrealista esto de bloomber
Visto lo visto, lo mejor para DC es Netflix. Los Ellison -y sus socios, como Arabia Saudí- tienen mucha más redundancias y provocarían más despidos.