Quizás lo único bueno del desastre que ha sido Imperial y de su masivo reseteo al status quo del lado cósmico de Marvel es que ahora es posible que, alejados de ese escenario, decidan hacer algo con Wiccan y Hulkling. Y de momento ya contamos con una miniserie de cinco números dedicada al primero, Wiccan: Witches Road, un cómic que trata de aprovechar, con un año y pico de retraso, la popularidad de la serie de televisión de Agatha All Along, retomando algunos de los elementos introducidos allí. Y aunque es triste que el cómic siga yendo a remolque del cine y la televisión, al menos así puedo disfrutar ahora de esta serie, que no ha comenzado nada mal, y que recupera a un par de personajes a los que tengo bastante cariño y que han estado bastante infrautilizados en los últimos años. Así que vamos a ver qué es lo que se encuentra al final de esta senda de las brujas y qué destino espera a estos antiguos monarcas.

Tras la caída de la Alianza Kree-Skrull y el nuevo orden galáctico que ha reavivado las viejas rivalidades, los antiguos gobernantes de aquella, Hulkling y Wiccan, han regresado a la Tierra, exiliados de su sueño de un futuro mejor. Pero su llegada ha sido algo brusca, y a las graves heridas sufridas por Hulkling en su aterrizaje forzoso se suma que Wiccan ha perdido el acceso a su magia. Así que ahora, perdidos en algún lugar indeterminado de Europa del Este, sin forma de comunicarse con nadie y bajo la amenaza de unas criaturas místicas que vagan por los bosques, la única esperanza para la pareja es localizar a una bruja que vive en esas tierras y obtener su ayuda de una forma u otra. Pero en el mundo de la magia las cosas nunca son lo que parecen, y esa sencilla tarea provocará que Wiccan, si quiere salvar a su esposo y recuperar su poder, tendrá que adentrarse en la Senda de las Brujas…

Antes de entrar en el cómic en sí, no me puedo resistir ante un elemento importante de la trama que no me quito de la cabeza. En las primeras páginas de este cómic vemos cómo Wiccan y Hulkling se estrellan en un bosque a bordo de una pequeña nave espacial tras escapar de la debacle de la alianza, un aterrizaje que ha herido a ambos de diferente gravedad. El problema es que en Imperial vimos cómo era Wiccan el que estaba tan herido que apenas podía moverse, que Hulkling estaba en perfectas condiciones físicas y que ambos eran rescatados por America Chavez, quien se había teletransportado a su localización para llevarles de vuelta a la Tierra. Y aunque es posible que esa contradicción se deba a la naturaleza de esta historia, que no podamos creernos del todo lo que estamos viendo porque es posible que todo o parte sea una ilusión similar a las que vimos en Wandavision o Agatha, no me quito de la cabeza que pueda ser también una chapuza editorial, que Wyatt Kennedy y Andy Pereira hicieron este primer número antes de poder leer el final de Imperial y ningún editor les dijo cómo ambos héroes iban a regresar a la Tierra.

Pero dejando de lado esa hipotética metedura de pata, que ya veremos en el resto de la serie si es tal o es parte de la historia, lo que nos encontramos aquí es, como señalaba al comienzo, un intento descaradísimo y tardío de aprovechar el tirón de la serie de Agatha All Along. Y aunque algo así igual tendría que haberse publicado muchísimo antes si querían que fuese más efectivo, no me quejaré demasiado ya que al menos esta vez no me tengo que conformar con un mero especial tie-in de algún evento, sino que tenemos entre manos toda una miniserie independiente. Además, y aunque el título y la premisa nos remiten inmediatamente a la serie de televisión donde Wiccan debutó en el MCU, de momento (crucemos los dedos) no parece que vaya a ser simplemente una copia literal de aquella, sino que simplemente tienen un punto de partida similar.

Porque aquí no tenemos a un Billy Kaplan tratando de descubrir quién es realmente, no del todo, sino que se tiene que embarcar en este viaje para poder reconectar con su poder ya que, al parecer, el estar tanto tiempo alejado de la Tierra ha mermado su conexión con este. Un poder muy necesario ya que, al parecer, el aspecto místico de la Tierra ha caído en el caos (culpa de lo sucedido en One World Under Doom seguramente) y él, como futuro Demiurgo, debe arreglarlo. Este es el aspecto que más me ha interesado de la serie, ya que nunca se ha explorado del todo la naturaleza exacta de los poderes de Wiccan, de lo que puede hacer y cuáles son sus responsabilidades presentes y futuras, por lo que en ese sentido este cómic puede dar bastante de sí.

Y el otro aspecto que me ha interesado bastante es la antagonista/aliada de Wiccan en este viaje. Esta se trata de una bruja muy anciana que asegura que en el pasado fue increíblemente poderosa, que vive con una especie de Golem que la llama madre y que parece un Sinmente de la Dimensión Oscura recubierto de musgo, que sabe perfectamente quiénes son Wiccan y Hulkling, de dónde vienen y que no quiere jugársela enfrentándose directamente con el hijo de la Bruja Escarlata. Y para cuando a su casa le crecen unas gigantescas patas de gallina y se encamina hacia la Senda de las Brujas, ya casi no hace ni falta ni que se presente como Baba-Yaga. Este personaje del folclore eslavo no es ajeno al Universo Marvel, ya que en el pasado ha aparecido ocasionalmente enfrentándose al Capitán Britania o a Hércules entre otros, pero dado el tipo de cómic ante el que estamos, yo creo que aquí hay más de lo que parece a simple vista. Porque eso de que Wiccan se vaya a adentrar en la Senda de las Brujas guiado por una bruja vestida de morado me hace pensar que se nos acabará desvelando de forma poco sorprendente que, como decía la serie de televisión, se trata de Agatha ¿Quién si no?

Por su parte, en el apartado artístico tenemos al joven dibujante brasileño Andy Pereira, de quien me ha costado encontrar créditos anteriores a esta miniserie, ya que apenas lleva cinco años trabajando como profesional y sus trabajos anteriores habían sido en cómics de su país de los que apenas hay información. Y aunque aquí se le nota aún un poco verde, especialmente en los acabados, también muestra muchísimo potencial. En su trabajo en este cómic encontramos unas cuantas composiciones de página bastante imaginativas, su trazo, aunque un tanto tosco en algunos momentos, es de lo más expresivo, y narra bastante bien los momentos de acción. Y si es capaz de hacer algo así con tan poca experiencia a sus espaldas, vamos a tener que seguir su carrera de cerca a ver cómo evoluciona.

Y aunque, como suele ser habitual en estos tiempos, este primer número ha sido poco más que un prólogo, y la premisa en principio puede que acabe siendo un refrito de lo que vimos ya en televisión, la idea de que explorar en profundidad no solo los poderes de Wiccan sino la misma naturaleza de su existencia resulta bastante interesante. Así que, como siempre, tocará esperar a ver si las promesas de este comienzo se mantienen o si la miniserie se desinfla en los próximos números. Pero espero que sea algo digno que valga la pena releer y que no sea más que el primer paso para que estos personajes vuelvan a tener algo de relevancia y protagonismo, que ya va siendo hora.
