Savage – Pat Mills y Charlie Adlard nos devuelven a la invasión de UK

Hoy toca echar la vista atrás para regresar a un futuro que nunca fue, el de la Gran Bretaña invadida por los Volgans. Un mundo al que Pat Mills regresó veinticinco años después de crearlo, en esta ocasión acompañado de Charlie Adlard, para mostrarnos una faceta más oscura, violenta y aterradoramente familiar en algunos aspectos. Un mundo en el que Bill Savage aún sigue consumido por la venganza tras la muerte de su familia y solo un pensamiento le mantiene en marcha, hacerle pagar con creces a los Volgan y quienes colaboran con ellos todo el dolor que aún sigue sufriendo sin importarle quién o qué se interponga en su camino.

La guerra nunca acaba

Han transcurrido cinco años desde aquel fatídico día de 1999 en el que los Volgan lanzaron un inesperado ataque relámpago sobre Gran Bretaña para apoderarse de las inmensas reservas de petróleo recién descubiertas en sus costas. Un lustro en el que los británicos han sufrido bajo el yugo opresor de sus invasores, la escasez de recursos, el hambre, los abusos de poder y la muerte, convirtiéndose todo ello en algo cotidiano. Pero el dominio de los Volgan sobre las islas no es completo, numerosos grupos de la resistencia, llamados terroristas por los medios de comunicación, aún luchan para liberar su hogar, y entre ellos ninguno lo hace con mayor dedicación y crueldad que Bill Savage.

Bill Savage encontró enseguida una salida para su dolor

Ya en su día hablé por aquí de Invasion, una de las series que nacieron con el primer número de 2000 A.D. y en la que Pat Mills y Jesús Blasco primero, y más tarde Gerry Finley-Day y Eric Bradbury nos contaron la brutal invasión de Gran Bretaña por parte de los Volgan en un 1999 que en aquel entonces parecía lejano. Una serie que Pat Mills retomó en 2004 ambientándola cinco años después de la invasión, para que por primera vez las fechas del mundo real y el de ficción coincidieran. Un regreso para el que contó con la colaboración de Charlie Adlard, a quien muchos conocerán por su trabajo en The Walking Dead, y que aportó al cómic una atmósfera mucho más opresiva, aterradora y violenta que su antecesora. Algo que encajaba a la perfección con el cambio de tono que Mills buscaba para la serie.

Bill Savage no se andaba con tonterías a la hora de buscar venganza

Porque Invasion era hija de su época, una serie que bebía del cine de acción y bélico de aquellos años y que, pese a la brutal violencia que salpicaba sus páginas, todo tenía un cierto tono aventurero. Pero Mills quería cambiar muchas cosas, buscaba darle una mayor autenticidad a la historia, mostrar de una forma más descarnada el sufrimiento de un pueblo invadido y oprimido, la pérdida de esperanza, y cómo incluso en situaciones así siempre acaban surgiendo individuos que solo buscan su beneficio personal sin importar a quiénes deban pisotear. Un cambio de enfoque que también afectaba al propio Bill Savage, a quien Mills quiso hacer más tridimensional, y así este pasó de ser un típico héroe de acción que no hubiera desentonado en ningún videoclub de los 80, a ser un personaje mucho más trágico, un hombre destrozado por la muerte de su familia, que había perdido lo único que le había impedido dar rienda suelta a sus peores instintos y a quien la guerra había convertido en un monstruo.

Para Savage ya solo existe una forma de vida

Aunque los cambios más interesantes que Mills introdujo en esta secuela fueron unos pequeños retconeos que aportaron unos matices de lo más interesantes. Su idea inicial para Invasion había sido que los invasores fuesen la Unión Soviética, y aún sobreviven algunas páginas con los diseños originales de estos que dejan clara dicha intención. Pero, preocupados desde la editorial por las repercusiones que podría tener algo así, obligaron a Mills a cambiarlo, y este, fiel a ese gamberrismo que siempre le ha caracterizado, los rebautizó de forma nada sutil como los Volgan (como si el Volga no fuese el río más famoso de Rusia) y los retrató en todo momento como si fuesen rusos en todo menos en nombre. Pero aquí Mills retomó su idea original de una forma un tanto retorcida, confirmando efectivamente que la República Volgan era la auténtica Unión Soviética, que había cambiado de nombre después de que un alto cargo militar, criado a las orillas del Volga y admirador de Stalin, había fundado un partido político fascista y, aupado por la mafia rusa y miembros del gobierno desafectos con Gorbachov, dio un golpe de estado (en 1991, como el que casi se produjo en el mundo real), derrocó a este, prohibió el partido comunista y rebautizó el país.

Con cambiar las insignias ya fue suficiente

Pero los conflictos políticos que Mills introdujo en esta secuela no se quedaron en ese lado del charco. En esta Gran Bretaña de ficción nos encontramos con que antes de la invasión las elecciones las había ganado un partido llamado “Auténtico Laborismo” que era muy de izquierdas, y que entre sus propuestas se encontraba incluso desalojar del país las bases militares estadounidenses. Algo que no sentó muy bien a la derecha británica, quienes pactaron con la República Volgan facilitarles la invasión a cambio de ocupar puestos de poder en el nuevo gobierno títere. Mientras que Estados Unidos, por su parte, abandonó la OTAN justo antes de que los Volgan decidieran invadir toda Europa del Este y atacar Gran Bretaña, insinuándose en los primeros capítulos que estos y los estadounidenses habían llegado a un acuerdo para quedarse cada uno con su parte del mundo y no meterse en los asuntos del otro.

Ser un traidor es la vía mas rápida para ser Primer Ministro

Y en ese enrevesado mapa geopolítico es por donde se mueve Bill Savage, quien no es capaz de pensar más que en acabar con los responsables de la muerte de su familia, con quienes vendieron su país a cambio de un poco de poder y quienes, por un motivo u otro, han acabado convirtiéndose en colaboracionistas. Pero aunque superficialmente parezca un simple remedo del Castigador, y muy a menudo da la impresión de que a este le importa más el matar a quienes odia que liberar su país, Savage conserva algo más de humanidad que Castle, pero no demasiada. Y aunque es capaz de ser un buen tío para sus sobrinas, de apreciar incluso a su peculiar cuñado o de jugarse la vida para salvar a sus compañeros de la resistencia, Savage es un hombre roto que da la impresión de que ni espera sobrevivir a esta guerra ni lo desea.

No es buena idea tocar a la familia que le queda

Con todo esto, Mills y Adlard construyeron una historia muy dura y violenta en la que nos muestran de forma descarnada la durísima vida en un territorio ocupado, donde la gente no es libre de cruzar de un barrio a otro, donde cualquier bien de primera necesidad escasea, la vida humana vale poco o nada, y cualquier mínima infracción o sospecha puede acabar en las salas de tortura del servicio de seguridad estatal (State Security en el original, SS para abreviar, que nadie acuse a Mills de ser sutil). Un mundo en el que se entrecruzan las víctimas inocentes con quienes colaboran en mayor o menor medida con los Volgan para sobrevivir, los traidores de todos los ámbitos de la sociedad que se han vendido sin pensárselo dos veces y los propios Volgan, que dejan de ser villanos genéricos malvadísimos para convertirse en personajes más tridimensionales aunque terriblemente crueles en su mayoría.

Los Volgan se merecen lo que les hagan

Una historia que Charlie Adlard hizo suya con su trazo detallado y su dominio del claroscuro, sumergiéndonos en un mundo que parece permanentemente sumido en las sombras y que dota al cómic de una atmósfera opresiva y casi claustrofóbica. Un mundo en el que la violencia extrema está a la orden del día, y Adlard la representa a la perfección y sin contemplaciones (nada que sorprenda a quienes le han conocido por Walking Dead), mostrándonos con toda su crudeza la despiadada realidad de una guerra urbana. Pero Adlard no es simplemente un dibujante que abuse de la tinta negra y de las explosiones y tiroteos, siendo además un buen narrador de los que consiguen incluso hacer interesantes los momentos cotidianos incluso sin diálogos.

A veces sobran las palabras

Esta segunda andadura de Savage transcurrió de forma intermitente hasta 2018, con Patrick Godard reemplazando a Charlie Adlard, habiéndose recopilado buena parte de esas historias en dos tomos, y quedando aún material suficiente para un tercero que confío en que acabe viendo la luz, pese a que ha transcurrido la friolera de trece años desde que salió el segundo recopilatorio. Pero dada la naturaleza episódica de 2000 A.D., estas historias pueden leerse por sí mismas sin problemas, así que, aunque a día de hoy sea un poco complicado conseguir esos recopilatorios, confiemos en que a Dolmen le haya funcionado bien el Némesis y le den una oportunidad al resto de la obra de Pat Mills para que sea reconocido por aquí como se merece.

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Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
21 días han pasado desde que se escribió esto

Esta (Savage) no me la leí. La serie original (Invasión!) estaba muy bien, así que algún día debería de hacerlo. Tampoco la precuela (Desastre 1999!), creo que de Finlay-Day, otra deuda pendiente. Una inspiración (el serial original) para Ennis’ (cuyo ruso algo debía al volgano Giorgi). Hubo a quien no le hizo gracia lo de la sosias de la Thatcher (pero no se puede negar que encajaba con el Mills tanto guionista como editor).

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
21 días han pasado desde que se escribió esto

Esto pertenece al universo de los A.B.C. Warriors (que sería el futuro de Savage), también de Mills (como también Ro-Busters), pero eso ya es conocimiento innecesario para su disfrute.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
21 días han pasado desde que se escribió esto
Responde a  M'Rabo Mhulargo

Ni se acerca a ser de lo más loco que se le ha ocurrido a Pat Mills, que es el padre de Metalzoic y Marshal Law.

Diógenes Pantarújez
Admin
21 días han pasado desde que se escribió esto

Con añadirle un cartelito de «del creador de Walking Dead» ya tienen medio camino hecho.

Aunque en realidad el creador es Tony Moore, pero Kirkman ya se sabe…

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
21 días han pasado desde que se escribió esto

Ojalá. Estaría bien ver por aquí también cosas como Shako, Hook Jaw, Invasión!, Savage, A.B.C. Warriors o Ro-Busters. Y ojalá le hubiese ido muy bien a La Guerra de Charley y Némesis, dos cómics que desde luego lo merecían (pero que tiene toda la pinta de que tienen unas ventas normatitas en nuestro país…y espero que sea una impresión muy poco acertada mía y que sí estén funcionando todo lo bien que puedan hacerlo).

Last edited 21 días han pasado desde que se escribió esto by Jesús Manuel Martínez Otero
Diógenes Pantarújez
Admin
21 días han pasado desde que se escribió esto

De Némesis hay 3 tomos, la guerra de Charlie pues… Como que lo lleva más jodido. Que los cómics de guerra no funcionan, ya sabes.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
21 días han pasado desde que se escribió esto

Cartem ha sacado aquí los dos primeros tomos (el plan era que saliesen tres en poco más de un año y llevan dos con un año o algo más de separación entre tomo y tomo, y esperando hace rato al tercero).

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
21 días han pasado desde que se escribió esto

Me consta, dadas mis consultas con la editorial, que Diábolo se lo pensó muchísimo antes de atreverse a sacar los cómics bélicos de la E.C. (cuando empezaron con Tales of the Crypt no veían nada clara su viabilidad).

Zatannasay
Zatannasay
21 días han pasado desde que se escribió esto

A mi, viendo los comentarios, solo me queda hacer una oración y poner una velita a los heroicos editores que se atreven con cosas como Charlie o Nemesis.

Heroes modernos.

Jesús Manuel Martínez Otero
Jesús Manuel Martínez Otero
21 días han pasado desde que se escribió esto
Responde a  Zatannasay

O Ms. Tree. Son cosas que en las editoriales grandes probablemente no pasarían del primer o segundo tomo, pero que con esta gente (Cartem, Diábolo, Dolmen,…) aunque con una periodicidad errática/muy dilatada van saliendo (y a veces hasta se completan. Planeta no fue capaz ni de dar continuidad a una obra maestra de primer orden como el Mickey Mouse de Floyd Gottfredson (cuyo #1 ya salió con mucho retraso y el #2 fue disponiéndose y posponiendose), pese a seguir prometiendo si continuidad durante más de dos años. Tampoco al Dreadstar de Starlin.

mespinpe
mespinpe
13 días han pasado desde que se escribió esto

Qué duro es ser fan de Pat Mills o Rick Veitch en X-Pain.
Con todo en mi lista de preferencias van primero Third World War, A.B.C. Warriors o las primeras historias de Slaine. Pero me has afilado los dientes con este Savage o Finn.