Lo admito, el título es una provocación en toda regla, puesto para llamar la atención, pero no se aleja demasiado de lo que quiero contar hoy. Y es que, con el reciente estreno en digital de Superman, se ha reavivado el debate sobre el enfoque de James Gunn con los padres biológicos de Superman, un cambio polémico… que realmente no es tal cambio. Porque, pese a que en muchas versiones los El han sido una idílica y entrañable pareja, estos, especialmente Jor-El, han tenido en ocasiones, y de la mano de autores bastante populares, una caracterización poco amable. Unos enfoques de los que quiero hablar hoy, además de las motivaciones que pueden encontrarse detrás de esta decisión de Gunn.

De entrada, hay que hablar de cómo, ahora que la película se puede pausar y recrearnos en cada detalle, mucha gente se ha dado cuenta de que, en un momento fugaz, aparece un titular sobreimpresionado en un informativo de televisión en el que se dice que el mensaje de Jor-El y Lara era una manipulación. Por lo que es posible que eso sea una idea descartada de la película que se quedó ahí, o algo que Gunn quiera retomar en la secuela (y ahora miente mucho afirmando que el mensaje es real porque, obviamente, no quiere destripar un próximo proyecto), por lo que igual debatir sobre esto pueda resultar algo estéril a largo plazo.

Pero, tanto si el mensaje es real o no, eso de que Jor-El y Lara querían que su hijo gobernase la Tierra y tomase todas las esposas posibles para llenar el planeta de medio kryptonianos, hay que tener en cuenta que ahí James Gunn no ha sido ni mucho menos el primero en mostrarnos unas facetas algo más oscuras de lo habitual sobre los El y que, desde cierto punto de vista, hacer esto es casi necesario (aunque quizás no de forma tan radical).

Para ello, toca hablar, aunque sea un tanto superficialmente, de la evolución que ha tenido el peso de los padres biológicos y adoptivos de Superman sobre este. Durante muchísimo tiempo, Jonathan y Martha Kent fueron solo personajes secundarios del cómic de Superboy que ocasionalmente Superman recordaba en flashbacks, porque estos habían muerto hace mucho. Mientras que, por los mismos años, Jor-El y Lara, y todo Krypton en general, tenían un peso cada vez mayor en las historias. Si uno lee cómics del personaje de las décadas de los 50, 60 y 70, podrá encontrar multitud de historias en las que Superman o incluso Lois Lane viajaban al pasado y conocían Krypton antes de su destrucción, donde cada vez había más personajes y elementos de aquel mundo que habían sobrevivido a su destrucción y habían llegado a la Tierra, llegando hasta el extremo de que Superman demasiado a menudo era simplemente un kryptoniano haciéndose pasar de vez en cuando por terrestre, siendo Clark un mero disfraz.

Y aquí ya me meto en temas que me sobrepasan porque no soy ni sociólogo, antropólogo, psicólogo ni nada que se le parezca, pero no puedo evitar la sensación de que esa obsesión con que para Superman debía ser más importante el mundo y los padres a los que no conoció que el mundo en el que ha vivido toda su vida y los padres que le criaron, parte de esa obcecación de muchos estadounidenses de considerarse que son del lugar del que vinieron sus antepasados, aunque les separen varias generaciones y jamás hayan pisado esos países, pero construyen su identidad en torno a ser italianos, irlandeses o lo que toque. Y, aunque tampoco defiendo que haya que llevar las cosas al extremo de la asimilación absoluta y olvidar por completo las raíces de uno, creo que el sitio en el que alguien ha nacido y vivido toda su vida, así como sus padres y abuelos, debería tener más peso que ese lugar lejano que conoces por fotos y tópicos.

Pero hay mucha gente así por allí, y por eso demasiada gente no concibe que Superman no se considere otra cosa que kryptoniano. Un aspecto del personaje que a John Byrne, entre otros, no le gustaba demasiado; alguien que, recordemos, nació en Inglaterra, se mudó con sus padres a Canadá a los ocho años y acabó residiendo en Estados Unidos, por lo que algo debe saber de ser un poco de muchos sitios. Por ello, en su etapa quiso quitar de en medio todas las influencias kryptonianas posibles, convirtió aquel mundo en algo frío e inhóspito por el que fuese difícil sentir nostalgia y, además de darle un peso a Ma y Pa Kent que hacía muchísimo que no habían tenido (y que no recuerdo que tuviesen nunca fuera de las historias de Superboy), nos mostró una faceta de los El que mucha gente parece haber olvidado.

Fue durante el primer número del celebrado Man of Steel en 1986, cuando Byrne nos presentó esa visión de Krypton que casi le debía más a la mostrada por Richard Donner en su película que a las múltiples versiones que habían aparecido en los cómics. Allí conocíamos un Krypton desértico y estéril, en el que la reproducción estaba en manos de máquinas que gestaban a los bebés en cápsulas, y donde un derrotado Jor-El anunciaba a Lara que su mundo estaba condenado, que desaparecería en cuestión de horas y que había planeado lanzar a su hijo al espacio para que sobreviviese en un nuevo mundo. En esas pocas páginas, el prólogo de ese primer número, ese Jor-El desmoralizado lamentaba el rumbo que había seguido la sociedad kryptoniana, donde habían abandonado toda emoción en busca de la perfección y que quizás la destrucción era lo que merecían.

Definitivamente, Byrne quería que Krypton quedase retratado como un mundo fracasado, algo por lo que fuese imposible sentir ningún tipo de nostalgia, pero este quería ir un poco más allá, y nos dio un retrato de Jor-El y Lara que se alejaba un tanto de esa imagen idílica que había perdurado durante tantísimo tiempo. De esa forma, tenemos a un Jor-El que habla de cómo el sol amarillo de la Tierra le dará a su hijo unos poderes increíbles que le convertirán en el ser supremo de su mundo de adopción, casi un dios. Algo a lo que Lara responde preguntándole si acabará gobernando la Tierra y moldeará a sus habitantes de acuerdo a las costumbres kryptonianas, algo a lo que Jor-El solo puede responder que quizás sea así. Definitivamente, estos no eran ni los bucólicos El del cómic de décadas anteriores ni aquellos de la película de Donner que habían enviado a su hijo a la Tierra tanto para salvarle como para convertirle en protector de esta pero sin interferir demasiado en ella. No se puede decir que fuesen monstruos o villanos; eran simplemente hijos de una sociedad enferma que, incluso al final, seguían siendo incapaces de no sentirse superiores al resto.

Por hoy lo dejamos aquí, dejando para mañana tanto el explorar, como, dependiendo del enfoque, es buena idea hacer un Krypton del que Superman no podría sentir nostalgia, como de otras historias (algunas mejores que otras) en las que también se nos ha mostrado que Jor-El, a veces, ha sido muy cabrón.

Quizás sería conveniente recordarle a la gente que James Gunn produjo la peli «El Hijo» donde precisamente se nos presentaba una versión de Superman que abrazaba su herencia más cruel y alienígena despreciando la educación humana.
A mi el mensaje de los padres de Superman me hizo pensar inmediatamente en los viltrumitas de «Invencible», así que me pareció una reinterpretacion que ya está hecha y preferiría que el mensaje hubiera sido manipulado.
Cabe decir que en el ejemplo de Byrne, quien queda realmente mal es Lara, que sigue siendo una creyente del modo de vida kriptoniano; el «quizás» con el que Jor-El le responde a su pregunta de si su hijo les enseñará a los humanos las «proper kryptonian ways» me parece una «respuesta de matemático» (efectivamente, es algo que podría ocurrir, tal como podrían ocurrir muchas otras cosas), pero está clarísimo que a Jor-El no le hace ninguna ilusión esa posibilidad.
Incluso después en aquella especie de pesadilla «Y si…?» que nos contaba que hubiese pasado si los kriptonianos «estilo Byrne» hubiesen sobrevivido a su planeta (con los tales colonizando)esclavizando a los terrestres) teníamos a Jor-El enfrentado a los supervivientes de Krypton (y creo recordar que apodado El Salvador por los terrestres). El jovencito Kal El criado por su madre se convertía en otro frío kriptoniano más.
Um, tampoco soy psicólogo, pero M’Rabo me hace notar que Byrne hizo de Superman un poco su Gary Stu, debido al poco apego que tenía hacia su lugar de nacimiento, inversamente proporcional a su lugar de residencia.
Es que quien dice Krypton dice Vegeta o Viltrum.😈
James Gunn ha dicho luego que el mensaje no está manipulado.
Y Andrew Garfield dijo en múltiples entrevistas que no iba a aparecer en Spiderman: No Way Home
Para mi el plan de Jor El siempre fue que su hijo dominara a los humanos pero no de un manera abierta y activa como Zod sino esperando tranquilamente a que pase el tiempo, todo vaya envejeciendo y muriendo mientras que Ka El es el unico que permanece. Con el paso de los siglos pasaria decser el campeon de la tierra a su Emperador por aclamacion popular.
Por eso esta acondicionado mentalmente a ser el himano ideal y perfecto porque es el reflejo del heroe al que todos acudiran cuando las cosas vayan mal y a cambio, este sera su campeon.
Me ha agradado la version de los Kent, la de los kryptonianos…ojala lo aclaren en futuras peliculas.
Aun asi, superman es un Peliculon.