Seguimos repasando la crítica publicada en The Comics Journal en la que Carol Kalish intentaba explicarnos todo lo que estaba mal en la etapa de Claremont y Byrne de la Patrulla X, una etapa ahora intocable, pero que en tiempos no lo era en absoluto. Kalish comienza con un repaso a la historia del grupo -más o menos lo que hemos estado haciendo aquí, vaya- y finalmente viene a decir que han pasado ya cuatro años desde el relanzamiento del grupo a cargo de Claremont, tiempo suficiente para que «se alcance todo el potencial de la serie si es que va a alcanzarse algún día, (o al menos si va a alcanzarlo con Claremont)». Por favor, a los graciosillos de la última fila, sí vosotros, ya sé que es muy fácil reirse de estas cosas sabiendo que la serie en el quinto año se cascó una Fénix Oscura y un Días del Futuro Pasado, pero esta gente no tenía ni idea de lo que estaba por venir y se merece un respeto.

A continuación se detalla que la crítica va a «tratar de examinar los relativos fracasos o éxitos de la serie ante la piedra angular de su fortaleza; la continuidad y desarrollo de la caracterización». Y ahí es donde viene la chicha de verdad, porque como os decía un poco más arriba es una crítica de cómic explicándonos cómo hace su crítica. Podremos estar luego de acuerdo con sus valoraciones en mayor o menor medida, pero va con la honestidad por delante y eso hay que valorarlo. Antes de pasar a repasar esos parámetros o reirnos de la gente del pasado porque no tenían el poder de ver el futuro, tengo que reconocer que al leer esta crítica me he dado cuenta de que gran parte de las cosas que se valoran de esta etapa vienen de un juicio a posteriori, sabiendo lo que viene después y que ciertos comportamientos de personajes tienen una razón de ser en la que se profundiza a posteriori, y se nota que en 1979 no se llegaba a valorar lo que estaba haciendo Claremont con personajes como Magneto, con lo que se demuestra que para que el guionista de origen británico brille de verdad en una serie y «alcance su potencial» necesita estar mucho tiempo en una serie, plantar semillas que extiendan raíces profundas para que de ellas crezca un árbol bien fuerte. Pero vamos con esos parámetros:

Kalish diferencia tres métodos principales de caracterización: la Caracterización Superficial, la Situacional y la Naturalista. La Caracterización Superficial es la más común, y consistiría en el uso de dialectos, formas de vestir, poderes y demás detalles tremendamente visibles pero que no están sujetos a elementos internos de la personalidad y carecen de toda sutileza (los archiconocidos «bozhe moi» de Coloso y «unglaublich» de Rondador serían un buen ejemplo, sí). La Caracterización Situacional establece puntos concretos de la narración a los que el personaje debe reaccionar en base a su personalidad, mostrando claramente los rasgos de la misma y teniendo una reacción distinta al resto de personajes que muestre su pasado o su forma de ver el mundo y haga que el foco de la historia recaiga sobre él, llamando así la atención del lector. Un ejemplo claro de este tipo de caracterización es la escena en la que el Juggernaut ataca a la nueva Patrulla X dentro de un castillo en Irlanda y Tormenta se echa a temblar porque es claustrofóbica. Lo malo de este método de caracterización es que ocupa mucho espacio en la narración -el lector necesita que le expliquen por qué Tormenta está aterrorizada de los espacios cerrados, y eso conlleva un flashback- y, además de correr el riesgo de desviar la historia principal y perjudicar el ritmo de la narración, su uso es meramente puntual, careciendo de la capacidad de la superficial para mantenerse en cada viñeta sin molestar a nadie. Finalmente tenemos la Caracterización Naturalista, la que según Kalish es la más complicada. Básicamente consiste en cuidar el habla, las acciones y pensamiento de cada personaje, con lo que a fin de cuentas viene a ser la suma de las dos caracterizaciones anteriores pero poniendo el énfasis en la continuidad del personaje, en que sus acciones pasadas influyan las presentes, que su lenguaje verbal y corporal se correspondan y sean consistentes y evitar cualquier violación de estos por mucho que nos convenga para la historia que estamos contando. Es, a grandes rasgos, Howard Hawks preguntándo a sus actores que comió su personaje ayer o que tipo de zapatos usa, la caracterización que más suelen trabajar los actores a la hora de hacerse con su personaje. Es una caracterización que demanda muchísimo más tiempo y esfuerzo por parte del guionista, con lo que dejo a vuestro criterio cuales de estos tipos de caracterización son más usados hoy en día (en realidad todo el mundo trata de usar los tres en mayor o menor medida) y por parte de qué guionistas.

Una vez repasados estos criterios, Kalish se mete en faena y empieza a criticar cada uno de los personajes de la serie, describiendo su percepción de los mismos con pelos y señales con la frescura de una persona que está en 1979 y no sabe que Tormenta va a sufrir un periodo punk, que Coloso tiene una hermana pequeña hechicera demoniaca del Limbo o que Jean Grey en realidad no es Jean Grey, es una fuerza cósmica por culpa de Kurt Busiek y otros tarambainas que no tenían nada mejor que hacer una tarde tonta de 1986. Mi idea es coger el estudio de cada personaje original y contrastarlo con mi opinión, y así tener una excusa para hablar de Claremont y Byrne una buena temporada que yo sé que eso os gusta y a mí más todavía. Así que nada, a ver que nos cuenta Kalish de la Tormenta pre punk inocente y Byrneana, aquí van a llover palos…

Al parecer de esas caracterizaciones no aprendieron nada en los 90 hasta hoy en día, debe ser que esa asignatura ya no se cursa (sigh).
Voy a hacer algo que hace mucho que no hago: Gracias por tu respuesta.
Lo tremendo del artículo de Kalish es que le viene a demandar a Claremont una profundidad de caracterización que en aquel momento no tenía absolutamente ningún cómic del género… Excepto tal vez, X-Men.
Ya verás, ya…
Interesante página, me la apunto. Precisamente estoy leyendo ahora por primera vez la etapa de Claremont. Desgraciadamente no me está resultando una experiencia igual de placentera que a la mayoría, pero bueno.
Por dónde vas?
Pues cuando escribí el comentario iba por la parte de Cockrum. Y aunque la parte artística no me disgustaba, la historia y los diálogos no me convencían en absoluto. Pero he notado un cambio a mejor en ese sentido desde la llegada de Byrne. Entiendo que ya que sale acreditado como colaborador en los guiones, debe ser el responsable de las mejoras que he observado. Principalmente en los diálogos entre personajes, que antes se caracterizaban por ser puñaladas y amenazas, y ahora son diálogos más naturales, sin tantas pullas artificiales entre ellos. Por no mencionar que las reflexiones en voz alta que hacían los personajes sobre si mismos han desaparecido casi por completo para dar paso a observaciones o comentarios de unos personajes sobre otros, que cumplen la misma función narrativa (aportar info sobre el personaje en cuestión) pero de una manera mucho más orgánica. La historia de fondo sigue con el mismo tono, a veces más tontorrona, a veces más interesante, pero mejor que al principio, sin duda. Ahora estoy en el número en el que Jean ha ido a Escocia, Xavier se ha ido con Lilandra y el resto de la patrulla están en Canadá. Parece que van a retomar la trama del intento de captura de Lobezno.
Si, pero…lo ve tambien desde la parte sin relaciones sentimenales ni profesionales que nos guste o no, influyen en la forma de narracion y construccion de los personajes esta el caso de New mutans y X Factor que al final parecia que NM era mas claremoniana que los XFactor