Una cosa que siempre me ha parecido curiosa es que los críticos critiquen la obra de otros y haya muy poca crítica de la crítica. Hay tratados sobre historia del cómic, pero pocos sobre cómo criticar cómics, una labor que, yo por lo menos, cuanto más se de cómics y sobre cómo se hace un cómic, cada vez me parece más repelente. Vamos, que me pongo del lado de los autores, pero a la vez pues… Aquí me tenéis escribiendo y dando palitos de vez en cuando. Así que hoy vamos a ser cabrones y criticar una crítica. De hace cuarenta años. Escrita por una crítica que lamentablemente falleció hace más de treinta y no puede defenderse. Sí, ya he dicho que vamos a ser muy cabrones.

La saco a colación porque hace un tiempo Kurt Busiek la puso como ejemplo de una crítica de cómics bien hecha de la que aprendió un montón y claro, tendremos que leerla para ver si nosotros también aprendemos otro montón. La crítica en cuestión la realizaba Carol B Kalish, futura jefa del departamento de ventas y una de las principales responsables del «milagro shooteriano», aunque por aquello de la honestidad tengo que avisar de que Kalish y el ilustrador de la crítica, Richard Howell, eran un matrimonio muy amigo de Busiek, y que hasta le consiguieron trabajo en Marvel en el susodicho departamento de ventas. Pero vamos, que tanto Busiek como el ahora denostado Neil Gaiman (merecidamente, porque menudo gilipollas) ponen The Comics Journal como un ejemplo claro de publicación que en tiempos publicaba grandes críticas, a pesar de que su fundador Gary Groth en más de una ocasión ha demostrado ser un tanto cantamañanas. Pero bueno, supongo que nadie es perfecto y tengo que reconocer que su revista me ha servido en más de una ocasión como fuente de información para bastantes posts; además, hay que reconocer que se echa de menos una publicación de ese estilo hoy en día (TCJ sigue viva, pero cada vez habla de tebeos más raros). Vamos, que recomiendo mucho la lectura de la revista en sus tiempos de los 70 y 80, pero no se lo recomiendo en absoluto a la gente que sea muy sensible al veneno que gastaba -y gasta- Groth y algunos amigos suyos como Harlan Ellison.

Pero bueno, no me alargo más: la crítica de la que vamos a hablar se publicó a finales de los 70 o, siguiendo una referencia temporal que entenderéis mejor, durante aquella historia en la que la Patrulla X y Spiderman se pegaban contra Arcade en X-Men 123 y 124, antes de que Uncanny fuera llamada Uncanny. Y sí, es una crítica a los Uncanny X-Men de Claremont y Byrne a menos de un año de la Saga de Fénix Oscura, un campo abonado para meter la pata porque no dejamos de hablar de algunos de los mejores cómics de la historia del género. Sin embargo, hoy nos vamos a centrar en algo raro en esto de la crítica de cómics, y es que la que la escribe -Carol B Kalish- antes de hablar del cómic en sí procede a contarnos los parámetros que utilizará para llevar a cabo el texto. Esto solo lo había visto en tésis doctorales y demás papeles académicos, con lo que estaréis de acuerdo en que estamos ante una oportunidad de oro para juzgar una crítica en base a sus propias reglas. Y aunque estoy deseando saltar a por ello y contaros los parámetros de Kalish, creo que lo mejor es poneros un poco en situación de que se cocía en Uncanny X-Men en aquel momento, a la altura de su número 124:

Se podría decir que la etapa de Chris Claremont como guionista de Uncanny X-Men empieza con el número 98 allá por 1975, con John Byrne no sustituyendo a Dave Cockrum como dibujante hasta el número 108. Ambos seguirán en la serie hasta 1981, cuando poco después de la Saga de Fénix Oscura, Byrne deja la serie en el número 143. Fénix Oscura que, como sabéis de sobra, no deja de ser otra que Jean Grey, una supuestamente exmiembro del grupo que en el número 100 sufría un accidente que la conviertió en un ser superpoderoso que responde al nombre código de Fénix; la idea original de Claremont era con esto el darle al grupo un miembro con un nivel de poder equiparable al de Thor, pero para la llegada de Byrne con el número 108 la cosa se les salió de madre y quedó claro que Jean Grey estaba bastante por encima del asgardiano, al ser capaz de enfrentarse a heraldos de Galactus y salvar el universo ella solita. El grupo permanecería unido más o menos hasta el número 114 cuando, tras un enfrentamiento con Magneto a la Patrulla X se le cae una montaña encima y da por muerta a Jean, pasando una buena temporada en la Tierra Salvaje totalmente incomunicados. Jean, que a todo esto sigue viva y da por muertos a sus compañeros, vuelve a Nueva York y decide pegarse unas vacaciones para pasar el disgusto, durante las que empieza a interesarse románticamente por un tal Jason Wyngarde. Mientras tanto, el grupo consigue volver a casa y en el momento del X-Men 124 con lo de Arcade y Spiderman siguen pensando que Jean está muerta. Y hasta ahí el repaso, vamos con la crítica:

El texto se publicó en el número 49 de The Comics Journal y, como decía, viene firmado por Carol B Kalish con ilustraciones de Richard Howell, el mismo que con el tiempo acabaría siendo dibujante de clásicos imperecederos como La Visión y la Bruja Escarlata de Steve Englehart, siendo así cocreador de personajes como Glamour e Ilusión y del vendedor de casas con el que Crystal le puso los cuernos a Pietro Maximoff; Kalish, como decíamos más arrioba, se convertiría con el tiempo en la jefa del departamento de ventas de Marvel, siendo una de las principales arquitectas del mercado de venta directa y de que las librerías de EEUU tuvieran cajas registradoras (tela con esto). Así que la semana que viene sí, vamos a ver como esta señora decía que se tenía que hacer una crítica… A Chris Claremont. En Uncanny X-Men. En la mejor etapa de su historia. Toma ya.

La mejor etapa de su historia es un decir.
Me explico para que no salteis todos contra mi.
Hay que tener en cuanta el contexto era 1979 la Patrulla X aun no era el fenomeno de masas que fue a partir de la mitad de los 80 surgiendole series derivadas sin control(Angeles Caidos, mas alla de la calidad de la serie. ¿Que sentido tenia publicar esa historia?).
Hoy en dia todos estamos de acuerdo que fue su mejor etapa pero a finales de los 70 seguramente muchos pensaron que era una moda pasajera.
Se equivocaron de lleno.
En mi opinion para que algo se convierta en un clasico hay que dejar pasar un tiempo revisitarlo y comprobar si ha mejorado o empeorado.
En comparacion con los guionistas actuales la Patrulla X (primera etapa) de Claremont sigue siendo una obra maestra en su conjunto y lograr eso durante 15 años es mucho.
Espero con ansía las siguientes partes. La crítica de la crítica me parece un tema maravilloso, y más sobre cómics, donde no hay tanto material (ni de lejos) como de cine y TV
Esto si es dejar con las miel en los labios que ni los clickbaits feosos esos, ¡queremos esas crítica de crítica a mi querido Claremont!
Vale se perdona el retraso solo por esto:
«No, estos no critican a nadie porque son Paul Smith y Chris Claremont imitando a Faemino y Cansado o yo que sé»
A mí me gusta mucho la etapa clásica de Claremont en X-Men, pero entiendo que es tan criticable como cualquier otra obra. Siempre habrá gente que prefiera más desarrollo de personaje y le moleste tener tantos números sin profundizar más en la vida personal de Rondador o que Lobezno siquiera tenga entonces un nombre de persona.
Yo puedo criticar que Arcade me parece un villano muy poco verosímil. O sea, cada vez que tiene que matar a alguien, monta un parque de atracciones. ¿De verdad sale a cuenta?
voy a decir que del 124 me molesta ligeramente el hecho que no se trate luego de la sensación de culpabilidad de Coloso. Arcade le manipula porque se siente culpable de no usar sus poderes para ayudar al pueblo ruso o incluso al gobierno soviético. Es interesante por que Piotr en ese momento parece sentirse aun más ruso que mutante (luego se llegará a un punto en que la mutantidad deberá estar por encima de patriotismos, religiones o conciencias sociales). Ya cuando el profesor Xavier fue a reclutarle preguntó con plena buena fe el chico preguntó «¿esos poderes no debo ponerlos al servicio del Estado?».
Curiosamente en la ficha de la enciclopedia marvel ponía que el gobierno soviético hizo un acuerdo con Xavier para permitir que Piotr residiera en América legalmente. No es moco de pavo en la guerra fría. O bien Xavier manipuló mentalmente algún funcionario, o bien no eran adversos a los X-Men del todo. Raro es que a un humilde campesino de una granja colectiva le caiga del cielo una beca para estudiar en una pequeña escuela privada en Wstchester…
Uno de los relatos cortos que se hicieron para Classic X-Men consistía en una visita que Piotr hacía a su colectivo agrícola, donde tenía un encontronazo con un amigo de la infancia que había quedado mutilado en Afganistán y le recriminaba a Piotr que no les hubiera ayudado allí, y luego una especie de versión sovietica de Nick Fury (el coronel Vazhin, creo) le explicaba a Piotr varias cosas interesantes sobre geopolitica y mutantes (como que existía una especie de pacto de «no proliferación en el uso de mutantes» por parte de los gobiernos) y le decía que la mejor forma de servir a su patria era seguir en la Patrulla-X.
De hecho los X-Men siempre tuvieron más problemas con el gobierno americano (por el rollo Centinelas) que con el soviético. Así que es logico que la URSS no tuviera problemas con un grupo que suele destruir los robots gigantes del enemigo.
Me pregunto si cuando Magneto destruyó dos ciudades soviéticas y un submarino Coloso le mostró especial inquina a Leinsherr.